Andrés Ibáñez: Vamos a ver una cosa

No es ningún secreto que me gusta la columna de Andrés Ibáñez en ABCD (aquí he colgado unas cuantas). Este mes de agosto publicó una que no puedo resistirme a reproducir. Quien lo lea sabrá por qué (gracias, loiayirga).

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Vamos a ver una cosa
Por Andrés Ibáñez.
(publicado en ABCD las artes y las letras, 25 de agosto de 2007)

Carlos Martínez Alonso, director del CSIC, expone en un diario madrileño las siguientes opiniones: «mi percepción es que las humanidades están en el pasado… los libros te dicen poco? yo los contemplo como un fósil o como un hueso, pero nunca como parte de lo que altera lo que te rodea?» Declara además: «un libro está superado desde el momento en que nace; tiene una vida que termina justamente cuando el libro se hace».

¿Qué decir a todo esto? ¿Qué resulta más irritante? ¿La ignorancia, la arrogancia, el paternalismo?

Últimamente este tipo de ataques asesinos hechos con una gran sonrisa de cordialidad parecen estar a la orden del día. Los científicos afirman con total tranquilidad que los que no son científicos son tontos, y pretenden hacerlo además con buen rollo, como diciendo, «venga, si en el fondo estás deseando admitir que tengo razón.» Es lo mismo que le dice Martínez Alonso (es verdaderamente increíble) a la escritora Irene Zoe Alameda: «A ver si estás de acuerdo: en el caso de la ciencia, existe la realidad. Vosotros no tenéis realidad.» La tendencia de las humanidades en estos casos es casi pedir perdón, o bien afirmar que es cierto, que las humanidades no sirven para mucho (ya que una de las características del humanismo es, precisamente, intentar verse a sí mismo desde los ojos de otro), o bien buscar argumentos para defenderse, argumentos que acaban resultando pobres, sentimentales y poco convincentes.

Lo que NO suelen hacer los «humanistas» o escritores aludidos es, por lo general, contraatacar, es decir, decir qué es lo que piensan ellos de los científicos. Y eso es lo que yo me propongo hacer en esta ocasión.

En mi opinión, para dedicarse a la ciencia es necesario tener una mente muy simple. Las mentes complejas se aburrirían enseguida con el método científico, que es puramente mecánico y se limita a trabajar con «hechos», entendiendo por «hecho» aquello que es susceptible de medirse con números. Esto es algo que no suele decirse porque las gentes del mundo de las humanidades somos mucho más educadas y sofisticadas que los científicos, y también por otra razón de peso: si un niño de cinco años, por ejemplo, nos llama «tontos» no nos dedicamos a hacerle ver que él es mucho más tonto que nosotros; ese gesto sería cruel y el niño acabaría llorando. Así, los científicos llaman tontos a los humanistas con total tranquilidad, y los humanistas, por lo general, se callan.

Los científicos están preparados simplemente para medir cosas y para pensar mecánicamente y de forma literal. Cuando se enfrentan con problemas que requieren otro orden de complejidad, una comprensión más sutil que tenga en cuenta aspectos aparentemente contradictorios, reaccionan como botarates. Es lógico que esto sea así. ¿Cómo van a ser sutiles si no son más que científicos?

Los científicos miden cosas y hacen experimentos y los repiten mil veces y descubren cosas sobre la realidad física, pero tienen, al mismo tiempo, un desconocimiento absoluto sobre la realidad social y también sobre la realidad psíquica. Lo curioso es que ellos (ya lo he dicho en otra ocasión) no saben que no saben. Para los científicos, saber algo sobre el ser humano es saber, por ejemplo, el número exacto de neuronas que existen en el organismo. Pero saber algo del ser humano es, también, saber algo sobre el amor, sobre el mal, sobre la belleza, sobre la fantasía, sobre la imaginación.

En este caso, los científicos (que como todos los simples, tienen respuestas para todo) no dicen que esos temas no sean importantes, sino que de esos temas nadie puede saber. Es decir, no es que ellos no sepan de esos temas, sino que nadie puede saber. Pero ¿por qué nadie puede saber? Porque no son temas científicos. Y se quedan tan anchos. ¿No es evidente que son más simples que una mata de habas?

El hecho de que los científicos sean más simples, menos sutiles, menos ilustrados, menos sofisticados que los humanistas les vale siempre para salirse con la suya. Pero algunas veces, hasta a un niño de cinco años hay que ponerle en su sitio y decirle, taxativamente, «tú te callas». Y a la pregunta de «¿por qué?», responder: «porque tienes cinco años.»

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27 respuestas a Andrés Ibáñez: Vamos a ver una cosa

  1. jnavarro dijo:

    Estoy de acuerdo en que, esas características definen a un tonto, en lo que discrepo totalmente es en que, por definición, todos los científicos sean tontos. Para empezar porque el termino científico es enormemente amplio y tan científico es un físico o un químico como un lingüista y desde luego, de supercuerdas u ósmosis inversa no le preguntamos a un historiador.

    En segundo lugar, se obvia la segunda parte del método científico que consiste en elaborar hipótesis que expliquen lo que se observa experimentalmente o experimentos nuevos que intenten rebatir esas mismas hipótesis.

    Francamente, aplicar el epíteto de tonto, de simple o de pensar mecánicamente a Einstein o a Darwin, me parece, cuando menos, un tanto atrevido. Aunque quizá el articulista estaba pensando en otros.

    Saludos cordiales

  2. Ecazes dijo:

    Verdaderamente este Ibañez se las trae, y bastante osado.
    Gracias por traerlo

  3. Sergio dijo:

    >Pero saber algo del ser humano es, también, saber algo sobre el amor,
    >sobre el mal, sobre la belleza, sobre la fantasía, sobre la imaginación.

    ¿Este Ibáñez no sabe que existe una Ciencia que se llama Psicología?

  4. Para los Científicos, los que están muy metidos en su papel y se lo tienen muy creído, para los de las Ciencias de Verdad, la Psicología no existe como ciencia. Es un divertimento especulativo al que se dedican personas que no dan el nivel de emplearse en la Ciencia de Verdad.

  5. Sergio dijo:

    Ah bueno, esto es una «guerra» entre científicos serios «creídos» (¿los tontos de los que habla Ibáñez?) y científicos serios humildes, listos y discretos.

    Estos últimos -incluyendo a los psicólogos (y otros) que estudian seriamente temas como el amor, la imaginación, etcétera- es a los que defiende Ibáñez, que conociendo perfectamente las rencillas entre las diferentes disciplinas científicas utiliza la expresión «todos los científicos» como un guiño hacia tantos investigadores injustamente infravalorados.

    Me daba miedo que Ibáñez tratase de halagar el ego de la gente sencilla, sus lectores, a los que les molesta pensar que alguien -por haber estudiado durante años en vez de leer el Marca- pueda creerse que sabe más que ellos u -horror- señalar su irracionalidad y sus contradicciones (que es lo que nos hace tan especiales y maravillosos).

  6. Bien pensado, Sergio, te doy la razón: este hombre no sabe que existe la Psicología. Tampoco conocen su existencia la mayor parte de los científicos de ‘ciencias duras’.

    Creo que el punto fundamental de Ibáñez (el método científico no lo cubre todo) se mantiene.

  7. Sergio dijo:

    El punto de Ibáñez es que los humanistas son mejores que los científicos, que son unos simples. Einstein, un simple, Andrés Ibáñez, una lumbrera.

  8. Agus A-G dijo:

    Sí, la visceralidad pierde a Ibáñez, aunque puedo entender que este artículo es una reacción al cientifismo rampante los últimos ciento y pico años que tiene la peligrosa pretensión de reducir toda la vida a lo mensurable.

    Creo que ha llegado el momento de cerrar la brecha entre científicos y humanistas, entre ciencia y humanismo. La ciencia es parte de la cultura. Lo físico es positivo. Y, a la vez, las cosas que más importan (los efectos de la libertad, del amor, del entendimiento) no son medibles con ningún aparato, por mucho que queramos reducirlo a una cuestión orgánica. En el fondo, la brecha a salvar, quizá, esté entre espiritualismo y materialismo. Ambas son erróneas, a mi juicio. Hay una hermosa unidad entre espíritu y materia.

    De todas maneras, la psicología no es la única manera de tratar verdaderamente (esto es, con verdad) las emociones, los sentimientos, etc. No mandemos al carajo la Literatura, por favor.

  9. Discrepo. No creo que el objetivo de Ibáñez sea decir que él sea la repera y Einstein un simplón. Interpreto (extraigo más allá del significado literal de lo escrito) que Ibánez responde a la actitud del del CSIC con un «para chulos, yo», sin creerse superior. Es una bravuconada que lo que quiere manifestar es que aquí todos tienen razones para subirse a la parra.

    Puesto que estoy exponiendo las intenciones de alguien a quien no conozco de nada, puedo estar metiendo la pata por completo.

  10. pseudopodo dijo:

    Creo que Topo da en el clavo con esta interpretación.

    No trata, creo yo, de decir que «los humanistas son mejores que los científicos, que son unos simples» como resume Sergio. Es más, creo que entenderlo así es caer precisamente en lo que Ibáñez critica a los científicos: la incapacidad para «pensar de forma no literal» y «tener en cuenta aspectos aparentemente contradictorios».

    Evidentemente es una burrada decir que «todos los científicos son más simples que una mata de habas», pero no mayor que decir que «en el caso de la ciencia, existe la realidad. Vosotros (los escritores) no tenéis realidad». Ibáñez adopta la actitud de Carlos Martínez pero con el contenido opuesto, y lo deja en ridículo. Es decir: no hay que entenderlo de manera literal.

    Por supuesto que no tiene razón en lo literal: ni el método científico es puramente mecánico» ni los científicos son necesariamente unos botarates cuando se les saca del laboratorio. Pero sí es cierto que hay muchos «cientifistas rampantes», como dice Agus, y esos están muy bien descritos por Ibáñez.

    Por cierto, no he conseguido encontrar las declaraciones, pero recuerdo que cuando a Martínez le pusieron al frente del CSIC dijo algo así como que «ya era hora de que pusieran al frente de la investigación en España a un científico de prestigio internacional». Increíble pero cierto. Con portavoces así, no es extraño que nos caiga un rapapolvo a los científicos…

  11. roke dijo:

    Coincido con Topo, ante una apreciación botarate del Director del CSIC, reponde con la valoración esperpéntica del científico, como diciendo -si tú haces una apreciación simple y boba, toma otra del frasco a ver qúé tal te suena-.

  12. Sergio dijo:

    Andrés Ibáñez dice que los científicos tienen una mente muy simple y que por eso se dedican a la ciencia. No dice que sólo sean botarates cuando se les saca del laboratorio.

    Andrés Ibáñez no describe a los científicos rampantes, describe a todos los científicos.

    En lo que si estoy de acuerdo es en que lo que critica Andrés Ibáñez es la forma de pensar literal de los científicos. La falta de literalidad le permite a él escribir una sarta de improperios (simplemente por no entender el concepto de «realidad» que maneja Martínez, que todos sabemos lo que quiere decir) y por lo visto cada uno lo interpreta somo le da la gana. Así cualquiera.

  13. pseudopodo dijo:

    No, Sergio. Lo que dice es: «Cuando se enfrentan con problemas que requieren otro orden de complejidad, una comprensión más sutil que tenga en cuenta aspectos aparentemente contradictorios, reaccionan como botarates».

    O sea, botarates cuando se les saca del laboratorio (y se les pone delante de un micrófono, como a Martinez).

    Cierto que Ibáñez no se para a hacer distingos entre unos u otros científicos, pero es que esto es una pieza retórica, no un paper de sociología. Un texto literario no se puede entender literalmente, y me parece que al hacerlo le estás dando la razón…

  14. Sergio dijo:

    Me parece que dice que «En mi opinión, para dedicarse a la ciencia es necesario tener una mente muy simple». Es decir que son simples todos ellos, aunque por supuesto también sean botarates en muchas ocasiones, pero no solamente en ellas.

    Puedo admitir que soy un simple y leo literalmente como un científico, pero por favor explícame de qué parte «literaria» del artículo deduces que no está hablando de todos los científicos.

  15. pseudopodo dijo:

    No es de ninguna parte, es el conjunto. Si yo lo entiendo bien, aquí está parodiando la arrogancia de Carlos Martínez. Entonces, igual que Martínez no hace distingos entre unos literatos y otros (todos «están en el pasado» y «carecen de realidad»), Ibáñez no hace distingos entre unos científicos simples y otros menos simples. Está poniendo a Martínez en un espejo y por eso su artículo está escrito en plan «botarate», pero de letras.

    Bueno, esa es mi interpretación. Si por casualidad lee esto Andrés Ibáñez a lo mejor nos lo explica (pero también la gracia de la literatura está en la ambiguedad…)

  16. Sergio dijo:

    Humildemente, yo creo que consideras a Andrés Martínez una persona inteligente y por tanto ni se te pasa por la imaginación que pueda pensar que todos los científicos sean unos simples (ni siquiera casi todos).

    Basta con leerle con cierta buena voluntad y no quedarse en lo literal. Exactamente lo mismo que pasa con la frase «Vosotros no tenéis realidad» a la que respondió magníficamente (en mi opinión) Irene Zoe Alameda: «en la ciencia la realidad es el mundo, y en las Humanidades la realidad es el hombre».

    En mi opinión, y dejo de ser pesado, es Andrés Ibáñez el que se refuta a sí mismo al sacar de contexto una frase de Carlos Martínez y dejarse ofender por ella.

    (Por cierto la crítica de Martínez a los libros se refería a que los libros no son algo vivo como las publicaciones científicas. También un poco sacada de contexto.)

  17. loiayirga dijo:

    Estoy con pseudopodo en su interpretación del texto. Y creo que es erroneo pensar que Andrés Ibañez considera «simples» a los científicos.
    Si se trata de ser prepotente (como hacen algunos) y creer que lo que uno hace (ciencias de la naturaleza) es lo mejor y que lo demás no vale nada, Andrés Ibañez borda un ejercicio de chulería similar pero por parte de un humanista.

    Existen niveles de realidad (sobretodo relacionados con asuntos humanos de importanacia) en los cuales aún no tenemos «ciencias de verdad» (me refiero a las que pueden reducir todo lo que dicen a matemáticas) que den explicaciones fiables. En esos campos, es posible que un novelista o un poeta puedan iluminarnos para entender más y mejor.

    Con todo y con eso, yo no desprecio los estudios científicos que se hacen para conocer la naturaleza fisico-quimica del amor. Me parece que son interesantes y que nos ayudarán a comprenderlo mejor. Tampoco me parece (como piensan algunos) que esos estudios lo rebajan.

    Que conozcamos perfectamente todas las características físicas de la luz del sol, de qué modo se produce la visión en la retina, o de qué modo las neuronas interactuán una con otras cuando experimentamos la belleza de una puesta de sol, no me parece que le quite valor a la experiencia. Y del mismo modo con el amor.

    En relación con la investigación científica sobre emociones y sentimientos estoy empezando a leer un libro que me entusiasma: «En busca de Espinoza» de Antonio Damasio.

  18. pseudopodo dijo:

    Sergio, es verdad que considero a Andrés Ibáñez una persona inteligente, y por eso tiendo a interpretar lo que escribe como ingenioso e incluso sutil. A lo mejor el mismo párrafo escrito por otro me parece un exabrupto… Pero eso es normal, así funciona siempre la comunicación humana, el sentido depende del contexto y ese contexto incluye todas las experiencias anteriores.

    Así que yo leo a Ibáñez con buena voluntad y a Carlos Martínez con mala, porque como decía en un comentario anterior lo poco que sabía de él no hablaba en su favor.

    Pero podría ser que Ibáñez hubiera sacado de contexto las declaraciones originales de Martínez y que este se mereciera también buena voluntad (por lo que dices las has leído, si tienes el enlace podrías ponerlo…)

  19. Agus A-G dijo:

    De acuerdo con la interpretación pseudopodiana y topística.

  20. tabris dijo:

    Me toca especialmente la moral que para contestar a un individuo que tiene la osadía de decir «los libros te dicen poco yo los contemplo como un fósil o como un hueso, pero nunca como parte de lo que altera lo que te rodea» uno tenga que caer en el juego y soltar otras burradas de igual magnitud como «Los científicos afirman con total tranquilidad que los que no son científicos son tontos» o la que me produce una sonora carcajada, «Los científicos están preparados simplemente para medir cosas y para pensar mecánicamente y de forma literal». Por favor, parece que nos estén tratados como borregos.

    Para mi, alguien que sea capaz de decir (¡ya no digo de escribirlas y publicarlas!) una de estas frases y no arrepentirse de ello no merece la más mínima atención.

    Borregos y estúpidos hay en todos lados: en laboratorios y en las portadas de libros. Y gente inteligente y sabia también está en esos mismos lugarres. Personalmente, las dos personas que aparecen en la entrada pierden todo mi respeto en el momento en que entran en una batallita de tópicos y máximas sin sentido.

    Aunque es verdad que hablo sin conocer a ninguno de los dos, asíq ue no puedo cazas segundas lecturas. Pero vamos, el artículo me parece, por encima de todo, demasiado subido de tono y fuera de lugar para alguien que, supongo, tiene que tener algo de inteligencia.

    PD: La psicología no es una ciencia: es una pseudociencia.

  21. pseudopodo dijo:

    Tabris: el asunto está en las segundas lecturas y en el contexto. Ya decía más arriba que si yo leo cosas como las que tú has entrecomillado sin saber de quién viene y por qué se ha dicho, también pensaría que son una estupidez…

    De todas maneras, si Sergio nos consigue el enlace con las declaraciones de Martínez a lo mejor tenemos más claro si Ibáñez se ha excedido, ha sacado de contexto, etc…

    En cuanto a la psicología… si te refieres a la de Freud, estoy de acuerdo en que es una seudociencia. Pero no es la única. Te recomiendo la Introducción a la psicología de George A. Miller y verás que eso es otro mundo…

  22. pseudopodo dijo:

    ¡Muchas gracias, Sergio!

    La verdad: siento decirlo, después de leer las declaraciones originales, para mí se comfirma que Martínez es un patán. Dejando aparte las frases a las que se refería Ibáñez, hay otras cuantas cosas que a mí me producen bochorno:

    * Cuando se le critica la endogamia en la Universidad, sale por la tangente diceindo que él a pesar de ser del CSIC tiene muchas clases (?) Quizá ha habido una confusión entre «carga docente» y «carrera docente», pero de todos modos no es disculpa.

    * Esto es antológico:
    (1) «he hecho un seguimiento, y debo decir que desgraciadamente no tenemos tantos jóvenes talentosos que se hayan ido y que quieran volver…» (demonios: todos esos Ramón y Cajal son gente del montón, las publicaciones por ahí es que se regalan)
    (2) «El grave problema es que no estamos formando jóvenes científicos que sean capaces de sustituir a los científicos que tenemos hoy…» (o sea: los jóvenes científicos de hoy son peores que los de su época)
    (3) «Depende de los recursos, si no hay recursos, por muy creativo que seas…» (¿pero es que tenemos menos recursos ahora que cuando estudió Martínez? Claro que no: tenemos muchos más. Y si influyen tanto los recursos pero nuestros jóvenes investigadores son peores que lso de antes, se sigue que es que el CI de los españoles ha debido caer en picado desde la edad de oro en que se licenció Martínez)

    * Y el remate: A una alusión de Alameda, Martínez responde «¿Crees que para incorporarte al Consejo se premia la obediencia o el adocenamiento?» . Según leo esto, una voz dice en mí: sí, SÍ, SÍÍÍ! (lo siento: es que yo conozco el tema de primera mano). Pero Martínez dice -y me temo que ya vamos conociendo su estilo-: «Yo entré directamente de profesor, muy jovencito. No fue difícil, y te puedo decir que ahora está entrando gente joven» (¿¿y qué tendrá que ver que sean jóvenes con que se premie la obediencia??)

    Así que suscribo lo de Ibáñez: «¿Qué decir a todo esto? ¿Qué resulta más irritante? ¿La ignorancia, la arrogancia, el paternalismo?»

  23. Heptafon dijo:

    Lo más irritante es que ese señor dirija el CSIC.

  24. Gracias, Pseudópodo y Sergio. Acabáis de darme la siguiente entrada de mi blog. Qué hombre más soberbio este C.M.

  25. Sherezade dijo:

    Como diría Marañón «el que sólo sabe de ciencia, ni ciencia sabe».

  26. pseudopodo dijo:

    Muy bueno lo de Marañón.

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