Agustín Fernández Mallo: Nocilla dream

El curso pasado parecía que todo el mundo hablaba de un libro de título curioso: Nocilla Dream. Bueno, obviamente “todo el mundo” es una exageración, pero me lo encontraba aquí y allá y daba la impresión de que era la sensación de la temporada, por lo menos en ciertos ambientes.

Ahora, repasando la web de la editorial, lo confirmo: veo que la revista Quimera la eligió “mejor novela del año en lengua castellana”; Qué Leer la nombró “obra más destacada de la narrativa española” y El Cultural de El Mundo la situó entre los diez mejores libros del año. Y por todas partes los críticos han dicho cosas como estas: Te pones a leer y ves que es algo diferente. Un salto en el vacío o la purga de su corazón. Una cosa intelectual o el sueño de la física nuclear en las mañanas de hospital. Un libro de zapeo. Una alabanza y gloria de Wittgenstein. Lo que sea (El Correo Gallego). O más brevemente: Férnández Mallo es el Ferrán Adriá de las letras (Qué Leer). Más breve aún: Nocilla Dream es genial (El Periódico).

No suele atraerme demasiado lo que está de moda (más bien al contrario) pero en este caso lo que leí me llamó la atención. Este tío, ¿es un genio o un farsante? Esta es la información que da la editorial sobre el autor:

Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967) es licenciado en Ciencias Físicas y ejerce en el ámbito de la física de las radiaciones nucleares con fines médicos. Ha publicado los poemarios Yo siempre regreso a los pezones y al punto 7 del Tractatus (2001), Creta lateral Travelling (I Premio Café Mon, 2004) (…) En el 2000 acuña el término Poesía Postpoética y desde entonces colabora -creativa y teóricamente- en diversas publicaciones culturales a fin de mostrar las conexiones entre las artes y las ciencias y llevar hasta el límite la creación posmoderna. Se declara influido por Valente, San Juan de la Cruz, Giorgio Manganelli, Italo Calvino, Thomas Bernhard, Wittgenstein, o por la poesía japonesa clásica, así como por el movimiento musical europeo de los 80, la física de los sistemas fuera del equilibrio, y el cine norteamericano de serie B. Es fan de Sr. Chinarro.

Así que resulta que es un físico de mi generación, interesado en “mostrar las conexiones entre las artes y las ciencias”: esto ya es de verdad interesante. Y luego están esas influencias que tienen su gracia, y que le sitúan en unas coordenadas muy alejadas de las que siguen siendo típicas en los escritores españoles (las de la generación del gin tonic, que dice Andrés Ibáñez).

En conlusión: tenía que leer Nocilla Dream.

Ahora que ya lo he leído, creo que Fernández Mallo no es ni un genio ni un farsante (aunque sí es algo pícaro: ver el apéndice). Nocilla Dream está bien escrito, se lee con facilidad y tiene momentos felices. No es poco, pero no es para tanto.

Me da la impresión de que el autor, que hasta ahora se había dedicado a la poesía (postpoética, aclaremos) estaba ahora haciendo sus pinitos en la narrativa, y tenía unos cuantos borradores de historias. En vez de pulirlos para publicarlos en el formato estándar de libro de relatos breves, los ha fragmentado en trozos pequeños (hay 113 capítulos muy breves: 200 páginas en total) y los ha hilvanado con algunos vínculos, a veces obvios y a veces apenas sugeridos.

Ha sido una idea inteligente: de esta manera se trabaja bastante menos, y los críticos pueden mencionar la fragmentación de la realidad posmoderna, la estética blog (lo dicen así) y la técnica del collage.

No es una crítica: a menudo tienen más frescura los bocetos que las obras terminadas (a mí me gustan mucho más los dibujos de Goya o Rembrandt que sus óleos). Y el efecto de “pegar” textos ajenos en relación (a veces obvia, casi siempre apenas sugerida) con los mismos temas es a veces un hallazgo. Por ejemplo, los párrafos de artículos del Investigación y Ciencia (hay unos cuantos, ver el apéndice) casi siempre resultan muy sugerentes y muy literarios. Y dejan a los críticos, que no entienden ni papa, con los ojos como platos: Un escritor radiactivo, dice la Vanguardia.

En definitiva: que con poco trabajo el libro le ha quedado muy resultón a Fernández Mallo. Y al fin y al cabo, él no tiene la culpa de que los críticos se pongan tan trascendentes por tan poca cosa y sean tan impresionables, tan rematadamente ingenuos: El lector de Nocilla Dream tiene, en fin, todo el derecho a dudar si Fernández Mallo escribiría del mismo modo de no estar sometido, en su trabajo diario, al contacto con la radiactividad, dice de nuevo La Vanguardia.

* * *

Apéndice: El pícaro Agustín

En Nocilla Dream se incluyen párrafos de unos cuantos artículos del Investigación y Ciencia. En concreto, de todos estos:

Copeland & Proudfoot: Un Alan Turing desconocido / Healt: Los orígenes del código binario / Segal: El geómetra de la información / Bekenstein: La información en el universo holográfico / Acampora: Láser en el km final / Rothenberg: ¿Son perdurables los documentos digitales? / Zimmerman: Criptografía para Internet / Cooper: Antenas adaptables

Pero tampoco es que Fernández Mallo se haya matado a leer: todos están sacados de un monográfico, La información, de la serie Temas. Pero el muy pícaro no lo dice, y los referencia como Scientific American: mola más.

Y otra picardía del autor: dice que el libro fue inspirado por la lectura de un artículo que figura así en la bibliografía: El arbol generoso – Charlie LeDuff – New York Times – 10-06-2004. En realidad, tal artículo no se publicó en esa fecha, sino el 18 de mayo del 2004, con el título de On loneliest road, a unique tree thrives. Sin duda, Fernández Mallo leyó la traducción que publicaría El País unos días después, en su suplemento de artículos del NYTimes que saca cada Jueves… pero no lo dice: así mola más.

Para acabar: dos buenas críticas, una de Nocilla Dream y otra de su ¿continuación?, Nocilla Experience.

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9 respuestas a Agustín Fernández Mallo: Nocilla dream

  1. Agus A-G. dijo:

    Los siento, pero los profetas del final de la novela, de la ficción y demás… no me molan. Y no sé si Mallo lo es, pero los que le han encumbrado sí. Sinceramente, no creo que nos acordemos de él dentro de unos años.

  2. serenus dijo:

    Vaya, le has destripado «la novela». No la he leído, y dudo que lo haga nunca. Pero parece que el asunto ha colado… Un genio no parece ser, el segundo miembro de la disyunción no ha quedado tan claramente desmentido.

    ¿A qué crees sin embargo que se debe el éxito?

    Te felicito, pseudópodo, por el minucioso análisis.

  3. Javier dijo:

    Hace unos años estuvo la estrella de Mañas y el Kronen, hoy perfecta y felizmente olvidados.

  4. Agus dijo:

    De acuerdo, Javier, Mallo suena a Kronen.

  5. panta dijo:

    Admiro que te hayas tomado el trabajo de buscar las referencias del autor pero me parece excesivo esfuerzo para el resultado final : un fiasco total.

    Sé que es fácil destruir a base de críticas y difícil construir algo propio y diferente, pero copiar fragmentos de obras ajenas y barajarlos con sueños oníricos de un físico o bromas de cafetería de facultad no es algo que abra nuevas fronteras a la novela, post-novela o post-siesta.

    Estoy seguro de haberlo comentado antes por aquí, no merece la pena leer nocilla dream.
    En los críticos se puede apreciar un efecto bien descrito por Sokal y Bricmont en su libro ‘Imposturas intelectuales’ : cuando oyen hablar de topología a un sociólogo o psicólogo le dan la razón no sea vayan a tener que buscar el significado del término .

    El que no lo hayas incluido en la antología de bodrios ¿ es momentáneo o un defecto de clasificación 😉 ?

    Lo lamento por A. fernández mallo me parece un tipo simpático y seguramente hubiéramos congeniado en la cafetería de la facultad riéndonos de chistes frikis, pero arriegarse a publicarlos es harina de otro costal.

    Saludos.

  6. pseudopodo dijo:

    Panta, yo no soy tan crítico como tú con este libro, no lo considero un bodrio, de hecho creo que es una lectura entretenida, pero tampoco tiene mucho más.

    Lo de los críticos es lo sorprendente. Yo creo que se juntan varios efectos: uno puede ser el que reveló Sokal (papanatismo ante lo que no se comprende), otro el sensacionalismo que siempre tiene que descubrir… eso, la sensación de la temporada (y aquí estaría el paralelismo con Mañas y su Kronen que dicen Javier y Agus), otro el mero efecto Mateo (“rich get richer”)… no sé si esto son suficientes explicaciones, Serenus. También es verdad que F-Mallo se lo ha trabajado: las líneas de presentación que da la editorial (que seguro que ha escrito él) me parecen una obra maestra de construcción de una identidad interesante, rematada con lo de “fan de sr. Chinarro” que lo borda.

    Bien pensado, creo que hay un mercado en hacer con el ensayo lo que ha hecho Mallo con la narrativa. Voy a coger varios posts del blog y en lugar de darlos más coherencia y más desarrollo (con lo que podría salir un ensayo al modo clásico) voy a cortarlos y hacer un collage hilvanándolos con algunos vínculos, unos sutiles y otros obvios, etc… Ya tengo incluso el título: Morcilla Sleep 😉

  7. Agus dijo:

    Sin duda, en una época donde la competición a ganar es la del ser más moderno (o posmoderno), chispas de genialidad u ocurrencias originales tienen las papeletas para convertirse en la sensación de la temporada. El reinado de lo efímero. Lo pop. O post-pop. ‘Lo meta-‘.

  8. Pedro Terán dijo:

    A mí, Fernández Mallo siempre me ha parecido un farsante de la peor especie. Quien quiera reírse un rato con la «poesía postpoética», ahí tiene una muestra:

    Haz clic para acceder a poemaspostpoeticos.pdf

    No hace mucho vi en la televisión local de mi ciudad comparar Nocilla Dream con Rayuela.

  9. pseudopodo dijo:

    Pfff… madre mía:

    He concebido una receta semigenial.
    Ingredientes:
    -1 vaso de 33cm3 absolutamente transparente.
    -33cm3 de agua

    etcétera.

    Desde luego, si la comparas con esto, Nocilla Dream es genial (o, bueno, semigenial).

    Ahora, comparar Nocilla con Rayuela es como comparar la gaseosa con el Dom Perignon. Los dos tienen burbujas, sí…

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