Ideas sobre la estigmergia humana

No, el título no es una broma ni me he inventado la palabra. La inventó el biólogo francés Pierre-Paul Grassé en 1959 para describir el comportamiento de termitas, hormigas, y otros insectos sociales, que dejan marcas (stigma) o signos químicos en el ambiente para coordinar su trabajo (ergon).

Nunca había oído hablar de la estigmergia hasta que hace un par de días recibí un correo de Alberto de Francisco, veterano comentarista de este blog. Me planteaba una idea intrigante, y con su permiso reproduzco aquí lo esencial del correo:

Estoy en un grupo de trabajo de una fundación pública en Brasil investigando herramientas de trabajo colaborativo en la web. Todo muy light (muy de ciencias sociales). Hasta que propuse una línea de investigación algo más divertida.

A partir del concepto de estigmergia, plantear que podemos crear un sistema que utilice marcas dejadas por las personas en el ambiente virtual de internet y reglas específicas para crear resultados que vayan más allá de los humanos.

Del mismo modo que hormigas sin ninguna capacidad cognitiva «colaboran» mediante marcas (feromonas) dejadas en el ambiente para maximizar los caminos a las fuentes de alimento gracias a a unas reglas de comportamiento, así las personas podríamos desarrollar reglas que a partir de las marcas virtuales que dejamos en Internet obtuvieran resultados por encima de los que podría alcanzar una cognición humana.

Hormigas + estigmergia = resultados por encima de sus limitaciones cualitativas como individuos
Humanos + estigmergia = ???

¿Es esto una gran idea o una pista falsa? Lo atractivo de la estigmergia no es que produzca una acción corrdinada entre agentes sin necesidad de un coordinador (hay muchos fenómenos colectivos en los que ocurre eso) sino que aquí ni siquiera hace falta una comunicación directa entre los agentes, que sólo interactúan con el ambiente, donde encuentran las señales que han dejado otros.

Pero quizá es algo que llevamos haciendo mucho tiempo, cada vez que respondemos a una señal de tráfico, al precio de un producto o a un soneto de Góngora… Nuestra cultura ha alcanzado el nivel de complejidad que tiene gracias a que no reposa sólo en comunicaciones persona a persona, sino en un arsenal de símbolos que dejamos ahí hasta que otro los encuentra y descifra.

Y sin embargo puede que haya aquí algo nuevo, algo cuya potencialidad sólo puede activarse con internet. Para entenderlo, creo que lo mejor es volver a las hormigas. Traduzco, más o menos, de la wikipedia, esta fascinante descripción de cómo forman sus caminos:

Las hormigas inicialmente vagabundean al azar, y cuando encuentran comida vuelven a su colonia dejando un rastro de feromonas. Si otras hormigas encuentran ese trazo, es probable que no sigan viajando al azar sino que sigan el rastro, y si finalmente encuentran comida, lo reforzarán al volver con ella al hormiguero.  Con el tiempo, sin embargo, la feromona empieza a evaporarse, reduciendo así su fuerza atractiva. Cuanto más tiempo lleva a una hormiga un trayecto de ida y vuelta por el camino, más tiempo tienen las feromonas para evaporarse. En un camino corto, por el contrario, la densidad de feromonas se mantiene alta, pues ésta se va reponiendo tan rápido como puede evaporarse.  De este modo, cuando una hormiga encuentra un camino bueno (es decir, corto) hasta la fuente de la comida, es más probable que otras hormigas sigan ese camino, y la realimentación positiva finalmente lleva a todas a seguir un sólo sendero.

La evaporación de las feromonas tiene la ventaja de que evita la convergencia a una solución que sólo sea óptima localmente: si no hubiera nada de evaporación, los camino seguidos por las primeras hormigas serían demasiado atractivos, y la exploración del espacio de soluciones se vería limitada.

De modo que, a diferencia de lo que ocurre con nuestros signos culturales, las feromonas funcionan sin necesidad de que las hormigas entiendan su significado, por un proceso puramente físico-químico. Y ese proceso desemboca en un resultado (la optimización del camino)  que está más allá de las capacidades de cálculo de cualquier hormiga individual. En la práctica ese proceso físico-químico es un algoritmo, y ha sido imitado en toda una familia de técnicas computacionales llamadas ant colony optimization (o algoritmos hormiga).

Quizá entonces las trazas que dejamos en el ambiente virtual de internet puedan producir resultados que serían inasequibles para una inteligencia humana, con tal de que un algoritmo adecuado (que, como hemos visto con las hormigas, puede ser sumamente simple) las procese. Y algo así ya está ocurriendo. Cedo la palabra otra vez a Alberto de Francisco:

Te doy ejemplos simples de lo que son sistemas estigmérgicos:

  • Google utiliza las marcas dejadas en forma de enlaces (y de negritas, tags, redundancia de palabras, etc.) para crear un algoritmo de búsqueda que ordena los contenidos por relevancia.
  • Amazon utiliza las marcas en forma de compras para realizar sus recomendaciones.
  • Los índices de impacto utilizan las citas para calcular la calidad de artículos, revistas y autores.

¿Puede usarse esto para aprender o para trabajar de modo colaborativo? ¿Qué otras implicaciones puede tener? ¿Quizá dar herramientas al Gran Hermano? No lo sé, pero quería someter el tema a su consideración, amables lectores. Porque ustedes, mientras no florezca la estigmergia humana, son mi principal fuente de acceso a la inteligencia colectiva…

Actualización (2010-10-25): Las feromonas de este artículo han impregnado Libro de Notas… recomiendo este post de Francisco Serradilla, que añade un giro interesante a la idea.

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35 respuestas a Ideas sobre la estigmergia humana

  1. Hector M dijo:

    Así funciona el capitalismo: Si hay un terremoto y faltan manzanas, el precio de éstas no se dispara porque aparecen los especuladores sino a razón de que más y más gente está señalando su necesidad de las mismas y al hacerlo y disparar el precio, avisa a los ofertantes de manzanas para que acudan allí trayendo más manzanas.

    Para mi, todos los sistemas regidos por mano invisible funcionan con estigmergia y por eso son suprahumanamente cognoscibles y no guiables mediante un agente interventor, tipo ZP

  2. josele dijo:

    Muy buena entrada o como se diga.

    Una pequeña aportación:

    En el mundo hormiguero, la cosa es un logaritmo debido a cuestiones físicas y químicas. En el mundo humano, hay otras cosas a tener en cuenta.

    Por ejemplo, los índices de impacto que mencionas; ejemplo, un Catedrático «escribe» un artículo. Sus acólitos lo reproducen y citan sin cesar. No vale para nada. Pero es el miembro principal del tribunal de sus ganapanes.

    ¿Sacado de madre? Bueno, los paradigmas es lo que tienen; estuvimos repitiendo lo de las teoría geocéntrica cienes de años.

    Que la gente repita cadenas de búsquedas o compre siempre lo mismo no significa que Gauss no tuviera razón.

    O el propio Pseudópodo, con su entrada sobre los gases esos que tenían una dispersión muy rara. O el otro sobre las potencias extrañas.

    Me recuerda bastante a cuando estuve trabajando con pseudo-redes neuronales.

    Lo cacharritos que entrenas para repetir nunca saben cuándo puden crear algo nuevo, útil. Como la fantasía esa del ordenador que al azar escribiría el quijote. Sí, pero no lo sabría nadie. Al menos, entre tantas versiones.

    Desde que la gente puede decidir, este dilema me resulta poco «científico», y bastante metafísico diría yo.

    Muy buena entrada, sí señor.

    Saludos

    Josele

  3. Gracias, Pesudópodo, por coger el guante.
    Solo añadir una sutileza:
    La estigmergia sólo funciona porque hay un margen de error en el seguimiento de sus reglas. Si todas las hormigas siguieran siempre el rastro de feronomas, nunca encontrarían fuentes de alimentos. De hecho puede ocurrir que las hormigas se queden dando vueltas unas alrededor de las otras, y sólo se salvan de seguir ese comportamiento suicida porque no respetan ni todas ni siempre esas reglas…

  4. pseudópodo dijo:

    Héctor, muy cierto, y ya que no te citas tú, te cito yo: aquí lo explicabas por extenso (y de paso, así me lo releo)

    josele, por eso las hormigas funcionan mucho mejor que nosotros: ahí los índices de impacto (etcétera) no están pervertidos… quizá porque sólo hay un catedrático (la reina).

    Alberto, no hay de qué. No conocía lo de los círculos de hormigas, es muy curioso y da que pensar. He encontrado alguna referencia que a lo mejor te interesa aquí.

  5. (No quiero desviar el post, pero al parecer es un comportamiento adaptativo. Cuando hay superpoblación eso elimina a las hormigas conservadoras y poco dispuestas a adentrarse en lo desconocido y las deja a todas muertas y juntas a disposición de sus compañeras)

  6. >>> Todo muy light (muy de ciencias sociales).

    Es tan reconfortante tener a quién mirar por encima del hombro.

  7. Masgüel dijo:

    Héctor, te copio un fragmento de la Addenda a «Caos y orden» de Antonio Escohotado:

    «El final de una reseña a este libro se pregunta “por qué pensar que la espontaneidad será benéfica, cuando, en rigor, los resultados podrían ser igualmente perversos.” En efecto, los resultados de la espontaneidad pueden ser tan perversos como los resultados del control, e incluso más en ciertos casos. Pero aquí vuelve a ser necesario un deslinde. Por una parte, estudiando lo espontáneo de un fenómeno nos acercamos más al fenómeno que reduciéndolo a cosa legislada, e incluso nos acercamos más a poder intervenir en él. Por otra parte, el autocontrol llamado civismo debe distinguirse del imperio arbitrario sobre la conducta de otros, y desde esa perspectiva la libertad resulta tan económica como la coacción costosa. De hecho, sólo brota dentro de aquello que es ya complejo, cuando la razón y el instinto de muchos se han templado aprendiendo reglas impersonales de juego, como que los pactos libremente contraídos habrán de cumplirse, que no será admisible pedir sin dar, que mediará el consentimiento en las transmisiones, etc. Dichas reglas han surgido al margen de cualquier intencionalidad explícita, a pesar de lo cual son las formas que sostienen el edificio de la vida cívica, con todas sus limitaciones y posibilidades. La espontaneidad será siempre una dinámica más o menos caótica, y por eso mismo susceptible de mejoramiento tanto como de empeoramiento. Sin embargo, espontaneidad es sencillamente otro nombre para un orden abierto a cambios. Cuando el cambio se encomienda a algún orden restringido o cerrado –desde la instrucción militar o monacal a supuestas “leyes de la naturaleza”- el caos sigue allí, informando cada elemento y cada práctica, mientras el verdadero cambio –el que afecta a nuestra perspectiva- queda siempre postergado a un mañana remoto.»

    Dicho de otra manera, del concurso de la mano invisible no podemos prever necesariamente efectos benéficos y, sobre todo, no sustituye el civismo de la conducta individual a la hora de procurarlos. Un capitalismo desregulado operado por agentes económicos que se comportan como piratas irresponsables es caldo de cultivo propicio al crecimiento de burbujas especulativas.

  8. Masgüel dijo:

    Respecto al tema de la entrada recomiendo el visionado de este documental:

    http://documentalesatonline.blogspot.com/2010/04/la-inteligencia-de-las-masas2009.html

  9. Hector M dijo:

    Pseudópodo,

    Gracias por el link aunque el post ese me parece un poco friki, casi humorístico y no por que no diga cosas que creo sino por lo rematadamente geek de sus comparaciones

    Masguel,

    Escotado -al que no he leído- es lector devoto de Hayek. Así que en eso coincidimos.

    Respecto a la regulación: Déjame autocitarme: Así, contra el pensar común enunciado por Milton Friedman de que la mano invisible muestra la posibilidad de la cooperación sin coerción, lo que realmente muestra la gran metáfora de Smith es que es posible (seguramente sólo así es posible) la creación de órdenes complejos extensos sin ningún planificador o director que determine a cada uno de los miembros o elementos de ese sistema qué debe hacer; lo cuál no es óbice para que (a diferencia de un orden azaroso) sí haya que delimitar, si hace falta de forma coercitiva, qué no pueden hacer.

  10. Frenzo dijo:

    Estas ideas tomadas de la biología son de lo más interesantes, y muy ricas. A mí lo que no me cierra en qué casos sería una buena analogía del comportamiento humano. Las hormigas, todas buscan lo mismo (alimento), de modo que una actitud colaborativa, como la que consiguen mediante la optimización del camino con las feromonas, es muy provechosa. Las sociedades humanas no sólo tienen diferentes objetivos, sino que compiten entre sí (porque tienen objetivos enfrentados, es una sociedad más diversa, compleja y contradictoria). Además, la sociedad de las hormigas es muy conservadora; la de los humanos es mucho más dinámica, los intereses materiales y espirituales cambian muy rápido (el aroma de las feromonas es aun fresco pero ya no nos interesa el lugar al que conducen). Pareciera que este modelo de las hormigas sólo sirve para gente que se comporta como hormigas.

  11. Tal y como lo estamos viendo en el grupo de pesquisa, tenemos dos problemas:
    -Las capacidades y objetivos de las personas no son comunes. No pdemos confiar es su capacidad de dejar marcas de motu propio.
    -Las personas manipulamos los indicios cuando sabemos que pueden ser intrepretados (convirtiéndolos en señales). @josele

    Y una ventaja:
    -El entorno es virtual, y podemos crear las marcas a partir del comportamiento del individuo.

    La solución es complementar a las personas con un bot, que sea quien marque la web según el comportamiento del usuario: tiempo pasado leyendo un artículo, compartido, descargado… Esto «uniformizaría» a las personas y estas, aunque podrían seguir manipulando los indicios para convertirlos en señales, serían menos dadas a ello.

    La primera posibilidad que hemos encontrado es crear rutas óptimas de intercambio de información. Nuestra experiencia es que en la web 2.0 social compartimos nuestros decubrimientos sin mucho criterio, de modo que nuestra red social y red acedémica acaba siendo muy similar.
    El objetivo sería similar a lo que proponen Mendeley o CiteuLike (si no conocéis estos servicios os los recomiendo), pero con las 7.000 personas de la fundación Fiocruz y atendiendo no a su declaración de intereses, sino a su comportamiento mientras recorren las bases de datos de publicaciones o la propia web.

    Por el momento sería seguir con el tipo de reglas topológicas típicas de la estigmergia.

  12. edulcorado dijo:

    Un tema muy sugerente, este. Y da para pensar mucho, pero es dificil llegar a una sintesis por la cantidad de ideas que sugiere…
    1.- A mi, como a Masguel, lo primero que me ha venido a la cabeza es el Libro de Escohotado de «Caos y orden», y sobre como las multiples individualidades de un conjunto se autoorganizan de un modo flexible, sin las rigideces de leyes externas. En los cruces de trafico por ejemplo, hemos visto como han ido floreciendo el sistema de las rotondas,( donde cada conductor debe decidir flexiblemente entrar o ceder el paso frenando si hay vehiculos en la rotonda) frente al sistema de los «dictadores » semaforos que ordenan parar en «rojo» independientemente de la cantidad de trafico.

    2.- Pero como en el capitalismo desregulado, los caminos del mal pueden ser innumerables. Mucho me temo que si seguimos por medio de Google, los caminos de las «feromonas» que van dejando los navegantes masculinos, acabaremos en paginas porno. (Eso si, Estadisiticamente podremos comprobar una tendencia evolutiva, por lo demas evidente)

    3.- Interesante el tema de las inteligencias emergentes, donde 1+1 es mas que dos. Quiza, sigamos necesitando un «Master Ceremony» de este «Caos» (y orden) que canalice toda la creatividad potencial de sistemas autoorganizados e iterativos.

    4.- Enhorabuena a este blog, que mas alla de ideologias- que las tiene- invita y estimula el debate y la participacion creativa.

  13. Aloe dijo:

    Yo creo que esto de la estigmergia humana se parece al caso de M. Jourdain, el que hablaba en prosa sin saberlo.

  14. pseudópodo dijo:

    Topo, no cojas el rábano por las hojas… quizá no debiera haber citado esa frase que al fin y al cabo iba en un correo privado. Por cierto, tu último post es un ejemplo de autoorganización que viene bastante a cuento.

    Masgüel, está bien el documental y es muy apropiado (aunque con todos lo documentales me parece que podían contar las cosas en la mitad de tiempo, aquí la merece la porque el tema tiene una fuerte componente visual… las imágenes de las bandadas de estorninos sobre Roma hay que verlas).

    edulcorado, ideología tengo, como todo el mundo, pero procuro que no me dé soluciones automáticas, como si fuera un tertuliano. Gracias por los elogios. Tu comentario y el de Frenzo me sugieren una idea sobre la cuestión del papel de la conciencia y las diferencias individuales en esto de la “inteligencia emergente”. Una idea un tanto confusa, pero ahí va.

    Quizá desde siempre, desde que vivimos en sociedades, han funcionado en nosotros efectos similares a los de las hormigas. Mucha de la cultura popular tradicional se puede ver así, una organización espontánea que es el resultado de la interacción colectiva en la que no había un propósito. De modo que superpuesto a las intenciones, creencias o ideas de cada individuo, estaba esta capa de inteligencia de hormiguero, a la que le debemos mucho, y que hoy sabemos que es enormemente eficaz.

    Pero lo es precisamente en la medida en la que los individuos no tienen iniciativa individual y no son conscientes de que esos efectos colectivos están creando las instituciones y costumbres que ellos han racionalizado con mitos o teorías filosóficas. La sociedad en la que esta inteligencia de hormiguero funciona mejor y es más eficaz es la sociedad cuyos miembros son más parecidos a hormigas. Cuando los individuos empiezan a ser realmente individuales, a actuar según criterios propios, a ser más autoconscientes y racionales, empieza a fallar este mecanismo. Ese es el proceso que llamamos la modernidad. Que, por tanto, nos despoja de uno de nuestros recursos más útiles para sobrevivir. Es un camino que no tiene marcha atrás, porque una vez que uno ha probado ser libre y autónomo, no va a aceptar volver a ser una hormiga. Pero quizá es peligroso para la supervivencia a largo plazo.

    Esto en cuanto a la analogía entre comportamiento de las hormigas y comportamiento humano. Sobre el otro tema, el de la utilidad de la idea de estigmergia para el aprendizaje, tengo que decir que lo que cuenta Alberto en el último comentario me parece que puede funcionar pero esos bots parece que reducen demasiado la privacidad (a ver si van a acabar llevando, como dice edulcorado, a páginas porno…). Hay programas como RescueTime que monitorizan lo que haces con el ordenador y en qué páginas te metes, pero no es lo mismo que lo instales tú para tu PC que te lo instale una institución. Lo de Mendeley parece mucho menos intrusivo, yo lo instalé antes del verano pero apenas lo he usado, de momento sólo lo he usado para organizar la biblioteca de pdfs que tenía en local, pero no he explotado el lado 2.,0. Y de CiteuLike no sé prácticamente nada ¿qué tiene en común o distinto de Mendeley?

    Una cosa más: parece que han dado un IgNobel a un trabajo que estudia la inteligencia emergente del moho del lodo…: Transporte: Toshiyuki Nakagaki, Atsushi Tero, Seiji Takagi, Tetsu Saigusa, Kentaro Ito, Kenji Yumiki, Ryo Kobayashi de Japón, y Dan Bebber, Mark Fricker del Reino Unido, por usar el moho del lodo para determinar las rutas óptimas para tender railes de tren (este es el paper).

    Aloe, algo de eso hay. Pero aún así, Mr. Jourdain hizo un descubrimiento cuando cayó en la cuenta.

  15. Respecto a la privacidad es una cuestión muy a tener en cuenta. En principio sería una istalación voluntaria que rastrería la navegación por las bases de datos accesibles desde la intranet (casi todas las importantes para salud) en los ordenadortes instalados en la institución. Pero sería conveniente que el usuario pudiera desconectar y conectar el bot a voluntad.
    Los japoneses no se merecían el IgNobel, o sí. Es muy interesante que la estigmergia obtenga los mismos resultados que el mejor algoritmo…
    CiteULike es básicamente lo mismo, pero lo encuentro más agradable.

  16. Frenzo dijo:

    No leí el paper de los japoneses, pero no me extraña nada, es muy japonés. En el parque donde trabajo, hay dos tipos de caminos peatonales: unos asfaltados y poco recorridos, y otros que se formaron espontáneamente sobre el césped (y hasta se parecen a los caminos que dejan las hormigas). Un descendiente de japoneses que trabaja con nosotros nos comentó que eso no se veía en Japón, porque allá primero dejan que la gente libre y colectivamente marque esos caminos que optimizan las distancias y recorridos, y recién después los asfaltan.

  17. Los romanos hacían sus calzadas con mucho amor por la línea recta. Sin embargo, en mi pueblo hay un cruce de calzadas y es curioso que los caminos transitados acabaron fuiera de ellas, a pesar de que tenían mejor firme.

  18. Dr.J dijo:

    Hola, no iba a comentar porque no conozco el tema, pero el domingo 3 en laverdad.es mi eximio maestro el Prof. Lozano Teruel habla de RA (realidad ampliada) ¿tiene ésto algo que ver con el tema?
    A mí me parece muy interesante el post original, solamente discrepo en que «a diferencia de las hormigas nosotros si entendemos el significado de los mensajes culturales» ¿de verdad? yo no estoy muy seguro; el comportamiento de las masas ante el discurso de un líder, de las fans en el «concierto» de su ídolo…no son muy comprendidos por los que participan de la respuesta.
    En todo caso mi idea es que siempre hay un autor (creo en la responsabilidad individual) y luego las cosas pasan a la multitud, más o menos o que decía Manuel Machado o el autor original del Cantar del Mio Cid; cuando algo pasa a ser entendido como popular es un clásico, pero procede del caletre de una persona concreta. Perdón por la divagación.

  19. pseudópodo dijo:

    Qué curioso lo de los caminos japoneses, Frenzo: todo un símbolo de dos maneras opuestas de actuar ante el mundo. Para mí, esto tiene que ver con la actitud ante la tradición (que yo proponía antes como resultado de una inteligencia colectiva): los japoneses, muy respetuosos con la tradición, esperan a que ésta se cree (a que los viandantes hagan el sendero) y luego la institucionalizan (lo asfaltan). En occidente, desde la Ilustración, aparecen los ingenieros de caminos que deciden a priori qué es lo mejor… que muchas veces resulta no serlo, como en el pueblo de Alberto (o como en la Universidad de Stuttgart: aquí hay un bonito ejemplo)

    Da la casualidad de que hace mucho escribí en el Cuaderno del Cercanías una nota sobre esto, precisamente al observar lo mismo en el campus de mi universidad. Copio aquí una versión ampliada que hice luego y que nunca pasó de borrador:

    Mano invisible

    Cada mañana, cuando llego al campus, paso por un pequeño camino que ejemplifica el verso de Machado: se hace camino al andar. El camino ha sido trazado por los pasos de los estudiantes que desobedeciendo el trazado geométrico y quebrado impuesto por el arquitecto, han pisado la hierba día tras día para recorrer la distancia mínima.

    Podría parecer que este ejemplo de (pequeño) incivismo es una mala ilustración de unos versos tan elevados, pero a mí no me interesa (de momento) hacer juicios de valor. El caso es que, por mucho que el arquitecto tenga otros planos, el camino más corto acaba imponiéndose. Y así se han hecho todos los caminos.

    El camino que han hecho los alumnos ilustra cómo del desorden de muchas acciones inintencionadas acaba surgiendo una solución óptima (en qué sentido es óptimo el camino? estudiarlo con una «foto aérea»). Es una idea que aparece y reaparece en diversos contextos y que es quizá una de las más potentes de nuestro equipamiento intelectual hoy en día.

    Podemos trazar su origen en Adam Smith (S.J.Gould, El Pulgar del Panda ch5) aplicado a lo social: la mano invisible. Pero quizá su precedesora, y su realización más sencilla, es la noción de equilibrio omnipresente en las ciencias físicas. Yo creo que me encontré por primera vez con ella en tercero de BUP, al estudiar el equilibrio químico. Se alcanza el equilibrio sin que nadie lo planifique, porque la dinámica de la reacción, sus sencillisimas reglas del juego, llevan a ello ineluctablemente. Después, volvió a aparecer al estudiar el equilibrio térmico, o los estados estacionarios. Insisto a mis alumnos en que piensen sobre esto, para que se den cuenta de por qué podemos asumir esas condiciones tan aparentemente restrictivas en infinidad de problemas.

    Sufre una elaboración adicional en la teoría cinética y la mecánica estadística: del desorden microscópico emerge el orden macroscópico y las propias magnitudes macroscópicas. Algo de evidente atractivo para el sociólogo, y que (habría que ver en qué medida) seguramente influyó a los funcionalistas (Merton).

    La teoría de la evolución sólo puede entenderse a partir de esta idea, pero es difícil adivinarla porque subyace a cierta profundidad, oculta por toda la florida casuísitica de tortugas galápagos, pinzones y eslabones perdidos. Probablemente Dawkins con su gen egoísta ha intentado exponerla de modo que la estructura de base, esta idea, resalte. Es una desgracia que los estudios matemáticos de la evolución no sean bien conocidos por el público culto (empezando por mí).

    De nuevo el orden (y nada menos que una aparente teleología) surge de los comportamientos individuales aleatorios en la teoría de Feynman de la electrodinámica cuántica. Teoría que tiene su precedente en otros principios variacionales de la mecánica pero en los que, al menos inicialmente, no se descubrió un modelo operativo que pasara de las acciones individuales al comportamiento colectivo (y por tanto suministraron combustible a un misticismo cósmico -ver Levy-Leblond)

    Dr.J, cuando decía que “sí entendemos el significado de los mensajes culturales” me refería al caso más obvio de respuesta a los signos dejados por otros: entender una señal de tráfico o leer un verso escrita por otro. Eso responde a la definición original de estigmergia, pero en realidad no es el caso interesante: ese es precisamente el caso en el que no se entiende el significado del mensaje porque y el proceso ocurre de modo inconsciente para los participantes, como ocurre con las hormigas.

    La cuestión de si siempre hay autor es complicada, yo creo que hay grados según el elemento cultural del que se trate. En el cantar del Mio Cid seguramente hay un autor, en la Iliada y la Odisea está menos claro, en los cuentos populares menos aún, y en las instituciones sociales tradicionales ya es imposible encontrar nada parecido a un autor: se crean como una estalactita, como decía Kundera y comentaba yo en un post de hace tiempo, que a lo mejor tiene más relación con esto de lo que yo recordaba…

    Ah, yo creo que esto que discutimos no tiene que ver con la realidad aumentada (qué es como se suele llamar). Aquí tienes la definición de la Wikipedia, pero a lo mejor son más ilustrativos los ejemplos que han salido en Microsiervos.

  20. @Dr. J La Realidad Aumentada puede dotar a la realidad de una «capa de datos», de una nueva capa simbólica añadida. Ahora mismo estamos rodeados de mensajes simbólicos que son los que hacen que entandamos la realidad. Accedemos a estos mensajes gracias a nuestra cultura. Con la RA accederemos a ellos gracias a nuestra capacidad adquisitiva (me temo).
    Esa RA podría permitirnos dejar marcas en la realidad, no sólo en Internet. Cuanta gente ha entrado en este Restaurante? Cuánta gente lo valoró bien? Es otro planteamiento distinto.

  21. Aloe dijo:

    Se supone que la «estigmergia» que abanderaba Adam Smith, la mano invisible del mercado, funcionaba a pesar de todas las intenciones deliberadas que pusieran los sujetos. Es decir, que la «señal» pertinente a la que haríamos caso es la monetaria, no las intenciones o las manipulaciones conscientes de los agentes.
    Que no nos lo creemos del todo lo demuestra la existencia (y el dineral que mueven) la publicidad y el marketing, que no deberían tener apenas un lugar si los presupuestos del mercado de libre competencia puro (el agente perfectamente racional decidiendo por motivos estrictamente de precio o lucro) se dieran en la realidad. Al respecto, es bastante peculiar la esquizofrenia que existe: las creencias que sustentan los modelos económicos son maś bien inconsistentes entre sí, a veces incluso incompatibles.

    Como bien se señala, esto que ahora se bautiza así es una parte muy considerable de los mecanismos y modos en que funciona la interaccion humana, la difusión cultural, y casi todo lo demás. Lo bonito está en el qué, el cómo y el cuándo de cada caso particular, creo yo. Y en muchos casos, lo interesante sería ver cómo eso se manipula deliberadamente, para aprovechar sus intersticios o sus inercias: desde el broker listillo que juega a ir un paso delante de la marea, al diseñador hábil de los espacios públicos o al creador de publicidad pretendidamente «viral».

    No me parece muy afinado suponer que nuestros antepasados sapiens eran medio tontos, sin individualidad y parecidos a las hormigas: desde el punto de vista evolutivo no parece tener sentido, desde el punto de vista antropológico e histórico creo que tampoco. Y cuando ves las enormes aglomeraciones humanas de hoy en día, que no tienen precedentes, o las enormes audiencias del mismo entretenimiento, la misma noticia o el mismo programa escolar, pienso si en todo caso no seríamos nosotros las hormigas.

  22. Frenzo dijo:

    Sería una lástima que la «Mano invisible» quede oculta entre los comentarios, da para mucho esta idea de que los sistemas muy dinámicos y libres a nivel de sus componentes individuales (moléculas, hormigas, personas) pero sometidos a ciertas reglas y restricciones simples terminan generando estructuras que todavía parecen muy caóticas al nivel de los componentes (escala microscópica o individual) pero son muy ordenadas a escala global. Es muy atractiva la idea de que los patrones que dan forma al mundo son consecuencia de un compromiso entre desorden (entropía, libertad, etc.) y restricciones (energéticas, de contorno, etc). Es como si el mundo fuera el hijo o hija adolescente de un matrimonio entre cielo e infierno.

  23. Voy a autilizar este post como libro de notas.
    A la busca de estigmergia cognitiva.
    Dos metáforas:
    -los caminos del conocimiento (reglas de hormigas para rutas de aprovisionamiento)
    -construcción del conocimiento (reglas de termitas para termiteros)

    El conocimiento no se consume (alimento) se reproduce, cuanto más conocimiento mejor, pero no todo el conocimiento hace fructificar más conocimiento. Sólo conocimiento cercano, pero no sólo cercano conforme a la división de las ciencias y especialidades.
    Utilizar la estigmergia para encontrar esos conocimientos «cercanos» porque pueden fructificar.
    Los agentes del conocimiento somos las personas, hay que conectar personas, no según sus intenciones declaradas (keywords en papers, áreas de conocimiento), sino yendo más allá.
    Algún tipo de reglas estigmérgicas que conecten conocimientos aparentemente no conexos (personas no conectadas por sus intereses científicos).
    Conectar personas no entendido como conexión personal, sino como conexión de sus ideas, de lo que producen.
    Investigar si Mendeley, CiteULike o Academia.edu han producido algún efecto similar.

    El espacio de la estigmergia de insectos sustituido por el espacio de X dimensiones del conocimiento humano.
    Los investigadores recorren ese espacio de conocimiento «construyendo» columnas que se separan según pasa el tiempo (subespecialización de la ciencia). Necesidad de conectar columnas (alguna clase de regla estigmérgica lo puede conseguir?)

    Divagando, claro…

  24. pseudópodo dijo:

    Bueno, aunque no se note, sigo vivo y pensando sobre estas cosas.

    Aloe, quizá no me he explicado pero no supongo para nada que “nuestros antepasados sapiens fueran medio tontos” (en realidad opino más bien al contrario). A lo que me refería es a que este tipo de “inteligencia colectiva” al modo de las hormigas sólo funciona si los sujetos no pretenden tener un estilo de vida propio, sino que actúan de acuerdo con su papel social (las hormigas obreras no se empeñan en comportarse como reinas, etc) y son inconscientes del mecanismo de la inteligencia colectiva. El primer requisito creo que es el que se ha debilitado con la modernidad, el segundo todavía se cumple, aunque a lo mejor cuando se vayan popularizando estas ideas empieza a fallar también.

    La cuestión de qué hace falta para que esto funcione, y cómo funciona exactamente no es sencilla y es donde está en realidad la miga del asunto. En Adam Smith, los agentes tienen que ser perfectamente racionales (y por tanto inmunes a la publicidad) pero es que esa racionalidad perfecta al final se traduce en una regla de acción muy sencilla, casi mecánica: entre productos que cubren la misma necesidad, compra el de menor precio. De manera que son como hormigas con una calculadora, y volvemos a que lo que hace falta es “no salirse de la norma”.

    Frenzo, es verdad que es muy atractiva esa idea del compromiso entre desorden y restricciones (y tiene gracia la manera en la que tú la presentas… aunque eso de que el mundo sea un adolescente da miedo: ya hay demasiados adolescentes en el mundo) Seguro que Prigogine dijo algo así: me recuerda también a la idea de “la vida en el filo del caos” o al compromiso entre “orden y sorpresa” (como diría Martin Gardner) que hay siempre en toda obra de arte… Aunque puede que mucho de lo que se haya especulado sobre esto no sea cierto al final, creo que hay una verdad profunda detrás.

    Y bueno, para que no se quede enterrada la mano invisible entre los comentarios (para hacerla más visible) habría que ponerla en un post… lo que pasa es que lo que escribí en tiempos no está muy presentable para salir de esta trastienda, me parece, y me da pereza reescribirlo…

    Alberto, tienes este post a tu disposición para tus notas, me parece que es una buena manera de seguir la discusión sin urgencias. La conexión entre personas con conocimientos aparentemente no conexos es algo que estamos haciendo en este blog y para mi es precisamente eso lo más valioso que tiene.

  25. Frenzo dijo:

    Bueno, si es por pereza que la «Mano Invisible» no llegó a post, está muy bien, porque dicen que la pereza es la madre de todos los vicios, pero a la madre hay que respetarla. Seguiremos aquí.

  26. Aloe dijo:

    Muy clarificadoras las aclaraciones, Pseudopodo.

    …que el mundo sea un adolescente da miedo: ya hay demasiados adolescentes en el mundo…

    Los adolescentes, incluyendo los más brutos, o quizá sobre todos los más brutos, a mi me parecen conmovedores en su insensatez, sus carencias y su tormenta hormonal. Me dan como ganas de protegerlos, del mundo sobre el que son tan ingenuos (incluyendo a los que están en guerra con él) y de sí mismos. Seguramente en esto habla en mi la madre más que otra cosa.

    El miedo no lo dan los adolescentes, sino los adultos que no se han hecho mayores y siguen comportándose como si fueran adolescentes, con la ferocidad, egoísmo y atolondramiento de estos, pero sin excusas de ninguna clase y con mucho más poder para hacer daño que los auténticos. Y no les puedes dar dos collejas y mandarlos a su cuarto para unos cuantos años.

  27. pseudópodo dijo:

    Aloe, cuando mis hijos lleguen a adolescentes, espero pensar como piensas tú ahora. Y sí, tienes razón, lo peor son los adultos que siguen siendo adolescentes: cada vez son más (y cada vez en puestos más importantes… pero mejor no hablemos de política).

  28. Sandra dijo:

    Pseudópodo, interesantísimo el tema y me quedo con esta respuesta que diste a alguien.
    «Josele, por eso las hormigas funcionan mucho mejor que nosotros: ahí los índices de impacto (etcétera) no están pervertidos… quizá porque sólo hay un catedrático (la reina).»

  29. El funcionamiento cerebral como estigmergia.
    La API de Google Sidewiki para leer y dejar marcas en Internet.
    Hormigueros con memoria (cada año las hormigas se renuevan, pero los hormigueros modifican su comportamiento con los años, dónde está la memoria del hormiguero?)

  30. Nos han aprobado un resumen para hacer un artículo para un número extraordinario de Cognitive Systems Research.

    Muchas gracias a todos por vuestras ideas 🙂

  31. Frenzo dijo:

    ¡Felicitaciones, Alberto! ¿Se puede acceder al trabajo o al resumen? Saludos.

  32. pseudópodo dijo:

    ¡Digo lo mismo que Frenzo!

  33. Por ahora no, ahora tenemos un año para preparar el artículo, pero copypasteo el resumen.

    Stigmergy and the Internet: Quantifying the intensity and frequency of use of websites

    We propose the use stigmergia to track the behaviour of users and observe the patterns that emerge when not only binary signals are recorded (visited/ not visited), but also when we quantify the amount of time that users devote to a specific web page. A possible agent to measure this would be the bant (bot + ant), possibly a Firefox plug-in that tracks the behaviour of the users in academic websites and measures not only presence/absence of interactions, but also the intensity of interactions and collects the information to establish general patterns of information retrieval and use.

    A rough depiction of the bant algorithm is that users leave marks that accumulate, tracked on Google SideWiki, and also track the amount of time that the user spend on each given item and any quotation in other contexts, leading to a graph that connects documents and pieces of information with links that vary due to the number of users and the intensity of their use, the importance of the path between two elements increases every time a link is made and with the amount of time that the user spends in the item.

    Traditional recomendations algorithms do a very good job of connecting people to possible matches of services or products they might be interested in, but we believe that accounting for the amount of time and attention devoted to specific pieces of information or items will reveal even better and more subtle matches.

  34. Frenzo dijo:

    ¡Gracias! Esperaremos el trabajo completo, es fantástico que las hormigas se metan en la web (y en las computadoras, como pasaba en la película Pi).

  35. Para no dejar las cosas a medias…
    Google, en su deriva peligrosa hacia una empresa que busca beneficios a corto, decidió cargarse Google Side Wiki, y con ello, mi proyecto de investigación, el artículo, y mi fe en ellos.

    Sigo intentando sacar el proyecto adelante. Voy a utilizar un proyecto de la universidad de Bolonia que coincide en lo básico con mis ideas.

    Por si Psudópodo se anima a hacer un post de esto:

    -Los sistemas nerviosos se desarrollan mediante reglas estigmérgicas (hipótesis):

    En un primer momento todas las neuronas están conectadas con muchas otras neuronas. Poco a poco los inputs de información venidos en forma de señales nerviosas refuerzan algunas conexiones y otras se dejan morir. Esta poda de conexiones es necesaria para desarrollar un sistema nervioso que responda a los estímulos.

    Con las gafas estigmérgicas puestas, esto es un proceso estigmérgico, donde los agentes (hormigas) son los impulsos nerviosos, y las neuornas son apenas los caminos a ser recorridos.

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