[50 libros] #44 The lightness of being, de Franck Wilczek

Franck Wilczek ganó el premio Nobel de Física de 2004, y no por un descubrimiento marginal sino por poner una pieza clave de nuestro conocimiento de la estructura de la materia.

Desde principios del siglo XX sabíamos que los átomos no son indivisibles sino que están formados por partículas elementales: electrones, protones y neutrones. Pero en los años 40 y 50 se descubrió todo un zoo de nuevas partículas, y cada vez resultó más inverosímil que fueran “elementales”. En los años sesenta, Murray Gell-Mann y George Zweig propusieron que  todas esas partículas (salvo los llamados leptones, como el electrón y el neutrino) podían entenderse como combinaciones de tres: los llamados quarks.

Los quarks explicaban elegantemente la profusión de partículas, pero se resistían tenazmente a ser observados: en miles y miles de experimentos en aceleradores de partículas nunca se encontró un quark individual. O bien eran una entelequia matemática o bien había una razón por la que debían permanecer siempre “confinados” dentro de las partículas. Tras los elegantes experimentos de Taylor, Kendall y Friedman, que demostraron que protones y neutrones tenían efectivamente una estructura interna que cuadraba con el modelo quark, quedaba por explicar el misterioso confinamiento. Parecía que entre los quarks actuaba una fuerza atractiva pero que, al revés que todas las fuerzas conocidas, aumentaba con la distancia: por eso los quarks se movían con libertad dentro del protón o el neutrón, pero cuando se intentaban alejar la fuerza atractiva se hacía enorme y no les dejaba “salir”. La explicación de este extraordinario comportamiento fue la que valió a Wilczek y a sus colegas David Gross y David Politzer el premio Nobel.

Yo había leído algunas columnas divulgativas de Wilczek, excelentes, en el Physics Today (le recuerdo también entrevistado por Punset, poniendo una cara memorable ante sus divagaciones, y contestando con mucha educación y buen sentido a preguntas que evidentemente consideraba como absurdas). En cuanto salió este libro en español quise comprarlo pero por una u otra razón no lo conseguí, y finalmente me bajé el original en formato pdf de la red y lo he leído en el kindle.

Sí, lo confieso. No lo había dicho aquí pero desde hace unos meses tengo un kindle. Sólo he leído tres libros en él: You are not a gadget, Program or be programmed y éste. Y aquí viene a cuento mencionarlo porque el formato electrónico me ha condicionado mucho la lectura. Ya me pasó con los anteriores pero en este caso ha sido peor, realmente un incordio. Es un libro en el que son importantes las figuras, y al convertir al formato kindle se desvirtúan: no se ven bien, no quedan en su sitio exacto y buscarlas es un engorro. Al final tuve que leerlo en formato pdf, con la pantalla apaisada. Además, no lo he leído de un tirón, y el e-book no se presta bien a dar un repaso hojeando los capítulos anteriores.

Pero esto era una crítica del libro de Wilczek (del kindle habrá que hablar en otro post). Está bien: explica claramente el confinamiento de los quarks –dejando los cabos sueltos inevitables a este nivel-, y cumple bien su objetivo de explicar el origen de la masa (eso de “the lightness of being”). Está escrito con gracia, se lee con interés… pero no me ha gustado demasiado el estilo. Está claro que al dirigirse al gran público (y no a los lectores del Physics Today) se ha sentido obligado a ser divertido y original. Y lo consigue mejor que otros Premios Nobel (como Laughlin o Lederman), sin chistes malos, pero para mi gusto es demasiado “efervescente”. Al final, las burbujas se suben a la cabeza, y aquí se trataba de tenerla clara. Prefiero autores más austeros como Ynduráin o Leggett, que no te quieren deslumbrar en cada página sino explicarte bien las cosas.

Pero quizá no es por exceso de burbujas sino por falta de papel…

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11 respuestas a [50 libros] #44 The lightness of being, de Franck Wilczek

  1. Instan dijo:

    A mí me parece un libro muy bueno, en la medida que hace algo que otros autores no suelen hacer, intenta mojarse en intentar explicar no sólo los tecnicismos de las teorías cuánticas de campos, sino también las implicaciones filosóficas (en un sentido bastante restrictivo, es cierto, pero que debería de aparecer incluso en los tratados técnicos, pues es física). De hecho yo me quedé encantado con el capítulo sobre «La Malla (The Grid)», que me parece lo mejor del libro, así como su repensar (si es que se puede emplear este palabro en este contexto) de conceptos como éter o masa.

    Aquí es donde me supo a poco, y es posible que esa falta de mojarse más en ciertas cuestiones, o profundizar más en los conceptos se deba a ese intento de intentar ser divertido y original que criticas a diversos autores. Pero me temo que es algo que tendremos que sufrir, y cada día será peor. El estilo Ynduráin no vende en absoluto, y por experiencia personal sé que el lector medio se estresa con la mera mención de un concepto técnico, aunque lo expliques en términos simples y evites las ecuaciones (y estaríamos hablando de mates del bachillerato).

    Lo que se estila ahora es la obra de divulgación de encantadores de serpientes como Green o Kaku, que son grandes comunicadores y que le dan al lector la droga metafísica que buscan, supercuerdas, agujeros negros que se retuercen en quinientas dimensiones, el multiverso cuántico, etc. Casi podría decirse que es una especie de temática numinosa dentro la física. Esto condiciona al resto de autores que tratan de «temas de frontera», pero su efecto es mucho peor en los que tratan temas más próximos a la experiencia cotidiana.

    Así, los Wilczek y Laughlin, que tratan temas menos fascinantes, pero mucho más interesantes, se ven obligados a adornar su producto con un estilo como este al que haces referencia. Y evidentemente no todos los autores tienen la misma habilidad para balancear el contenido y el contenido de sus obras.

    Incluso en lo que a la divulgación de la ciencia se refiere somos víctimas de la sociedad de consumo.

  2. pseudópodo dijo:

    Instan, ¡te lo has leído todo! Comparto lo que dices, y te agradezco el comentario porque me confirma que seguramente parte de mi problema con este libro es haberlo leído un poco a salto de mata y en el kindle en vez de en el papel. Me parece que se merece una relectura, por lo menos el capítulo que dices.

    Por otra parte a Kaku no lo he leído, pero a Greene sí, y me pareció muy bueno (me refiero a El Universo Elegante), por lo menos hasta que se metía de lleno con las supercuerdas y se le dejaba de entender… De lo que no hay duda es de que hay esa tendencia al sensacionalismo cada vez mayor en la divulgación. Aún así tenemos que estar contentos: Punset todavía no escribe libros de física.

  3. bloodykefka dijo:

    Una de las cosas que últimamente me pregunto si el rigor y saber comunicar son compatibles o no. Ya he dicho algunas veces que esa tedencia me preocupa, especialmente en sitios que presumen de rigor y esas cosas, aunque luego sean más bien fanboys de la ciencia.

    • Instan dijo:

      Depende de qué entendamos por rigor. Si se tiene una visión difusa de este, en el sentido de que no se pueden inducir concepciones erróneas de los conceptos, pero que hay que tener manga ancha a la hora de explicarlo, creo que es es compatible con la comunicación. Pero si te refieres a esas páginas apologistas de la ciencia y que en favor del rigor no dejan ni un pequeño espacio para la imaginación o la especulación, pues sí, tenemos un problema…y gordo.

      • bloodykefka dijo:

        Me refiero a lo segundo. Por ejemplo, el autor de El Tamiz siempre advierte de que tiende a simplificar muchos los conceptos para que lo esencial se le entienda, y tampoco tiene problemas en dar su opinión, pero intenta enseñar conceptos científicos, no hacer ideología, al menos es la impresión que he tenido a la hora de leer artículos.

        No se, supongo que yo cuando me refiero a «rigor» aludo más a una cuestión de honestidad intelectual que a otra cosa, contar las cosas como son, no interpretar las cosas a conveniencia o, si se hace, porque no haya más remedio (nunca somos imparciales), que se diga que es una opinión, que no ha de ser la más correcta necesariamente y que no me creo mejor por pensar así.

        Sin embargo muchas veces se sacrifica esa honestidad porque así creemos que la ciencia va a fascinar y a atraer más gente: Pseudópodo explica algunos de esos ejemplos (Hipatia, la Partícula de Dios (aunque eso quizás sea más una equivocación)).
        Lo malo es que no se si es una buena idea ganar tanto hincha de la ciencia, y más a costa de poder espantar a posibles científicos de corazón.

  4. Antonio dijo:

    Al margen del contenido del libro, me interesa enormemente tu opinión de lector empedernido acerca de los nuevos dispositivos de lectura. No me extraña que la experiencia en el kindle te haya parecido mala, yo nunca lo he visto como una buena herramientas par leer. Por ahora me inclino más por los tabletas. De hecho ahora mismo escribo desde un nexus 7 y me da la sensación de que en el fondo es mucho más cómodo para la lectura que los kindle, al margen de que también puedo usarlo para leer webs.

    Mucho me temo que por ahora los problemas que encuentras se deben a la falta de acuerdo entre los fabricantes de llegar a un formato standard que todo el mundo use. No obstante hay que tener en cuenta que estos dispositivos todavía tienen mucho margen para evolucionar (pantallas de e-ink en color capaces de reproducir vídeo, etc…).

    Por mucho que a mi personalmente me guste el formato papel me da la sensación de que dentro de poco el digital tendrá muchas más ventajas, aunque solo sea por el adelanto que supone para muchos el tener un enorme fondo bibliográfico a golpe de «tap» y de tarjeta de crédito. Porque apostaría a que de tu lista de «los 50» encontramos más y más baratos en Armazon, Google Playa o iBooks que en muchas librerías de España. De hecho yo un par de ellos me ha sido imposible encontrarlos en papel y he acabado comprándolos en digital. Eso por no hablar del ahorro de espacio en las estanterías.

  5. Clodoveo11 dijo:

    Ag, Pseudópodo, ya te has pasado al lado oscuro de la tecnología…

    No sé porqué la física debe esforzarse en ser divulgativa y hacer como se hace en la sociedad y la educación, «rebajar» sus pretensiones para vender. Si no se tiene una base sólida en formación científica, que se lean a Corín Tellado y ya está, que tampoco pasa nada ni es un drama. ¿Porqué diablos tiene todo el mundo que tener esa obsesión en saber de física, de «filosofía para dummies», etc? ¿No tenemos bastante con Internet para sobreexcitarnos informativamente?

    Y en conexión con ésto y los kindles, e-books o lo que sea. Siempre he comprado (no leído, comprado) libros que vaya positivamente a leer en un tiempo razonable. Lo digo porque hay gente que compra, de nuevo compulsivamente, libros que nunca tiene tiempo para leer. Y como le acaba fastidiando eso se pasan al e-book para tener 500.000 libros que no leerá ni en 100 vidas. Luego claro, la excusa es el precio o el espacio: pero para tener SÓLO los libros que necesitamos, que podremos leer y que nos bastan no necesitamos tantísimo espacio ni dinero. Vamos, creo yo.

    • bloodykefka dijo:

      El problema Clodoveo es que si no se fomenta una actitud de «aprecio por la ciencia» (valoración) puede ocurrir como está ocurriendo en España, que surgan políticos que recorten en investigación porque les da igual (bueno en realidad quieren privatizarla más que recortarla, pero a ver si consiguen siquiera eso XD).

      Sin embargo, aprecio por la ciencia yo creo que significa valorarla en su justa medida (saber paral o que sirve y para lo que no), no ponerla como la divina papaya. A ver si vamos a ser tan empalagosos que vamos a ahogarla.

      Lo dicho, una cosa es concienciar del valor de la ciencia y otra es llegar a niveles propios de un yonki: pa eso ya estan los porros que saben mejor.

  6. pseudópodo dijo:

    Antonio, no sé que tal será la experiencia de leer en una tableta, yo he leído bastante en la pantalla del ordenador y la iluminación me resulta cansada para la vista. A la larga estoy seguro de que triunfará uno u otro dispositivo y seguramente los libros de papel se quedarán como objetos de colección o se imprimirán a demanda… a pesar de que yo creo que son inmejorables como dispositivo de lectura (pero no siempre triunfa lo mejor: ahí tienes lo que le ha pasado a la alta fidelidad: ahora todos oímos mp3 de una calidad mucho peor). Pero en otro post hablamos más despacio de esto, que lo empezado pero hasta que no termine las reseñas creo que no me va a dar tiempo a acabarlo…

    Clodeoveo, no tenía intención de comprar un kindle, fue la fatalidad (en serio). Y bueno, a mí me pasa que compro muchos más libros de los que leo. En lo que va de año llevo 80 (lo acabo de contar) y eso que me estoy moderando porque ya tengo problemas de espacio en casa. Aún así, reconozco que tienes razón: hay mucho de consumismo en esto, y en los ebooks ya incluso pierde la gracia de poseer el objeto, porque se convierte en inmaterial, es como dinero que tienes en el banco en lugar de víveres en la despensa.

    Sobre los libros de divulgación: la verdad es que es un fenómeno curioso sobre el que habría que pensar más. A mí me gustan libros austeros, bien escritos pero sin fuegos artificiales, porque lo que busco es entender. Pero yo creo que la mayoría de la divulgación busca maravillar, dejar con la boca abierta, y eso en realidad tiene muy poco que ver con la ciencia y quizá más con un sucedáneo de religión o de fantasía en un mundo que la propia ciencia ha desencantado…

    También hay mucho de propaganda, como sugiere bloodykefka, y yo cada vez soy más escéptico con esto. Por ejemplo, toda la movida de interesar a los niños en la ciencia, al estilo de los experimentos que hacen en El hormiguero y cosas así. Me parece que se quiere que a los niños les guste la ciencia por unas razones equivocadas, y dudo mucho que eso despierte vocaciones reales. A lo mejor incluso es contraproducente. ¿No bastaría con enseñar a pensar, y luego que cada uno piense sobre lo que le interese a él?

  7. Antonio dijo:

    Creo que a largo plazo si tiende a triunfar lo mejor, o por lo menos se va mejorando. Lo que pasa es que hay tecnologías de transición. El VHS ganó frente a sistemas mejores pero ahora tenemos el HD que supera con creces a ambos. Y lo mismo pasará con el mp3. De hecho ya pasa, el bitrate que usa iTunes desde hace tiempo es superior al mp3 de antes. Con los libros pasará lo mismo, no tendría mucho sentido que la gente se decidiera a comprar algo peor habiendo mejores opciones máxime cuando la transición la va a hacer una generación que puede elegir libremente entre las dos cosas y ha usado de sobra tanto los libros como los formatos digitales.

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