El malentendido al que me refería en el post anterior es éste: creer que los medios están ahí para informarnos, cuando en realidad están para captar nuestra atención.
Es una idea casi obvia cuando uno cae en ella, pero supone un giro copernicano a la manera en la que solemos concebir la comunicación. De repente encajan muchas patologías que cada vez son más obvias en los medios, y empieza a estar clara la actitud que debemos tomar con ellos. Debemos ser avaros con nuestra atención, estar en guardia, y sólo entregarla conscientemente, a lo que nos merezca la pena.
En realidad, los medios siempre han estado ahí para captar nuestra atención, pero la cosa era distinta cuando costaban dinero. Primero, claro, porque no pagábamos sólo con atención, pero también porque el dinero es un intermediario que tiene efectos importantes. Tenemos una relación peculiar con él que contaminaba nuestra relación con la información. En general, el dinero lo controla el Super-Yo: no estamos dispuestos a pagar por algo que no esté justificado racionalmente. De modo que exigíamos a la información (en la medida de nuestros conocimientos e intereses) que fuera relevante y veraz.
Pero con la atención es distinto. No nos han educado para tratarla como un bien escaso, y estamos encantados de entregarla alegremente sin hacer un cálculo de costes y beneficios como hacemos con el dinero. Entregamos nuestra atención como los indios entregaban su oro a cambio de baratijas.
Esto, claro, es un filón para los medios, que se aprestan a fabricar las baratijas más baratas y más brillantes. Es decir, las más sensacionalistas, las más morbosas, las más sentimentaloides, las más pornográficas…
Esta es una de las causas por las que los medios de comunicación cada vez informan menos. La transición a la gratuidad nos hace a los clientes menos exigentes porque no concedemos valor a nuestra atención, y estamos dispuestos a derrocharla ante los estímulos más simples pero más llamativos.
Pero ¿por qué se ha desplazado el centro de masas de los medios hacia la gratuidad? En buena parte por la facilidad cada vez mayor en la era digital para crear “información” (o más bien, “contenidos”); y quizá en mayor medida aún porque en la era del smartphone, cuando la información es ubicua, nadie quiere pagar por ella (¿alguien quiere pagar por el aire?). Esa facilidad y ubicuidad que empujan a la información a ser gratuita hacen también que cada vez estemos más bombardeados por estímulos y la atención sea un bien más escaso. Lo que crea una realimentación positiva, una carrera de armamentos por captar la atención que exacerba el problema de la desinformación.
Así que igual que enseñamos a nuestros niños el valor del dinero, deberíamos urgentemente enseñarles el valor de la atención. Que en realidad es ya mayor que el del dinero… y quizá lo sustituya, si los teóricos que vienen advirtiendo desde hace tiempo sobre el advenimiento de la economía de la atención están en lo cierto. Probablemente lo están.
que se acabe el artículo con la «Mutua madrileña. contrátala ya», no sé…
Esos horrorosos anuncios los pone wordpress sin que pueda evitarlo y sin pagarme un céntimo… Pero sí, es irónica la cosa.
Hola
Para que quiten la publicidad de tu blog hay que contratar la versión de pago. Afortunadamente hay otra solución muchísimo mejor: una extensión del navegador que elimina toda la publicidad de todas las páginas y hace la navegación mucho mejor: AdBlock. Hay que buscarlo, cada cual para su navegador y SO. Es magia. De hecho a mí se me ha olvidado que lo tenía y me he tenido que preguntar por qué no veía yo a la Mutua Madrileña. 🙂
Desconozco a dónde quieres llegar pseudópodo pero en previsión de que el alumbramiento pueda ser más bien escaso, quiero decir algunas cosas. NI la gratuidad es un fenómeno nuevo, ni lo de la atención es con los nuevos medios. La radio y la televisión siempre fueron «gratuitas» y ya en el siglo pasado el precio de los periódicos solo cubría un porcentaje pequeño de su coste. Por lo demás la información como la formación y tantas otras cosas implican atención. La aparición de internet lo que hace es que la tarta publicitaria se reparta de modo diferente poniendo a algunos en peligro.
En relación con que internet es de pocos me parece que debiera ser claro. Basta con ver a quienes multa la Unión europea. El hecho de que la versión digital de El País se llene de bloguers o que cualquiera pueda participar en sus foros de debate no cambia en nada a quién pertenece.Mi opinión es que en el terreno de la información y los medios de comunicación los problemas son los de siempre independientemente de que los pagues en metálico en el quiosco o via publicidad comercial, institucional o de grupos políticos y de presión.
En este sentido tengo la impresión de que con el periodismo clásico nos hubiera quedado una idea más clara del por qué del auge y caída de la Primavera Arabe de lo que la tenemos con los actuales medios. Como también estoy seguro de que El País era mucho mejor periódico hace solo un década de lo que lo es hoy. Y para mí esto es lo que tiene interés. Por qué la información ha sido barrida del mapa y por qué el periodismo es cada día más de trinchera: o conmigo o contra mi. Cómo es posible que la nota más característica de los telediarios sea contra qué o quienes se proyecta. Y mientras tanto nada de esto no hace mejores.
«Debemos ser avaros con nuestra atención, estar en guardia, y sólo entregarla conscientemente, a lo que nos merezca la pena.» Creo que no podría estar más de acuerdo con esta frase.
Pero, ¿cómo saber qué es lo que merece la pena? Ese es para mí el asunto de fondo.
Para llegar a la sabiduría que transmite la frase de pseudópodo hay antes que regalar gratis mucha atención, creo que no hay otra. ¿Cuantos libros habremos leído para darnos cuenta, mucho después, de que no valía la pena leerlos? Seguramente cada vez afinamos más en nuestras elecciones, pero también es verdad que ha sido a base de gastar muchísima «energía atencional» y Cronos no perdona… Visto así, la vida requiere grandes dosis de estrategia,
Pues eso, me parece una paradoja que para poder ser avaros con nuestra atención primero debamos ser derrochadores con ella.( Parto de la base que estamos hablando de gente medianamente curiosa por el mundo, no de los que siguen una escuela o secta a rajatabla.)
Si supieramos ser avaros con nuestra atencion es porque seriamos sabios. Me imagino lo que haria Diogenes de Sinope si le regalaran una television de plasma para su tinaja.
Hablando de desinformacion: Como duele oir que a la mania de la gente de acumular trastos inutiles se le llama «Sindrome de Diogenes» La antigravedad descubierta de nuevo.
Efectivamente. Pero está la contradicción que expone Triglifo, algo así como hacer ejercicio físico para poder descansar bien…
Entonces bien, no es que haya que ahorrar atención sino aprender a distribuirla. Y me trae a la mente este interesante vídeo ( http://youtu.be/5UihT_WVzps ) del que se extrae la misma conclusión: cuanto menos seamos capaces de distribuir nuestra atención en internet, menor es la información del mundo que nos llega.
Después de ver ese video yo he ido modificando algunas de mis conductas en internet…
Asdf: ¡Gracias! Ya lo he instalado, no se tarda ni un minuto.
Emilio, todo tiene precedentes, pero un cambio cuantitativo, como el predominio cada vez mayor de los medios gratuitos, por encima de un cierto umbral se convierte en un cambio cualitativo, y eso es lo que ha pasado aquí. Como cuando la temperatura del agua aumenta, aumenta, y por encima de 100ºC hierve. Los problemas en el terreno de los medios no son los de siempre, estamos en un panorama muy distinto del de hace veinte años. Dos ejemplos son (1) Que la mayor parte de los contenidos no son creados por los grandes conglomerados periodístico sino por gente particular (es lo que te enlazaba en el post anterior, y lo sigo diciendo). (2) Lo que digo en estos posts: que la atención se ha convertido en un recurso casi universalmente escaso y eso no tiene precedentes.
Por supuesto que siempre la información y la formación han necesitado atención, como dices. Pero eso es como quitar importancia a la crisis de la energía que hubo en los 70 diciendo que “la economía siempre ha necesitado energía para funcionar”. Sí, claro, pero antes la energía no era un recurso escaso y no era determinante en el economía. Eso es lo que pasa con la atención, y más vale que estemos en guardia porque al robarnos la atención nos hacen más daño que al robarnos el dinero.
En lo que estoy de acuerdo contigo es que con el periodismo tradicional habríamos estado mejor informados de muchas cosas. Porque aunque ahora podríamos tener información mejor, buscarla cuesta mucho tiempo, energías y conocimiento. Cosas también siempre escasas.
triglifo, esa es una buena cuestión. Yo creo que no hay respuesta fácil y hay que dilapidar ciertamente atención para acabar sabiendo lo que merece la pena. Pero antes había un atajo: un canon cultural. Había autores clásicos, respetados, de lectura casi obligatoria por cualquiera que se quisiera creer culto…En todo esto había mucho esnobismo, etc, pero en definitiva cumplía una función. Ahora todo eso también ha saltado por los aires porque pensamos que está anticuado, cosa que casi siempre es falsa… Que conste que yo no me he guiado mucho por ese canon cultural, y no creo que me haya ido mal (un día de estos tengo que poner un post sobre esto…) pero aún así creo que es muy útil y que salimos muy perjudicados con su relativización.
Sertorius: pues no había caído en lo de Diógenes… me has estropeado el título de un post (que, visto el poco rato que saco para escribir, no sé si nunca llegaré a publicar).
Alejo, es muy bueno el video que enlazas, yo creo que lo había puesto por aquí alguna vez. Para evitar la burbuja de la que hablan ahí (que es un aspecto del que no hablaba yo en el post, pero me parece importantísimo) os recomiendo no usar Google sino duck duck go. Pero se admiten sugerencias…
Pero bueno! Claro, pagamos con atención muchas cosas en internet: alguien paga por gmail? Google? Youtube? Etc… Y es algo que existía desde hace tiempo. Eso no es nuevo!Seguro que más de uno recibe o conoce las revistas gratuitas: círculo de lectores, misión, etc…
No, pagar con atención no es nada nuevo. No seamos ingenuos, no inventamos nada con la atención . Lo que pasa es que ahora es más común. Y ¿por qué? ¿por qué prolifera un 20minutos en lugar de ABC , el Pais y estos mutan en aquellos? ¿por qué Wikipedia en lugar de la Británica para artículos que, sabemos, están mejor en la Británica? Esa es la cuestión.
La atención, o mejor dicho, el tiempo es oro. Es clásico. ¿Por qué sin embargo triunfan ahora los ladrones de tiempo? Para mi está claro…
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Tengo la sensación pseudópodo de que cambiando un poco los nombres estamos hablando de problemas de siempre y desde luego fijar en la gratuidad cualquier cambio cualitativo no me parece muy acertado. Hoy El País recoge esta información:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/11/actualidad/1365709436_068928.html
Internet comenzará a cobrarse en cualquier momento y por supuesto convivirá una información gratuita y por tanto sujeta a mayor número de errores y una información seleccionada que quien la desee deberá pagarla.
En lo relativo a la atención: el tiempo es oro hoy y lo ha sido siempre, y en todo momento hubo que saber ser selectivo si uno no quería perderse en el maremágnum de cosas que se le ofrecían.
Que esto se produzca en formatos nuevos, con intensidades cambiantes y que estemos en un proceso de reajustes que no ha concluido porque las novedades no paran de sucederse y estamos lejos de saber qué más nos deparará el fenómeno WhastsApp que sitúa de nuevo el centro en la comunicación intrapersonal y de grupos reducidos, lo que al tiempo ocurre en un momento en que la comunicación tiene una dimensión universal como nunca antes tuvo, son cuestiones que hacen más complejo el modelo es cierto, pero eso sucede también en economía y no por ello dejamos de hablar de sistema capitalista.
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Magnífico mensaje para los educadores: valorar la propia atención. Discernir, distinguir, discriminar. Hacer escrutinio, como hicieron con los libros del Quijote: aunque con criterio más cuidado…
Sí hay algo «nuevo»: el zapping, la navegación, el lector o televidente desprevenido y nada selectivo. Justamente el que no valora su atención. Ese es el fondo de comercio de las grandes agencias publicitarias, que necesitan para ello de los grandes medios. Si un medio quiere fidelizar a su público no es para que se impongan sus ideas o para que un partido gane unas elecciones: no podemos tener duda de que fundamentalmente es para ganar más dinero. Las agencias publicitarias cabalgan sobre esa batalla comercial de los medios.
No es cuestión de ser tacaños con la atención o con ser generosos: es cuestión de criterio. Se puede regalar toda la atención, pero sería mejor hacerlo con criterio. Un criterio puede ser el de considerar cánones, como sugiere pseudópodo: confiar en que la historia ha sabido decantar lo mejor de lo peor. Otro es más ignaciano, más jesuita, más «moderno»: el criterio de la «consolación-desolación». Lo que te consuela viene de Dios, decía S. Ignacio; lo que te turba o te deja en desolación, viene del diablo, aunque se vista de palabras sagradas. Era el criterio principal del discernimiento en los ejercicios espirituales (fantástico y delicado tratado de psicología humana), pero podemos también utilizarlo para elegir en qué medios, en qué firmas, en qué personas ponemos nuestra confianza. A condición de no confundir la consolación con el bienestar de sofá…
Hablando de economía y atención… http://www.systemcomic.com/2013/05/10/the-system-646-shifs
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