(Un post que estaba prometido desde el 24 de julio…)
En el colegio nunca me gustó la historia. En parte, supongo, porque no tuve buenos profesores, pero también porque en la historia no existía la dimensión visual de la geografía (los mapas fueron mi primer amor) ni servía de mucho razonar (como en las ciencias que me empezaron a gustar a partir de los catorce años). Para mí, la historia fue siempre en el fondo just one damn fact after another.
Con los años he ido matizando esta actitud, pero me sigue pareciendo que incluso cuando dan explicaciones y aducen causas y efectos, los libros de historia resultan arbitrarios. Se me dirá que mi problema es que no acepto la inevitable contingencia de la vida humana, y que querría que la historia fuese una ciencia, pero eso va contra su propia esencia.
Y sin embargo… las moléculas de un gas se mueven arbitrariamente, caóticamente incluso, y esa contingencia microscópica es compatible (de hecho, es la causa) de un comportamiento macroscópico simple y determinista. ¿No podría pasar algo análogo con la historia? Que, si hacemos macrohistoria en vez de microhistoria, si miramos las cosas desde lejos, cuando ya no se distinguen emperadores o batallas, cuando los malditos hechos individuales se borran, empiece a emerger un patrón a gran escala, una lógica…
De eso trata justamente Guns, Germs and Steel (Armas, gérmenes y acero). Un libro que lleva el subtítulo de “A short history of everybody for the last 13000 years”: nadie podrá acusar a Jared Diamond de falta de ambición.
Mirado a esa escala de miles de años, el hecho más llamativo de la historia es seguramente el diferente destino de unos y otros pueblos. En la fecha de salida, al acabar el pleistoceno y la última glaciación, eran todos cazadores-recolectores. Con el tiempo, unos formaron imperios y otros se quedaron en la edad de piedra, unos se expandieron y conquistaron y otros fueron borrados del mapa. En particular, los pueblos de Asia y, sobre todo, de Europa, tomaron la delantera. En 1492 fue Europa quien “descubrió” América y en poco años la conquistó con una facilidad pasmosa. Por poner sólo un ejemplo, que Diamond relata extensamente: el 16 de noviembre de 1532, Francisco Pizarro, al mando de 168 soldados españoles, aplastó en Cajamarca a un ejército de 80.000 incas y capturó a su emperador, Atahualpa. Exigió después un rescate que fue probablemente el mayor de la historia: una cantidad de oro suficiente para llenar una habitación de 7 metros de largo, seis de ancho y casi tres de alto. Tras recibir el rescate, Pizarro mató a Atahualpa en vez de liberarlo.
Historias como la de Pizarro, menos espectaculares pero esencialmente iguales, se han repetido cientos de veces. Los europeos han conquistado América, África, Australia… con una superioridad abrumadora. ¿Por qué ha sido así?¿Por qué fue Pizarro quien cruzó el mar y venció a Atahualpa y no al revés?¿Por qué un puñado de incas no atravesó el Atlántico, venció al ejercitó español e hizo prisionero a Carlos V?
Una pregunta como esta es un ejemplo del tipo que nunca se planteaban mis libros de historia pero sí se plantea Jared Diamond. Y no es en modo alguno absurda ni ociosa. Primero, porque mal podemos decir que entendemos algo de historia si no podemos explicar hechos tan básicos y contundentes. Pero la cuestión es mucho más que académica: tiene una dimensión moral. La superioridad se occidente se ha explicado tradicionalmente por la superioridad de la raza blanca. Hoy esto resulta de mal tono y semejante explicación no se dice nunca en voz alta. Pero es la explicación obvia, y la corrección política que impide apelar al racismo no nos suministra ninguna alternativa. Mientras no tengamos una explicación mejor, el racismo permanecerá reprimido pero latente: sólo lo podemos superar de verdad si comprendemos que es en realidad falso.
Diamond proporciona en este libro esa explicación, con una claridad meridiana, una lógica impecable y una argumentación aplastante. Sin duda pueden discutirse muchos detalles, y el libro ha tenido muchos críticos (basta ver su página en amazon.com, con nada menos que 1505 reseñas (!), para encontrarle todo tipo de defectos). Pero esas críticas son en el fondo un homenaje a un libro que se ha convertido, merecidamente, en un clásico.
Pero, ¿qué dice Diamond?¿Cuál es su explicación de la superioridad europea? Eso lo dejamos para el próximo post.
Ese tipo de preguntas a las que intenta responder Jared Diamond, hace ya mucho que se hacen en Historia. El problema es que los temas tratados de esta manera no llegan ni remotamente a los libros de texto, a los programas de bachillerato e incluso a veces, no llegan a la universidad.
Hay que ir con cuidado con el determinismo, pero es cierto que muchos temas que plantea un libro como este y otros, como el comenté «imperialismo ecológico» y sus respuestas han molestado mucho en ciertos círculos, donde ha quedado desmontada la historia de buenos y malos. Esto es una simplificación pero a estas horas y en un comentario de blog creo que queda bastante claro.
Celebro que le haya gustado. Yo lo estoy leyendo y también me está gustando mucho.
Yo creo que la explicación de la superioridad europea tiene dos aspectos a comentar:
– Uno, que se dieron unas circunstancias históricas que no se dieron en el resto del mundo.
– Dos, que quizás eso sea «microhistoria» y cierta «visión contemporanea». Me explico, hablamos de la superioridad occidental, que en parte es cierta porque el nivel de desarrollo que ha tenido la sociedad occidental no lo ha tenido ninguna otra jamás. Pero claro, si estiramos más y hacemos «macrohistoria» como hace este libro, los imperios se hacen y se deshacen, y antes había otras sociedades con más desarrollo. Si eso es así… ¿no significa que la superioridad de hoy, puede ser la decadencia de mañana? Al fin y al cabo los dragones asiáticos están prosperando, y tampoco sería extraño que un buen día nos encontrásemos con que latinoamérica y el mundo islámico han superado sus problemas y nos coman.
Respecto a lo que dices en la relación historia y otras ciencias, creo que lo que tira para atrás es que, si bien es ciencia, es menos «ciencia pura» (no se como definirlo) que otras. En biología o química, a pesar de que las cosas son revisables, las teorías tienen una base sólida y contradecirla muchas veces significa cargar contra molinos de viento. En historia te encuentras cosas como por ejemplo, que la existencia de Jesús se realiza por convenio al generar más problemas que soluciones, y aunque estoy de acuerdo con ese convenio, da mucho más margen para creer o no en su existencia que por ejemplo la evolución. Es «menos fiable».
Aunque claro, esta conclusión indica varias cosas, en el mejor de los casos es un sano y ligero escepticismo propio de una mente abierta, pero en el peor es un desprecio por las humanidades ante la incapcidad de aferrarse a algo sólido XD.
Pues me están cogiendo ganas de leer el libro (uff, veo que ronda las 600 páginas). O quizá me espero de momento a la segunda parte del post…
Así de entrada me parece un tema bien espinoso.. e interesante. Es cierto que la capacidad de conquista y expansión de los europeos ha sido abrumadora. Lo que no sé es si equipararía esto a «superioridad». Desde luego, ha ido asociada a una superioridad tecnológica, pero ampliar el término «superioridad» más allá, no sé…
Además, como se ha comentado, está el tema del determinismo. Del objetivo muy loable de intentar explicar por qué (o mejor dicho «cómo») sucedió lo que sucedió a decir: «es que no había manera de que las cosas fueran de otra forma… ¡tuvo que suceder así!», hay una tenue línea.
Pero bueno, es sólo una impresión. A ver si me hago con el libro y lo leo.
Triglifo, el libro realmente merece la pena y se lee bien (ahí tienes también la opinión de Vicente) aunque la verdad no se puede decir eso de “se lee como una novela” porque acaba siendo un poco repetitivo (los últimos capítulos tienen interés, pero no aportan nada nuevo) y a veces es casi un libro de texto. De hecho creo que sería un buen libro de texto para estudiar en bachillerato, por ejemplo, en lugar de otras cosas que se estudian; además de aprender mucho por los contenidos, también aprenderían mucho de la manera de argumentar y razonar. Ya hubiera yo querido estudiar en un libro así…
Yo no estoy al tanto de las polémicas entre historiadores, pero sí me imaginaba algo como lo que dice Hesperetusa, por el espacio que dedica Diamond a autojustificar su enfoque. Vistas desde fuera, estas polémicas parece que sacan las cosas de quicio. A mí me parece que la distinción entre microhistoria y macrohistoria (que no la hace Diamond, la hago yo) puede aclarar por qué en este libro no se plantea una visión determinista de la historia, ni se niega la importancia de los individuos o su libertad.
Por seguir con el símil de las moléculas de un gas: cada una tiene una velocidad muy diferente que apunta al azar, y el efecto de las fuerzas externas generalmente es muy pequeño comparado con los efectos individuales intermoleculares. A cada molécula lo que le importa son las moléculas vecinas, y cada una hace esencialmente “lo que quiere”. Pero esa diversidad individual se promedia a cero, y por eso lo que queda cuando miramos desde lejos y no vemos a los individuos es sólo el efecto de la fuerza externa. Aquí esas fuerzas externas serían las “condiciones de contorno” de cada sociedad, los factores ambientales que aquí se apuntan como decisivos. En realidad, el mensaje del libro es que el material humano no es importante a escala macrohistórica, simplemente porque en su enorme variedad los individuos de una sociedad no son ni mejores ni peores que los de otra: su efecto se promedia a cero y lo que queda esos efectos ambientales que son pequeños pero apuntan consistentemente en la misma dirección.
Todo esto es la manera de verlo de un físico; es un poco lo que pasa con la fuerza de la gravedad, que es billones y billones de veces más pequeña que la fuerza eléctrica, pero es la que domina a escala humana, simplemente porque las cargas eléctricas están compensadas (hay tantas negativas como positivas, promedian a cero) mientras que no hay masa negativa, y la gravedad siempre suma…
En cuanto a lo de “superioridad” el término está más que justificado si nos referimos a “más poder”, se entiende que no se trata de aplicarlo aquí como un slogan racista… cualquiera que diga que una raza o pueblo es “superior”, así sin más, sin especificar en qué, está claro que no merece que se le siga escuchando… Sobre lo que dice Bloody, es verdad que esa superioridad puede ser relativamente efímera (en términos macrohistóricos) y yo soy de los convencidos de que estamos viviendo la decadencia de occidente… pero eso tampoco invalida la tesis del libro, simplemente es que ahora los factores que han conferido poder en los últimos miles de años ya no tienen la misma vigencia.
Respecto a la decadencia… yo soy en ese aspecto más optimista (o menos pesimista según se mire). Es posible que al final, como le paso a Europa o Canada respecto a USA, occidente mantenga una posición importante dentro del mundo… pero que con el cambio de paradigma Oriente llegaría a la cúspide (y también deberíamos entender a que nos referimos con eso, un país con una justicia social mejorable me parece que está en peor posición que uno que tenga un buen nivel de vida para la gente, a pesar de su nivel de industrialización o influencia exterior, pero esto es discutible).
Por otro lado es interesante eso de que «en los últimos años esos factores no tienen vigencia». Esperaré a la segunda parte.
Muy recomendable por:
* Diamond escribe de forma amena y clara.
* La diversidad de temas que se tratan alrededor de la tesis central.
* La cantidad de preguntas interesantes que surgen.
Lo peor, para mí:
* Creo recordar que ya en el prólogo, hace una declaración de intenciones respecto a desbancar la idea de la superioridad racial y hacer la historiografía más científica. Poco después afrima que sus amigos indígenas de Nueva Guinea son más inteligenes que sus compatriotas por vivir en la selva. Escribo de memoria pero esa parte me dejó la impresión de que escribió el libro con una motivación demasiado ideológica.
* Como ya se ha comentado antes, el problema del determinismo. Yo creo que sus argumentos son plausibles y han tenido peso en la historia. La cuestión es cuánto. En mi opninión, otros factores político-culturales han tenido y siguen teniendo mucho más. Por eso, incluso hoy en día hay unas diferencias enormes por ejemplo entre las dos coreas, vecinos con una ecología similar. O las fronteras entre Finlandia y Rusia, Hong Kong y China, etc. Al final, me da la sensación de que 13.000 años después, con unos argumentos sencillos y maleables, puedes explicar casi cualquier cosa (y la contraria), y que Diamond hace un poco de cherry picking (aunque es verdad que dedica un capítulo entero -no muy convincente- a Japón, un aparente contraejemplo a sus tesis). Una sensación parecida me deja a veces las explicaciones evolutivas. (entiéndaseme bien).
. «Poco después afrima que sus amigos indígenas de Nueva Guinea son más inteligenes que sus compatriotas por vivir en la selva.»
Y que va a ser lo siguiente que nos cuente , tal vez que los loros son mas inteligentes que los blancos o japoneses porque tambien viven en la selva .
A mi afirmaciones de este tipo me harian gracia si no fuese porque a gente como Watson la han crucificado – tuvo que dimitir de un cargo publico – por decir que los negros puntuaban en promedio peor que los blancos en los test de iq – de lo cual hay toneladas de datos – , o que ciertos paises – Haiti , por ejemplo – esten pidiendo compensaciones economicos a los paises europeos alegando que su subdesarrollo es debido a la colonizaciion europea ; o los negros en EEUU pidan discriminacion positiva y echen la culpa de su fracaso economico al racismo y a la herencia de la esclavitud
Parece mentira lo que os indigna el racismo a los racistas.
Al libro se le pueden poner muchas pegas, seguramente justificadas, pero lo cierto es que abrió un territorio nuevo para muchísima gente (y sí, algunos historiadores ya tendrían enfoques parecidos en su trabajo, pero esto no le quita mérito y en cualquier caso, no tuvieron la habilidad o la fortuna de escribir un libro así para el público, aunque sea un público al que se le supone algún conocimiento y esfuerzo).
Cosas que a mi me gustaron mucho: yo había leído bastante de antropología y algo de historia, y adoro la biología… pues bien, estas materias parecían colgadas en el aire sin contacto unas con otras. La historia se exponía como si el hombre hubiera nacido ayer y ya con casco militar puesto, como Palas. La antropología tendía a ser ahistórica por completo. La historia del hombre en cuanto especie era solamente Prehistoria, etc. Este libro me dio por primera vez una visión integrada y conjunta de exactamente lo que dice el título: un bosquejo de la historia global de la especie humana durante la última decena y pico de miles de años.
Que ese planteamiento ha hecho fortuna (y que J. Diamond ha influido en ello) lo muestra el que durante los últimos años se ve cada vez más como es asumido por defecto, se trate de documentales de divulgación o de otro tipo de obras especializadas.
Por otra parte, cada tesis, cada parte del libro, está extraída de los historiadores, antropólogos, biólogos, etc., de ese tema. Él realmente inventa poco o nada, no hay novedades estrictamente hablando: lo que es novedoso es la integración del conjunto en un todo coherente.
En los detalles, incluso en algunas de sus tesis principales, seguramente se podrá discutir la relevancia o exactitud, quizá incluso abandonarse por otras que se crean mejor fundadas. Eso no solo no le quitaría valor, sino que es el destino de cualquier obra cientifica realmente productiva: el campo que abre, otros después lo exploran y cartografían mejor.
Lo del determinismo no me parece una objeción, ni siquiera para los enemigos más radicales de ese determinismo. Hasta el antropólogo cultural más evolucionista y determinista deja mucho espacio para las variaciones locales, la contingencia y la particularidad. Nadie pretende más que regularidades (como mucho) generales y estadísticas.
Pero eso es ya tanto…
Bloody, los factores en los que se centra Diamond pierden vigencia en el momento en el que el mundo se globaliza y deja de haber diferencias importantes en cosas como los ganados o cultivos que tiene cada uno… pero se verá mejor en el próximo post, sí.
tachenko, de acuerdo contigo en lo que hace recomendable el libro. Lo del cherry-picking es siempre la sospecha que podemos tener los que nos somos historiadores y podemos ser víctimas de una argumentación parcial, es verdad. De todos modos, la lógica de lo que cuenta Diamond es tan contundente y tiene tanto empeño en ser exhaustivo que resulta muy convincente. Yo las críticas que he leído (suele ser muy instructivo entrar en amazon y mirar las reseñas de una estrella) me parece que, o bien se fijan en detalles en los que puede estar equivocado -pero sólo son detalles que no invalidan la tesis principal- o bien lo hacen por motivos ideológicos.
En cuanto a eso de que los indígenas de Nueva Guinea son más inteligentes que los norteamericanos, que molesta también a juan… qué queréis que os diga: me parece convincente. Y eso que coincido con Juan en estar en contra de la discriminación positiva y en encontrar indignante lo que le ha pasado a Watson. Pero es que los argumentos de Diamond no son ninguna tontería. Uno es que la inteligencia es una ventaja competitiva en el medio ambiente de Nueva Guinea, donde hay que ser muy espabilado para seguir con vida; mientras que en occidente no hace falta especialmente listo para vivir y reproducirse. El otro es que los niños de Nueva Guinea viven en un ambiente mucho más estimulante que los occidentales que pasan horas ante la tele y tienen pocas interacciones sociales. Esto quizá es más discutible, pero tampoco es una tontería, creo yo.
Yo llevo tiempo diciendo algo parecido en relación con los inmigrantes, por un motivo análogo: me parece que en promedio, los inmigrantes que tenemos en España son más inteligentes que los españoles.
Aloe: de acuerdo. Efectivamente, Diamond no habrá descubierto nada de lo que cuenta, pero consigue hacer una síntesis magnífica, y eso de integrar los conocimientos fragmentarios es hoy tan necesario o más que producir conocimientos nuevos. Tengo que agradecerte tu voto por este libro (a ti y a los demás) porque sin ese se habría quedado sin leer un verano más. Y también tu voto por Almas muertas, por cierto…
Hace unos meses leí un artículo sobre la domesticación de animales; creo que fue en «Mente y Cerebro», y que concluía que el proceso de domesticación hacía que los animales perdieran inteligencia, también concluía que el ser humano había sufrido un proceso de autodomesticación.
¿Perdemos, pues, inteligencia a medida que nos «civilizamos»?
Pseudópodo : Yo también leo los comentarios negativos en Amazon antes de comprar un libro. Y a veces me arrepiento porque un único comentario malo puede hacer que se me quiten las ganas de comprarlo aunque tenga 200 de cinco estrellas.
En el caso de este libro, los leí después, otra cosa que me gusta hacer. Recuerdo haber leído a alguien que prefería tener que pasar en la selva un año con Rambo antes que con Einstein. También le había molestado la misma frase que a mí. Parece ser que la realidad es que según nos civilizamos nos hacemos más inteligentes
http://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Flynn.
lo cual me parece razonable, al menos en cuanto a medición de CI (Aunque también he leído lo que comenta Arturo sobre la domesticación).
Porque estoy de acuerdo que para sobrevivir en una sociedad indígena hay que ser espabilado. Pero eso vale para todos los ambientes. Y espabilado no es lo mismo que inteligente, aunque aquí ya entramos en la controversia de qué es la inteligencia, y el CI etc.
No sé, a mi, eso me parece una caso más de lo que comentaba antes de que con la evolución hay explicaciones para todo. Análogamente puedo razonar que en la selva se reproducen y sobreviven con éxito los más sanos. Por tanto los indígenas tienen mejor salud que nosotros.
Pero es que no solo eso, en cuanto a las explicaciones «evolutivas».
Por ejemplo, a mi medio en broma medio en serio, se me ocurrió una explicación evolutiva al «hecho» de que (lo que voy a decir no es políticamente correcto, pero ya digo que estoy medio en broma) de por qué algunas mujeres se vuelven insoportables después de unos años de matrimonio. Es porque evolutivamente, eso es una ventaja en la estrategia reproductiva humana: después de que ya ha tenido niños y estos están criados, volviéndose antipática consigue que su hombre se interese por otras hembras más jóvenes, aumentando por tanto las posibilidades reproductivas del varón.
En definitiva, lo que no tengo muy claro es como se validan esta serie de hipótesis y explicaciones evolutivas, o en otras palabras, que otras pruebas existen de que son ciertas más allá de que parecen «razonables» dentro del contexto de la teoría de la evolución.