Dylan y el Nobel

Me pregunta Tintín sobre la nobelización de Dylan, y ante esta invitación no me resisto a salir de las sombras unos minutos…

El Nobel a Bob Dylan ha conmocionado mi familia: a mi mujer (que lo aborrece y me lo tiene vetado en la cocina y en el coche) le dieron palpitaciones cuando se enteró, y hasta mi hijo me puso un whatsapp para avisarme…

Precisamente hace cosa de un mes pasé varios viajes en tren escuchando a Bob Dylan. Todo empezó porque en el walkman salió (canción aleatoria) Changing of the guards y buqué la letra en songmeanings.

¿De qué trata? ¿De que la chica se va a casar con otro y el chico se dice que ahora o nunca?¿Es una crítica a los señores de la guerra?¿El “cambio de guardia” es la Nueva Alianza (evidenciando que ya Dylan era un criptocristiano en 1978)?¿Habla de una relación que se rompe, quizá la del propio Dylan con su mujer de entonces?¿Es una crítica al negocio musical?¿O quizá no significa nada, sólo es una típica filípica Dylaniana, llena de imágenes y alusiones?

Me pareció fascinante que todas estas interpretaciones fueran posibles y defendidas por unos y otros. La magia de Dylan está ahí, en esa ambigüedad y esa riqueza de resonancias, la de las canciones de Highway 61 o Blonde on Blonde (como Desolation Row o Visions of Johanna). Pero incluso en otras mucho más austeras, como (la que podría ser) mi preferida:

Dylan es un maestro en esto, todo lo contrario de esos cantantes pop que hacen letras que parecen redacciones. Quizá esas filípicas dylanianas no significan nada, pero quizá no tiene sentido decir eso…

Ahora bien, ¿se merece Dylan el premio Nobel de Literatura? A bote pronto contesto:

  • Se lo merece mucho más que Santos el de la paz…
  • El problema es que todavía nos creemos que el Nobel de algo debe premiar al mejor en ese algo. Pero en caso del Nobel de Literatura hace mucho tiempo que dejó de ser así. De hecho, nunca lo fue: ahí tenemos desde Echegaray hasta Elfriede Jelinek pasando por Bertrand Russell y Winston Churchill… y no tenemos a Borges, Cortázar, Tolstoi, Ibsen, Proust… En realidad, este premio y el de la paz parasitan el prestigio de los de ciencias, que son mucho más rigurosos.

Iban a ser sólo unos minutos así que nada más. Les dejo con este artículo de Hermann Tertsch (que me ha recomendado mi mujer 😉 )

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59 respuestas a Dylan y el Nobel

  1. Ramon dijo:

    Abominable artículo de Hermann Tertsch. Imposible rezumar tanto odio y tanto desprecio hacía tantas cosas y tanta gente distinta en tan pocas líneas. Y decir al mismo tiempo que se defiende la libertad y los valores cristianos es simplemente un insulto a la inteligencia. Le, ruego, por otro lado, que se informe del significado de la palabra filípica antes de aplicarla a las letras de Dylan en vez de al artículo de Tertsch. De él veo que ha sacado su crítica, nada argumentada en su post, al Nobel de la Paz de este año y que lo aleja tanto del estilo y la profundidad del blog al que me suscribí hace tiempo. Por todo ello, muy, muy apenado por el post, Sr. Pseudópodo. Buenos días.

  2. Frenzo dijo:

    Un gusto (como siempre) leerlo, se lo extrañaba. Y me pareceió muy acertado el post (creo que Ramón malinterpretó la ironía). Coincido (como todo el mundo) en que el premio Nobel pierde un poco (o mucho) de relevancia si Joyce, Kafka o Borges (o Pessoa, o Proust, o etc.) no lo recibieron, pero cómo no simpatizar con el bueno de Bob Dylan. Saludos.

  3. Epicureo dijo:

    Me alegro mucho de leerte otra vez, Pseudópodo. Y muy hábil el truco: después de leer el artículo de Tersch es imposible no estar de acuerdo con el Nobel a Dylan. Que nunca me gustó mucho, por cierto, pero eso da igual.

    Hay que entender que el premio Nobel de literatura NUNCA fue un premio al mejor escritor. Alfred Nobel dejó escrito que se diera «al que haya producido la obra literaria más notable en el sentido del idealismo» en el año anterior. Qué c*** quería decir con eso del idealismo nunca se sabrá, porque cuando se leyó el testamento Nobel ya estaba muerto y no le podían preguntar.

    Hace muchos años que los suecos se hacen el sueco con lo del «año anterior», y se lo suelen dar a gente de edad provecta, con la excusa de que para apreciar la importancia de una obra ha de pasar tiempo y blabla. Han ido dando bandazos: a veces sí se lo daban a un gran escritor aunque fuera antipático, otras a un activista bienintencionado o a un resistente contra la tiranía, a veces a un famoso y otros a alguien conocido en su casa a la hora de comer. Y antes estuvieron esos premiados de los primeros años, como Echegaray, moralistas conservadores muy serios de los que nadie se acuerda.

    De todas formas, lo más bonito del Nobel es quejarte cada año de que no se lo dieron a tu escritor favorito. Como el mío es Salman Rushdie, se que nunca me quitarán ese placer. No hay huevos, por mucho que se lo merezca.

    Y por cierto, aunque no sea el tema, menuda bronca porque este año no premiaron a ninguna mujer… aunque en literatura y paz sí respetan la paridad: en los últimos 10 años, 40 % exactamente de premiadas en cada uno de ellos.

  4. Emilio dijo:

    He leído comentarios para todos los gustos con esto del Nobel a Dylan pero el que más me impactó fue el de una feminista en The Guardian que dijó que si la academia sueca pretendía algo revolucionario había conseguido justo lo contrario porque el año que le tocaba a una mujer había dado el premio a un varón blanco.

    • Epicureo dijo:

      Pues es mentira: el año pasado se lo dieron a una mujer (Svetlana Aleksiévich), aunque parece que nadie se enteró, y hace tres años a Alice Munro. Hace más de 10 años que el premio es paritario, y en los últimos 5, premio cremallera.

  5. Alejo Urzass dijo:

    Es un premio que disgustará a muchos escritores que se dedican a vender libros pero también a los músicos que no valoran la escritura. Bajo este punto de vista intuyo que es un premio bien dado.

    Recomiendo la lectura de su libro “Crónicas I”.

    Por otra parte, no me canso de descubrir cosas en sus canciones. Ahora le escucho poco porque le he escuchado ya mucho toda mi vida, pero no es nada raro para mi volver a oir una canción cualquiera y redescubrirla completamente, entenderla de pronto de otra manera más amplia, o trascendente; eso años después haberla conocido y de haberla oido muchas veces. Lo mismo que pasa con la buena poesía.

  6. Epicureo dijo:

    Lo peor es que este premio ha sentado un precedente que puede ser muy peligroso. Cuando se abre una puerta, es difícil cerrarla. Para muestra…

    http://www.20minutos.es/noticia/2862795/0/entrevista-david-bisbal/

  7. No estoy familiarizado con Hermann Tertsch, es la primera vez le que leo, de pronto el ha explorado cada una de los cientos de vertientes que arroja en su artículo de opinion de una página, y tal vez cada una de esas vertientes ha sido explicada por el de una manera razonable en algún otro lugar con más espacio. Es difícil imaginar sin embargo un argumento razonable en contra a los derechos reproductivos, a favor de la islamofobia, por el excepcionalismo de la civilización occidental, en favor de la superioridad del judeocristianismo, en contra de la negociación y procesos de paz, a favor de la división y conflicto entre generaciones, y mucho más. A lo mejor Hermann Tertsch ha explorado a profundidad todas estos temas en el pasado y para sus lectores mas asiduos su interpretación del Nobel a Dylan es más inteligible que la oda al odio que me parece a mi. Como un lector que le lee por primera vez, menuda carta de presentación, a mi no se me antoja en lo más mínimo explorar sus otros escritos. Si le doy el beneficio de la duda es porque Pseudopodo lo ha considerado merecedor de ser linceado en este blog, pero yo no soy incondicional hasta tal punto de leerle yo mismo, que otros lean a Hermann Tertsch por mí.

    Sin contexto, la página de opinion de Hermann Tertsch se lee tan sólo como alguien que decidió cagar en todo y con diarrea. Lo cual cada intelectual esta libre de hacer en privado de vez en cuando ante la frustración frente a una noticia, pero escribir de esta forma en público es una equivocación. Y darle apoyó a una pieza de opinión por tan solo una o dos vertientes con las que podamos estar de acuerdo, al mismo tiempo que se caga en todo bajo el sol por frustración, no es la mejor manera de reaccionar ante una noticia. Si alguien lo ha hecho en privado y con amistades, entiendo, no sólo esta año sino en el pasado a todos nos ha tomado por sorpresa un polémico premio Nobel de literatura o paz, pero escribir una opinión como esta y hacerla pública, insisto que es cuestionable y no algo que deberíamos admirar y divulgar.

    De igual manera, aunque siempre me alegra que Pseudopodo se tome el tiempo de escribir en el blog así sea un post cortico, me temo que alguien que no haya leído otros artículos de Pseuodopodo en el pasado se pueda quedar con una mala impresión por la poca profundidad de este post, independientemente de si se esta de acuerdo con su posición o no. Sin llegar al nivel de la columna de Hermann Tertsch, este post de Pseudopodo contrasta con otros post en blog en que realmente no se toma el tiempo de explicar mucho, tan sólo lanzado dos vertientes de pensamiento sin explorarlas a profundidad. Psudopodo, entiendo que estés ocupado y no puedas escribir un post en gran detalle, tu mismo dices “a bote pronto contesto”, pero por doloroso que sea decir como lector, en esos casos es mejor no escribir. Y si encima dejas tus opiniones a medio explicar y refieres a tus lectores a un artículo tan desagradable como el que ha escrito Hermann Tertsch, no te sorprendas que la gente que te lea creas que tu te has vuelto loco como el. La reacción es desmesurada y no se corresponde en lo absoluto con cualquier valida indignación que se pueda tener ante el Nobel a Dylan y Santos.

    Hay bastante para criticar en ambos Nobeles, y hay aspectos que también son defensible. Hay mejores formas de escribir al respecto que hacerlo a medias como Pseudopodo, o de forma tan vitriólica como lo ha hecho Hermann Tertsch. Por levedad, insértese aquí aquel meme de Ron Burgundy, “Boy, that escalated quickly. I mean, that really got out of hand fast.” Es lo único que se me viene a la mente tras ser invitado por Pseudopodo a leer a Tertsch, si no fuera porque parece que Tertsch se cree lo que dice en serio y eso es harto peligroso.

    Pseudopodo, entiendo que el artículo te lo ha recomendado a ti una persona que respetas, y que además debes estar de acuerdo en considerable parte personalmente para compartirlo. En este escenario es probablemente difícil hacerte recapacitar. Como asiduo lector solo te puedo decir, lee de nuevo algún día el artículo de Tertsch cuando esta noticia ya no sea sea actualidad y considera de nuevo si la cantidad de odio contra todo y todos, derechos humanos y grupos de gente, en defensa de meras abstracciones en el artículo era en alguna forma justificada.

    • En caso de que alguien crea que mi crítica a Tertsch no se debe a su islamofobia y demonización del aborto, y se debe en cambio a a que soy soy un gran fan de Dylan, no lo soy.

      Su nominación al nobel de literatura me ha causado un problema inesperado en discusiones musicales con amistades, pues siempre ha sido mi opinion que Dylan no es tan excelente musicalmente como puedan ser otros (usualmente se le compara con los Beatles), sus letras son muy buenas y en muchos casos mejores, pero musicalmente todas sus canciones suenan igual y son tan sólo un arreglo de guitarra o harmonica. No es que sea un arduo crítico de Dylan, en el pasado tan solo he tratado de decirle a sus fans que las letras de una canción son importantes, pero no lo son todo, y en caso de Dylan la composición musical de sus canciones es extremadamente homogénea y sin variedad cuando se le compara a otros músicos (no a músicos mediocres, sino a grandes músicos, todo esto es una comparación entre grandes músicos y no niego que Dylan sea uno).

      Ahora van y le dan un premio Nobel de literatura, y mi argumento de que Dylan es un gran compositor de letras canciones más que un creador de melodías me causa problemas. ¡Jamás quise insinuar que lo que se merecía Dylan era un Nobel de literatura!, tan sólo criticaba otros aspectos melódicos e instrumentales de su música, concediendo que las letras eran muy buenas. No es como si Dylan fuera un músico desconocido sin falta de reconocimiento como para que hubiera necesidad de darle un premio polémico desde el campo de la literatura. ¡Dylan tiene 11 Grammy y más premios! No había ninguna discusión al respecto de que el fuera un gran músico, y que el valor de su música de deriva en gran parte de sus letras.

      Respecto a Santos, cualquier persona familiarizada académicamente con procesos de paz puede abogar por que el proceso estaba siendo dirigido siguiendo las mejores prácticas posibles, pese a que los procesos de paz son extremadamente complicados. Se pueden hacer muchas críticas al proceso de paz dirigido por Santos, y no hay espacio suficiente para discutirlas. Vale la pena rescatar un factor frecuentemente olvidado sin embargo: aunque la imagen de Santos hoy en día es como negociador de paz, el fue el ministro de defensa de Colombia por cuatro años en los cuales se dirigieron varias acciones militares en contra de las FARC y en especial sus líderes militares. Como presidente de Colombia el también dirigió la operación militar que dio muerte al máximo líder de las FARC en el momento, Alfonso Cano. Esta ha sido la única vez en que el máximo líder de las FARC murió en guerra, el previo líder murió de causas naturales. Gran parte de las negociaciones de paz se llevaron al cabo sin un cese al fuego bajo Santos.

      Aunque para los colombianos es difícil de ver internamente, al igual que para observadores externos que aceptan una narrativa fácilmente, la verdad es que Santos ha sido un jefe de guerra y no es polémico atribuirle a el la muerte de el máximo lider de las FARC, varios otros líderes de considerable rango, y miles de milicias (las FARC se redujeron de 12.000 miembros a aproximadamente 6.000 miembros en el periodo en que Santos fue ministro de defensa y posteriormente presidente).

      No sólo esto debería ayudar a matizar un poco la imagen de que Santos es una persona que esta haciendo todo tipo de concesiones a un grupo terrorista (esta denominación es posterior a los ataques de 9/11) o guerrilla en un conflicto interno. Si alguien debería odiar a Santos más que nadie son las FARC. Pero independientemente de estas discusiones políticas en las que tengo poco interés, lo que no se debería olvidar es que moralmente Santos es responsable de la muerte de miles de personas, y en muchos casos el directo responsable de operaciones contra personas individuales. Cualquiera que sea la postura frente a su papel como negociador de acuerdos de paz, no se debería olvidar su pasado como un jefe de guerra. Santos es tanto negociador como asesino en la misa guerra. Si se va a tomar una posición exclusivamente moral, no política, la verdad es que no sólo no merece el premio Nobel de paz, sino que no puede ser considerado como un pacifista independientemente de cualquier tipo de premios.

      Es interesante reflexionar al respecto teniendo en cuenta como Obama y Kissinger también recibieron Nobel de paz en el pasado pese a ser jefe de guerra. En muchos casos no solo dirigiendo operaciones militares que atacaban a grupos, sino además operaciones dirigidas a personas individuales las cuales sólo pueden ser descritas como asesinato (independientemente de justificaciones). También vale la pena recodar como Lê Đức Thọ (quien recibió el Nobel junto a Kissinger, pero por el lado vietnamita, usualmente se trata de otorgar el premio a ambas partes en la resolución del conflicto) se rehusó a aceptarlo argumento que aún no había paz en Vietnam. Este es también el caso del conflicto en Colombia, y si la nominación a Santos fue polémica, es difícil imaginarse como hubiera sido la nominación al máximo líder de las FARC que participo en el acuerdo. Si no solo se crítica a Santos por las razones equivocadas (se le critica por negociar la paz, en vez de por haber dirigido una guerra por años y miles de muertes), es difícil imaginarse una valoración objetiva de cualquiera de los líderes de las FARC.

  8. Alejo Urzass dijo:

    Marfil, creo que está en un error a la hora de valorar la capacidad musical de Dylan. Hay diferentes formas de ser músico, también entre los clásicos hay quien es un importantes creador de melodías, otro un mago del tiempo, otro un excelente genio de la armonía y los acordes…

    Dylan es un compositor de canciones. Pero no de parecidas y con unos arreglos similares (cosa que podríamos decir de AC/DC, Beatles, Rollings Stones o cualquier figura de éstas que busque una “imagen de marca” fuerte, porque de marketing van las cosas que duran en ese negocio.

    ¿Cómo son las canciones de Dylan? Dylan dice que las canciones no son suyas, que es como si se las dictara un fantasma, que las canciones pertenecen a la tradición y él es una “antena”. Esto es lo que lleva años explicando (y hay una entrevista en la que lo explica bien, 2004):
    http://elpais.com/diario/2004/05/01/babelia/1083366381_850215.html

    Esto se entiende mejor con ejemplos. Si escucha usted el disco que reconocidos artistas de la escena folk-rock-blues le dedicaron en 1993 con motivo de sus 30 años de carrera (https://es.wikipedia.org/wiki/The_30th_Anniversary_Concert_Celebration) verá que todas las canciones son de Dylan y ninguna parece de Dylan. Todas parecen de aquél que las está interpretando: las interpretadas por Willie Nelson, Kris Kristoferson, o Johnny Cash parecen de sus propios estilos country, la de los Clancy Bros. parece el típico tema tradicional irlandés, la de Stevie Wonder parece gospel, la de los O’Jays parece soul de perfecta raíz negra, la que hace Clapton es puro blues, la de Lou Reed rock urbano, etc, etc. Esto se empezó a ver ya cuando Jimi Hendrix hizo famosa su versión de All Along de watchtower (la que ha puesto Pseudópodo), ya que, como se suele decir, la hizo suya, para sorpresa de todos por aquél entonces.

    Muchas composiciones de rhythm&blues, pop-rock, folk, etc, están basadas en riffs, en arreglos, etc, digamos que en aspectos formales mínimos que a veces son solo cosméticos, sin embargo nadie utiliza los arreglos de Dylan porque no son la canción (a veces ni existen de forma fija porque él los ha cambiado muchas veces; el propio Dylan cada vez que toca sus canciones las cambia de arreglos, de tono, hasta cambia las transiciones de acordes). O sea que lo que define una canción de Dylan es algo así como un arraigo en las tradiciones musicales populares norteamericanas y esto mismo sucede con sus textos, por ello son literariamente poderosos.

    Esto le pasa factura en no ser popular, no ser pegadizo, pero como dice en esa entrevista, él aspira a transmitir un legado tradicional de forma duradera, como dura un Rembrandt en un museo.

    • Mi “crítica” a Dylan es hilar demasiado fino. Reconozco que es un gran músico, y si lo “crítico” es tan sólo cuando se intenta decir que es el mejor músico o que es superior a algún otro músico de igual calibre. Usualmente se le compara a los Beatles por haber sido casi contemporáneos, y francamente yo no veo manera alguna de decir que uno es mejor que el otro. Las letras de Dylan me parecen mejores, pero las melodías de los Beatles, tan solo por variedad, me parecen mejores. Y en ambos casos tanto las letras como melodías me parecen excelentes, no es que sólo brillen en un aspecto y sean mediocres en el otro.

      Personalmente no veo necesidad por jerarquizar a los grandes músicos (o artistas, no me limito a la música). Tras cierto nivel de genialidad se tienen tan sólo artistas con estilos distintos y es muy difícil, y carente de sentido, tratar de decir que un gran músico es mejor otro gran músico. Dylan es un gran músico en especial por sus letras, pero hay otros grandes músicos que le superan en otros aspectos. Sin entrar en polémicas como la de los Beatles, es fácil decir que los compositores clásicos de orquesta (sin letras o partes corales) usualmente ofrecen una mayor riqueza melódica que Dylan, siendo por el contrario débiles en letras.

      En el caso de Dylan no sólo es un gran músico reconocido ampliamente, sino que además ha ganado varios premios musicales que lo ponen de testigo. No veo necesidad de “singularizarlo” dandole un premio Nobel de literatura que lo ponen en competencia con otras formas de literatura y que ningún otro músico ha ganado en el pasado. Tampoco me opongo, pero me parece natural la polémica cuando no sólo esta compitiendo con otros músicos, sino además con otros escritores de literatura.

      Si genera precedente sería lo más justo, a futuro los compositores sabrán que es posible ganar y no sólo ser nominado (como hasta ahora) a un premio Nobel de literatura, y al mismo tiempo los escritos más tradicionales de literatura sabrán que están compitiendo con músicos también. Si lo que se pretende es reclamar el valor literario de la composición de letras, otros compositores que tradicionalmente asociamos con tan sólo la música, pasaran a ser considerados como artistas literarios. Al menos para el comité Nobel, y con el tiempo para el público.

      En este caso el Nobel de literatura podría llegar a ser bastante prestigioso para músicos. Tampoco sería difícil imaginar un escenario en que se convierta en el “patito feo” de los premios que un músico pueda ganar. Un premio exótico y snob que algunos compositores ganan, pero que ellos estarían mucho más felices de ser reconocidos con un Grammy o equivalente (no es el caso de Dylan obviamente). Dudo que algún día se llegue a esto, pero si nos hemos de fiar de las buenas intenciones del comité Nobel, no se trata sólo de Dylan, sino de reconocer la composición de letras en igualdad a la poesía o la novela de ahora en adelante.

      Si Dylan es la excepción por un muy largo tiempo, el premio Nobel de literatura de este año ciertamente será incomodo para todas las partes envueltas. Será incomodo para los escritores de países que aún no han recibido un Nobel de literatura, para los escritores americanos que cuentan con pocos en comparación a países europeos, para escritores de gran talento que aún no han sido reconocidos independientemente de su origen, para compositores de canciones menos conocidos que Dylan y que se pueda justificar son de igual calidad en el futuro, etc.

      Si esto último es el caso, al igual que las olimpiadas que boicotearon los Estados Unidos y la Union Soviética, el Premio Nobel de literatura del 2016 pasara a la historia como uno que “realmente no cuenta”, porque el comité decidió juzgarlo con valores completamente distintos (independientemente de si son valores legítimos) a todos los otros premios Nobel otorgados hasta el momento (y que se seguirán otorgando a futuro?).

      Para finalizar. No es un asunto que haga perder el sueño. Debato por curiosidad, pero al mismo tiempo no me molestaría conceder el debate a alguien con una opinion bastante fuerte sobre el asunto.

      Si decidí comentar fue por el artículo de Hermann Tertsch, que me pareció de pésimo mal gusto.

  9. santiagomartinarnedo dijo:

    desde luego que el premio nobel no es para el mejor escritor, eso es obvio, y que egregios artistas faltan entre sus premiados, pero otra cosa bien distinta es rebajarlo sin disimulo a un cantante de música ligera, algo que no ocurriría en física o química; muy bien hecha su música, pero música ligera, que te puede llenar, hacer disfrutar intensamente, pero por favor, no perdamos las distancias, ni en cuanto a la letra -comparado con los grandes de la literatura-, ni en cuanto a la música -comparado con los grandes de la música, por desgracia, estas diferencias se van difuminando, no sólo en la sociedad sino en la educación,..

    • Tocara esperar a que sepamos la justificación de Dylan. Pero claramente Dylan esta en una posición en la que sera malo si acepta y malo si no acepta. Cualquier cosa que haga le traerá críticas. No le envidio, y no me sorprendería que se recluyera de la prensa no porque ya se haya decidido a rehusar el premio, sino porque aún no sabe que hacer.

      Si acepta el Nobel, se le criticara por ser “presumido” y admitir que no solo es digno del honor de un Nobel de literatura (ya de por si un premio excepcional), sino además digno de recibir un Nobel de literatura extra-excepcional en la historia (el primer Nobel a un compositor).

      Si no acepta, se le criticará por ser igualmente “presumido” y rehusar un premio que hasta el momento solo Sartre ha rehusado y con una justificación filosófica de “fuerza mayor” (hay que leer la justificación de Sartre, no sólo lo hizo por su filosofía personal como escritor, sino por el carácter político que cargaba el premio Nobel durante la Guerra Fría). ¿Qué puede excusar a Dylan? ¿Decir qué no se siente merecedor del Nobel y por eso se rehusa? Es cortesía decir eso y aceptar. No existe una razón social o política de orden mayor que pueda usar como excusa más justificada, como fuera el caso de Sartre. Los intelectuales conocerá la justificación de Sartre. La gente de a pie no le conocerá mucho, se imaginaran a un filosofo recluido y le excusaran por eso, pero Dylan fue elegido precisamente por su gran visibilidad.

      No matemos al mensajero, o en este caso aún peor, no matemos al pobre destinatario.

  10. Frenzo dijo:

    Después de leer el comentario de Santiago, no pude evitar relacionarlo con esa canción que dice «de aquel amor de música ligera, nada más queda». Pero con Dylan, no es así. Dentro de unos siglos, cuando piensen en la música del siglo XX, ¿de quiénes van a hablar? Será todo música popular: rock, jazz, tango, merengue y chachachá. Música ligera.

  11. Epicureo dijo:

    Marfil, yo no creo eso de que Dylan no se pone al teléfono porque «no sabe qué hacer». Hace muchos años que está en las quinielas del Nobel. Tiene que tenerlo previsto. Y está el precedente del premio Príncipe de Asturias. Entonces tampoco se puso al teléfono. Un ayudante dice que se limitó a decir «qué c*** es eso de Asturias». Luego mandó una breve e impersonal nota de disculpa (dudo que escrita por él) y no fue.

    No hace falta buscar misterios donde no los hay. Dylan ha basado su fama, más que en la música o las letras, en proyectar lo que los americanos llaman «attitude», una mezcla de soberbia y mal humor que allí resulta atractiva por lo desacostumbrada (la sonrisa profidén se considera obligatoria, para perplejidad y delicia de los que hemos viajado allí). Lo raro es que aquí lo admiremos, cuando es un rasgo fundamental del carácter español. Un gran ejemplo fue Picasso, el Bob Dylan de la pintura.

    Eso sí, la «attitude» tiene un límite. A recoger el Grammy y el Oscar sí que fue, y con gran alegría. No hay problema en pasar de esa gente rara de Europa (si es que sabe siquiera que existe), pero cuidado con lo que pueda sentar mal a la industria que le da de comer.

  12. Alejo Urzass dijo:

    @Epicureo «Dylan ha basado su fama, más que en la música o las letras, en proyectar lo que los americanos llaman “attitude”, una mezcla de soberbia y mal humor que allí resulta atractiva por lo desacostumbrada»

    Supongo que se puede decir lo mismo de Woody Allen, que no recoge sus premios Óscar porque tiene mejores cosas que hacer, es decir que Woody Allen ha basado su fama, más que en hacer películas, en proyectar lo que los americanos llaman «attitude».
    Y qué me dice de Stephen Hawking, lo de la silla es «attitude», su fama se basa en eso y lo de la ciencia es puro Macguffin.
    Don Epi, está usted a un paso de que le dejen un puesto en Intereconomía TV o de hacerle el relevo a Tersch si deja el ABC 🙂

    • Epicureo dijo:

      Hombre, Alejo, no me irá a decir que si no me gusta Dylan me convierto en un facha… Vale, ya se que es broma.

      Pero bueno: aunque no es precisamente «attitude» (más bien lo contrario), sin duda las excentricidades de Woody Allen ayudan a su fama; y es SEGURO sin lugar a ninguna duda que si Stephen Hawking pudiera hacer jogging todas las mañanas sería tan desconocido como los ganadores del Nobel de física de los últimos años.

      Lo que quiero decir es que para ser famoso es necesario proyectar una «persona» pública reconocible (si es posible que sea tu personalidad natural, tanto mejor), y la de Dylan consiste en gran parte en ser antipático, al menos por regla general. Se ve muy bien en la simpática e indulgente cita de Obama que ha puesto Marfil: es lo que se espera de él. Por eso no hay que interpretar esto como un acto de rebeldía, es simplemente ser fiel a su (para mí desagradable) estilo.

      • Alejo Urzass dijo:

        Es que el razonamiento es falaz. Stephen Hawking podría ser un desconocido, pero igualmente merecedor de un Nóbel (Dylan es mucho menos conocido que Springsteen).
        Contrariamente a lo que se dice y amí Dylan no me parece un antipático. No derrocha es simpatía, pero eso no es lo mismo que ser antipático, es simplemente una persona muy centrada y que no se deja impresionar.

  13. Alejo Urzass dijo:

    @Marfil, de acuerdo en eso, los músicos no “compiten. Nick Cave rechazó un premio tras agradecerlo correctamente, argumentando que su musa no era un caballo de carreras. En ciencia el premio Nobel es más fácil de “valorar”, pues como se ha dicho alguna vez en este blog, creo, las ciencias generan un conocimiento acumulativo y las artes (o humanidades) no.

    Por otra parte no debería tener nada de escandaloso que las canciones opten a un premio literario, pues como he leído en algún titular estos días “Lírica viene de lira”. Lo literario no coincide con lo “escrito”, y prueba de ello es que el Nobel de literatura ha sido recibido por escritores de teatro. Ambas, canción y teatro, pertenecen al ámbito de la representación y eso tienen en común que las separa de la literatura “escrita”.

    También se ha dicho estos días que se abre la puerta a que se premie en adelante a Leonard Cohen y otros. Esto no es decir gran cosa, pues tendrán que demostrar sus méritos, sin más, como cualquier otro escritor. De hecho Cohen ha sido mencionado estos días también a propósito del Nobel de Dylan, pero no he leído por ahí que Cohen antes de cantar ya publicaba libros.

    Creo que en el fondo de esta polémica está el tema “industrial”, unos venden libros y otros venden discos, y estamos un poco programados por este prejuicio.

    • Cohen me vino a la mente también, pero en su caso hay una más clara distinción entre sus libros de poesía y sus canciones publicadas como discos. En algunos casos ha publicado un mismo “fragmento de literatura” tanto como poema en un libro, como canción en un disco. Y existen poemas y canciones que sólo ha publicado de una forma, no ambas. Es decir, existe un grado de consciencia por parte de Cohen acerca de cuales de sus poemas pueden ser leídos sin acompañamiento de música. Que yo sepa, Dylan no ha publicado libros de esta forma.

      Yo no me opongo al cambio de reglas. Como ya varios han mencionado, las obras de teatro presentan problemas similares. Si de ahora en adelante las canciones también compitieran en igualdad de condiciones por el premio de literatura, pues bien. Sin juzgar a Dylan en particular, hay que admitir que existe un alto escepticismo por la gente de a pie (no son ni siquiera los intelectuales) de que las letras de canciones modernas incluso si son consideradas literatura, no están al mismo nivel de otras formas de literatura, como lo pudiera ser la poesía que es la que más se le parece. De pronto es snobismo e ignorancia, o de pronto es que en verdad existe una diferencia en calidad literaria muy grande hoy en día, en contraste a como pudiera ser en el pasado con los poemas épicos o incluso la opera. Personalmente, no juzgo. Ni Dylan ni Cohen (y de este último soy un fan incondicional como músico) me generan suficiente convicción a mi, y ellos son tal vez los mayores exponentes de “buenas letras” en la música moderna.

      También hay que juzgar el clima de actualidad en el que la noticia se produce. Sin llegar a los niveles reaccionarios de Hermann Tertsch, la verdad es que este Nobel ocurre en un ambiente en el que como sociedad ya nos hemos acostumbrado a que a diario nos bombardeen con encabezados deslumbrantes y noticias sorprendentes que a la larga no representan un verdadero cambio. En algunas casos se esta haciendo genuino progreso, y los reaccionarios se oponen a ellos por motivos equivocados (en especial en cuestiones de genero e igualdad de sexo). En otros casos no se esta haciendo ningún progreso y la gente se opone válidamente a que los medios le este intentando sorprender a diario sin necesidad alguna.

      Sin oponerme fuertemente al premio a Dylan, sostengo que no había necesidad alguna por reivindicarle. Dylan es un músico muy famoso, y la música es ya de por si bastante reconocida en nuestra sociedad, más aún que la literatura. No es como si estuviéramos tratar de reivindicar a un artista que la fama ha olvidado injustamente, o a un nuevo campo emergente de arte o ciencia que aún no es reconocido (como le ha ocurrido a la computación, la genética, la economía, la cinematografía, los videojuegos, etc. en el pasado).

  14. Tintín dijo:

    Gracias por el post, Pseudópodo, la verdad es que se te echa de menos.

    [1/2] Supongo que lo fácil es criticar este Nobel, y que lo complicado es tratar de dar razones para él. Uno está tentado, por costumbre, a esperar que lo «novedoso» e «interesante» sea dar una mirada desde la que apreciar algo que no sea la crítica fácil, lo que todo el mundo espera. En general esto es cierto, salvo cuando la situación es grave. La mayoría de las veces lo bueno es darse cuenta de que algo molesto, como una cojera, es una buena oportunidad, como que los paseos con mi mujer duren más. Sin embargo, otras pocas veces lo crucial es destacar que un dato, más o menos irrelevante como un pequeño dolor en el estómago, es el síntoma de algo grave y urgente, como una peligrosa enfermedad que debo comenzar a combatir ya.

    Yo creo que el Nobel de Bob Dylan es lo segundo.

    No sé por qué con la literatura el mundo no protesta, aunque supongo que es porque como gremio no tienen una estructura sólida como la música y la danza con los conservatorios, o la ciencia con las Facultades. Para iluminar lo que ha ocurrido pongamos una analogía que entendamos mejor. Imaginemos que hay un Nobel de música. Supongamos por un momento que ese Nobel se lo ha llevado gente como Stravinsky, Schoenberg, Tchaikovsky… quizás haya elecciones claramente erradas, como Leonard Bernstein, o clamorosas ausencias como Arvo Part, pero ahí andaba ese Nobel tratando de hacer su labor. Pues bien: ¿Qué ocurriría si ese Nobel de música se lo hubiesen otorgado a Dylan?

    Ahí va otro ejemplo: ¿qué ocurriría si el Nobel de física se lo hubiese llevado Steve Jobs?

    Pues bien, señores, exactamente eso ha ocurrido: el Nobel de literatura lo ha ganado Bob Dylan.

  15. Alejo Urzass dijo:

    Cervantes o Shakespeare, o Mozart, dedicaban sus esfuerzos a hacer obras populares, incluso populacheras, pero la distancia temporal nos empuja a sublimar ese aspectos y nos ayuda a ir a la esencia de su trabajo. En sus épocas no existía esa distinción clasista y elitista (en el sentido peyorativo) de alta y baja cultura.

    Ya en el s.XX, cuando empieza la mitificación de «alta cultura» simpre ha habido vanguardistas que han hecho lo posible por incorporar esa tradición cultural que es la «baja cultura» de la que se nutre la «alta cultura». Stravinsky (lo ha citado usted), Bartok, Berio… Son tres músicos (entre otros) que a usted le parecerán serios, pero se dedicaban a buscar en la música popular, en las danzas, ¡en el jazz!

    En otras artes igual, en pintura, por ejemplo, cuando se establece la idea de «alta cultura» a finales del s XIX, unos la defienden (los «pompier», por ejemplo) mientras que otros tiran de «baja cultura» para retroalimentarse (Picasso, Matisse, Gaudin… etc.)

    Si ponemos un marciano a estudiar la segunda mitad del s. XX en norteamérica, Dylan resultaría ser uno de los escritores que más ayudaría a comprenderla, de la misma manera que comprendemos la del medio siglo anterior a Dylan con Faulkner, con Steinbeck, con T. S. Eliot… todos con su Nobel.

    Por cierto, Tintín, Steve Jobs no se dedicaba a la física.
    Y Tchaikovsky nunca merecería un Nobel de la música, al menos no más que Churchill, quien creo que cantaba en la ducha. Tchaikovsky es el Ken Follet de la música.

    • Alejo Urzass dijo:

      Qué de erratas al escribir, pido disculpas. A ver si tomo la costumbre de escribir fuera de la caja de respuesta y repasar. Es Gaugin, claro. Etc.

    • Vale la pena recordar, como has hecho a tiempo, que mucha de la alta cultura hoy en día realmente no lo era en el pasado. O bien la distinción entre alta y baja cultura aún no era tan marcada, o bien eran expresiones que aceptan ser “baja cultura” en su momento.

      No hay que criticar a Dylan con el argumento de que la música es baja cultura o que la música moderna es de menor alcurnia que la música de otras épocas. El snobismo tiene muchas capas como una cebolla y todos somos culpables en algún grado de tener gustos snob (al mismo tiempo que todos somos menospreciados en algún grado por alguien aún más snob). Dylan es “popular” y con muchos premios, hay que empezar con ello como punto de partida. Pero si se ve más de cerca, Dylan es ya de por si elitista entre ciertos grupos en comparación a música aún más popular y moderna, los más jóvenes hoy en día no oyen a Dylan, son los jóvenes del pasado que son ya adultos hoy en día quienes escuchan a Dylan.

      Si acaso, todo este enorme debate esta atrasado cuando menos una generación. Dylan, dentro de lo que cabe, tiene bastante alcurnia y es considera ‘alta cultura’ en cuanto a la música de la segunda mitad del siglo XX. El debate ha sido bastante civilizado no sólo en este blog sino en los medios, precisamente por eso. Nadie niega que Dylan es un gran compositor de letras, el mejor o uno de los mejores del siglo pasado. Hay que imaginar lo que hubiera armado si en verdad un músico popular hoy en día fuera el que se hubiera ganado el Nobel a literatura y no Dylan.

  16. Alejo Urzass dijo:

    Es que es parte del proceso. La separación «alta-baja» referida a la cultura es de cuño «reciente» (finales del XIX). Antes podrías componer para el Rey de Francia y a la vez para los espectáculos populares, según quién pague. Y lo hacían por igual los buenos compositores como los malos (éstos con menos encargos, podemos suponer). Es el tiempo el que ha validado a los mejores (ni el Nóbel, ni los Ósca,r ni los Grammy).

    El «reinado» de Dylan empieza en el 63-64 y declina a finales de los 70, luego, durante los 80’s y hasta mediados de los 90 (que es cuando empiezan a caerle los primeros reconocimientos), la crítica y el público lo menospreciaban más que lo contrario. Solo era reivindicado por otros músicos de su generación, un joven Mark Knoffler y cuatro gatos más. Ya s finales de los 90’s los medios lo subieron al pedestal (después del homenaje a sus 30 años de carrera que he mencionado antes, y también gracias al gran disco que compuso poco después –Time Out of Mind), y ahí sigue cada día más intocable.

    Nadie habría imaginado que este tipo al que siempre se le ha achacado mala voz pero escribir bien, haya dedicado sus dos últimos discos a versionar canciones escritas por otros y grabadas por Frank Sinatra «La Voz»… y aún mereciendo el respeto de la crítica. Entonces le dan el Nobel y a él le da igual, porque está a otra cosa. Se le pueden criticar muchas cosas, pero de lo que no peca, al menos en los últimos 30 años, es de vanidad.

  17. triglifo dijo:

    En mi caso, Bob Dylan es uno de mis músicos preferidos de la música popular aunque, y esto quizás le parezca paradójico o absurdo a alguien, no entienda ninguna de sus canciones más allá de algunas frases o títulos. Esto, debido en parte a mi bajo nivel de inglés, pero sobre todo a que cuando escucho música me cuesta mucho fijarme en otra cosa que no sea la música misma.No es que me desagrade la voz humana, al contrario, pero tiendo a escucharla como un instrumento más, con su timbre característico. (Y Dylan «canta» muchas veces también con su armónica). Por tanto, no sé si Dylan merece el premio como literato; sí que puedo decir que como músico me parece un gran creador con una influencia inmensa.

    Sobre los Nobel, yo votaría, como se ha insinuado ya, para que su área de influencia se circunscribiera al mundo de la ciencia. Porque tampoco me queda claro lo de que haya un Nobel de literatura pero no uno de pintura o de música, por ejemplo. Además, ¿no será esto del Nobel algo anacrónico que no tiene mucho sentido en un mundo interconectado como el de hoy. con tantos focos de opinión, crítica, premios… repartidos por todo el mundo?. Me da que pueda acabar como una caricatura de sí mismo o en meros «gestos», como ocurrió con lo de Eurovisión. ¿Recuerdan cuando éste era un premio prestigioso, serio, de la «canción ligera»? Pues bien, hoy día los jóvenes, y no tan jóvenes, quedan con los amigos para ver la gala de Eurovisión y reírse de los esperpentos que deambulan por ahí. Los tiempos cambian…

  18. josele dijo:

    Jopeles macho, menudas diatribas sus traeis…
    Y el bueno de Pseudopodo invitandonos a escuchar All Along the Watchtower… Yo la oi por un amigo en mis 20’s en la verison de Jimy Hendrix, que me sigue gustando mas que la de Dylan… claro que yo tenia mi cintita de Dylan desde los 15.

    Mi relacion con Dylan, Pse, es mas intima; de pequeño cuando todo el mundo tenia un pedazo de cadena, yo tenia mi tele en B/N y un tocata de maleta, y ningun LP, solo ep’s regalados; uno era el Tight Connection to My Heart, era la cancion mas larga que tenia, 5 minutazos, asi que me lo ponia hasta que me quedaba dormido.

    Con 12 años era la mejor manera de aprender ingles… aunque luego vinieran Beatles o S&G o King Crimson (pedazo de letras por cierto), pero ese acento nasal me sale cuando quiero y mola mazo, en plan… ¿sabes?

    A mi tambien me lo tienen todo prohibido, pero nadie me quita escuchar en mi coche mi Lay Lady Lay o esa Knocking on Heaven’s Door, que no hay version que la iguale, sobre todo si has visto la peli y te acuerdas de la escena.

    saludos

  19. triglifo dijo:

    Tengo la sensación de que con los Nobel está pasando como con los Oscars: la gente cada vez se los toma menos en serio. ¿No serán un anacronismo de otras épocas? Hoy día hay miles de revistas especializadas, diversos premios, festivales… Parece que siempre queremos saber quién es el mejor jugador del mundo, el mejor pianista del mundo, etc…

    Dicho esto, a mí Dylan me parece un musicazo del que no hay que negar su enorme influencia.

  20. Epicureo dijo:

    Un amigo me ha pasado la opinión de Kurt Vonnegut Jr. (uno de mis escritores favoritos y que por supuesto se merecía el Nobel que no le dieron) sobre Dylan, al hablar de gustos musicales en 1991:

    «I hate rap. The Beatles have made a substantial contribution. Bob Dylan, however, is the worst poet alive. He can maybe get one good line in a song, and the rest is gibberish.»

    (Odio el rap. Los Beatles han hecho una contribución sustancial. Bob Dylan, sin embargo, es el peor poeta vivo. Puede que haga un buen verso en una canción, y el resto son incoherencias, un galimatías.)

    • Alejo Urzass dijo:

      Pero qué sabe de poesía un escritor de ciencia ficción. Vamos hombre, que sea su escritor favorito no le da ninguna autoridad.
      Para Glenn Gould (a quien concedo más autoridad sobre música, qué duda cabe) los Beatles eran infames. ¿Y?

  21. Epicureo dijo:

    Sobre lo de alta y baja cultura que comentabais antes… No creo que los del Nobel se fijen mucho en eso. Lo mismo se lo dan a un sublime poeta finlandés que al autor de «Quo Vadis».

    Ni yo tampoco creo en la distinción, por cierto. Para mí, Terry Pratchett era diez veces mejor escritor que José Saramago, por poner un ejemplo. Lo que pasa por «arte» en los museos de arte moderno vale cien veces menos que un comic de Stan Lee y Jack Kirby. Y, claro está, es mil veces mejor la música de Paul McCartney que la de John Cage.

  22. Andres dijo:

    Abominable el artículo de Tertsch. Argumentos similares a los de USA para invadir Afganistán, para financiar a Alqaeda contra la URSS o para imponer la dictadura de Pinochet. Seguramente el premio Nobel de Paz que más le gustó fue el de Kissinger.

    También creo que los Nobel en ciencias son más fáciles de entregar, la personalidad de un científico,su ideología, sus luchas políticas, no tienen efectos sobre un gran descubrimiento, en cambio sí lo tiene sobre una obra literaria o un proyecto para la «paz». Sin embargo creo que si Alfred Nobel reviviera y se le preguntara cuál de los galardonaddos le molesta más, este hombre que creo este premio debido a la culpa por el uso bélico de su invento, seguramente nombraría primero a los científicos que directamente participaron en la bomba atómica.

    En todo caso creo que Dylan sí lo merece, en tanto su importancia radica en sus letras no en su música propiameente dicha, así no sea el mejor escritor vivo. Lástima que esto ya le quita toda oportunidad a Phillip Roth.

    • Yo a Tertsch no tengo intención de volverle a leer, me pareció de pésimo mal gusto, pero si tuviera que apostar basándome sólo en éste artículo diría que el tiene más chances de ser eurocentrista que pro americano. Se pueden odiar todas las cosas que odian los americanos, en especial aquellas cosas que odian los republicanos, y además odiar a los americanos de añadidura y por motivos diferentes — en especial si se es europeo.

  23. Ana dijo:

    Pues, yo, mientras no se lo den a Bustamante, vivo con el corazón contento como Pepa Flores, perdón, Marisol 🙂 … Que también será nominada cualquier día de estos.

    Gustazo reverle, reencontrarle y releerle (dos veces), don Pseudo 🙂
    Saludos también a la animada concurrencia… (Y ahora a aventurarse con el «publicar comentario», a ver si hay suertecilla y sale a la primera).

  24. Tintín dijo:

    [2/2] Dylan ha ganado el Nobel de Literatura, y sin ser yo entendido del tema creo que es algo análogo a que ganase un hipotético Nobel de música o, mejor aun, que S. Jobs lo hubiese hecho con el de Física.

    ¿Por qué estos molestan y chocan más que el de Dylan? Quizás sea porque son gremios más… «protegidos», con más estructura, más peso específico en nosotros y nuestra sociedad. No cualquiera puede venir a una provincia de España a dar un concierto y tocar una fuga de Bach de cualquier manera: le van a cazar si es un paquete. En España para ganar una financiación pública en física tienes que realmente hacer algo. Quizás no necesites ser el mejor, pero algo tienes que hacer. No puedes venir montando tu telescopio casero, soltar algo de mecánica celeste y creer que tu interlocutor en el Ministerio no va a saber que le estás dando gato por liebre. Creo que esto no ocurre en literatura, como tampoco ocurre en la mayoría de los concursos regionales y locales de pintura.

    Pero si el Nobel de Física hiciese cosas como darse a S. Jobs, o si un Nobel de música lo ganase Dylan nos estarían diciendo que esos dos premios buscan tener un perfil tipo Grammy. Es decir, algo popular. Que seas representativo de una mayoría de gustos es el corte, el requisito para la nominación. ¿Es malo un Grammy? No, ahí están y hacen su labor, que seguirán aquellos a quienes interese.

    No es malo que tengamos un nuevo Grammy de literatura, ni que el primer galardonado sea Dylan. Pero, sin ser yo del gremio, es evidente que no puede ser nada bueno no ya que deje de existir un Nobel de Literatura, sino que sea desplazado por un Grammy. El día que deje de haber Nóbel de Física por falta de fondos me entristeceré y preocuparé por el futuro, pero el día que Mark Zuckerberg decida refinanciarlo y se otorgue a Bill Gates o a un astrónomo que logra fotos time-lapse me asustaré por la esquizofrenia colectiva en la que vivo (Por cierto, por ahora solo hemos perdido el terreno del nombre y el letimotiv. Aunque yo soy de los que piensa que ‘solo’ sobra en la frase anterior).

    Pero ahí no acaba la cosa. Lo más grave no es que un Grammy haya desplazado al Nobel. No. Ojalá fuera eso.

    A raíz de su muerte hace un tiempo que ando viendoel sorprendente repertorio de entrevistas a Bueno que están disponibles en Youtube . Escuchándole me he dado cuenta de lo que es realmente grave, y en sus palabras ‘desolador’ (tarda tiempo unos 9 minutos en desarrollar su punto sobre la prensa, porque se desvía y demás, pero perserveren). Desolador no es el hecho de que en Oxford, en un debate retransmitido al mundo con todo el boato, el nivel sea inexistente (o que un Grammy desplace al Nobel). No. Lo grave no es eso. Lo desolador es que eso ocurra ante el silencio de quien lo contempla.

    Es evidente que Occidente vive sumido en una grave decadencia. Y sus trompazos más ignominiosos no son los que vemos, sino el atronador silencio que los rodea.

    PS: Por cierto, Pseudópodo, hablando de silencios cuyo volumen aturde. Si con Dylan supe que te podía sacar de la cueva aprovecho para decirte que mucho más atronador es el silencio de este blog sobre la muerte de Bueno 😉 Espero que pronto le puedas dedicar unas líneas. Gracias otra vez por este post

  25. pseudópodo dijo:

    No, si no he escrito nada no es porque quiera parecerme a Bob Dylan, es que tengo muchos frentes abiertos y este post ha añadido alguno más… así que quizá no haya sido muy buena idea salir de las sombras. De todos modos, me alegro de volveros a leer y os agradezco incluso las críticas: son señal de que esperáis cosas mejores de este blog que posts escritos “a bote pronto”. Siento que este comentario también esté escrito así, pero no quería que se pasara otra semana, que es lo que iba a ocurrir si no escribía en este rato.

    El post se resume en que a mi mujer no le gusta Dylan y le parece un escándalo que le den el Nobel; mientras que a mí me gusta y digo que, aunque hay quien se lo merece mucho más, tampoco es para indignarse, teniendo en cuenta la trayectoria del Nobel de Literatura. Leyendo los comentarios me quedo con la sensación de que, al final, eso es lo que nos pasa a todos: nuestra opinión sobre el asunto depende sobre todo de que nos guste Dylan o no.

    Es lo que le pasa a también a Tertsch. Si lo enlazo no es porque me parezca admirable, sino porque es significativo de una postura extrema sobre este tema. Leído su artículo sin más contexto puede parecer un exabrupto, un desahogo de bar, como viene a decir Marfil: Tertsch ve en el Nobel a Dylan un síntoma de la decadencia de occidente y se lanza sin más a un crescendo apocalíptico: un non sequitur. Así que hace un favor a mi postura sobre Dylan, como bien ha visto Epicureo.

    Ahora bien, me han sorprendido un poco reacciones tan indignadas como las de Ramón y Andrés. ¿Realmente es tan “abominable” lo que dice Tertsch o estamos reaccionando más a la música que a la letra (al crescendo del exaltado de bar y a su non sequitur en vez de a lo que de hecho dice)? He repasado el artículo y no veo proclamas racistas, homófobas, ni incitación a la violencia o la xenofobia… Criticar el relativismo cultural, la banalización del aborto o nuestra buena conciencia hecha de sentimentalismo y superioridad moral me parece legítimo. Pero no voy a discutir esto aquí porque no es el tema del que quería hablar, y ponernos a aclarar posturas en todo esto necesitaría muchos posts que no tengo tiempo de escribir (por lo menos en dos o tres meses…).

    Supongo que como apunta Tintín (que me ha metido en este lío) si uno piensa que la situación es grave puede sobrerreaccionar por un síntoma banal. Hay que intentar comprender más que demonizar.

    Hablando ya sobre Dylan: he disfrutado con los comentarios de Alejo, Frenzo, Epicureo y josele, y ahora es cuando me gustaría entrar en la conversación pero es tarde y aunque mañana sea domingo tengo que madrugar. Gracias a triglifo, Emilio, santiagomartinarnedo, Ana (siempre es un gusto leerte) y también a Marfil, pese a la regañina… siento no poder participar más en el debate.

    P.S.1: Acabo de ver dos comentarios de Tintín y triglifo que wordpress había dejado en el congelador… sorry, sorry

    P.S.2: Informe de campaña sobre el frente interno: ahora la discusión en casa está en si Dylan es un ingrato y un soberbio o alguien que está por encima de la frivolidad de la fama. Ya saben quién defiende cada postura. Habrá que esperar a ver si coge el dinero (y corre) o no.

  26. Pseudópodo, ahora entiendo mejor la intención de tu post y el enlace a Tertsch.

    Había leído el comentario de Epicureo en el que decía “Y muy hábil el truco: después de leer el artículo de Tersch es imposible no estar de acuerdo con el Nobel a Dylan,” pero no estaba seguro de si esta era tan sólo una interpretación de Epicureo o la intención original de Pseudópodo al enlazarlo.

    No soy muy buen lector y ya de por si soy harto propenso a los malentendidos, así que a lo mejor la culpa ha sido mía de no saber leer entre líneas. Permíteme retirar mi crítica a tu post o al menos matizarla. Sin ser uno de los mejores post — pero es que tampoco se pretendía que lo fuera —, no desentona con el espíritu del blog.

    Parte del mal entendido puede ser también que aunque tu intención no era simpatizar con Tertsch, aún no le juzgas tan fuerte como yo, Ramón, o Andrés. Tal vez por qué te estas enfocando más en la discusión sobre el Nobel que en el resto de cosas que Tertsch dice. Cuando preguntas, “¿Realmente es tan “abominable” lo que dice Tertsch o estamos reaccionando más a la música que a la letra (al crescendo del exaltado de bar y a su non sequitur en vez de a lo que de hecho dice)?”, la pregunta debería ser retórica. Por supuesto que es abominable lo que Tertsch dice.

    Todo es contexto, si Tertsch estuviera hablando en un vacío histórico, hasta yo debatiría con el por puro intelectualismo. Pero las palabras de Tertsch no ocurren en un vacío, ocurren en un clima de extrema islamofobia en Europa y el mundo, y en un momento histórico en el que pese a los enormes progresos en derechos humanos por las mujeres y minorías en las últimas décadas, estos no se han afirmado aún lo suficiente como para que no tengan riesgo de ser revocados en cualquier oportunidad política. En Países Bajos se esta proponiendo cerrar mezquitas y prohibir el Corán, y en Polonia hace tan sólo una semana se intento dar marcha atrás a ley de aborto e instituir un prohibición absoluta. Eso en cuanto a Europa, en Estados Unidos están peor, allí tienen a Trump que quiere prohibir el ingreso de musulmanes al país, y Mike Pence que ha intentado prohibir el aborto en el pasado.

    Así que cuando dices, “criticar el relativismo cultural, la banalización del aborto o nuestra buena conciencia hecha de sentimentalismo y superioridad moral me parece legítimo,” estas pecando de candor. Lo que dice Tertsch tiene un efecto en el entorno que le rodea, y este entorno no es el de un mero “debate” o “crítica intelectual” en que ambos campos estén en igualdad de condiciones y cuenten con suficientes garantías para debatir sin riesgo a que se vulneren sus derechos. Si nos descuidamos tan sólo un poco, hoy en día se podrá prohibir una religión como si nada, o negar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en países en países occidentales y supuestamente desarrollados (los tres ejemplos que he dado, Estados Unidos, Países Bajos, y Polonia todos son miembros de la OECD).

    Que uno pueda aceptar la xenofobia como ruido de fondo en un debate respecto a un tema comparativamente inofensivo, como es el Nobel a Dylan, me genera inquietud. Tras leer los comentarios de Pseudópodo y Epicureo entiendo que no era la intención dar soporte a Tertsch, sino por el contrario mostrar “algunas” de las contradicciones de su posición llevada al extremo. Me preocupa sin embargo que pasa con el resto de contradicciones, y si su posición sería más aceptable si fuera menos extrema (violar tan sólo un poquito derechos humanos, pero no mucho).

    Dejo a Tertsch ahí porque me temo que no podremos llegar a un acuerdo.

    Pseudopoco, reitero que mi original crítica a tu post se debe a haberte malentendido, así que me disculpó. Tus escritos “a bote pronto” son bien recibidos, y me arrepiento de haber dicho que sería mejor que no escribieras si no tienes el tiempo. Escribe cada vez que tengas una oportunidad, se te lee con gusto, y no te sientas presionado a tener que dedicar un gran tiempo a escribir en blog.

  27. Ramon dijo:

    Sr. Pseudopodo,
    Me gustaría poderme unir a las disculpas de Marfil, pero en mi caso no es así. Reitero que el artículo de Tertsch me parece abominable y no sólo por la música, sino sobre todo por la letra y confirmo, con su comentario, la impresión que ya daba el post de que usted coincide en la mayor parte de la letra de lo que Tertsch dice. En consecuencia, no parece muy consistente estar a la vez de acuerdo con la letra de algo y usarlo como un “¿hábil truco?” para que la repulsa hacia Tertsch lleve a defender a Dylan. A pesar de que algún benevolente seguidor del blog quizás lo haya querido interpretar así y usted mismo lo haya visto después, quizás también, como una posible salida al jardín en que, “a bote pronto”, estábamos todos metidos.

    Y sí, el artículo de Tertsch es profundamente xenófobo entre otras muchas críticas que se le podría hacer. Supongo que cuando uno está acostumbrado a cierta prensa, radio y tv de este país de la que Tertsch forma parte, está acostumbrado al tono bronco y despreciativo tan habitual en ella (y en los cuarteles) y es capaz de filtrar, como música de fondo a la que está habituado, lo que repele profundamente a los oídos de los que no estamos acostumbrados a esa lluvia de exabruptos chusqueros. Y ese era el núcleo de mi crítica. Jamás su blog me había parecido ni remotamente similar a eso. Me había parecido que usted seguía el buen hábito, tan científico, de mantener la discusión sobre un tema siempre en términos de ese tema y con argumentos ligados a él. Y en este post, sin embargo, usted mezcla, a bote pronto, lo que tendría que ser un post centrado en la calidad literaria de Dylan con una crítica gratuita, por no argumentada, al nobel de la paz y de postre nos pone un link a esa caja de Pandora que es la diatriba de Tertsch. Espero que al menos coincida conmigo en que eso hace muy difícil, al menos para los no acostumbrados a su ruido, poder mantener la discusión en el tema inicial, como creo que a todos nos hubiera gustado que fuera. Y que conste que no creo que hubiera de haber ningún problema, al menos por mi parte, para discutir civilizadamente de lo que haga falta, pero cada cosa de una en una y con argumentos, como siempre había sido, y de ahí mi pena y mi crítica, en este blog.

  28. Alejo Urzass dijo:

    Yo no entiendo la postura de Tintín, quien dice (en el link de Pseudópodo):

    “Sé que estás retirado de la vida blogera, pero ante el hecho de que un cantante pop gane el Nobel de literatura no puedo por menos que pedir una excepcional y fugaz vuelta.”

    Y más tarde ( ya en este hilo):

    “Dylan ha ganado el Nobel de Literatura, y sin ser yo entendido del tema creo que (…)”

    La clave está en ese “sin ser yo entendido en el tema” que para Tintín no es suficiente como para cuestionarse si quizá entendiendo algo del tema podría opinar mejor. Y sin entender, al menos posicionarse en la duda, que sería una postura más científica.

    Considerar a Dylan cantante “pop” a estas alturas ya es desconocimiento. Considerar que le dan el Nobel por ser cantante, es otro error de lectura.

  29. Tintín dijo:

    Considerar a Dylan cantante “pop” a estas alturas ya es desconocimiento […] Alta y baja cultura… . Respondo esta idea muy popular que se ha desarrolado que se ha desarrollado en varios posts por distinta comentaristas. Hay ahí un razonamiento bastante frecuente por ambientes melómanos aficionados. Y por aficionado o amateur no me refiero a que se dedique poco tiempo (la palabra más adecuada sería ‘devoto’, pero hoy día la gente se la toma como un insulto) sino a carente de la formación de la que hoy se dispone y que es requisito indispensable para cierta comprensión. En resumen parece decir que la distinición entre ‘alta y baja’ no fuese real, o fuese artificiosa, un tanto snob o academicista. ¿Por qué habríamos de negar a la buena música pop o al buen jazz un valor como al de una buena sinfonía? ¿Si los antiguos grandes compositores no distinguían entre su música y la popular, por qué nosotros? ¿Acaso somos nosotros más que Shakespeare o Mozart, que no hacían esas distinciones? ¿Acaso no son preciosas ciertas obras de jazz, de música popular, incluso más hermosas que algunas veneradas antiguallas? ¿No sería más adecuado decir que el jazz y la clásica son géneros distintos, lo mismo que una opera y un motete, o estilos diferentes, como el Romanticismo y el Barroco? ¿Con qué criterio se pueden comparar dos estilos?

    Esta es una consoladora perspectiva que anima a la afición (o mejor, devoción) personal, puesto que da al criterio propio siempre un gran valor. Sin embargo, no es por ello certera. Primero conviene observar que la música, como cualquier otra manifestación del saber y la cultura, no puede tener otro origen que no sea el popular. No se dice, por tanto, nada nuevo al afirmar que antes no había distinción entre ‘alta’ y ‘baja’.

    El punto donde se ha perdido el camino es precisamente al ponerse a uno mismo como referencia. Hay una gran diferencia entre lo que yo sé y aprecio y lo que el hombre sabe y aprecia, entre lo yo desconozco y lo que el hombre desconoce. Y esto nos da la perspectiva correcta. Evidentemente el buen pop, el buen jazz, pueden tener interés para ti y para la gran mayoría de los melómanos del mundo. Pero hay una búsqueda de la Belleza para la cual hoy es ciertamente irrelevante.

    A uno puede gustarle un estilo, sea romanticismo, barroco, jazz… Y bien puede ser que sea todo un entendido de ese estilo, haberlo escuchado todo, y juzgar, acertadamente, que una nueva composición de hoy en ese estilo tiene un valor, dentro de su estilo, equiparable o superior a las antiguas. Pero es que lo que se llama música ‘alta’, ‘culta’ o ‘clásica’ nunca ha buscado eso, y le resulta del todo irrelevante.

    Hay una búsqueda de la Belleza, de lo que es la música, en la que el hombre, como familia, está embarcado. En ella el hombre, como comunidad, busca levantar el velo oscuro que envuelve a la música, busca hacer patrimonio del hombre eso que ahora mismo permanece oculto. Después pueden venir tantos Dylan como se quiera a perfeccionar, refinar, moldear o recrear. El modelo de músico, de creador es como el de la ciencia: Prometeo. Y, para bien o para mal, a partir de cierto momento está búsqueda requiere de formación. No porque se desprecie lo ‘bajo’, por academicismo, o cualquier otra razón, sino porque son las herramientas básicas del pensar, de comprender hasta dónde ha llegado el hombre. Sin ellas uno está condenado a repetir la Historia. En el momento en el que el hombre ha avanzado suficiente en un tema aparecerá esa distinción entre ‘alta’ y ‘baja’. Habra quienes comprenden el camino que el hombre ya ha recorrido y busca crear y entender lo que aún no se entiende. Por otro lado estaránq quienes buscan recrearse con lo que tenemos, re-expresarlo mejor, desarrolarlo, etc. En partiuclar, quienes no posean la formación necesaria, están irremediablemente destinados a formar parte del segundo grupo.

    Ando con Bueno, aquí tenéis una tertulia con él sobre el 15 M cuando salió. Su tesis principal es que los del 15 M son analfabetos filosóficos e históricos y no tiene las herramientas mínimas necesarias para pensar sobre lo que hablan. Por tanto, son totalmente irrelevantes desde el punto de vista filosófico y tienen un interés, como él dice, ‘a la vista’, como curiosidad. Algo así pasa con la música ‘baja’.

    Lo mismo pasa en ciencia. Son estupendos los astrónomos aficionados, son realmente geniales y muy ingeniosos. Y me encantan alguno de sus logros, y bien podrían superar las observaciones de Galileo usando técnicas disponibles en la época de éste. Sin embargo, para el Nóbel son completamente irrelevantes. Tenéis ahora una película sorprendentemente buena sobre sobre Ramanujan que se aparta de muchos topicazos y muestra esto bien. La película retrata muy bien la dificultad de quien con un gran talento viene de la ‘baja’ matemática y quiere incorporarse a la ‘alta’. Por mucho talento que se tenga esto no se logra sin mucho estudio y trabajo. Cinco años tardó Ramanujan. Realmente portentoso, la mayoría tarda unos 8 ó 9, pero muestra bien claro que incluso con todo el talento del mundo es imprescindible una (muy extensa) formación.

    De la misma forma, estoy convencido de que algo así pasa con Dylan. Por eso ninguno de mis amigos escritores se ha puesto a leer a Dylan. Ni yo tampoco, para recrearme ya tengo las estrellas.

  30. Alejo Urzass dijo:

    Tintín: “El punto donde se ha perdido el camino es precisamente al ponerse a uno mismo como referencia. Hay una gran diferencia entre lo que yo sé y aprecio y lo que el hombre sabe y aprecia, entre lo yo desconozco y lo que el hombre desconoce. Y esto nos da la perspectiva correcta. Evidentemente el buen pop, el buen jazz, pueden tener interés para ti y para la gran mayoría de los melómanos del mundo. Pero hay una búsqueda de la Belleza para la cual hoy es ciertamente irrelevante.”

    Este razonamiento es totalmente desatinado. Vale para la ciencia (ya lo hemos dicho, es un saber acumulativo) pero no se puede aplicar al conocimiento de tipo artístico.
    Además, si estuviera aquí Gustavo Bueno, le recordaría a usted que se está manifestando desde la ignorancia (usted mismo lo ha dicho más arriba).
    ¿Qué es eso de que “hay una búsqueda de la Belleza? Creo que es una idea comparable a que yo dijera que la Física y la Química son alta cultura ya que buscan la “Piedra filosofal”.

    Luego se olvida usted de la música (y ya parece haber olvidado que el Nobel a Dylan no es en la inexistente categoría de música sino en la de literatura) y viene con la matemática y Ramanujan (porque, insisto, usted está en el error de pensar que el arte y la ciencia se construyen igual, hasta el punto de inventarse usted esto de la “baja” y “alta” matemática). Pero voy seguir su supuesto: saca usted a Ramanujan para justificar la idea de que hace falta mucho estudio y trabajo para llegar a la “alta-lo-que-sea” (matemática, en este caso). Entonces, siguiendo su razonamiento, Dylan sí podría alcanzar la supuesta “alta” literatura a base de trabajo… si Ramanujan lo hizo en cinco años, y lo normal según usted es tardar 8 ó 9… a Dylan le faltan.. a ver cuántos años de trabajo… ¡pero si lleva 55 años escribiendo canciones!

    Y finaliza con un argumentazo: “De la misma forma, estoy convencido de que algo así pasa con Dylan.” (¿De qué “forma”? Estaba usted diciendo que hacía falta mucha formación, y no me ha quedado claro que usted haya demostrado que Dylan no tenga esa muy extensa formación. Y si se refería a trabajo, ya sabe, 55 años) “Por eso (¡!) ninguno de mis amigos escritores se ha puesto a leer a Dylan.” ¿Los de la Academia Sueca deberían haber consultado a sus amigos escritores, que sin leer a Dylan ya saben si es bueno o es malo? Por cierto, yo también tengo amigos escritores.

    Voy a aprovechar a dejarle una frase de Pere Gimferrer que leí ayer mismo en una entrevista:
    P. ¿Qué opina de quien dice “No puedo con la poesía, no la entiendo”?
    R. Bueno, yo sobre esto tengo unas tesis difícilmente apelables. O te gusta y entiendes la literatura o crees que te gusta y que la entiendes. La poesía tiene de bueno, y si quieres de malo, que no puede confundirse con otra cosa que con literatura, aunque cuente a veces un argumento, como lo cuentan las Soledadeso en otro sentido Canto general. Puede haber confusión, podemos creer que la literatura consiste en contarte algo… cuando evidentemente no consiste en eso. Esas personas de las que me habla me temo que no es que no les guste la poesía, es que no saben lo que es la literatura. Lo digo sin ningún tono despectivo, es una constatación. El único tema de la poesía es… la poesía.
    Poca duda hay de que el señor Gimferrer, más allá de su propia obra artística, es una verdadera autoridad en su materia y es una persona de una erudición sobresaliente. Su opinión aquí: https://goo.gl/e1dNpN

    • Ana Márquez dijo:

      Don Alejo, no se me enerve usted 🙂 ¿Qué le hace suponer que yo no «discuto dobre lo que se paga en dinero por cada gol que mete un futbolista que anuncia poker en la tv.» Que no lo haya hecho aquí no significa que el asunto me sea indiferente. Pero Epi habló de «arte» chorra y me acordé del vasito. Si me pongo a rajar sobre todo lo que me parece injusto o, simplemente, salido de madre, don Pseudo acaba sacándome tarjeta roja por exceso de kilometraje 🙂 Repito, estoy de acuerdo con usted en lo de los futbolistas (y del tenista que se embolsa un talego de seis cifras por fingir que firma sobre la pantalla mejor hablamos otro día), y estoy de acuerdo con Epi en lo del arte chorra.

      Hala, no se me sulfure 🙂 Un abrazo.

      • Alejo Urzass dijo:

        A mí me enervan esos juicios. ¿Cómo podemos saber (usted, Epi, yo…) si ese vaso es arte chorra, si el acelerador de hadrones es ciencia chorra, si Dylan es literatura chorra?
        Supongo que para saber si algo es ciencia chorra habría que entender mucho de física, y para saber si algo es literatura chorra hay que entender mucho de literatura, y lo mismo saber de arte para denominar algo como arte chorra, etc.

        Yo me pregunto cuánto saben usted o Don Epi de arte y de literatura. Arriba, donde cito a Gimferrer, él lo deja de forma «difícilmente apelable». Yo hago el paralelismo para este caso: o a usted (y a Don Epi) les gusta el arte y lo entienden, o bien creen que les gusta y que lo entienden. Sin tono despectivo, como constatación. Partiendo de ahí ¿cómo encajar el tono despectivo que emplean (al menos usted en este hilo) al respecto de ciertas obras de arte? Ojo, yo no digo que esas obras de arte sean buenas o malas, que no procede (aunque puedo opinar sobre lo que puedo reflexionar a partir de ellas); voy por la naturaleza y un paisaje me gusta más que otro ¿el que me gusta menos es un paisaje «peor»? ¿Chorra, tal vez? Sí, me enerva.

        Si un día algún pedo toca tu puerta
        no se la cierres, déjala abierta
        deja que sople, deja que gire
        a ver si hay alguien que lo respire.

        ¿Poema chorra?
        Es Quevedo.

  31. Epicureo dijo:

    Finalmente, Dylan aceptó el premio como es debido. No era por rebeldía el retraso, sino por yo qué sé, cosas suyas. Hay que reconocerle una cosa: siempre va contra las expectativas.

  32. Familiarizarse con todas las obras de arte es una tarea imposible, incluso si nos limitamos a tan sólo un tipo de obras, y en este caso estamos hablando de la intersección de dos: la literatura y la música.

    A menos que se tenga una opinión bastante fuerte y fundamentada al respecto, en cuyo caso el argumento de “no me molesto en escucharle” o “no me molesto en leerle” no cuela, un poco de modestia es buena. En especial si se esta emitiendo un juicio negativo (un artista no es bueno), en lugar de una positivo (un artista es bueno).

    Si varias personas que respetamos encomiendan a un autor, en el caso de mi vida personal varias personas que respeto encomiendan a Dylan, en este blog Pseudópodo lo encomienda su manera, la gran mayoría de músicos lo encomienda, y ahora incluso el comité Nobel lo encomienda… es prudente reconocer que su arte debe ser de gran calidad. Tal vez no de nuestro gusto particular, pero cuando menos de suficiente calidad para ser considerado arte.

    Si se ha de criticar a Dylan, con el amplio reconocimiento que este tiene hoy en día, me temo que el peso de la prueba recae en quien le crítica. No valen argumentos ambiguos que se van por las ramas y discuten ciencia y matemáticas como si fueran lo mismo que el arte. Se requieren argumentos específicos que critiquen la obra de Dylan, como música y como literatura. Yo no soy un gran fan de Dylan y por eso no lo hago, pero si la discusión fuera sobre Cohen, a favor o en contra, pediría cuando mínimo que se escuchara y leyera su obra y se le discutiese por lo que es concretamente, no usando argumentos ambiguos y generales sobre arte y ciencia. Pero es que si no se lee y escucha, a Dylan o a Cohen, sólo este tipo de argumentos generales son posibles.

    Para muchos de nosotros el punto de partida ha sido reconocer a Dylan como un gran músico, y expresar un grado de escepticismo sobre si su obra puede ser considerada literatura y en especial literatura merecedora de un Nobel. Sin embargo, si el punto de partida no reconoce a Dylan si quiera como un gran músico, entonces la diferencia entre opiniones es inmensa. Hay que ofrecer una justificación que se corresponda con una crítica de este tipo, en especial cuando es negativa (aquí estamos en un blog y no hay mal rollo, pero pongase uno en los zapatos de un artista que ha dedicado toda su vida a una obra, y que alguien sin molestarse en estudiar su obra le diga que eso no es arte, o al menos no el tipo de arte que vale la pena…)

    Personalmente, sólo cuando conozco a un artista o obra en detalle me venturo a criticarla negativamente. Más frecuentemente lo hago positivamente, si algo me gusta es por eso que lo estudio en detalle. Por supuesto que también tengo mi esnobismo, y hay ciertos artistas y obras que considero su genialidad no se puede comparar con otros en toda la historia de la humanidad, pero no por ello niego que exista una inmensa categoría de arte y genialidad de gran valor y sobre la cual no tiene sentido ser críticos hasta el punto de negarle llamarle arte, o tratarlo como arte de segunda.

  33. Tintín dijo:

    En que la modestia es buena, y no solo un poco sino cuanto más mejor, por completo de acuerdo. A otros comentarios que dices, Marfil, yo diría que, en mi humilde opinión, es al revés. Evidentemente tengo un predisposición positiva a la encomienda de quien respeto y aprecio, pero precisamente ése no es el caso de Dylan y es el punto de partida: no hay una recomendación unánime de quienes respeto (y esa guerra es la que tan simpáticamente ha mostrado Pseudópodo en su casa y a la que alude Grimferrer en el artículo que refería Alejo).

    Siguiendo con lo de las recomendiaciones el punto es que niego la mayor: Dylan no tiene un amplio renocimiento. Es más, que yo sepa no tienen ningún reconomiento. Tiene mucha popularidad, reconocimiento no. Y eso es evidente. Si alguien como Gimferrer, que será extremadamente entendido, tan alta estima tenía a los versos de Dylan que lo hubiese demostrado hablando de él una semana antes del Nóbel y organizándole una lectura comentada. Pero una semana antes, eh? no después, claro. Pero… ¿dónde está ese artículo premonitorio? Ése el que hay que ver, no uno que a renglón seguido se apunta al carro de lo popular. Lo que quiero es ver, por ejemplo, que hace tres años en Princeton, Oxford, la Sorbona o Salamanca hubiesen dedicado un semestre a la obra literaria de Dylan. Si veo eso, empiezo a cuestionarme que quizás los liantes en esta diatriba son los críticos, y no al revés.

    En cuanto al peso de la prueba disiento: éste no cae en la critica de quien dice ‘ese aserto no es cierto’. Al contrario, la prueba recae en quien afirma algo. Y de hecho, no sé el Nóbel, pero en Matemáticas todo premio que se precie lleva su ‘Laudatio’. Es decir, por qué se da (en particular en la Fields se da un resumen breve escrito, otro resumen escrito de unas páginas para matemáticos, un informe técnico para especialistas, y una conferencia en el congreso mundial. Todo firmado por reputados matemáticos distintos al premiado. Y al final otra charla del premiado en el congreso). La carga, evidentemente, recae en quien premia, si es que quiere tener algún crédito de que lo que realmente premia es la excelencia y no que simplemente satisface su quillotro.

    Yo digo, con los críticos, que no he escuchado todavía que nadie diga nada inteligible de por qué vale su obra. Y las cosas tienen que ser claras e inteligibles, se debe entender de lo que se habla. Puede ser que la respuesta completa tarde 9 años, pero respuesta primero: debe haber. Y segundo: tiene que ser inteligible. ¿Cómo va a ser que algo es muy muy bueno, pero nadie sabe ni empezar a decir por qué? ¿Cómo puede ser que el gremio esté desconcertado por esto? ¿Cómo es que lo que se oye es que sus letras se pueden entender de muchas maneras? ¿Ha habido que esperar dos mil años para que un hombre escribese así?

    Y disiento también en que me voy por las ramas: no son argumentos ambiguos. Son bien claros y distintos. De hecho, soy el más explícito de los que aquí escriben: O alguien me dice cómo la obra de Dylan se relaciona con la belleza que persigue la literatura, con la que persigue la música, según los criterios de excelencia y novedad o no mudo en mi opinión. Y le admito que la respuesta tarde años, o 1.000 páginas. Mi aserto es claro y distinto. No es el ‘todo vale’. Nos podremos equivocar al querer obrar así, se morirá Galois en el anonimato, pero Grothendieck anduvo en el estrellato en vida, y Einstein era la referencia autorizada. Y a la humanidad nos ha ido mejor porque los jóvenes y los legos porque hemos mirado en una dirección que quizás no abarcaba todas lo que en el momento había de buenas, pero no eran malas ni andaban desencaminadas.

    Y de hecho, en literatura no sé, pero un hipotético Nóbel de música no tiene nadie que decirme que Dylan no da la talla, por mucho que la música comenzase su andadura armonizando versos hace 25 siglos. Dylan es un músico popular, y no hay nada ‘negativo’ en ello. Es como comparar una margarita con una con una microflora abisal. Pero una cosa es que una margarita, unos claveles no sean nada negativo (que por cierto me encantan más que otras flores que me resultan empalagosas. Son los que regalo, como los ramos de trigo seco, qué belleza!) y otra que demos un Nóbel de Biología a quien logra cruzar y cuidar margaritas para sacarlas bien bonitas en lugar de quien explora la microflora abisal o marciana (y mira que yo esta última jamás la leeré y la otra me la estudiaría).

    Y en el clásico ‘Como son analogías de ciencia no valen’ yo no estoy. Y voy a ser claro y distinto: Yo estoy en que Verdad, Belleza y Amor son avatares de una misma realidad, comparten un único origen y una misma naturaleza. Y lo que uno no comprende por un lado, puede y debe verlo en los otros. Sí, hay quien cree otras cosas, y yo no estoy con ellos. Yo me quedo del otro lado. Se sufre, sí, pero me gusta la compañía 😉

    • Tintin, creo que estamos de acuerdo en varias cosas, pero aprovecho para matizar algunas de mis opiniones.

      Cuando he dicho que el peso de la prueba recae en los críticos de Dylan, no en sus defensores, me refería a la obra de Dylan como músico. A estas alturas discutir que Dylan es un gran músico requiere argumentos mucho más sólidos y navegar contra la corriente. En cambio para defender que Dylan es un gran músico basta tan sólo referirse a su gran número de premios y al inmenso número de músicos — los verdaderos pares de Dylan, no los críticos de música, y mucho menos críticos generales de cultura, aunque la mayoría de estos también concuerdan — que lo acreditan como gran músico.

      Si lees mis otros comentarios puedes inferir que cuando me refiero a la obra de Dylan no como músico sino como literato soy más escéptico y considero que el peso de la prueba recae en sus defensores. Un Nobel de literatura otorgado a un músico es excepcional, y todos sabemos en donde recae el peso de la prueba en casos excepcionales: es quien justifica la excepción, no la regla quien ha de defender con más vigor. Yo a estas alturas aún me mantengo escéptico, sólo con los años podremos confirmar si mas cantautores reciben premios Nobel a literatura, o si todo esto fue una excepción y si era justificada.

      Ambos coincidimos en que Dylan merecería un hipotético Nóbel de música .

      Respecto a tu comentario final sobre verdad, belleza y amor. Personalmente concuerdo (depende de los detalles), pero esta es una filosofía personal más que una realidad social, y personalmente no me siento tan seguro como para decir que sea una “realidad natural” como para darle preeminencia sobre la realidad social (es decir, me lo creo, pero no tan en serio como un creyente que va a misa). En nuestra realidad social el arte y la ciencia son mundos bastante separados, existe diálogo entre ambos y similitudes, pero la idea de que verdad y belleza son lo mismo (excluyo amor por simplificar) es una visión que ni siquiera es compartida por la mayoría de científicos y artistas más eminentes en sus campos, sólo por una parte de ellos. Si uno se aproxima al arte desde el campo de la ciencia o la filosofía es fácil confundirse y creerse que todos compartimos esta visión por el buenrollismo, pero si uno se aproxima al arte desde el arte mismo, es fácil identificar que sus valores son distintos a los de la ciencia, la “verdad” en arte no es la misma que en ciencia, en ocasiones hay diálogos positivos pero cuando la ciencia intenta “cientifizar” todo, los artistas también se revelan y la combaten. En la mayoría de casos son cosas tan distintas que simplemente se ignoran mutuamente, y si me preguntan, creo que los artistas son mejores en estos de ignorarnos a nosotros (me agrupo con los científicos), que nosotros en ignorarle a ellos.

      De pronto es sesgo personal, pero tengo la impresión que son más los filósofos y los científicos quienes a cierta edad intentan colar y hacerse pasar por “artistas honorarios” bajo la excusa de la unidad entre verdad y belleza, y la búsqueda de un algo superior que unifica a la ciencia y arte; mientras que los artistas están más contentos con llegados a cierta edad morir como artistas hasta el final sin pretender haber formado parte en algún momento de la empresa científica, incluso aquellos artistas que retrataron la naturaleza como uno de sus temas en su obra.

  34. Leonard Cohen, Lou Reed, David Bowie… la era a la que pertenece Dylan esta llegando a su fin. La muerte da perspectiva a la importancia excesiva que aveces le damos a premios y reconocimientos, a final del cuentas el legado de músicos y cantautores depende en su habilidad para ser escuchados por generaciones futuras tras su muerte. Honores y discusiones acerca de ellos son el privilegio de los vivos.

  35. Tintín dijo:

    Para poner en contexto:
    Pinchar,

    Cómo están las humanidades…
    Primer enlace

    Segundo enlace

    ¿Dije la cultura? Quizás es más llamativo que en Matemáticas en el análogo del Nóbel, el premio Abel, no fue otorgado a Grothendieck, precisamente por el consenso y lo objetivable sobre la grandeza de su obra.

    Para quien quiera pensar más sobre estos temas, yo he vuelto a caer sobre ellos a raíz del mito de la cultura, de Gustavo Bueno (más sistemático, y aquí más breve). No creo que estos temas sean disconexos.

  36. pseudópodo dijo:

    Tintín, mi perdones por no haber detectado tu comentario entre el spam (como un diamante entre la basura); al menos llego a tiempo para rescatarlo. Seguiré tus sugerencias… y feliz Navidad

  37. Con dos años de retrospectiva, ¿podemos concluir que el Nobel de Literatura a Bob Dylan no fue más que un truco publicitario por parte del comité Nobel en un esfuerzo por pasar “polémica” por “subversion”? En otras palabras, nunca fue un reconocimiento a Dylan, sino un auto-reconocimiento que el comité Nobel de literatura se intento dar a sí mismo por ser tan “vanguardia” en su proceso de decisión.

    En una época donde la polémica es el pan de cada día, y las polémicas nacen tan rápido como son olvidadas, mi conclusión es que el Nobel a Dylan no sólo fue una polémica a propósito, sino que además fue una polémica que no valió la pena. No alteró significativamente la distinción entre música y literatura — una distinción que además no ha sido perniciosa o problemática — . Podemos esperar que un cantautor volverá a ser considerado seriamente como candidato a Nobel de literatura éste siglo? Yo no lo esperó, y me comeré mi sombrero si vuelve a pasar. Lo que no me sorprendería sin embargo, es más Nobeles polémicos sin motivo, pero los motivos siempre serán distintos.

    Llegue a esta opinión incluso antes de que se diera el escándalo del premio de literatura cancelado /aplazado en el 2018.

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