El camión de la basura

Mi madre recuerda que cuando era niña no había basura (eran los años treinta, en un pueblo de Castilla).

Los alimentos no venían envasados. Las mondas de las patatas iban a los cerdos. Las de la fruta… casi no había fruta. Los pocos envases que había se reutilizaban: con dos latas grandes de sardinas, unidas por el borde abierto, el hojalatero hacía un bidón para aceite. Las latas pequeñas las usaban los niños para, poniendo carretes de hilo como ruedas, hacerse un carro o un tren de juguete. Y las niñas jugaban con muñecas de trapo, rellenas de serrín, en las que habían pintado los ojos y la boca. Los trapos que se rompían se los llevaba el trapero, que daba a cambio un cacharro: un plato, un vaso, una cazuela.

Con tan pocos residuos, por la noche no pasaba el camión de la basura. Los pocos residuos se llevaban a un muladar en las afueras.

¿Por qué ahora hay tantísimos residuos? Porque nuestros procesos han dejado de ser circulares y han pasado a ser lineales. El residuo es el extremo del proceso, pero un círculo no tiene extremo.

¿Por qué antes predominaban los procesos circulares? Porque la sociedad era un ente natural, no un producto. Y todos los entes naturales se regulan mediante procesos circulares, a diferencia de los sistemas creados por los ingenieros, que suelen ser lineales. Un proceso lineal se puede formar en la naturaleza, pero no puede perdurar: acaba encontrándose con los límites del ecosistema, que ya no lo puede sustentar.

Ahora todas las noches pasa por mi calle el camión de la basura. Su ruido me recuerda que, en una generación, hemos organizado nuestra vida en procesos lineales. Y que, por tanto, no podemos perdurar.

***

Postdata: Encontré lo anterior en un cuaderno de hace dos años, y lo reproduzco aquí casi sin modificaciones. Por eso el lenguaje no es muy cuidadoso y quizá necesita alguna aclaración que voy a hacer aquí.

Cuando hablo de procesos lineales me refiero aquí a procesos en los que una causa produce un efecto, que a su vez es causa del siguiente efecto, etc, sin que la cadena de causalidad se cierre sobre sí misma. Cuando se produce ese cierre, hablo de proceso circular. Entonces, cada fenómeno de la cadena es a la vez causa y efecto. Así suelen ser las cosas en biología: el huevo a la vez causa y efecto de la gallina.

Nuestro cerebro parece tener dificultades con los procesos circulares (el mero hecho de que consideremos el caso del huevo y la gallina como un dilema es sintomático). Así que tendemos a razonar en términos lineales, con resultados desastrosos.

Por ejemplo, cuando se introdujo el DDT, los agricultores que lo empleaban razonaban así:

Lo que en realidad ocurrió fue que:

Es decir, un bucle de realimentación positiva que desestabilizó todo el sistema. Pero eso es sólo una parte: hay otro bucle, en el que el consumo de pesticidas enriquece a sus fabricantes, que alientan con estrategias comerciales que se usen más pesticidas aún. Hay también efectos colaterales, como los cánceres provocados por los pesticidas, etc… (el ejemplo está tomado de aquí)

Sólo a partir de Norbert Wiener fueron los ingenieros conscientes de la ubicuidad de estos bucles de realimentación. Pero seguimos sin integrarlos en nuestro pensamiento: seguimos razonando en términos de problemas aislados (“los insectos”) y de soluciones tecnológicas aisladas (“el pesticida”), en lugar de ver que el “problema” es en realidad un estado de una compleja red de interacciones, y que nuestras “soluciones” son en realidad alteraciones en esa red, cuyo efecto global es a menudo imposible de prever.

***

Post-postdata: No hay que confundir la acepción de «lineal» a la que me he referido con otra muy habitual: un proceso en el que las consecuencias son proporcionales a las causas. Lo contrario de lineal en esta segunda acepción es no-lineal. También tenemos la costumbre de considerar todo lineal en este segundo sentido, y también es un grave error. Pero esa es otra historia (aunque no del todo independiente de ésta…)

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13 respuestas a El camión de la basura

  1. eldoctorhache dijo:

    Otro sector donde resulta muy palpable esta dualidad de posibles soluciones y la opción prácticamente única, por parte de los políticos y de los urbanistas en general, por un proceso lineal en vez de por uno circular es precisamente el del urbanismo actual, concretamente en ciudades como Madrid: se hacen túneles para fomentar, en el fondo, lo que se debería limitar cuando no desterrar: el transporte privado indiscriminado; así, en vez de desalentar su uso, se incentiva; los túneles y autovías se quedan pequeños al poco tiempo, y «por lo tanto» procede ampliarlos, etcétera etcétera.
    ¡Gracias por un artículo tan certero y diáfano!

  2. Amkiel dijo:

    Decía Mark Kurlansky que “la tecnología nunca vuelve atrás. Sólo crea más tecnología para afrontar los nuevos problemas.” Algún día habría que detenerse a pensar.

  3. Amkiel dijo:

    Por cierto, Jordi Pigem explica en su artículo “La hora del decrecimiento” una forma de frenar el problema del avance lineal hacia la destrucción. En el panfleto encontrarás un fragmento del mismo:

    http://laetus.blogia.com/2007/042201-la-hora-del-decrecimiento-124-jordi-pigem-124-fragmento-.php

  4. A. N. Ónimo dijo:

    «los entes naturales se regulan mediante procesos circulares».

    Me gusta. Me interesa. ¿Puedes citar la(s) fuente(s), please? Quiero saber más.

  5. pseudopodo dijo:

    Es verdad, doctorhache, en el urbanismo estamos presos en esas soluciones de tipo «más de lo mismo». El ejemplo de los túneles (¡cuanto dinero se habrá enterrado en túneles en Madrid!) viene muy a cuento.

    Amkiel, está muy bien el artículo de Jordi Pigem. Me parece que escribía en tiempos en Integral, ¿no? (hace muchos años yo leía esa revista). Menciona a varios autores que me interesan: Karl Polanyi, Georgescu-Roegen e Ivan Illich… Desde luego hace falta algo como el «acrecimiento» que propone, pero veo muy difícil que empredamos ese camino. Hace tiempo (cuando yo leía Integral) el ecologismo parecía que podía cambiar la sociedad; ahora se ha polarizado entre «apocalipticos» e «integrados» y ha dejado de ejercer un liderazgo intelectual…

    A.N. Ónimo, por poner un ejemplo: el metabolismo de una célula consiste en miles de reacciones químicas que en las que los productos de una reacción son reactivos para la siguiente, etc; estas cadenas de reacciones no son lineales sino que se cierran sobre sí mismas no en un círculo sino en muchos interrelacionados (aquí tienes por ejemplo un bonito esquema del ciclo de Krebs, uno de los muchos que hay en la célula). Si quieres una referencia más general y filosófica, prueba con «Espíritu y naturaleza» de Gregory Bateson (no es lectura fácil pero sí estimulante)

  6. Joaquin dijo:

    En parte estoy de acuerdo, y en parte no. Las novedades tecnológicas de nuestro tiempo son tan aceleradas, que no permiten al sistema natural reajustarse en la misma sincronía (no sé si estoy diciendo un disparate). Pero pensemos en «novedades tecnológicas» antiguas, como la domesticación de animales o plantas (el trigo fue también una planta salvaje domesticada). El proceso de integración de estos animales y plantas en los procesos productivos del hombre fue tan lento, que permitió un reajuste natural. Pero es un caso tan irruptivo como el que ahora presenciamos, de forma más acelerada.

  7. Sergio dijo:

    Usar y tirar es muchas ocasiones más barato que reciclar. Y una sociedad de libre competencia siempre tiende hacia la solución más barata (o más competitiva).

  8. A. N. Ónimo dijo:

    Pesudópodo

    Muchas gracias por la referencia. Creo que no me expresé bien cuando dije que el tema me interesaba… Una de mis aficiones es la Teoría General de Sistemas, y sus derivaciones, especialmente en lo que se refiere a los Sistemas Vivos, el trabajo de Maturana, etc. De todo esto (y de mi formación) he sacado la visión de que la realidad se puede organizar en grafos (bastante complejos) para su mejor entendimiento. Pero en esa visión sistémica y compleja, se me escapóa la frescura del sencillo círculo, y me ha parecido muy seductora la idea de que se pueden identificar recorridos circulares en esa red tridimensional de grafos de la que hablo. En resumen, que Bateson se acerca más a lo que buscaba que el ciclo de Krebs, y que si tienes más recomendaciones en ese sentido.

    Muchas gracias

  9. pseudopodo dijo:

    Joaquín, no es ninguna tontería lo que dices, al contrario, y lo has expresado muy bien. Un ecosistema «sano» tiene siempre capacidad de tolerar los cambios. Nuestros procesos lineales serán completados con un reequilibrio del sistema total. Salvo que los cambios sean demasiado rápidos, claro (Me protejo de una crítica probable: el ecosistema no va a dejar de existir; no vamos a acabar con la vida en la tierra, pero un planeta poblado por insectos y ratones no tendría mucha gracia para nosotros…).

    Sergio: That is the question. ¿Qué mas puedo decir?

    A.N. Ónimo: lo que dices del grafo complejo es por supuesto mucho más realista que mi sencillo círculo. De hecho,en la postdata iba a haber aludido a que los caminos cerrados no tienen por qué cerrarse de un modo sencillo, sino que a menudo lo hacen a través de recorridos indirectos e intrincados…pero me pareció que iba a ser demasiado intrincado 😉
    Aparte de Bateson (no sé si lo has leído) te puedo recomendar a Fritjof Capra. No es precisamente un pensador original, pero está bien como fuente de información (a mí me descubrió a Bateson hace muchos años). Aquí he recopilado algunos libros que citaba en «Las conexiones ocultas», aunque probablemente para este tema sea mejor «La trama de la vida», que no he leído.

  10. km dijo:

    Muy interesante el artículo aunque no estoy nada de acuerdo con las conclusiones de algunos.

    La solución a los desajustes que produce la tecnología es precisamente la tecnología (y la ciencia que va de la mano). Pensemos en lo que consumía un motor de combustión de hace 100 años y lo que consume ahora. El presente y el futuro de la tecnología es el de cerrar el círculo haciendo más eficientes los procesos, pensemos en lo que consumía un motor de combustión hace 100 años y lo que consume ahora, y diseñando procesos que aprovechen los residuos generados como hace la naturaleza.

    Precisamente la naturaleza es el modelo, la vida se expande y consume grandes cantidades de energía pero las materias primas vuelven a la tierra para ser reaprovechadas una y otra vez. Muchos de los componentes de los coches hoy en día son reciclables a pesar de que esta tecnología, la del reciclado, esté en pañales.

    Renunciar a la tecnología es inviable. ¿A cuáles de los 6000 millones de habitantes de la Tierra apearemos para reducir el consumo? Lo que sí es viable es un consumo responsable que favorezca el que se cierre el circulo antes de que nos veamos forzados, sí o sí, a hacerlo.

  11. pseudopodo dijo:

    km, muy oportuno tu comentario, sobre todo porque recalca lo complicado que es el problema… Es verdad que es imposible renunciar a la tecnología en bloque. Pero sí creo que deberíamos cambiar nuestros criterios y objetivos. Seguimos pensando que el crecimiento es bueno de por sí, y tal cosa es un disparate en términos biológicos. Si nos proponemos dejar de crecer económicamente, seguiremos necesitando la tecnología para salir de este embrollo.

    Con este cambio de objetivo habrá tecnologías que pasen a ser más interesantes y otras menos. Y puede que algunas, incluso, hubiera que prohibirlas (estoy pensando en la ingeniería genética)…

  12. Sergio dijo:

    Una vez más, las tecnologías nada pueden hacer mientras sea más barato «usar y tirar» que reciclar. Y por muy barato que sea reciclar gracias a las nuevas tecnologías, siempre será más barato deshacerse de los residuos con gasto cero (o incluso pagando: recomiendo el libro Gomorra, de Roberto Saviano, para conocer cómo la Camorra ha creado una verdadera industria del vertido ilegal)

  13. qbit dijo:

    Otro ejemplo que yo menciono siempre a mucha gente y que, desafortunadamente, siempre es ignorado, es el de los aditivos alimentarios artificiales, para los cuales el cuerpo no está adaptado y/o diseñado, en los cuales pretenden probar su toxicidad de una manera simplona, «lineal», ignorando que en el cuerpo puede haber infinidad de interrelaciones entre diversas moléculas produciendo resultados inesperados.

    Por eso hay que andarse con mucho cuidado con la ingeniería genética, sí.

    El «pensamiento circular» existía antes, y si se desechó fue porque les resultaba más rentable a las empresas no reciclar, (yo recuerdo que mi madre llevaba el casco de las botellas de vino y Casera y descontaban algo del precio de la compra), no por culpa de los ingenieros, o de los científicos (en el caso del DDT).

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