[****o] Kaczynski, Theodore: The unabomber manifesto, 12-11-18
Theodore Kaczynski era un brillante matemático (entró en Harvard a los 16 años y a los 25 era profesor en Berkeley), pero abandonó bruscamente la universidad a los 27. Dos años después, en 1971, se recluyó en una remota cabaña en Montana para vivir de modo autosuficiente, sin agua corriente ni electricidad. En 1978 empezó a enviar bombas caseras a profesores de universidad y empresarios: de publicidad, aeronáuticos, informáticos… Había nacido Unabomber. En 1995 sus artefactos habían matado a tres personas y herido a 23. Entonces, anunció que abandonaría el terrorismo si se publicaba completo, en un diario de tirada nacional, un largo ensayo (unas 35.000 palabras), titulado La sociedad industrial y su futuro. El New York Times y el Washington Post lo hicieron, el 19 de septiembre de 1995.
La publicación llevó a la detención de Kacynski, cuando el estilo del manifiesto llamó la atención de su hermano, que informó al FBI de sus sospechas. Tras el juicio fue condenado a cadena perpetua en 1998.
A uno le gustaría creer que Unabomber era un loco, pero su manifiesto es un diagnóstico muy lúcido de nuestra encrucijada social. Como suele pasar con los críticos sociales, lo malo (en este caso, lo extremadamente malo) viene al llegar a las soluciones propuestas… y desgraciadamente puestas en práctica.
[***oo] Lanier, Jaron: Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato, 12-11-18
En este blog he hablado de Lanier varias veces, y por fin (y por sus rastas, claro) va siendo conocido por el gran público en España. Tiene mucha razón en lo que dice aquí, pero el libro parece escrito un poco deprisa y no añade mucho más a lo que puede leerse en sus abundantes entrevistas en internet.
[***oo] Arana, Juan: La conciencia inexplicada, 14-11-18
A Juan Arana da gusto leerlo porque escribe muy bien, con gracia y claridad. Pero se nota que no es un experto en el problema de la consciencia. Sostiene que no tiene, ni probablemente pueda tener, explicación naturalista, y me hubiera gustado encontrar buenos argumentos en defensa de esa tesis, que es la mía. Lástima: una y otra vez, cuando llega al punto clave lo despacha con unas pocas líneas, ingeniosas pero que no sirven para dilucidad una cuestión tan difícil.
[****o] Stegner, Wallace: Crossing to safety, 28-11-18
Un libro en el que parece que no pasa gran cosa, y en realidad no pasa más que la vida. La historia de dos matrimonios amigos, los Morgan y los Lang, contada por Larry Morgan, que rememora su vida cuando Charity Lang está enferma y a punto de morir. Quizá lo habría disfrutado más en español (ha sido traducido hace no mucho en Libros del Asteroide, por eso supe de su existencia) porque es una prosa delicada, a menudo descriptiva, y llena, supongo, de matices que no aprecio en inglés. Stegner lo publicó en 1987, con casi 80 años, y tiene bastante de autobiográfico. Se nota la sabiduría de una vida.
[*****] Jou, David: Introducción al mundo cuántico, 07-12-18
Lo que dice el título: una introducción al mundo cuántico, inusualmente clara, rigurosa y completa. Un poco académico, por ponerle alguna pega, pero se agradece tratándose de un tema en el que abunda el sensacionalismo y el tráfico de misterios.
[****o] Morozov, Evgeny: La locura del solucionismo tecnológico, 18-12-18
Morozov es el niño prodigio de los críticos de internet. En 2011 publicó The Net Delusion: The Dark Side of Internet Freedom, un libro que cosechó varios premios (y se tradujo al español como El desengaño de Internet). Tiene mérito, con sólo 27 años, y más habiendo nacido en Bielorrusia. El título original de éste es To Save Everything, Click Here (¡muy bueno!), y es una crítica contundente al “solucionismo tecnológico”, que ve soluciones fáciles (generalmente, usando una app…) a problemas complejos y mal entendidos, o incluso a cosas que no son en realidad un problema. Bien argumentado y a menudo inspirador, aunque a Morozov se le nota la juventud: en su vehemencia contra otros autores (que le lleva a menospreciar nada menos que a Jacques Ellul e incluso a Neil Postman) y en cierta pedantería de repelente niño Vicente (aunque puede que la culpa la tenga que es un bielorruso que escribe en inglés, que leemos traducido al español de Argentina)
(Postdata: no me quedo a gusto sin decir que Postman entendió la dinámica de la tecnología mejor que nadie y sigue plenamente vigente. Se acaba de reeditar su profético Tecnópolis, de 1992: un libro que hay que leer).
[***oo] Ordine, Nuccio: La utilidad de lo inútil, 21-12-18
¿Cómo es posible que este librito lleve publicadas veintiuna ediciones? Sospecho que porque es un bonito regalo para ese amigo de letras, un poco snob, que deplora este mundo de filisteos. El libro es una recopilación de textos de autores muy variados, que coinciden en defender una educación que no se venda a la utilidad sino que se oriente a la búsqueda gratuita del saber, y no sólo en las letras sino también en las ciencias. Una lectura ligera y que te hace sentir bien, compartiendo tan nobles ideales.
[*oooo] Burdick, Alan: Por qué el tiempo vuela, 27-12-18
Este libro tiene unas reseñas elogiosísimas en el New York Times (escrita nada menos que por Carlo Rovelli), en Science, en Publishers Weekly, y hasta en Amazon.com, donde nunca faltan voces críticas. Así que me estoy cuestionando mi salud mental… o la honradez de toda esta industria de las reseñas, porque a mí me ha parecido un bodrio. A partir de la página 100 llegué a la conclusión que el libro no iba a ninguna parte y sólo lo acabé por disciplina, eso sí, saltándome párrafos de verborrea mal traducida. Confuso, incapaz de explicarse, desordenado, lleno de divagaciones que no aportan nada. En la página 213 escribí esto: “es un libro para que gente que no sabe lo que es entender tenga la ilusión de que entiende, escrito por alguien que dudo que realmente entienda lo que dice”.
* * *
Postdata: ¡Por fin han traducido The righteous mind, de Jonathan Haidt! Un libro imprescindible (y no digo esto muy a menudo). En español lo han llamado La mente de los justos.
Hola Psedódopo! Qué bueno tener noticias tuyas, aunque sean «sólo» reseñas de libros. Casualmente también leí hace poco el manifiesto de Unabomber, motivado por la serie de Netflix «Munhunt» (que, aunque despareja y algo burda en algún momento, tiene sus buenos aciertos) y me dio una impresión parecida, esa incomodidad de escuchar palabras tan lúcidas de una persona que, uno supondría a partir de lo que hizo, está completamente insana.
¿Cómo está, don Pseudo? 🙂 Qué alegría tenerle por estos lares, me trae usted memoria de tiempos mejores y eso que no remotos. Mi blog parece un yermo, desangelado a más no poder y es que no encuentro el estado de ánimo que compete para reanudarlo. Un batacazo vital y familiar ha sido el causante del desbarajuste y no me acabo de poner «en pie». Ojalá se me encajonen pronto los adentros para seguir en la línea de siempre.
Sus reseñas siempre interesantes, don Pseudo, últimamente me he acordado de usted porque he leído «Entusiasmo» de Pablo D’Ors y no me ha gustado demasiado: mucha hipérbole, mucha tendencia a lo absoluto en las afirmaciones, «esto fue lo más que sentí en mi vida», para tres páginas después volver a adjudicar esa sensación y expresión a otro momento distinto, por ejemplo, por no hablar de los «despistes» que también he hallado como contradicciones, etc. En fin, recordé que usted lo enalteció mucho y de ahí que me decidiera a leerlo, también he extraído algunas frases sublimes, que todo hay que decirlo. La «Biografía del silencio», empero, me gustó más, qué le vamos a hacer.
Mi hermano me regaló por Navidad «Hippie» de Paulo Coelho… El pobre lo hizo con su mejor intención, porque siempre me he reconocido en la ventolera «libertaria» de los melenudos sesenteros 🙂 y él lo sabe… Pero no he podido pasar de la página 20…. No puedo, es superior a mis fuerzas. Y encima no es la primera vez que me pasa. Una se rinde a las apreciaciones del rebaño como vil oveja que es y, hala, tortazo. ¿Cómo puede este señor tener millones de lectores, quiere alguien explicármelo? ¿Nadie «ve» lo evidente? Frases inconexas, léxico pobre cuando no descascarillado o simplemente erróneo, pocos recursos literarios y mal usados, repeticiones palmarias, historias sin pies ni cabeza, repetición de «ideas» filosóficas que ni son suyas ni de nadie porque es vox populi que «si persigues tus sueños los alcanzarás» (o no, añado yo, y si miras p’arriba en la calle apuesto lo que quieras a que ves el cielo, puestos a decir obviedades) y que «los pensamientos negativos son mu malos» o que «hay que ver lo que sabían los indígenas», bamboleo sin sentido de un tiempo y escenario a otros (eso no eran flash backs, vaya usted a saber lo que eran)… En serio, no me di un cabezazo con una pared porque no tengo ganas de meterme luego en obras, pero, ¿¿qué le pasa a la gente?? O.o Mi sobrina escribía mejor a los doce años. Pero si es que, con el tiempo que lleva ese hombre escribiendo, escribir como lo hace ¡¡debería costarle más esfuerzo y desvelos que hacerlo bien!! O.o
¡Qué bien me he desahogado siempre en su blog, don Pseudo! 😀 Qué gozada. Le envío un cálido abrazo y le pido que siga usted publicando que nosotros seguiremos leyendo. Hasta pronto, espero.
Esto O.o significa «icono sorprendido» que no ha querido asomar la carita, de puro asombro, supongo 😀 Lo siento. ¡Un abrazo!
Me voy corriendo a por «La mente de los justos».
Me gustó mucho «La hipótesis de la felicidad».
Llevo días sin responder, esperando a un tiempo más propicio; pero como no llega, no quería que vuestros comentarios se quedaran ahí… Frenzo, Ana, Loiayirga (y Epicureo en el otro post), la verdad es que me hace ilusión volver a leeros, me traéis a la memoria, como dice Ana,” tiempos mejores y eso que no remotos”. Ana, espero que te recuperes del batacazo… como no pones fechas en los posts y no permites omentarios no me hago una idea de cuánto llevas sin escribir.
“Entusiasmo” me pareció escrito con mucho… eso, entusiasmo, y es una rara avis tan rara que entusiasmó 😉 , aunque no soy ciego a sus defectos. Sobre los despistes, tiene un patinazo morrocotudo en la pg 235, dónde habla de “La República” de Aristoteles (¡!) No sé cómo se le ha podido colar, pero no he encontrado muchos más. Me ha hecho gracia que menciones el último libro de Paulo Coelho, porque hace una semana hablaba de él con mi hija (14 años ahora) y la decía que tampoco hay que tener prejuicios, aunque no esperaba mucho. No es que esté pensando en leerlo, pero tomo nota de tu opinión. Un abrazo, Ana, y ánimo.
Frenzo, el manifiesto de Unabomber merecería un post para él solo… De momento no va a caer, pero sigo sin descartar volver a escribir algo más que estas reseñas, en parte lo echo de menos.
Loiayirga, a ver si después de leer a Haidt nos lo cuentas en tu blog, que se te echa de menos.
Me encanta la última parte de la descripción de unabomber: es desgraciadamente lo que ha pasado históricamente con cierto sectores del activismo, y creo que podría ser en parte porque no son capaces de dejar de estar ensimismados en su retórica.
A morozov lo tenía pendiente, pero la vehemencia juvenil me causa rechazo últimamente. Creo que se puede ser joven y «fresco» sin necesidad de despreciar a tus antecesores, con la consecuente falta de perspectiva que trae eso
Y ya estamos en julio.
¿Para cuando los libros recomendados para el verano?