Este post va a ser el último en una temporada. Volveré a escribir seguramente a final de mes. Junto al portátil se acumula una pila de libros de medio metro de altura, en equilibrio precario. Va siendo hora de leer más y escribir menos.
El blog tiene cada vez más éxito: cada mes, casi 150 comentarios y más de 16000 visitas (meneos aparte)…, por no mencionar algunos elogios que he leído por ahí y que me han puesto el ego como una gallina clueca. Para ser algo hecho a ratos perdidos y sin ninguna intención de interesar a nadie, no está mal.
Pero todo esto tiene su lado incómodo. En esos ratos perdidos apenas puedo responder como se merecen a los comentarios. Hay enlaces, recomendaciones y artículos que los lectores me mandan por correo que a menudo no tengo tiempo de leer (y lo malo es que casi siempre aciertan con lo que me interesa). Mientras, la pila de libros crece y amenaza derrumbarse sobre el portátil.
Escribo este blog para aprender: para aclarar mis ideas sobre temas que me interesan, para compartir lo que pienso y lo que encuentro por ahí con gente inteligente y aprender de la discusión. Pero si se convierte en una obligación pierde la gracia. Es cierto que el éxito tiene servidumbres, pero no escribo para tener éxito.
Esto me influye para poner el blog en barbecho, sobre todo ahora que tengo mucho trabajo. Pero lo decisivo es otra cosa: lo decisivo es el homúnculo.
Antes, cuando se me ocurría algo (a menudo en el cercanías) lo escribía en un cuaderno. Al escribirlo, generalmente la idea se perfilaba y adquiría matices, pero el proceso era sencillo, directo. Desde que el blog “tiene éxito” es distinto. Cuando se me ocurre algo, una parte de mí detecta un posible post y se pone en guardia: es el homúnculo. Mientras escribo, me vigila por encima del hombro, me hace tachar esto (“no viene a cuento”), reescribir aquello (“así no lo van a entender”), evitar esa afirmación (“demasiado contundente, ya sabes lo que pasa luego en los comentarios”) o incluso no publicar ciertas cosas (¡eres Pseudópodo!¿cómo vas a publicar eso?). Porque yo mantengo cierto distanciamiento con Pseudópodo, pero el homúnculo es un fan, y quiere que todo sea comme il faut.
¡Qué simple era antes todo, cuando sólo éramos dos: el papel y yo! Ahora tres son multitud, y todo el zen de escribir se va al garete. No puedes fluir con el homúnculo encima.
Por eso, en definitiva, el barbecho. Para acabar con la pila, para tener menos obligaciones, para poner en off al homúnculo. Y, en definitiva, para volver con más ganas.
Hasta luego.
Bueno si son sólo unas vacaciones pues entonces no me deprimiré del todo pero mucho ojo con cerrar el chiringuito, ¿eh?
Saludos
Lo del homúnculo, qué gran verdad, alguno diría que es el super-yo bloguero, que lo censura todo…
me gusta mucho tu blog, espero que no tardes.
Me parece estupendo lo del barbecho. ¡Buena lectura y un abrazo!
Me gusta ponerle música a los posts. En este caso Sinèad va bien:
¡Hasta luego!
Pues nada, a tomarse un respiro… y un Kit-Kat. 🙂
Que lo pases bien.
Lo del homúnculo es un gran hallazgo y absolutamente real. Y contado con gracia. En fin, creo que el homúnculo habrá quedado muy contento del último post. Es pseudópodo en estado puro. jajajajajaj.
Cuando «publicar» se convierte en una obligación se sufre.
Con motivo del último libro de Andrés Ibañez, que no pienso leer, no me interesan sus novelas y ya menos que antes sus artículos, he descubierto que es un tipo muy feo. Pero feo de verdad.
Creo que a ti te debe pasar algo parecido. Lo de tu mujer y tus hijos es un invento, eres un tipo muy feo sin vida niguna que te refugias en la escritura. Menos mal que tu blog es un éxito. 😉
Héctor, Joaquín, toe, josempelaez, Frenzo, Isenez & elquebusca: gracias a todos por los buenos deseos.
Espero aprovechar estos días. Es más, aunque el super-yo, que dice Joaquín, no trabaje de homúnculo, seguro que me obligará a leer mucho. Ya le oigo decir: “ya que has dejado el blog abandonado, por lo menos que sea por algo de provecho”, etc. Y me regañará cuando me asome por El libro de la almohada o por Buscando…(“¿de qué te sirve cerrar Pseudópodo para andar por ahí libando de blog en blog?”)
Frenzo, eres un crack, aparte de la banda sonora (voy a intentar que mi mujer no lo vea, a ver si se va a identificar con la letra…), yo ni sabía que se pueden meter videos en los comentarios. Y elquebusca, creo que has visto la misma foro de Andrés Ibáñez que yo, en el último ABCD…. Mi mujer dice que soy mucho más guapo ;-).
En fin, os echaré de menos. Me asomaré de vez en cuando (aunque sé que Isenez se encargará de los trolls), y volveré, D.m.
muy bien
te apoyo
yo suelo estar en ese estado (como antes, 1/3 y rotando)
ale, saludos
Menos mal que nos das vacaciones. Nos llevas con la lengua fuera con tanto post polémico. Además, al llegar el verano, los científicos iniciamos las migraciones (de congreso cutre en congreso cutre; ¡qué pena no ser médico e ir a congresos con campo de golf!) y no da lugar a leer los blogs. Es un gustazo tener esta tertulia on-line con gente tan interesante. Además es catártico, porque no en todos los sitios se puede «rajar» de los pedagogos, los matacuras, los super-Xcépticos y tantas y tantas gentes a las que nos gusta criticar. (Para los que no lo sepáis, esto tiene un nombre: la «catacumba académica». Allí viven los de derechas, los católicos, los amantes de la pizarra de tiza y los que leen libros para aprender y no para contar que los han leído).
Have a nice summer y’all!
BTW, hay un momento en que hay que leer menos y escribir más. Es una forma de madurez. Borges no estaría de acuerdo.
Javier: en un rato de insomnio estaba revisando el blog y no he podido resistirme a contestarte casi en directo: sí, en España sí que hay una catacumba academica. En nuestro medio sólo hay una manera de pensar (y de ser, vaya) con la que puedes hablar libremente con todo el mundo, y no es la mía. Así que no resistiré mucho sin volver a abrir el chiringuito, aunque sólo sea para rajar agusto… antes de las verdaderas vacaciones.
Un abrazo (Josele, va por tí también).
Buenas «vacaciones», que nunca está demás desconectar un rato.
Nos vemos a tu vuelta. Como este comentario que acabo de hacer es una m. no te molestes en contestar y sigue leyendo.
felices vacaciones, y a leer un rato!
Bueno, de acuerdo, pero que sea temporal, ¿eh?
Yo tengo a menudo una sensación parecido. A veces me siento cautivo del blog… no es una obligación —porque me encanta escribirlo— pero si una responsabilidad. Hay que dejar sitio para el verdadero ocio, el de «ocioso».
¡Saludos!
Mal síntoma si en cuanto decides cerrar el chiringuito ya tienes insomnio.Si sigues así, vas a acabar escribiendo sonámbulo.
Salud
Gracias, eulez y JuanPablo (aunque lo de vacaciones tiene que ir entre muchas comillas porque en el mundo real tengo mucho trabajo estos días: citando al eximio Appleyard, “paid employment is the curse of the blogging classes”).
Kiko, temporal será, seguro. Si la responsabilidad te empieza a agobiar, seguro que también a ti te vendrá bien un descanso (pero no lo hagas ahora, no vamos a dejar la blogosfera abandonada 😉 )
jusmawi, yo decía que el insomnio era por el calor, pero a lo mejor va a ser por el mono… ya lo contaré a la vuelta.
Ion, observa que no te menciono, como tú querías 😀
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
—
El problema es que tus pronombres han ido más allá del ‘tú’ y el ‘yo’ para llegar al ‘ellos’.
Mientras descansas, te echaremos de menos. Cuando vuelvas, serás recibido con alegría.
Esto es una retirada inteligente y necesaria a los campamentos de invierno, Pseudópodo.
Sabes que tienes que volver porque me temo que en la blogosfera en español no hay otro así. Esa modernísima mezcla de culturas (porque son una) desde un prisma cristiano.
Me ha encantado y divertido este post-stop, que por supuesto no espera contestación. No te preocupes tengo en netvibes los blogs separados por su velocidad de actualización: lentos, rápidos y parados, pasa el tuyo a esta última y lo sumo a mi pila de un metro de blogs por leer. Un saludo y ánimo con esa lectura, por cierto, ¿no podrías mandar un penúltimo post con los nombres de los libros de la pila?
Sólo quería agradecerte el último post, «Iván y Cayo». No tengo mucho tiempo para leer, pero seguí tu recomendación y como tenía diez minutos libres antes de hacer la compra comencé a leer La muerte de Iván Illich. Una hora después terminaba de leer la historia, contento por el rato de buena literatura y triste al comprobar que me habían cerrado la tienda.
Si es que cada vez que leo tu blog me pasa lo mismo, acabo estando horas entre el artículo, los comentarios y sus ramificaciones fractales. Descansa, descansa, y gracias por el respiro 😉
Gracias a todos los que habéis comentado aquí a pesar de mi desconexión. Durante este mes me hacía ilusión ver que había quien todavía se acordaba del blog.
Topo, cuando tu vuelvas, también serás recibido con alegría (con enhorabuena, para ser más precisos)
juananruiz, la pila se ha desintegrado, pero más o menos recuerdo lo que había. Si tengo un rato le dedico un post.
Agus, a los cuarteles de verano 😉 Pero ya ves que no he aguantado por mucho tiempo acuartelado.
Ni!, gracias por tu comentario: estas cosas son las que animan a seguir escribiendo un blog.
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