Tanatorio

In memoriam E.S.,
otro 29 de febrero

 Ahora a los difuntos no se los vela en casa sino en un tanatorio. Todos hemos estado: los deudos apenados se asoman de vez en cuando a la vitrina que expone al fallecido y reciben las visitas de sus conocidos y de familiares más lejanos. Se habla de lo que fue la vida del muerto, de lo que sufrió o no, de historias de familia. Hay quien solloza y hay quien sale a fumar un rato. Cuando llega la noche, sólo quedan los más cercanos y las conversaciones se alternan con largos silencios. El rito de paso se va consumando.

Pero nunca pensamos que un tanatorio tiene dos caras. En algún lugar hay una puerta discreta, marcada con un “Prohibido el paso. Sólo personal autorizado”. Si se cruza, se entra en un mundo diferente, el del otro lado de la vitrina. Sobrecoge la frialdad: un termostato marca 13ºC. E impresiona la luz fluorescente y el ambiente de laboratorio. Aquí no hay difuntos: hay cadáveres.

Son dos mundos: en el de dentro hay un objeto, un cadáver, que no debe pudrirse y que hay que preparar (maquillar, cubrir con un sudario, etc) siguiendo un protocolo preciso. En el de fuera lo que hay es el pobre Juan o la pobre María, llorados por sus hijos, sus hermanos, sus amigos.

El mundo de dentro es el de la ciencia. El de fuera es el nuestro. Los dos son reales, están ahí, coexisten en el tanatorio. Durante siglos han permanecido separados. Hemos vivido como si sólo existiera el lado de acá de la vitrina, la sala de espera, con los sofás, los sollozos y las conversaciones. Pero desde hace algún tiempo hay un movimiento, el cientifismo, que afirma que sólo el mundo de los objetos es real, y que se empeña en dejar abierta esa puerta que decía “Prohibido el paso”.

No les creemos… o al menos no del todo. Juan y María seguirán siendo para nosotros difuntos y no cadáveres. Seguiremos aferrados a nuestro mundo de significados y ritos de paso. Pero a través de esa maldita puerta abierta entrará mucho, mucho frío.

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20 respuestas a Tanatorio

  1. Dr.J dijo:

    Vease Evelyn Waugh «Los seres queridos» (The dear ones)

  2. Jaime dijo:

    Muy bueno, don Pseudopodo. Has expuesto de forma muy bella y poética algo que siempre he pensado cada vez que he leído, en malos libros de divulgación, reducciones del tipo «eres x kilogramos de hidrógeno, y de carbono…».

  3. Sergio dijo:

    Yo es que soy un poco antisistema, y lo único q veo aquí es más mercantilización; en este caso el negocio de la muerte. Más allá de la negación de la muerte en una sociedad que maquilla a sus cadáveres y los refrigera para evitar el feísmo, que la misma sociedad se ha encargado de decidir que sea tal. Es lo que tienen los «jurdeles», que no entienden de duelos, sentimientos, ritos de paso, ni artículos sobre tanatorios…

  4. Alejo Urzass dijo:

    @Sergio, eso es como decir que lo de comer y tal ni es nutrición ni nada, sólo es el negocio de la distribución de alimentos que nos lo mete por los ojos.
    Lo de afeitar a los muertos debe de ser más antiguo que el dinero, lo sospechamos todos.
    Sí está bien eso de que es una negación de la muerte: la intención de que el difunto llegue presentable al otro lado.

    O sea, lo que estoy diciendo es que el origen de esa puerta por donde hoy entra el frío, estaba precisamente en lo trascendente, y por ahí entonces entraba el calor.

    Don Pseudo, le ha quedado un texto sugerente y yo diría incluso que con suspense cinematográfico.

  5. triglifo dijo:

    Coincido en lo de que la imagen tiene fuerza cinematográfica.

    A propósito de dejar presentables a los muertos, no he podido evitar pensar que ya en el pasado la ciencia (o una protociencia) se usaba para estos fines. Por ejemplo, los faraones egipcios de hace más de 2000 años y sus procesos de momificación. Pero tengo la sensación de que, en su caso, de esa puerta no salía frío, ya que el mismo proceso de momificación formaba parte de sus ritos de paso. En esa época la «ciencia» no se distinguía de lo religioso.
    También me han venido a la cabeza esas fotos de finales del XIX en las que se fotografiaba a los fallecidos para de alguna manera conservar su alma: una tecnología punta del momento, la fotografía, puesta al servicio de lo espiritual. Hoy nos parece truculento, pero me imagino que para los familiares debía de ser emotivo.

    Efectivamente, creo que ese tabique se da, no solamente de forma literal en los tanatorios, sino también de forma figurada en nuestra sociedad en general. De un lado la muerte real; del otro el tabú a hablar de la muerte en serio y toda la serie de caricaturas de la muerte que podemos ver cada día en la tele: zombies, torturas, mutilaciones, etc… con las que quizás pretendemos conjurar la propia muerte.

  6. loiayirga dijo:

    Está bien el símil.

    El cientifismo se empeña en dejar abierta la puerta y en afirmar que solo somos objetos.
    Al muerto se le puede mirar de dos modos. Como el cuerpo muerto de nuestro ser querido o como un cadáver. Parece que el cientifismo sostiene que en último término la suya es la única mirada válida.

    Para mi no existe problema cuando se puede hablar de dos miradas.

    La fachada de la universidad se puede mirar como algo armónico y hermoso o como un conjunto de piedras, que pueden ser sometidas a un particular análisis químico que no las hace diferentes de otras muchas piedras similares que no valen nada. Difunto o cadáver no me parecen miradas excluyentes.

    Ahí no veo problema. Porque no me parece que una mirada elimine la otra.

    Ya lo dije aquí en alguna ocasión. Donde yo encuentro problema es que la ciencia diga que las mutaciones suceden al azar y que no cabe encontrar finalidad o intención en el proceso evolutivo y nosotros queramos encontrar sentido a nuestra vida. O resultado de un azar ciego o vida con sentido. No me parece que podamos refugiarnos en las dos miradas. Ahí sí me parecen excluyentes. Ese es el problema que no se solucionar.

  7. Tintín dijo:

    Mi sentido pésame, no todo el mundo debe tener tan presente en todo momento que al otro lado hace 13 grados.

  8. josele dijo:

    Requiescat, E.S.

    El discurso del que hablas se instaló en Occidente en el momento en el que el cientifismo creyó que, con un metro, podía medirlo todo y está consiguiendo desplazar a lo que no se puede medir.

    Una cosa es entender para aprender, otra cosa es reducirlo todo a la tabla de los elementos (de eso van tus últimos posts). Sí, al final no somos más que polvo, ese el discurso… y bajo esa bandera, sólo cabe el «Why Mr. Anderson» desesperado de Smith, y frente a él, la respuesta;

    «Because I choose».

    I insist, you should read González Requena, hace 20 años leí este post en sus clases, y lleva 20 años desarrollándolo. Pero esto no entra en la apuesta.

    Requiescat, E.S.

  9. Epicureo dijo:

    No creo que antes estuviera tan cerrada la puerta, ni que el cientificismo tenga fuerzas suficientes para mantenerla abierta mucho rato (suponiendo que fuera su objetivo).

    Los seres humanos somos conscientes de la muerte. Es una de las cosas que nos diferencia de casi todos los demás animales (dicen que los elefantes tienen alguna noción rudimentaria). Pero además de esta maravillosa cualidad, tenemos la no menos maravillosa de dejar de serlo. Solo cuando se nos presenta cerca, por la muerte de un ser querido o por una enfermedad o peligro propio, le prestamos toda nuestra atención. Entonces sufrimos, nos desesperamos, nos consolamos y recordamos. Luego nos dedicamos a otras cosas y seguimos como de costumbre.

    Yo no sé si hubo una época feliz en la que la gente era tan creyente que no le daba frío la muerte. Siempre he visto que en los velatorios la gente llora. Los curas no suponen un gran consuelo, aparentemente. Y los cientificistas no suelen ir por los velatorios diciendo que somos solo átomos. De hecho, eso lo dice también el cura: «polvo eres y al polvo volverás». Y nunca acabamos de creérnoslo, ni tampoco acabamos de creernos las promesas de resurrección. Las personas casi siempre somos así, paradójicos, contradictorios e inconstantes, y menos mal.

  10. bloodykefka dijo:

    ¿Por qué tenemos tan claro que los animales no tiene conciencia de la muerte? ¿Acaso nos hemos metido en su cabeza? ¿Somos telépatas o qué?

    • Epicureo dijo:

      ¡Buena pregunta! Claro que no somos telépatas. Lo único que podemos hacer para deducir lo que hay en la mente de un animal (o de otra persona, para el caso) es estudiar su comportamiento. Se considera indicio de que hay conciencia de la muerte que el animal trate al cadáver de un congénere de una forma especial, distinta que a otros seres vivos o muertos.

      Los chimpancés, nuestros parientes más cercanos, no lo hacen. Cuando una cría de chimpancé muere, al principio la madre la sigue transportando como si estuviera dormida, hasta que la putrefacción hace patente que está muerta. Entonces la tira, aparentemente sin cuidado ni pena, y pasa a comportarse como cualquier simia sin hijo. Lo mismo casi todos los demás animales, o bien se lo comen como cualquier otra carroña (perro sí come carne de perro, lo siento).

      Los elefantes, la posible excepción, tienen un comportamiento especial cuando encuentran un esqueleto de elefante (y solo de elefante). Lo tocan y manipulan con la trompa, de una forma extrañamente delicada. Cuando lo ví en un documental, pensé en un Hamlet proboscídeo. Aunque claro, imposible saber lo que piensan.

      • bloodykefka dijo:

        Añade otro. Recuerdo haber leído que los cuervos hacen «minutos de silencio» por los compañeros caídos. Estas cosas me hacen pensar si en realidad más que tener conciencia de la muerte, más bien la entienden, pero de manera diferente. A ver, cuando escuché eso de la conciencia de la muerte en las personas me pareció fascinante por primera vez y tampoco me atrevo a oponerme abiertamente, pero ahora si me pregunto, en realidad nuestro «humacentrismo» nos ha jugado una mala pasada y, a pesar de la diferencia de inteligencia entre nosotros y ellos, estamos subestimando al resto de animales en esas cosas. Es lo que siempre comento sobre las limitaciones de ir sacando cosas a base de observaciones.

      • Epicureo dijo:

        Te doy la razón. Tendría que referirme a una conciencia de la muerte «parecida a la nuestra». No hay que presumir que no tienen «algo» en su lugar. No obstante hay algo que parece claro: los animales suelen tener comportamientos muy complejos (y a veces muy caros en términos de energía) asociados a la reproducción, pero ninguno salvo nosotros los tiene asociados a la muerte.

      • bloodykefka dijo:

        Lo fascinante sería entender por qué. Además tú has comentado la palabra clave «parece». Aunque sea abismal, las diferencias entre nosotros y el resto de seres vivos es una cuestión de grado, no de naturalaza. Puede que simplemente se nos esté escapando algo respecto a ellos.

  11. Sertorius dijo:

    No te dejes entristecer amigo Pseudópodo, ese mundo a 13º no es el mundo de la ciencia o por lo menos el de la ciencia verdadera. El mundo de la ciencia es pequeñito, limpio y claro.
    Ese mundo de cadáveres que has visto es una tramoya, una impostura detrás del mundo real. Es verdad que se parece al mundo en el que creen los cientificistas (no confundir con los científicos) pero eso es porque también es falso, gris y feo.
    Y es verdad que en ese mundo repulsivo algunos se han dejado la puerta abierta y el olor a frío y a muerte se ha colado en nuestro mundo real.
    Es cuestión de cerrar esa puerta.
    Tu ya sabes como.

    • bloodykefka dijo:

      Hombre de ahí a decir que es repulsivo. No se, creo que en este foro tenemos ejemplos como Epicúreo que es todo lo contrario a lo que dices. Yo el problema que le veo a algunos cientifistas no es su devoción a su cosmogonía, son esas infulas absolutas, tan parecidas, por cierto, a las que han tenido las religiones a lo largo de la historia, acompañadas de su negación. No se, me molesta que fuerzas que se consideran progresistas cometan los mismos vicios y la misma falta de honestidad intelectual que denuncian. Pero a parte de eso, y como eso es algo más bien de la persona que de la idea, me parece una visión del mundo tan válida como la que más, aunque no la comparta.

  12. Ana Márquez dijo:

    Hermoso y conmovedor, don Pseudo. Le ofrezco mis condolencias y una cita del físico John Wheeler: «Ninguna teoría física que trate sólo de física explicará nunca el mundo físico». Recuerde el famoso cuadro de Magritte «Ceci n’est pas une pipe». Los cientifistas pueden proclamar «esto es la realidad», o «sólo esto es la realidad», pero lo que ellos nos muestran como «realidad» siempre será una representación conceptual, una interpretación, no la realidad misma (aquí es donde está el fallo, su dogmatismo, como dice arriba Bloody, deberían dejar claro que es una posible cosmovisión más y casi nunca lo hacen). La realidad «real» valga la redun, ni ellos ni los no-cientifistas sabemos aún qué narices es. Y quizás no lo sepamos nunca.

    http://www.tendencias21.net/Las-particulas-son-entes-imaginarios_a42195.html?TOKEN_RETURN

    Añado un guiño y le animo a la esperanza. Dele tiempo al tiempo, don Pseudo 😉 Como creo haber dicho otras veces por aquí, estoy convencida de que la Tercera Ley de Newton no opera sólo en el ámbito de la física. También la Historia está sometida a ella. Por lo que llevo estudiado hasta ahora sobre el debate ciencia-fe, deduzco que el actual cientifismo tiene poco que ver con la Ciencia y mucho que ver con rencores históricos, por otra parte legítimos. Es prácticamente imposible hablar con un cientifista sobre los neutrinos sin que, tarde o temprano, el susodicho cientifista te saque a colación las Cruzadas en el mismo debate, vengan o no a cuento, lo digo por experiencia, es todo un síntoma. Ahora es el momento del materialismo, la Historia se está desquitando 🙂 y así es como debe ser. Dele tiempo al tiempo, don Pseudo. La Tercera Ley volverá a actuar, tarde o temprano.

    Por cierto, Epi, la gente no sólo llora en los velatorios, también llora en las estaciones de tren y los aeropuertos :-). Separarse de los que amas siempre es doloroso. Hay otros países y culturas en los que se celebran los funerales con gran algarabía, pues piensan que la muerte no es el final, sino el principio. Vaya usted a saber.

    Un abrazo a todos.

  13. pseudópodo dijo:

    Este post era un recuerdo a una persona muy querida, y no tenía muchas ganas de comentar como en otros (en los que al final tampoco comento mucho, pero por motivos distintos…). Muchas gracias de todos modos a todos vosotros por leerlo y comentarlo. Estaré desconectado (¡más aún!) unos días, y prometo leer y pensar. Feliz Semana Santa.

  14. Sertorius dijo:

    Tu nos dijiste que la muerte no es el final del camino y aunque morimos no somos carne de un ciego destino, tu nos hiciste, tuyos somos, nuestro destino destino es vivir siendo felices contigo sin padecer ni sufrir. Cuando la pena nos alcanza por un hermano perdido, cuando el adios dolorido busca en la fe su esperanza en tu palabra confiamos con la certeza que tu ya le has devuelto a la vida, ya le has llevado a la luz. (La muerte no es el final, cancion de duelo de los ejercitos de España compuesta por el capellan de un colegio despues de que uno de los niños del mismo muriera)

    • Sertorius dijo:

      El sentido de esto es que incluso para las personas que sabemos que la muerte es solo un paso a veces nos vemos anonadados. Antes cuando una persona estaba en trance de muerte pedia a gritos un sacerdote, ahora pedimos un medico. Yo si tengo que elegir elegiria un cura.

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