Alguna vez, viajando en el cercanías, he escuchado las conversaciones de los alumnos de secundaria que se preparaban un examen. Dos chicas, por ejemplo, que repasaban literatura y se preguntaban “las cinco características” del romanticismo. Una sólo recordaba cuatro. ¡Qué pobreza!, pensé yo. ¿Sabría Lord Byron que lo que él estaba haciendo tenía cinco características? Cinco precisamente, no cuatro ni 6.
Lo mismo pasa sin duda con la filosofía, una asignatura que debería ser el buque insignia de la vertiente humanística de la enseñanza media, esa que debe enseñar a pensar, transmitir la herencia cultural, formar ciudadanos con sentido crítico… (y que quizá por eso está herida de gravedad en la n-sima reforma que ahora trama el ministerio). ¿Cuáles eran las 5 características de Platón?
Es muy fácil criticar al los profesores del bachillerato, pero, como suele pasar, cuando uno entra en detalles la cosa se complica. ¿Cómo enseñar filosofía? No es un problema nada trivial. Inspirado por los debates de los últimos posts, nuestro apreciado comentarista loiayirga ha escrito unas reflexiones que he querido publicar como post invitado. Le cedo la palabra…
* * *
Soy profesor de filosofía en un Instituto. Intervengo poco en los debates que se organizan aquí sobre educación porque no sé muy bien por dónde empezar. Siempre me descorazonan un poco las críticas que se hacen a la enseñanza media (o a cualquiera) y posiblemente me descorazonan porque quizás muchas de ellas sean verdad. Al mismo tiempo me digo: Qué listos son estos señores. Detrás de la barrera también toreo yo bien. Aquí los quería yo ver…
Una de las cosas que más me llegó es algo que se dijo sobre que muchas veces se obliga a aprender cosas irrelevantes. Seguro que es cierto. Pero hay que identificar esas cosas y para ello hay que diferenciar lo esencial de lo accesorio. No estoy seguro que sea fácil.
Decir generalidades es muchas veces más fácil que concretar. Yo os pediría que concretarais un poco.
Aunque llevo ventitantos años enseñando (bueno, seamos exactos: trabajando en esto) aún tengo muchas dudas. Por eso me gustaría recibir sugerencias. Todos seguro que estudiasteis filosofía en primero de bachillerato o en BUP. Todos tendréis algún recuerdo de esa asignatura. Me gustaría que conociendo vuestra experiencia o la de vuestros hijos me dijerais qué tendría que saber un alumno de filosofía de primero al final de curso. Se trata de una introducción a la filosofía, se da un poco de todo: metafísica, gnoseología, algo sobre ciencia, ética, política… (ya no se da lógica, aunque muchos profesores siguen dándola).
¿Cómo darías la asignatura? ¿Explicarías mucho? ¿Mandarías que leyeran? ¿Organizarías debates? ¿Centraríais el curso en una serie de contenidos que hay que saber (así es como lo hago yo) o se trataría de cultivar algún procedimiento o destreza en la que hay que ejercitarse? ¿Darías mucha importancia a que ellos “filosofen”?
¿Qué cosas mandaríais aprender, si mandarais aprender algunas? Al final de curso hay que evaluar. ¿Qué conceptos o ideas os parece importante que un alumno sepa de esta asignatura al final del curso? ¿Qué cosas os hicieron aprender y nunca enseñaríais?
Voy a deciros algunos ejemplos de cosas (a bote pronto y un poco al azar) que yo creo que hay que saber:
- Quién fue Sócrates.
- Quienes son los sofistas.
- Qué es el intelectualismo socrático.
- Qué es el relativismo moral.
- Qué es la metafísica.
- Qué es el dualismo alma-cuerpo.
- Qué es el positivismo.
- Las épocas de de la historia de la filosofía y las preocupaciones de cada una…
Si alguno se anima me encantaría que continuarais esta lista.
Y otra pregunta. Supongamos que estáis de acuerdo con estos “ítems”. ¿Cómo lo haríais? ¿Habría que estudiarse lo que sobre estas cosas venga en el libro haciendo un resumen propio? ¿Lo resumiríais vosotros en unos apuntes y obligaríais a aprenderlo? (esa es otra: ¿usarías un libro o darías tus propios apuntes?) ¿Les especificarías exactamente qué puntos exactos hay que saber sobre Sócrates o sería suficiente que cada uno aprenda lo que se le quede después de las explicaciones o las lecturas del libro? Quiero decir que es muy fácil decir que tienen que conocer la figura Sócrates y su significación en la historia de la filosofía, pero ¿cómo evalúas que lo saben? ¿Les dices exactamente qué tienen que escribir si les haces esa pregunta o es algo que tienen que deducir ellos de lo que se les ha ido hablando en clase? Si especificas exactamente qué hay que saber exactamente puede resultar de una pobreza enorme, pero si lo dejas a su criterio muchos se encuentran perdidos y sin saber a qué atenerse, lo cual casi es peor.
En fin, seguro que es disparatada mi pretensión de que contestéis tantas preguntas. Pero a lo mejor puede ayudarme simplemente que me contéis vuestra experiencia con la filosofía como asignatura en vuestra juventud. ¿Qué cosas de ningún modo haríais?
Yo intentaría enseñar a pensar, lo demás debería de venir solo. Para empezar, falacias lógicas, lógica aplicada, and co.
No resulta fácil contestar estas preguntas. Yo me siento ligeramente obligada a intentarlo porque soy una protestona habitual sobre la secundaria y ahora se me puede decir eso de ¡qué fácil es torear desde la barrera!
Diré en primer lugar que yo tuve una maravillosa profesora de filosofía en bachillerato (honor por siempre a ti, señora Domenech) y que en cambio el libro y el profesor que le han tocado a un hijo mío me asombran, el primero por su lenguaje confuso, abstruso y vago (avalado por Cortina, nada menos), el segundo por su rigidez memorística y lo mal que se toma cualquier objeción en clase (¡en filosofía!) . O sea, que he visto más de un lado del asunto…
Yo no di «el libro» cuando estudié esta asignatura. Resumiendo lo que recuerdo de mejor (y mezclándolo con otros buenos profesores que he tenido después) el mejor enfoque me parecería: explicación inicial sobre cada tema, con apuntes o resúmenes, luego algunos textos (a veces de autores originales, a veces de glosadores o adversarios si los originales son muy difíciles) y luego exposición preparada por un alumno y/o discusión moderada y dirigida.
No se me ocurre mejor forma de darla.
Lleva tiempo, pero más vale dar cinco cosas sacándoles jugo que veinte que no se han entendido.
Si hubiera más tiempo, una gran práctica sería terminar un tema con un debate, con dos equipos defendiendo posiciones distintas y los otros «vigilando» las falacias y los puntos débiles de cada uno.
La lógica que yo di sería lo único que yo enfocaría de otra forma que como me la dieron: no centrada en silogismos y lógica formal (lleva mucho tiempo llegar a un nivel en el que se le saque algo de provecho a eso, porque familiarizarse con la notación y demás es largo) , sino en el razonamiento correcto y la detección de falacias. Enfocada así, sí me parece útil e importante.
El libro y pofesor que hemos padecido en casa recientemente dedican muchísimo espacio a la teoría del conocimiento, pero con tal confusión de vocabulario y tanta casuística que no se aclara nadie. No tengo ni idea de cómo se podria dar eso bien (la experiencia de descifrar y resumir este libro para que lo entienda mi hijo me ha dejado noqueada al respecto), pero junto con la ética y lo que decía de la lógica me parecen las tres cosas más importantes de dar.
La ética me parece mucho más importante que definir el realtivismo moral.
Eso me parece muy poco, aunque muchas de las otras cosas me parecen mucho menos importantes
(¿Los sofistas son más importantes que los presocráticos? ¿Se pueden dar todas las épocas de la filosofía y además hacer un enfoque por temas con algo de sustancia? Claro que algunos temas se pueden mezclar con algunas épocas o autores, como la ética a partir de Kant o la teoría del conocimiento a partir de Hume, o combinaciones así)
Resumiendo, yo defendería centrarse en media docena de temas, dedicarle a cada uno como un mes y medio, partir de exposición magistral con apuntes y seguir con textos relevantes comentados, debate y profundización hasta donde se llegue.
Ah, y dejar claro a las criaturas cómo se puntúa y cómo se va a examinar. Ya sé que eso es muy profano y materialista, pero no hay cosa que más desespere a un alumno que no saber qué hay que estudiar, qué es «lo que entra», qué tipo de preguntas van a hacer y cómo se puntúa el trabajo de clase. Será una desgracia que sea así, pero es lo que les enseñan a esperar desde los seis años.
Disculpas por la longitud y disculpas también si el comentario parece un poco dogmático. Todo lo que he puesto es muy discutible y es solo una opinión de aficionada, pero explicitarlo en cada párrafo alargaría más el comentario.
Antes de nada dar las gracias a Pseudópodo por el favor de incluir mi post en su blog. De este modo tendrá bastante más audiencia que publicado en el mío.
Y muchas gracias a los que comentáis.
Lo cierto es que tengo muy poca experiencia haciendo eso que recomienda David Revilla: lo de la lógica aplicada.
En otros tiempos se explicaba mucha lógica formal (deducción natural y silogismos). En el programa actual ya no existe como tal. Se hacía del modo que Aloe no recomienda. Aunque pueda resultar complicada para algunos alumnos, si uno va lento y obligando desde el principio a estudiar bien los símbolos (esto se hace preguntándolo en un pequeño control y luego otro y luego otro, hasta que se lo sepan) todos los alumnos pueden llegar a dominarla. El problema es que este tipo de lógica queda quizás un poco abstracta, desencarnada y sin aplicación práctica. Es algo así como aprender a razonar pero sin un contenido concreto. Se supone que sirve para estructurar la cabeza del alumno, como los procedimientos matemáticos. ¿Realmente creéis que sirve para ordenar la cabeza? Yo no estoy seguro.
Con respecto a las falacias existen las formales y las informales. Hay dos falacias formales que yo sigo explicando. Nacen de entender mal el MODUS TOLLENS y el MODUS PONENS. ¿Os acordáis de estas dos reglas de la lógica? La afirmación del consecuente no conlleva la afirmación del antecedente. Y la negación del antecedente no conlleva la negación del consecuente.
También he explicado bastante tiempo las falacias no formales. ¿Realmente te parecen tan importantes, David? Ya digo que las he explicado muchas veces pero sin mucha fe.
Por cierto aquí (para el que le interesen) están recogidas algunas de ellas. Y también las formales de las que os hablaba.
http://www.xtec.cat/~lvallmaj/preso/fal-log2.htm
Aloe,
Estoy de acuerdo que el libro de Adela Cortina no usa un lenguaje muy adecuado a la edad de los alumnos.
Mañana quería comentar más sobre lo que dices y te agradezco que le dediques tanto tiempo a este asunto.
De momento se me ha ocurrido grabar este video para responder a algunas cosas más rápido. Hoy he conseguido grabarlo en casi cuatro minutos y luego ha sido coser y cantar subirlo a internet.
Eso de que los exámenes debían ser más abiertos te lo explico mejor mañana.
El año pasado hice un curso de filosofía de la ciencia. Era de un programa de posgrado en ciencias y el profesor que la dictaba tuvo que luchar bastante para que se aceptara como parte necesaria de la formación científica. Había otro profesor formado en ciencias duras, durísimas, que se oponía y terminó su discurso preguntándose: ¿en fin, para qué la sirve la filosofía a un especialista en materiales? El filósofo, que ya debía ser viejo en esa época, le dijo que servía, por ejemplo, para los futuros especialistas en materiales no dijeran tantas pavadas. La asignatura fue aceptada.
En particular, lo que más me gustó de ese curso es la capacidad que uno desarrolla para poder apreciar la inteligencia y rigor detrás de esas ideas que hoy consideramos obsoletas. Si se adquiere esa capacidad de adaptarse a las ideas, capturarlas y entenderlas, inevitablemente se la termina aplicando a la realidad diaria de cada uno y la visión general del mundo se enriquece mucho. Por eso creo que ningún curso de filosofía debería abstraerse completamente desde el lugar desde donde se está analizando y que debería, cada vez que pueda, proyectarse en la actualidad para poder comprenderla mejor. Catástrofes científicas como la eugenesia y la frenología tenían una base filosófica que aún proyectan su sombra en la actualidad. Antes era la nariz de borracho, la frente del asesino, todo estaba escrito en el cráneo; ahora todo está escrito en el código genético: el gen del borracho, el gen de la infidelidad o el gen gay. Conocer las consecuencias históricas de los excesos de ciertas posturas filosóficas es un gran antídoto para no repetir errores semejantes. De ese modo, saber sobre frenología es un antídoto para no caer en lo excesos del determinismo genético, aún antes de saber nada sobre genética.
En suma, creo que la filosofía y la historia de la filosofía, para que resulten interesantes para quienes no vayan a dedicarse a la filosofía, deben dar herramientas directas para interpretar mejor la propia realidad, a partir del ejercicio entenderla primero en su contexto original. Si la filosofía se pierde en lejanos paseos peripatéticos o queda atrapada en un claustro de la Sorbona, los jóvenes perciben su rancidez y se alejan. Pero si se les demuestra que es algo lleno de vitalidad, hay muchas esperanzas de que tomen un libro de propia gana.
(Entre paréntesis, sobre libros y apuntes: A lo largo del curso los profesores iban mencionando algunos títulos de libros ilustraban algunos conceptos, ninguno de lectura obligatoria, sobre todo novelas de lectura más amistosa que un manual o tratado: Apología de Sócrates, La montaña mágica, El nombre de la rosa, En busca del tiempo perdido, Contra el método, incluso un libro del marqués de Sade. Sí eran leídos y estudiados algunos textos cruciales, sobre todo en clase y con ayuda del profesor que traducía lo que realmente quería decir el que escribió en ese momento: Platón, Euclides, Copérnico, Hume, Kant, Comte, el círculo de Viena, Heidegger y un largo etc. En general, los filósofos son incomprensibles sin una guía adecuada.)
Gracias por tu tiempo, ante todo.
«También he explicado bastante tiempo las falacias no formales. ¿Realmente te parecen tan importantes, David? Ya digo que las he explicado muchas veces pero sin mucha fe.»
Me parecen importantes en cuanto enseñen a pensar, que es el eje de mi apuesta. Al fin y al cabo la filosofía versa sobre eso, no? pensar correctamente. Las falacias lógicas (y la lógica en general) las entiendo como una muy buena herramienta para construir el cimiento de una cabeza bien amueblada, básicamente, y más que partiendo de ejemplos abstractos yo intentaría usar ejemplos de la vida cotidiana, desde la prensa escrita (que rezuma de falacias, por cierto) hasta esas supuestas verdades que todo el mundo sabe, y que, desmontadas en clase, ayudarían muchísimo más a generar ciudadanos inteligentes que empollarse el tratado de la razón pura.
Es mi modesta opinión.
Yo todavía me acuerdo de la profesora de Filosofía de COU (la yonki, que la llamábamos), que nos hacía leer los textos (de cada autor) en clase y luego nos obligaba a desmenuzarlos sobre la marcha. Según como te viese, te iba ayudando en el proceso, pero del dolor de cabeza del esfuerzo no te libraba nadie.
De lo que dices en el vídeo Loiayirga quiero destacar dos cosas: la inexistencia de la inspección, y la exigencia de concreción del examen, exigencia que no lo dudemos, goza de todos los parabienes oficiales, y que es hacia lo que tendemos. No sé en qué momento se ha perdido el deseo de saber y aprender y ya solo interesa la nota del examen, pero actualmente es lo que sucede. Como además es lo que se estimula oficialmente el resultado no puede ser distinto del que tenemos.
En cuanto al enfoque de la asignatura trataría de que conectase con los alumnos, no necesariamente con lo que ya traen con ellos, también provocándolos con ciertos temas que puedan despertar su interés: la verdad y la mentira; el idealismo, el realismo y el materialismo; el relativismo moral y la ética; la libertad y la responsabilidad; qué tipo de ciudadanía se debe promover para conseguir un país con ilusión de llevar adelante nuevos valores y superar el ambiente generalizado de corrupción -en este punto tocaría lo de copiar en los exámenes y lo del enchufismo-; justicia y caridad; igualitarismo y mérito. La ética me parece que puede ser un buen punto de conexión. Este país necesita un proceso de regeneración en todos los niveles y se trata de una buena ocasión para reflexionar sobre ella y promover una ética pública desde la base.
Como se ha dicho, es muy fácil, desde la distancia, hacer recomendaciones y luego no explicar en detalle como aplicarlas. Así que sólo comentaré un par de cosas.
En la lista básica yo añadiría:
-Saber qué representaron los jónicos, como germen de la ciencia (o en caso de no estar de acuerdo con esto, que sepan por qué hay filósofos y científicos que han considerado la enorme importancia de estos pensadores).
De la lista de conceptos, me gusta mucho ese «saber qué es la metafísica». Aquí lo que yo destacaría es la relación ciencia-filosofía-religión, y quizá el objetivo sería que los chavales supiesen tener una visión crítica y que estas relaciones no son «como explican los libros de texto», precisamente. ¿Cómo hacerlo? No lo tengo claro, pero seguramente habría que hacerlo poniendo ejemplos, y dejando a la clase discutir sobre ellos, una vez conocidos los hechos.
Con respecto a lo que ha comentado Frenzo, yo considero el estudio de la historia y filosofía de la ciencia (al estilo del magnífico libro de Hull) como imprescindible (creo que el tamaño de letra con el que pondría esto resultaría dañino para la vista). Difícil, o casi imposible, abordar este tema en el bachillerato, cuando ya se hace desparecer a la propia filosofía y a saber en qué quedará la historia, pero debería ser obligado en todas las enseñanzas universitarias de ciencia. Y que creo que algo de eso debería de percolar a la secundaria, pero como digo, no veo cómo hacerlo con la falta de tiempo y recurso de los profesores.
En cualquier caso, me parece una aberración lo que se está haciendo con la filosofía en el bachillerato,
Mis recuerdos de la filosofía de BUP y COU son bien escasos,ahora que lo pienso. Tuve el mismo profesor siempre. Era cura, y eso no debería de intereferir en la enseñanza de la filosofía, …pero qué curioso que justo cuando tocaba dar Nietszche, Freud, Marx…se acabó el curso. A veces pienso que quizá estaría bien empezar a enseñar historia, filosofía…, por la época actual e ir deshilvanando hacia atràs, cual cangrejo curioso.
Por otro lado, la forma de dar el curso era con unos apuntes(excesivamente rígidos y estructurados) creados por el citado profesor que los iba explicando en clase. Mis recuerdos de esas clases se podrían resumir en: mortal aburrimiento. Así que sobretodo le pediría a un profesor que intente transmitir pasión por lo que explique. No, no es necesario venir disfrazado ni organizar performances raras para «aprender divirtiéndose» pero sí procurar enganchar al personal de algún modo…
Cuando habéis hablado de lógica he recordado que mis primera clases de filosofía fueron sobre «darii» «celarent» y demás….pero no recuerdo qué era cada cosa ni tengo la sensación de que me hayan servido demasiado…
Creo que, visto ahora con un poco de perspectiva, lo que más me hubiera gustado tener bien aprendido es la secuencia histórica de las ideas (profundizar siempre se puede profundizar más posteriormente en cada autor, época, idea..), o sea, tener sobretodo una visión de conjunto de todo el desarrollo filosófico…e incluso si puede ser, tocar otras «esferas» como el pensamiento oriental…aunque sea someramente. Prefiero que me abran 45 ventanas, a que me abran 18 ventanales… Supongo que eso son manías de cada uno.
Ah, por cierto, siempre admiraré a los profesores (en general) a la hora de corregir, sobre todo cuando haya que desarrollar un tema…uff, qué complicado.
Ahora que he visto el video, Loiayirga, intentaré comentar lo que dices.
Entiendo muy bien (creo) lo que quieres decir. Yo he pensado algo parecido a veces viendo los «esquemas» y «listas de características» esqueléticas y pobres que circulan antes de los exámenes.
Hay varias cosas que se pueden hacer para paliar eso, en mi opinión. Todas implican, me parece, bastante trabajo por parte del profesor, claro, qué se le va a hacer. Intentaré ponerlas en orden:
1. Precisamente yo le daba tanta importancia al trabajo en clase de los alumnos (exposición, comentario, textos, debates) porque eso es una manera de puntuar más matizadamente, y de motivar para que se profundice algo… sin entrar en el caos de «¿pero lo que se discutió entra para el examen o no?», porque eso ya se puntuó antes, y con claridad (p.e., se avisa: «la exposicion, participación, preparación de un debate… valen tanto o cuanto para la evaluación, como máximo y esos puntos son independientes del examen, y además sabréis sobre la marcha cuanto habeis acumulado en vuestra despensa de puntos… pero para el examen, que va a valer equis puntos, va a entrar lo que voy a decir ahora»).
2. Se puede dejar claro «lo que entra» sin que sea necesariamente solo lo que se haya dado de resúmenes o apuntes. Por ejemplo, pueden entrar algunos textos de los comentados en clase, no para sabérselos, sino para comentar algún párrafo y demostrar lo que se entendió tanto del tema o autor como del debate o comentario que hubo.
3. Las clásicas preguntas «de rollo» dan para lucirse al mejor de la clase… y para que los demás suden poniendo todo lo que se les ocurre para rellenar. Anda que no tienen peligro 🙂 .
Pero hay otras maneras de hacerlas, de forma que sean preguntas cortas pero no permitan contestarlas con el esquema esquelético de características. Por ejemplo: comparar dos textos breves de un párrafo y decir cual de ellos es el que defiende la posición tal, o cual es el texto con el que estaría de acuerdo Fulano (y, brevemente, decir por qué). O poner un texto también breve y hacer algunas preguntas sobre eĺ, a contestar en dos líneas cada una. Cosas que requieran entender, que se puedan estudiar con orden a partir de un material concreto, pero que no tienen que ser difíciles de expresar, ni requieren memorizar «la lista de características de Sócrates», o de «la epistemología kantiana», o mucho vocabulario esotérico.
Esta clase de cosas enfadan a los alumnos cuando se sienten traicionados en las reglas. O como me decía mi hijo una vez indignado (a mi me daba la risa): «Dice que nos pone exámenes para pensar, habráse visto». La indignación, claro, viene de que eso no es lo que se ha hecho en clase en absoluto en todo el trimestre, ni la clase de cosas que se han preparado para hacer (ni en esa clase ni en toda su vida escolar).
Pero si son preguntas sobre la misma clase de discusiones y reflexiones que se han estado haciendo en clase, el mismo tipo de comentarios sobre los mismos o parecidos textos, la cosa es más clara.
Eso además permite mucha graduación en la dificultad de las preguntas (lo que tengo entendido que es un requisito universal de los buenos exámenes, preguntas fáciles para calibrar el aprobado y algunas más difíciles para calibrar las notas altas). Desde un enunciado simple redactado por el profesor, hasta un texto original difícil, pasando por todos los casos intermedios.
Por supuesto, algunas materias si que se prestan a los exámenes convencionales tipo test, pero claro, en filosofía no muchas. Si se diera algo de lógica, aun informal, es el examen perfecto: «Señalar cual es el enunciado que contiene la falacia tal de entre los cuatro siguientes».
Disculpas de nuevo por la extensión. No me voy a disculpar esta vez por ser rotunda, porque, si de algo tengo experiencia, es de examinarme cienes y cienes de veces… 🙂
Frenzo, antes de nada: Lo del pensamiento oriental queda fuera de mi alcance. Ni aunque sea una visión somera.
Frenzo, como tú bien dices las ideas filosóficas son importantísimas porque nos enseñan a ver la realidad. La película “Origen” es muy ilustrativa a este respecto. De determinadas ideas como tú explicas salen determinadas prácticas. Intento trasmitir esto a mis alumnos en primero pero en segundo siempre encuentro alguno que cuando estamos viendo la historia de la filosofía muestra lo que piensa del pensamiento filosófico: “cosas muy raras que se le ocurren a gente muy rara”. Como si muchas de esas ideas no hubieran conformado nuestro presente. Debo ser muy burro pero no consigo sacar a algunos de ahí.
Por cierto, nunca había visto nombrado “En busca del tiempo perdido” como libro filosófico.
Con respecto a lo de aplicar el razonamiento a problemas concretos (que nombráis algunos) no digo que yo no descienda nunca al mundo de la práctica, es útil e interesante, pero lo que no quiero e intento huir de ello es defender mi ideología en clase. Parece que esto es natural y así debería de ser siempre y sin embargo no creo que sea así generalmente. El profesor de instituto tiende a creer que su modo de pensar no es su ideología sino LO LÓGICO. Huyo de plantear problemas políticos partidistas concretos por eso, por temor a caer en el partidismo. Quizás con esto mi alumnos se pierdan algo pero a la vez les evito mi mitin. Bueno, digamos que se lo evito muchas veces, en ocasiones también cae uno en eso. Pero lo más curioso es que en el mitin caen a veces hasta los de matemáticas: que parece mentira.
Me parece muy interesante lo que dice Triglifo de tener una idea general de la historia de la filosofía. Creo que muchas veces los profesores queremos dar tanto (y tantas pequeñas cosas, como si debieran conocer todas las hojas del árbol) que olvidamos que al menos aprendan bien para el resto de su vida el tronco y las ramas. No se trata de que yo ignore ahora los mil detalles de la historia de España que aprendí en su día, es que ni siquiera puedo escribir un guión general de historia de España. Quitando Carlos IV y Fernando VII (la guerra de la Independencia se me quedó grabada) lo demás se me despinta todo. Pero todo todo. ¿No sería lógico que al menos pudiera señalar etapas generales? ¿No debería situar al menos a los Austrias y a los Borbones? ¿Me dieron bien la historia o es que es ley de vida que no quede de lo que aprendí ni las líneas generales? Toda la historia que se es universal y es la que he conocido a través de la filosofía: principalmente a través de la lectura de ella que hace Marx.
Supongo que para que te quede grabado algo hay que haberlo repetido muchas veces y en la enseñanza lo que se hace es dar un tema, y luego otro y luego otro…
Lo de conseguir que no se aburran lo intento siempre aunque no siempre es fácil. Sobre todo se enganchan más aquellos alumnos a los que se les da bien un asunto. Pasa por ejemplo con los problemas de lógica: apasionan a los que se les dan bien, pero los alumnos a los que les cuesta quieren desengancharse y abandonar. A nadie le gusta llegar los últimos en la carrera y cuando ven que en ese tema ellos no brillan se desaniman. Me ha pasado esto mucho trabajando con el de Sullivan “¿Cómo se llama este libro?”.
En los debates sucede algo parecido. Hay alumnos con más iniciativa, sin miedo de hablar en público, a los que enseguida se les ocurren ideas para intervenir. Esos son los que gustan de los debates. Otros muchos (menos dotados para la polémica o lo que sea) se acostumbran a quedarse al margen por mucho que el profesor quiera que hablen los que no han hablado.
A veces, como dice Emilio se trata de provocarlos con algunos temas. Nunca, que yo recuerde, se me ha ocurrido tratar lo de copiar en los exámenes como tema de debate. ME parece buena idea. También me parece sugerente lo de igualitarismo y mérito.
Eulez, la yonki te levantaba dolor de cabeza pero no nos dices si te sirvió para algo.
De momento de lo que dice Instan comentaré LO QUE VA A PASAR CON LA FILOSOFÍA.
A mí me pasa con los profesores de la filosofía y eso de que enseñan a pensar (y el pensamiento crítico) como con los sindicalistas y los derechos de los trabajadores. Una cosa es hablar en general donde todo responde al ideal y otra conocer al sindicalista concreto de tu centro. La mayoría de las veces las cosas no responden al ideal. Pero ahí estáis vosotros para decir si en vuestro caso fue así.
Tampoco a mí me gusta lo que van a hacer con la asignatura de filosofía pero no sé si por los alumnos o por los profesores. Para el que no lo sepa le diré que va a ser voluntaria en segundo de Bach. Los profesores de Filosofía hasta ahora han sido unos privilegiados porque daban clase en bachillerato –los dos niveles- y apenas en ESO (solo el cuarto). En resumidas cuentas daban clase a los alumnos más mayores. No sabían lo que era 1º, ni 2º ni 3º de la ESO. Ya empezamos descendiendo a las edades bajas –hace pocos años- dando la “Ciudadanía” de 2º de ESO pero ahora con la reforma nos tocará bregar con todos los niveles de ESO porque habremos de dar la asignatura alternativa de la religión que está por todos lados. Los primeros cursos de la ESO son la trinchera, por eso a ningún profesor de Filosofía le gustará la reforma. Con independencia de la pérdida que suponga no dar Filosofía en 2º de Bachillerato lo que es claro es que es una pérdida de status para los profes de Filosofía. Os digo esto para que no lo miréis solo desde un punto de vista “idealista” sino que veáis también su lado “material” e interesado. Soy como un mago traidor al que le gusta descubrir sus trucos, para enfado de sus compañeros.
Y con mucho dolor de mi corazón no voy a contestar hoy a Aloe porque un episodio de Homeland me está esperando. Pero no lo tomes como un desprecio, como me interesa mucho lo que piensas prometo hacerlo mañana. Yo no soy como Pseudópodo (con cometidos más altos) y no es la educación de mi hijo la que me aparta de comentar aquí. En todo caso tengo que decir, Pseudópodo, que es muy esforzado esto de tener post que contestar.
Que rabia, se me olvidó ponerle la negrita a Aloe
Siempre descuido el detalle.
Vino un enanito y lo puso 😉
Mi profesor de filosofía también era cura, como el de triglifo, pero sí llegamos a Marx y Nietzsche (lo sé porque los tengo dibujados, no porque recuerde nada de sus explicaciones). Las clases no eran aburridas, pero más que por la excitación filosófica por la ironía que se gastaba el profesor, y por la manera en la que preguntaba: “Vamos a ver quién sale a decir la lección… MM..aaa… (todos los Martínez temblando)… MMaaass bien voy al principio de la lista (respiro de alivio de los Martínez; Acosta y Blanco muertos de miedo). ¿Qué tal, Blanco, ha dormido bien hoy? (Blanco mudo)…” etc: la cosa podía durar un cuarto de hora.
Eso es una de las cosas que yo no haría de ninguna manera. Aunque a posteriori nos reíamos. Por lo demás no era mal profesor; daba apuntes, algunas lecciones eran por el libro, y en los exámenes se trataba de desarrollar un tema más bien largo, por lo que recuerdo. Los libros eran los de Anaya: en 3º de BUP el de Sergio Rábade y en COU el de historia de la filosofía de Navarro Cordón. Me gustó sobre todo el de 3º de BUP, recuerdo que me gustaron mucho los temas que hablaban de la percepción. Creo que eso sí se me quedó grabado y me ha influido luego. Del libro de COU he leído a gente que le influyó mucho, a mí me pareció un libro más bien difícil y demasiado amplio, pero me gustaban mucho las pequeñas biografías. Todavía recuerdo una frase sobre Newton: “En su etapa al frente de la Casa de la Moneda fue responsable de varias muertes” y la cara de Wittgenstein.
Sobre lo concreto de los exámenes, creo que es un vicio que es difícil de erradicar. Algunas de las sugerencias de Aloe me parecen válidas: por ejemplo, poner textos breves y preguntar qué postura defiende cada uno o de qué autor pueden ser. Pero en esta época en la que se cuestiona tanto la autoridad del profesor, se hace muy cuesta arriba poner exámenes que no están muy estructurados, con lo que al final el examen se convierte en un género en sí mismo y lo que hay que hacer es prepararse el examen. El caso de la selectividad es patético: siempre se repiten virtualmente las mismas preguntas, y no sirve en absoluto para evaluar lo que se supone que pretende. En filosofía, dejarlo todo tan tasado produce una esclerosis que es mortal. Quizá podrían ponerse unas preguntas de esas de las “5 características”, suficientes para sacar el aprobado, y otras que demuestren más madurez.
Precisamente, en 3º de BUP tenía otro profesor, el de literatura, que sí me entusiasmaba, y que no gustaba precisamente a mis compañeros porque sus exámenes eran de comentarios de textos, y la gente decía que calificaba como le daba la gana y se indignaban porque “se lo sabían” pero les había suspendido. No servían de nada las 5 características del romanticismo.
Por lo demás, estoy de acuerdo con Frenzo e Instan en la importancia de la filosofía de la ciencia. También con David Revilla en las falacias lógicas estudiadas en los medios de comunicación. De hecho, el mayor servicio que podría prestar la filosofía en 1º de bachillerato es desarrollar el sentido crítico desvelando los idola fori (y uno de ellos es hoy la ciencia, o la imagen popular que se tiene de la ciencia). Y ya puestos, atacar también los idola tribus, idola specus e idola theatri…
Mi opinión es que la asignatura debe centrarse en transmitir ordenadamente y con el máximo entusiasmo posible la historia del pensamiento de la humanidad. Lo de aprender a pensar está bien, pero sólo un magnífico profesor con magníficos recursos y magníficos alumnos podría obtener resultados apreciables. Aunque luego matizaré esta afirmación.
Lo primero que diría a los alumnos es que los filósofos que van a estudiar no son «filósofos», sino personas que adquirieron reconocimiento porque supieron decir mejor que otros alguna cosa que sirvió para que la humanidad se entendiera a sí misma. Y que las preguntas y las respuestas que se hacían y se daban han ido cambiando, porque el listón ha ido poniéndose cada vez más alto, igual que en la ciencia. ¿Qué preocupaba a Platón? ¿Qué preocupó a Nietzsche? ¿Qué aportación fundamental para la humanidad contiene el discurso cartesiano?
Claro, el problema es cómo organizar esa interesantísima información. Yo me preguntaría si no es más correcto caminar «hacia atrás», empezando por los grandes pensadores contemporáneos, y reconociendo vetas, caminos, veredas, que están en el sustrato de sus aportaciones. Cada vez que un alumno comienza una asignatura con Grecia y Roma se instala en un clima «académico» o «escolar» que en realidad desfigura las cosas y le hace pensar que se enfrenta a otra «asignatura» que formalmente es idéntica a otras muchas. De hecho, todo el mundo conoce a Platón, pero muchos menos a Wittgenstein. Eso produce cansancio. La historia debe explicarse desde la prehistoria a hoy, pero la filosofía, ¿no debe recorrer el camino inverso? ¿Se explican las matemáticas comenzando por la matemática griega? ¿Por qué no comenzar con las preguntas que ellos se hacen?
Esto me lleva a la última reflexión, que matiza lo primero que dije: es verdad, la información que debe suministrarse (con nombres y apellidos, teorías, corrientes, etc.) debe entreverarse con otro tipo de ejercicios. En mi opinión el ejercicio más interesante sería el de enseñar a hacerse preguntas bien formuladas. La filosofía es una historia de grandes preguntas que no pueden responderse sólo con la técnica, con la ciencia o con la fe. ¿Por qué no introducir en la mente de estos chavales alguna pregunta inquietante que les haga surgir el deseo de contestarla? Ya no es el «de dónde venimos» o «dónde vamos», sino por ejemplo «¿por qué las personas en ciertas ocasiones experimentamos la compasión?»; o «¿qué es la dignidad, y para qué sirve?»; o «¿qué fundamento encuentro al principio de ‘no dañar a otro'»?; o incluso, ¿por qué admitimos que en un camión se transporten 50 cerdos apilados, y no lo admitiríamos con delincuentes? ¿O sí lo admitiríamos?
Iba a seguir, pero ya sería un abuso.
En primer lugar, simpatizo muchísimo con el señor profesor. Respondiendo a su pregunta…
Mitos y génesis de la racionalidad en Grecia
Las matemáticas ¿Por qué 1+1=2?
¿Qué es la racionalidad?
Sofistas y democracia.
Breve bosquejo del desarrollo de la filosofía, principales escuelas, sin entrar en contenidos. Es decir, una mera historia cronológica de las escuelas.
El dualismo
El empirismo
Y muy especialmente:
Filosofía e Historia de la ciencia (con especial énfasis en Galileo y el cambio de paradigma. Luego explicar las áreas científicas, que si fisica, quimica, biología, explicar los puntos clave de cada una)
Algo de lógica y teoría de conjuntos si hay tiempo.
NOTA: Desde luego no creo que haya que pretender que el alumno sepa responder a ¿Qué es la matemática o qué es la racionalidad? De lo que se trata es de ponerle en situación para comprender el alcance de la pregunta.
Pero ante todo y sobre todo, el temario debe tener dos puntos básicos… verdadero amor a los alumnos y capacidad didáctica del docente para «ilustrar divirtiendo» (hay que ser enormemente dinámico para explicar FILSOFIA a adolescentes poco motivados. La filosofía tiene que ser divertida). Sin eso, no hay nada que hacer. En otras palabras: Verdadera pasión por la enseñanza. Teniendo eso, realmente cualquier temario es el mejor temario.
Por cierto, yo tuve dos profesores de filosofía buenísimos… Uno era un joven greñudo y nihilista, el otro era un cura. Ahora soy filósofo.
Felicitarte por la suerte que has tenido con tus profesores de Filosofía, por lo refrescante de tu comentario y por lo feliz que pareces estar impartiéndola.
Buenas
Primero: hablo desde la inexperiencia pero con gusto por la enseñanza.
Segundo: Aloe, siento que tu hijo tenga que estudiar con un libro escrito por adeláteres.
Tercero: lo siento por el tochaco, pero como soy una buena juanita, trataré de contestar a todo.
Preguntas por 1º de Bach. Asumo que la parte histórica la seguimos dando en segundo, y más o menos como está (en ese orden y a toda prisa, qué mal asunto!) . Es decir, que en 1º hay que dar una buena parte de las cosas serias que queremos que los alumnos aprendan de verdad. Creo que tu lista se adapta a la visión sistemática que prima en primero frente a la visión histórica de segundo, no? Yo creo que lo organizaría en dos niveles, y usaría en nivel de abajo, el de los conocimientos, para ilustrar otras cosas que quiero que aprendan del de arriba.
Qué cosas querría que aprendieran? a pensar desde la cabeza de otro (en general cualquier sistema filosófico), a tener sentido crítico (preguntarles todo el rato por objeciones o problemas, etc. darles herramientas para analizar argumentos, para saber distinguir un argumento en el que necesariamente se transmite la verdad y uno en el que no (aquí entra la lógica formal+informal), y a analizar argumentos de una forma más intuitiva y vaga, falacias, etc.), a aprender a dar soluciones creativas a problemas viendo como otros dieron esa clase de solución a los problemas de su época (por ejemplo enseñando la física de Aristóteles, eso quizá en segundo, o cómo en la edad moderna se trató de solucionar el problema que había con la ciencia moderna y algunas concepciones religiosas, o en general viendo las diferencias y parecidos entre esos tres modos de pensar la realidad (antiguos, medievales y modernos). Creo que la Filosofía de la Ciencia en cierto modo se puede enfocar así. Al menos la parte concerniente a Historia de la Ciencia). También creo que es importante aprender qué consecuencias tienen nuestras acciones, y a aprender a pensar en las consecuencias éticas de las acciones (monográfico para el fraude fiscal y otra serie de cuestiones morales a las que se van a tener que enfrentar en su vida, como cuestiones de género, etc. con todo el aparato ético para analizar, introduciendo poco a poco distinciones, como acción-omisión, éticas del deber y consecuencialistas, responsabilidad directa, corresponsabilidad, papel de emociones y razón, etc.), aprender a tener un poco de idea de cómo funciona el poder, de cómo funciona hoy el mundo (democracia, mecanismos de legitimidad y transparencia en la democracia, distintos sistemas de organización política, globalización, lugar de España en el mundo, explotación del tercer mundo para obtener recursos, redes de poder, ¿dónde queda la verdadera democracia? ¿qué relevancia tienen los Derechos Humanos en su vida?) Aquí se puede acudir a otras épocas y a la denuncia de estos problemas en otras épocas: marxismo, por ejemplo. O al liberalismo clásico para entender bien la democracia.
También me parece importante la filosofía como herramienta de crítica social y como herramienta para entender mejor qué hay de natural o cultural en la sociedad, y las reacciones de los demás ante ciertas cosas, que cuando uno es adolescente la vida es complicada a veces.
Se nota que lo que me gusta es la filosofía moral y política eh… tu lista me parece que son cosas muy relevantes e importantes también, que deben estar…
Intentaría ir encuadrando los contenido que se dan bajo alguno de esos objetivos u otros similares y trataría de explicitarlo lo más posible para que lo entendieran bien. Trataría de darles estructuras de pensamiento para que después ellos puedan analizar su propia realidad usando eso. En realidad creo que ese es el objetivo último de la filosofía en bachillerato: que les sirva para que aprendan a pensar, a ver las cosas desde otros puntos de vista, y a analizar el mundo. Y también que aprendan a disfrutar de la cultura y a aburrirse un poco menos.
¿Cómo daría la asignatura? Pues prepararía de vez en cuando pedazos cortos de películas que se relacionaran con el tema dado ese día y les haría preguntas relacionadas con ese fragmento. Esto igual es una idea un poco alucinada, pero, como creo que en el fondo las ideas filosóficas no son muy complicadas, intentaría dar a los alumnos información sobre la época y pistas para que ellos mismos fueran recomponiendo el tipo de pensamiento que había en cada época.
Sin duda recomendaría leer. Y es posible que mandase leer algún libro para analizar. Ciencia ficción, quizá, que da mucho juego. Y en clase trataría de hacer comentarios de vez en cuando, porque es importante que la gente acabe la secundaria sabiendo leer y entender un texto. Lo de los debates, según fuera saliendo. A mi me gustaría dar clases participativas, preguntándoles bastante y si un día les da por discutir las cosas, pues se modifica un poco el plan. Pero sí, creo que leer y debatir es importante. Sobre si contenido o destreza contestaría que las dos…  cada una en un plano. Nunca les haría aprenderse de memoria un dato tan útil como cuál es la capacidad craneana de los distintos homínidos sólo por saberla y olvidarla un día después. Esto me toco a mí y a otros compañeros que estudiaban en distintos centros. Es mejor que aprendan los hitos de la evolución, en qué se diferenciaban esos homínidos, etc. No les haría aprender datos que no les dijeran nada. Trataría de que tuvieran preparación suficiente para que los datos les digan algo porque fueran capaces de integrarlos en una red de conocimientos con sentido (parezco pedagoga (post)moderna). Le daría bastante importancia a que ellos filosofaran.
Y ahora autocrítica: soy una flipada, y todo eso no se puede hacer en un solo año. Además, he dicho generalidades, no cómo lo organizaría en concreto, que hace que cambie por completo.
Y la segunda parte: Libro? depende del libro. En general creo que es una buena idea que si el libro es bueno, los alumnos lo tengan como apoyo, y lo puedan consultar o estudiar cuando quieran. Están en bachillerato, ellos decidirán si hacen resumen, si se lo estudian a pelo o cómo lo hacen y daría mis propios apuntes. Aquí tengo una duda: creo que es mejor estudiar la esencia mínima de cada sistema filosófico y luego ir deduciendo las partes. Eso intentaba hacer en la carrera, y además de ser más divertido es más práctico. No sé si un alumno de 1 de bach es capaz de hacer eso por sí sólo, o con ayuda o cómo. Quizá se lo pediría a veces y otras veces lo daría hecho. También depende del tema.
Para evaluar haría una cosa mixta: pondría algunos puntos que mostrasen cuánto han estudiado en plan de cosas concretas (las 4 causas aristotélicas o cosas de esas), y otros puntos que me mostrasen cómo piensan y cómo relacionan, y qué conocimiento general se les ha quedado después de estudiar lo que han estudiado.
PD: teniendo en cuenta cómo están las cosas, y que oposiciones lo mismo hay allá por el año 3000… si alguien sabe de algún concertado que necesite profe de filosofía por Madrid o Castilla y León yo no tendría problemas en echar mi currículo…  (De momento no me corre prisa, porque tengo beca unos años más, pero si se presenta una oportunidad lo mismo había que aprovecharla).
Solo recuerdo haber estudiado filosofía en 3º de BUP, no recuerdo si tuve esta asignatura o no en 2º, ni en el COU. Vagamente creo que me gustó, pero también recuerdo que me decepcionó. He de decir que yo iba por «ciencias» y que era un estudiante «notable». No «sobresaliente». Conservo el libro y creo que es el único libro que conservo de mi época de estudiante antes de la universidad. Lo tengo totalmente «tuneado», que se diría ahora. A base de goma de borrar (insistiendo) y tinta negra, transformé todos los títulos. Por ejemplo, el capítulo llamado «Criterios de certeza» pasó a titularse «Ríos de cerveza» y todo así. Supongo que era mi manera de hacer divertida la asignatura.
De lo leído hasta aquí, la aportación con la que más coincido es con algunas de la cosas apuntadas por Miguel.
Sin saber muy bien cuantos cursos (años) ni a qué edad se van a enfrentar los estudiantes a la filosofía, creo que la única manera de que tenga sentido la filosofía en el plan de estudios (¡y me parece esencial!) es que el alumno quiera, lo cual no es requisito indispensable para otras asignaturas. ¿Cómo garantizar que el alumnado quiera?
No «debería» ser tan difícil ya que la filosofía es el primer impulso de la inteligencia. O sea, es el impulso de la joven inteligencia. Cualquier buen o mal estudiante tiene sus temas particulares «sagrados» que son sus propias «filosofías», sus propios «motores» o gustos. Puede que la música, la ciencia, la literatura, los videojuegos, el cine de tal o cual género, o lo que sea, les gusta y si les gusta es por una afección que, en el fondo, no está lejos de «tener» filosofía. Incluso un «cabeza rapada» maneja «sus propias filosofías». «Sus rollos».
Ahí tenemos la grieta por donde entrar. Y ¿cuál de esos «sus rollos» les toca a todos? Indudablemente, la muerte. La muerte está presente también en la juventud, que es cuando parece tan lejana, y es atractiva. Se ve en la poesía (balbuciente) de los jóvenes poetas, en canciones de rock, en videojuegos, películas, en la aventura, etc. Y es de la comprensión de la muerte de donde surge la primera ciencia, la primera religión, el primer arte, etc., (quien dice de la muerte dice de la supervivencia). El morir y el matar reúnen todo tipo de necesidades de derecho, éticas, morales y científicas. Sin duda las más importantes, además.
El primer contacto de un joven estudiante con la filosofía, a mi modo de ver, debería pasar por estudiar cómo se enfrentaron a la muerte (y todo lo que conlleva) nuestros antepasados lejanos y cómo esa concepción se fue transformando a lo largo de la historia de la filosofía. Comprender la muerte está detrás de todo, incluso detrás de comprender la vida y por tanto, en última instancia, detrás uno de los grandes temas sin resolver por la ciencia, la conciencia. No hay chico ni chica entre los 15 y los 18 años que se resista a este tema. A partir de ahí se pueden ramificar casi todos los asuntos importantes de la filosofía con cierta facilidad (por lo menos al nivel al que estamos proponiendo la filosofía. Es pronto para sacar a Wittgenstein, pero no a Nietzsche).
¿Evaluar? Van a filosofar (van a «pensar en alto») en clase, van a exponer y debatir. Y no hay verdades absolutas (esto también lo comprenderán) por lo tanto el profesor debe, socráticamente, moderar y dirigir. Se evaluarían entre ellos. Cada uno «puntuará» a cada uno del resto de los otros su papel como filósofos aprendices (se eliminan las 2 puntuaciones más altas y las dos más bajas en cada caso, para evitar filias y fobias, o algo así, y se promedia).
En fin, soy una calamidad. En mi respuesta de ayer atribuía a Frenzo algo que decía Triglifo. ¡Pues vaya profesor! ¡Como a un alumno le ponga a uno la nota de otro…!
Se ve que no estoy acostumbrado a responder a tantos comentaristas juntos.
La verdad es que no es la primera vez que Aloe me sorprende por las muchas cosas que sabe de campos tan distintos. En este caso lo digo por eso de que los buenos exámenes deben discriminar. Un examen que todo el mundo sabe no es un buen examen porque no diferencia a los que saben más de los que saben menos.
Aunque muchas veces discrepo de sus opiniones tengo que decir que en este caso todas sus sugerencias me parecen bien. Además creo que es de todos la que más concreta y se agradece porque las generalidades no sabe uno muchas veces como bajarlas a la vida diaria.
Todo lo que dices me parece muy sensato. Lo de evaluar la participación en clase de modo diferenciado me parece bien (que tenga su porcentaje en la nota final) y también el hecho de que para el examen haya que estudiar determinados temas concretos no cualquier cosa que se dijo en clase. Aunque, como también tú dices, otra cosa distinta es que se mande comentar textos que ya se comentaron en clase para ver si el alumno se enteró de qué iban.
Entre las preguntas “de pensar” que tanto odia tu hijo (Aloe) yo pongo a veces textos que a mi parecen fáciles para relacionarlo con lo visto. Por ejemplo: “Sabiendo lo que sabes del empirismo qué puedes decir del texto siguiente… “Se trata de que cuenten lo que saben al hilo de lo que se dice en el texto. Algo parecido a lo que tú propones y Pseudópodo apoya.
……………………
Sobre filosofía de la ciencia (algunos insistís en esto) lo que yo explico es bastante elemental pero importante: método científico, revolución científica de Galileo (el cambio del geocentrismo al heliocentrismo) y algo que me parece muy importante la diferencia entre ciencias empíricas y formales. Parece que no es fácil de entender para ellos. Ahí es dónde encajaría eso que nombra Sr. IA de las matemáticas y el dos más dos. Lo que no he hecho nunca es explicar la clave de cada área científica como Sr. IA propone.
Estoy con Sr. IA en que la generosidad es importante. Querer darles algo a los alumnos, querer beneficiarlos aportándoles tus conocimientos es fundamental en toda pedagogía. Sobre lo otro (aprendizaje y entretenimiento) el profesor no debe ser aburrido pero al mismo tiempo no se puede basar todo en el “divertimento” porque es imposible. El aprendizaje tiene una parte de esfuerzo que es difícil ahorrar al alumno.
Perdonad la brevedad de mi respuesta, mañana seguramente escribo más sobre lo que escriben Miguel, Pseudópodo, Asdf, Alejo, y alguno más.
También querría poner una lista un poco más completa de lo que yo suelo dar, la que escribí en el post era una muestra de ítems más o menos al azar. Para que pueda compararse con la que escribe Sr. IA.
Hay una errata en «■Las épocas de de la historia de la filosofía y las preocupaciones de cada una…»
Mi experiencia como alumno de filosofía fue poco edificante: Memorizar un montón de definiciones según un libro y listas de características de cada autor para «identificarlas» en un texto y desarrollarlas como me habían dicho previamente. Poco puedo añadir al debate.
Me ha parecido muy interesante el post y todos los comentarios. Yo también diría que el eje de la clase debería ser la lectura y el debate y no tengo mucho más que aportar. Bueno, recuerdo un libro que leí hace tiempo, «Más Platón y menos Prozac», de Lou Marinoff, que así de entrada parecería ser el típico «¿Quién se ha llevado mi queso?», pero que resultó ser mucho más serio, o a mí me lo pareció. La idea que se plantea es valerse del pensamiento de los grandes filósofos de la historia para afrontar la vida y resolver los conflictos a los que habitualmente nos enfrentarnos. Expone distintos casos problemáticos y usa la la filosofía a modo de terapia. Pues bien, creo que este podría ser un buen enfoque para introducir algunos temas, aunque quizás no para desarrollarlos. Partiendo de un problema real que afecte a la clase, a la comunidad o lo que sea, plantear algo como ‘tenemos tal problema, ¿qué pensaría Fulanito? ¿cómo lo afrontaría Menganito?’
En cuanto a mi experiencia, recuerdo que en tercero de BUP la asignatura se llamaba Filosofía pero se estudiaba psicología en el primer trimestre, antropología en el segundo y sociología en el último, si no recuerdo mal. Nada de los temas que han nombrado aquí. Además nos daban fotocopias con ítems que había que memorizar… aunque era la típica clase problemática llena de elementos disruptivos y no se hubiera avanzado mucho en ningún caso. Aunque fue entonces cuando leí «Vacas, cerdos, guerras y brujas», de Marvis Harris, que creo que sí me aprovechó.
Cristina, debo reconocer que no he leído «Más Platón y menos Prozac» porque de entrada el título me echó para atrás. Quizá me lo replantee…
Es que si queremos aplicar los que dijeron los grandes filósofos de antaño a nuestros problemas vitales… ¿poner a Platón en la puerta de entrada? ¿Estamos tontos o qué?
Si se hubiera llamado «Más ética de Aristóteles y más Spinoza, y menos Prozac» lo habría mirado con mejor cara, pero eso igual no era un título con tirón, claro.
Me gustaría sugerir dos libros para quienes como yo no sean especialistas sino aficionados a la Filosofía. El primero sería: Una pequeña historia de la filosofía, de Nigel Warburton, para una visión panorámica de la historia de la misma a través del estudio de cuarenta y tantos autores, y para lo relativo a la relación ciencia-filosofía la obra de Mario Bunge. En cualquier caso estoy a lo que los especialistas podáis decir en relación con esta sugerencia.
En su momento me hablaron bien del libro que cita Cristina: «Más Platón y menos prozac» , cuyo título, estoy con Aloe, echa bastante para atrás (¿será una estrategia comercial pensada para que la gente diga: «¡Ah! El libro ese que es más bueno de los que te piensas al principio» ?
El caso es que empecé a leerlo pero no me atrapó, pese a que ese intento de llevar el pensamiento de esos filósofos a casos concretos de nuestros días me interesa.No lo terminé.
No obstante, no estoy tan seguro como Aloe de que Platón no pueda ser puesto en la puerta de entrada…o al menos al lado de Aristóteles. Aunque entrar en «el caso Platón» seguramente llevaría un post entero…
Creo que se han hecho varios intentos de acercar la filosofía a un público más amplio. Una de las últimas que leí es «Filosofía, un remedio contra el paro», Jean Louis Cianni. Otro título de lo más oportunista… En principio se trata de las vivencias personales del autor, un hombre de negocios de éxito, que de repente se queda en paro. Entonces, empieza a releer sus libros de filosofía en busca de ideas para consolarse y superar su situación, y cada capítulo lo dedica a uno de sus filósofos preferidos, de los que intenta extraer una lección. En mi opinión, me pareció un libro más bien tramposo. Está bien escrito pero en el fondo no hace más que hablar de diversos filósofos, con detalles interesantes de sus vidas. Pero la aplicación «práctica» a su vida me parece hecha con calzador, es sólo una excusa para hacer otro libro…
Más interesante me parece una colección de libritos sobre filosofía de la editorial «tandem edicions». Aquí un ejemplo:
http://www.tandemedicions.com/cas/novetats_edit.php?id=965
. Tratan un tema muy concreto de un filósofo en particular, especialmente de filósofos modernos poco conocidos por el gran público, con textos claros y breves, poniendo ejemplos de la vida cotidiana, acompañados de dibujos muy explicativos y atractivos del siempre brillante Max. Lo bueno, si breve, dos veces bueno ( y encima sin perder profundidad).
También tengo un libro: «Historia de los filósofos ilustrada por los textos» Denis Huisman/André Vergez. Es un libro de enfoque mucho más docente que abarca toda la historia de la filosofía occidental y puede servir a modo de enciclopedia que, para un lego en la materia como yo, le va bien para situarse. No es muy gordo, es manejable, y lo bueno que le veo es que está formado mayoritariamente por fragmentos de textos originales de los filósofos. Pero como posiblemente los haya muchos otros, y mejores, estaré con los ojos bien abiertos a los próximos posts.
El enlace muy buena pinta.
Dewey a mi me parece admirable. A ver otros de la cole.
Loiayirga dijo: … Entre las preguntas “de pensar” que tanto odia tu hijo (Aloe) yo pongo a veces textos que a mi parecen fáciles para relacionarlo con lo visto. Por ejemplo: “Sabiendo lo que sabes del empirismo qué puedes decir del texto siguiente… “
No quiero polemizar, pero sí puntualizar un poco.
Esa pregunta, así tal cual, no es de ningún tipo de las que yo proponía. Se parece más a la pregunta general tipo «rollo» que se presta a meter kilos de paja, y/o a poner la lista de las «cinco características del empirismo». Además, que a ti el texto te parezca fácil puede ser, o no, una opinión realista, en cuanto a lo fácil que lo puedan encontrar los alumnos.
Ese tipo de pregunta sería de alguno de los tipos que yo proponía si se diera alguno de estos casos:
1. Que sea un texto con el que se ha trabajado en clase.
2. Que se hagan preguntas concretas y cortas sobre él.
3. Que se use para identificar algo por comparación con otro texto u otros textos, también eso es algo muy concreto.
Y en los casos en que no se haya trabajado con esos textos (el segundo y el tercero) tendrían que ser textos efectiva y contrastadamente fáciles, al menos la mayor parte de las veces.
Hago esta puntualización por lo que ya he dicho (las preguntas tipo «rollo» son las que generan las «listas de las cinco características» en el adaptativo ecosistema escolar) y por otra cosa: un adolescente que se tropieza por primera vez con la filosofía académica no tiene recursos de lenguaje riguroso y preciso, ni recursos (muchas veces) para organizar y estructurar un texto improvisado que tenga que ser complejo como tendría que ser este. Se supone que un poquito de eso es lo que tendrán al final del curso, no al principio…
Así, si se trata de que identifiquen los puntos principales de un autor o de una posición en un problema filosófico clásico, me parece útil separar la evaluación de esa capacidad, hasta cierto punto al menos, de la de demostrar una habilidad un poco diferente: poder organizarlo y expresarlo con rigor, propiedad, sutileza y escribiendo dos carillas impecables… 🙂
A lo mejor en la «pregunta para nota» sí que tiene más sentido. Porque oye, el alumno que sí sepa expresarse, organizar y matizar con brillantez, también merece que se le aprecie eso. Pero no se puede esperar que la generalidad tenga ese bagaje de vocabulario y familiaridad con un estilo académico nuevo para ellos y nada fácil.
Gracias por las amables palabras que me dedicas, y, desde luego, con este comentario solo quiero aportar algo y aclarar lo que dije, no criticar.
Mi muy estimado Loiayirga: lo felicito por hacer la labor del ministro y muchos de sus acólitos. No pretendo opinar en el sentido que usted demanda, pues están tratando un tema curricular muy circunscrito a España.
Coincido, eso sí, en la importancia extrema de la asignatura como vehículo, como medio para promover la reflexión y la búsqueda de “las certezas en mares de incertezas”. Doy un paso más. Siempre he dicho que debería haber un par de filosofías en toda carrera universitaria, cursos en donde se encauce la herramienta al campo concreto. Pero con estas tendencias de reducir la red curricular (de 6 a 5, de 5 a 4, de 4 a 3… bienvenido y aquí está su título), dudo mucho que pueda conciliarse.
Especial atención en no excluir del foco de atención primario a aquellos estudiantes que han de continuar con carreras tecnológicas o científicas…
Y para avivar las brasas: dice usted que imparte el método científico. ¿Cómo lo hace? ¿Señalando los seis pasos del recurso cartesiano? ¿Negando el método? ¿Contrastando métodos?
Ah! No olvide hacer llegar sus conclusiones al órgano de poder. Uno nunca sabe… hay que mantener la esperanza de que el órgano transmute en Novum organum.
Cristina y Pseudópodo estudiaron la misma asignatura de
primerotercero de BUP. Eran los tiempos en que se daban muchos temas de psicología. Por eso recuerda Pseudópodo lo de la percepción. Ahora ese tema se da en Psicología que es una optativa que también con la reforma va a desaparecer.Es enigmático el asunto del interés. Hoy en día Pseudópodo no podría no atender a una explicación sobre Nietzsche y sin embargo de la de entonces no se acuerda de nada. Misterios de la vida.
Pseudópodo dices“Quizá podrían ponerse unas preguntas de esas de las “5 características”, suficientes para sacar el aprobado, y otras que demuestren más madurez.” Seguramente esto es lo ideal, aunque en la práctica no siempre me acuerdo de hacerlo así. Tiendo a facilitar las cosas desvirtuando la evaluación. Como ocurre en selectividad.
Con respecto a lo que dice Miguel de partir de las preguntas (lo que preocupó a la humanidad) antes que de las respuesta tengo que decir que parece una propuesta muy lógica. De alguna manera así se hace pero al mismo tiempo hay que decir lo siguiente. Que consigas interesar a los alumnos en “las preguntas” no asegura que se interesen en las respuestas porque éstas nunca son fáciles e inmediatas sino que siempre requieren un largo camino, la adquisición de un lenguaje propio (que se supone que el filósofo inventa para poder dar cuenta de la realidad) y paciencia para recorrer ese largo camino pensando con el filósofo. Demasiado para los tiempos que corren. Y no les pasa solo a los alumnos. Hay preguntas que a mí también me gustaría responder y sin embargo no tengo paciencia ni ganas para meterme con la obra de filósofos que han intentado hacerlo. (Y hablo concretamente en mi caso de “La crítica del juicio” de Kant.)
Lo de dar la historia de la filosofía caminando hacia atrás en el tiempo se lo escuché una vez a una compañera (ella quería intentarlo pero no lo había hecho nunca). No me seduce la idea: me parece difícil si alguien (más preparado que yo) no inventa un camino. Ayer me dijo un alumno que para qué nos servía estudiar los pensadores pasados si no estudiábamos a los actuales. Le respondí que pronto veríamos a Marx y Nietzsche. Pero me dijo que esos también eran pasados.
Excepto en las cuestiones éticas, dudo que las preocupaciones de los autores más recientes sean más cercanas a los alumnos que las de los antiguos. Desde luego no son cercanas las preocupaciones lógicas y lingüísticas de Russell y Wittgenstein.
Alejo hubo unos años en los cuales la Historia de la filosofía (que en principio era obligatoria para todas las ramas) no lo era para los de la rama de ciencias. Quizás estudiaste aquellos años y por eso no puedes recordar la filosofía de segundo. Luego volvió a ser obligatoria para todos. Ahora la quieren poner optativa para todos.
Es novedoso para mí que consideres la muerte un tema bueno para “entrar” a los alumnos. Es un tema que rara vez se toca con profusión en esta asignatura. Yo rara vez lo he tocado como no sea de pasada (para contar aquel argumento de Epicuro contra su existencia –cuando la muerte está no estoy yo-). Aunque es cierto desde luego que es algo que nos preocupa a todos. Precisamente Savater comienza su libro “Las preguntas de la vida” con este tema. Y es paradójico que comience con él (quizás solo tiene intención motivadora) porque su conclusión es la misma que ya pensó Spinoza: que lo que debe preocupar es la vida y no la muerte.
Que sea un tema interesante lo acepto, que de ahí se puedan ir sacando los demás temas me parece cuestionable. Al menos yo no lo veo.
Con respecto a evaluarse ellos mismos yo tuve un profesor que formó un equipo de alumnos que evaluó a todos los demás compañeros. Leímos sus exámenes y pusimos notas. Era durante la carrera. Nunca he hecho nada parecido. Tengo temor a que se lo tomen a chirigota y quieran ponerle 10 a todo el mundo. Si lo intento hacer será restringiéndolo a un porcentaje de la nota. Por ejemplo para evaluar la exposición en clase o algo así.
CristinaHe leído algunos libros de esos que intentan aplicar la filosofía a la vida (en teoría son ideales para mis clases) y recuerdo que leí algún capítulo del que nombras que es muy conocido. Pseudópodo comentó otro del mismo autor en este blog. No me enganchó (me sucedió como a Triglifo) pero quiero volverle a echar un vistazo. Con respecto a lo que dices de la lectura de Marvin Harris se me ocurre que seguramente cuando más aprenden los alumnos es cuando tienen que leer cosas, más que cuando escuchan a un profesor. Pero a mí me cuesta mucho mandar lecturas que luego hay que resumir en trabajos porque hoy en día pienso que todo se reduce a cortar y pegar. Y además mandar trabajos es un trabajo infinito. Aunque es verdad que existen otras manera posibles de evaluar las lecturas.
Aloe , te diré que yo también prefiero Aristóteles a Platón pero ten cuidado no te escuche el webmaster.
Dice Aloe “no quiero polemizar”. ¿¿Aloe no quiere polemizar?? Pues mucho ha cambiado este blog o esa no es mi Aloe. 😉
En todo caso me gusta que precises más el tipo de pregunta que tú propones.
Cuando escribí respondiéndote me di cuenta que no era muy preciso. Pero no quería enrrollarme más. En todo caso la pregunta que yo proponía tampoco pretende ser larga. Puede ser muy breve: Se trata simplemente de que el alumno diga algo así: “Este texto es contrario al empirismo porque en él se explica que los sentidos no son fiables. El empirismo solo admitía los sentidos como fuente de conocimiento. Además en este texto se habla a favor de las ideas innatas y Locke como Hume rechazaban la existencia de ideas innatas. Por ambas razones el texto es contrario al empirismo y posiblemente sea racionalista, corriente de pensamiento que se entiende como opuesta a aquel.”
Todo lo que se dice, como puedes ver, son cosas sacadas de un escueto esquema sobre empirismo pero con la única particularidad que el alumno tiene que exponerlas apoyándose en lo que dice el texto.
Sobre las limitaciones de los alumnos no necesito que me ilustres. Yo no las suelo atribuir a ignorancia culpable sino a juventud. Nos olvidamos de lo jóvenes e inexpertos que son. Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
De los libros que citáis (Emilio y Triglifo) sobre Historia de la Filosofía no conozco ninguno de ellos (en casa del herrero cuchillo de palo) pero puedo recomendar también uno que a mí me gustó mucho (lo usé para preparar mis clases): Los Grandes Filósofos de Bryan Magee. Filósofos actuales de prestigio responden preguntas sobre un filósofo que se supone que conocen bien. (Las entrevistas son de 1987 para la BBC) Es todo a base de preguntas o respuestas y a mi me gustó mucho el libro. Y ahora mismo acabo de enterarme que se pueden ver las entrevistas en YOUTUBE. (en inglés eso sí.)
Las referencias se pueden encontrar aquí. http://www.rafaelrobles.com/wiki/index.php?title=Discusi%C3%B3n:V%C3%ADdeos_filos%C3%B3ficos
Aún querría decir más pero…. (si Asdf tiene paciencia mañana prometo que le respondo a su largo comentario)
Si un enanito le pudiera poner negrita a ASDF se lo agradecería. 🙂
Lo volvió a hacer… y corrigió el tercero de BUP 🙂
Gracias enanito 🙂
Loiayirga, es que no me has dado pie… con tanta consideración conmigo y con tanta comprensión con los alumnos, a ver quien polemiza. 😉
Yo tuve dos cursos de filosofía, en el primero me enseñaron lógica y en el segundo historia de la filosofía. Estoy contento con el resultado, me dio una base y si no he profundizado en el asunto es porque no me dio la gana, culpa mía y no del sistema. No veo problema en un libro de texto que resuma las ideas de cada escuela y de canda pensador, es una manera perfecta de introducirse en el tema.
Pides una sugerencia: yo trataría de subrayar la continuidad entre la filosofía medieval, la escuela de Oxford y la de París, con el pensamiento y la ciencia modernas, así como subrayar el papel de la escolástica en la historia de la filosofía. Creo que se ha puesto demasiado de moda el mito de que la Edad Media fue un paréntesis tenebroso en la historia de Occidente.
Totalmente de acuerdo con tu sugerencia, Mouguias. También últimamente algunas lecturas me han hecho replantear este mito de la Edad Media como una era oscura y tenebrosa en la que nadie sabía hacer la O con un canuto…hasta que llegaron los del Renacimiento y rescataron del olvido el conocimiento de los griegos y romanos. Esa es también la idea que me quedó de mi paso por la Universidad: lo bueno empezaba en el Renacimiento, en la Edad Media no pasó nada destacable…siglos y siglos de aridez intelectual y superstición.
Supongo que en todo esto hay razones políticas e ideológicas. Desde el mainstream ideológico imperante en la intelectualidad occidental, todo lo que «huela» a la corrupta Iglesia o religión parece que no pueda ser que tenga alguna cosa de valor que mostrarnos…
En la Baja Edad Media hay montones de cosas apreciables (sin ir más lejos, se inventaron muchísimas cosas nuevas que se han seguido usando hasta ayer, por ejemplo), pero la escolástica, desde luego, no es una de ellas.
Bueno, si quitamos a Occam.
Por que tú lo digas.
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Asdf
Una cosa que me gusta de lo que dices: que aprendan a pensar desde la cabeza de otro. Está bien. Esto se puede hacer con algunos problemas de ética. Plateando un caso y preguntando ¿qué diría un hedonista? ¿Y un estoico? ¿Y un aristótélico? ¿y un kantiano? ¿y un utilitarista?
Lo que propones de los trozos de películas es mucho más fácil hoy en día (con youtube y todo eso) que hace unos años. Antes tenías primero que conseguir la película, llevarlos al aula adecuada… encontrar el fragmento. Ahora nuestras aulas tienen todas un proyector con su ordenador e internet. Hace poco he descubierto que hay películas completas en youtube. Es cuestión de buscar el minuto correspondiente y ponerlo. José Antonio Marina hizo esto que tú dices de las películas (seleccionar fragmentos adecuado para cada tema) en el libro que publicó en SM para primero de Bach y venía como material con el libro del profesor. En mi libro no funcionaba el DVD. 😦
Sobre los debates te diré que no siempre quieren participar. A veces no se les ocurre qué decir. Y el problema es que ese interés por los debates es desigual. A unos les gusta mucho y otros se quedan fuera. Yo encuentro provechoso que ellos expongan sus ideas, aunque no sean demasiado sofisticadas. Que aprenden a confrontar ideas y a exponerlas en público.
Sobre los datos de la capacidad craneana que cuentas… a mí me es imposible mandar algo que yo no sé. Así que el tema de los homínidos es bastante light en mi caso. Más que en la antropogénesis insisto en que entiendan bien el evolucionismo.
Deseo que pronto puedas empezar a aplicar tus ideas. ¿Has hecho ya el equivalente de lo que era el CAP? No sé si ahora lo llaman el Master o el Practicum. Me refiero a ese curso sobre didáctica que ahora hay que hacer para poder opositar. Ten esperanza, cuando yo empecé también eran años de mucho paro y luego la cosa cambió. El futuro siempre está abierto.
He vuelto a pensar sobre lo que decía Alejo de que es necesario que el alumno quiera. Pero no sé por qué es más importante en esta que en otras asignaturas. Estoy estudiando inglés con mi hijo mayor. Querer es algo absolutamente imprescindible también en inglés. Lo poco que sé de inglés (por cierto he estado probando y los videos del otro día no puedo seguirlos) se debe a la voluntad que le he echado. Es más, diría que según la intensidad de tu querer (volo es el verbo latino del que deriva voluntad) así será lo que consigas. Mi hijo aprendería mucho más si quisiera más. Pero no entiendo por qué es más necesario querer en filosofía.
En todo caso en la escuela enfrentamos un problema de difícil solución. Etimológicamente creo que escuela tenía que ver con el ocio y como opuesto al negocio. El trabajo frente al ocio. El problema es que para el adolescente la escuela es trabajo. El saber tendría que ver con el disfrutar pero la obligación de aprender lo convierte en trabajo. Y como todo trabajo la escuela es esforzada, obligada y desagradable. No le veo escapatoria. Una cosa es que Pseudópodo escriba este blog por afición y otra muy diferente que le impusieran eso como obligación para cobrar su sueldo. Aristóteles explica que para que una actividad sea feliz ha de ser una actividad elegida libremente. El sexo mismo se convierte en una tortura si es forzado. Yo disfruto leyendo cosas nuevas, descubriendo novedades uno disfruta mucho. Otra cosa es “tener que aprenderlas”, memorizarlas, tener que dar cuenta de ellas en un examen. No creo que eso le guste a nadie.
No sé si la gente querrá seguir hablando de este tema (del tema del post, quiero decir). En todo caso agradezco muchísimo a todos vuestras sugerencias. En realidad tengo un poco de mala conciencia por convertir la filosofía en “una asignatura” y deseaba disculparme un poco obligándoos a que os pusierais en mi piel. Os agradezco a todos de nuevo que lo hayáis echo y si la gente sigue comentando leeré los comentarios tras mi descanso en un camping durante el puente de carnavales. En la enseñanza tenemos dos días libres (lunes y martes). Como podéis ver la enseñanza tiene cosas MUY buenas. 🙂
Gracias por los buenos deseos!
Y sí, ya he pasado por ese aro horrible que llaman Master de Profesor de Secundaria.
Lo del debate sobre la Edad Media lo dejo para vosotros, si no os importa.
Guajiro la filosofía de la ciencia que yo doy es bastante básica. Se trata de saber lo que es una hipótesis, que deben ser falsables, que de ahí se deducen consecuencias que luego hay que contrastar. Qué es una ley, qué es un modelo científico, qué es una teoría.
A veces hablamos del caso Semmelweis para explicar que hay factores históricos extracientíficos que invervienen en las investigaciones para que estas tengan éxito o no. Que no todo es puramente razonable en la ciencia. No sé si es eso a lo que se refiere Pseudópodo cuando habla del mito de la ciencia. ¿o no hablabas de eso?
Todo es bastante sencillito lo que yo doy.
Yo por tirar de tu lengua, pero ahora estoy tragándome la mía.
Voy a restringirme a la filosofía de la ciencia. Creo que esa que planteas con el caso Semmelweis es la vía expedita para desmitificar el falso concepto del “método”, lo adecuado para indicar por vez primera el dogma del antidogma, la búsqueda en zigzag de la dialéctica del conocimiento.
Pero siempre debe haber en estas alegorías, un tiempo para las prerrogativas y antecedentes que hagan entender el caso desde el punto de vista científico… y eso resta tiempo y suma esfuerzo en la simplificación siempre necesaria.
A veces, en grupos con marcadas diferencias, bien sea por sus virtudes o deficiencias, he ensayado una estrategia que llamo miniconferencias, un espacio de a lo sumo cinco minutos antes de que comience la clase propiamente dicha, en donde los jóvenes exponen, previa investigación, la esencia del problema propuesto. Claro está que todo se inscribe en la rúbrica evaluativa, aunque yo no le dé ese nombre. En otras palabras, todo se evalúa dos veces, en la exposición individual o grupal (dos integrantes como máximo) y en cualquier otro examen para todo el grupo.
Yo sé que en la universidad es diferente, pero con probar no se pierde. Te pido disculpas por el desorden histórico, pero las he ido colocando como me han venido a la mente… sé que algunas serán improcedentes… o quizás no. Ahí van algunas de muestra, aunque releyendo creo que habrá que depurar:
Las pautas del Darwinismo.
Las comprobaciones asintóticas del valor de e en el experimento de Millikan.
La interpretación de las energías negativas y la predicción de la antimateria en el modelo de Dirac.
El caso Sokal en Social Text.
Fleming y el penicillium.
Kepler y los sólidos platónicos
Galileo y la explicación de las mareas
La evolución de los modelos sobre la naturaleza de la luz
Gauss, Ceres y los mínimos cuadrados
La mancha brillante de Poisson
De los animálculos a las bacterias
Poincaré y la autoría de la Teoría de la Relatividad
Goodyear y la vulcanización
Galvani y la electricidad animal
De los postulados euclídeos a la geometría no euclidiana.
Del experimento de Oersted a la ley de Ampere
Calor vs flogisto
Las incongruencias de Mendel
Las ondas electromagnéticas y el éter
Newton y la velocidad del sonido
Tal parece, de esta lista, que detrás de la ciencia sólo hay engendros, más no es esa la intención. Lo cierto es que, detrás de cualquier ley, de cualquier postulado, se encuentra el mismo ordenado caos heurístico; detrás de cada hombre o mujer de ciencia, la selección de aquello que prefiere para corroborar SU hipótesis, no falsearla; detrás de cada gran figura, el rebaño de seguidores.
No comprendo bien lo que dices que dice Don Pseudópodo sobre mito y determinismo…
Suerte, y una vez más, felicitaciones.
Dijo Ortega: » La filosofía, es, antes, filosofar, y filosofar es, indiscutiblemente, vivir; como lo es correr, enamorarse, jugar al golf, indignarse en política y ser dama de sociedad. Son modos y formas de vivir.»
Por ello, propongo usar como libro de texto uno de Julián Marías del que él mismo dice en su prólogo: «Hubiera podido llevar diversos títulos. Uno de los más exactos hubiese sido: UN INTENTO DE EVITAR LA FILOSOFÍA. Para mayor claridad hubiera sido conveniente agregar que se trataba de un intento frustrado; y esto hubiera sugerido otro posible título: FILOSOFÍA INEVITABLE. (…) El interés injustificado es frívolo, es inauténtico, es -digámoslo crudamente- falso. ¿Por qué se ha de hacer filosofía? ¿No hay otras cosas más urgentes? El único modo de que la filosofía sea efectiva es haber llegado a ella; quiero decir no haber tenido más remedio que llegar, haberla necesitado»: INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA.
Para aportar lo que reclama triglifo («lo que más me hubiera gustado tener bien aprendido es la secuencia histórica de las ideas»), y quizá dejándolo para el año siguiente, cuando el curso anterior haya hecho evidente la necesidad de manejarala: HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, también de Marías (este, como guía para que el profesor saque a la luz el camino que recorre la Filosofía, no como libro de texto para manejo de los alumnos).
Don Loia, dije «creo que la única manera de que tenga sentido la filosofía en el plan de estudios es que el alumno quiera» lo que no me parece trasladable a otras asignaturas, porque, por ejemplo, a las matemáticas les veo sentido en el plan de estudios aunque el alumno no quiera.
Lo que es más cierto es que me he explicado muy mal, pero, gracias a @franciscomona que trae esa cita de Julián Marías, lo que yo quise decir queda explicado perfectamente en sus palabras: «El único modo de que la filosofía sea efectiva es haber llegado a ella».
Guajiro muchas de las cosas que nombras de filosofía de la ciencia exceden de mis capacidades actuales. Algunas me suenan pero otras ni siquiera eso. También creo que exceden el programa de primero de Bachillerato pero quizás algunas fueran útiles si las conociera.
Francisconoma miraré el libro de Marías que me nombras. Conozco su famosa historia pero no he leído ese. Como tú apuntas un buen comienzo para empezar con los alumnos es esa idea de la inevitabilidad de la filosofía. Incluso para negar la necesidad de la filosofía hay que filosofar. Esto se podría ilustrar con una fórmula lógica: cuando “No A” implica “A”, entonces se da inevitablemente A.
Alejo Tiene mucha ese modo de llamarme, Don Loia. Por un lado me acorta el nombre, como el que, con confianza, a Juan José lo llama Juanjo. Y por otro me añade el Don, como para darme categoría. Me ha recordado a la manera como los alumnos de Fuentesaúco llamaban al cura, el profesor de Religión. Se llama Jesús pero le llamaban “Donje”. Funny. 🙂
Ahora he entendido mejor lo que decías.
QUISE DECIR: Tiene mucha GRACIA ese modo de llamarme, Don Loia.
Yo con la filosofía como asginatura tengo sentimientos encontrados. La de primero de bachiller no me sirvió de nada exceptuando cosas básicas como «qué es filosofía» y «las falacias», y la de segundo para todo. Creo que el problema está en la dedicación que le ponía cada profesor (tuve uno cada año), y hay que reconocer que en la de segundo el mío tenía la capacidad de sintetizar en palabras comprensibles para nosotros, y eso ayudó mucho. También creo que el hecho de que Historia de la filosofía me parezca más «práctica» (como si fueran ejemplos de lo visto en la «teoría» de primero) me ayudó también a apreciarla. Sin embargo, el tiempo corría y la sombra de la selectividad hizo que tuvieramos que aparcar algunos como Hegel, Spinoza y Ortega, los cuales tuve que leerme por mi cuenta en el libro de texto.
Para empezar, yo empezaría a dar filosofía desde pequeños, de una manera muy light, y centrándose más en que ellos razone antes que otras cosas, pero es una asignatura demasiado importante como para dárla únicamente en bachiller. Los contenidos son importantes, mucho, pero creo que ante todo hay enseñarles a «fílosofar» por ellos mismos. Creo que el objetivo de la asignatura es enseñarles a tener independencia de criterio y todo esto sería muy bueno para ello. A parte de eso, suscribo muchas de las cosas que dice Aloe a la hora de cómo evaluar y presentar la asignatura, aunque tengo dudas respecto a cómo distribuir los contenidos.
En relación a la filosofía de primero, Aloe ha dado en el clavo a la hora de centrar en razonar «correctamente» (notese el entrecomillado, la lógica es un convenio, más ni menos) y en detectar las falacias que en la lógica formal: está debería ser una introducción a lo importante. Y lo dice alguien que no sólo lo ha dado en bachiller, sino en su propia ingeniería. También explicaría mucho mejor eso de «qué se filosofía» explicando las diferencias entre religión, ciencia y filosofía (y permitiendo CUESTIONAR ESAS DIFERNCIAS). Por otro lado, el debate es vital, puesto que es una manera de hacer que los alumnos apliquen lo aprendido.
Para la de segundo. Como ya he dicho, saber explicar los conceptos en palabras que entiendan los muchachos, y coseguir que les guste. Si no es así, de nada sirve que se pongan a leer, porque se perderán y se aburrirán. Cosas como la dualidad cuerpo y alma pueden tener un significado filosófico, pero creo que encajarían mejor en asignaturas como religión. El problema es que no tenemos religión, sino catequismo ¬¬
A mi me dieron los siguientes temas:
– Presocráticos y sofistas.
– Socrates.
– Platón.
– Aristóteles.
– Tomas de Aquino.
– Occam.
– Descartes.
– Hume.
– Kant.
– Nietzsche.
– Marx.
Yo haría las siguientes modificaciones.
– Más filosofía griega. No me parece bien que no se den, al menos los cínicos y a Epicuro. Y demonios, Roma debe aunque sea aparecer un poco, que vale que ellos desarrollaron más las ciencias, pero leñe hay pensadores importantes, como Séneca.
– La escolástica la daría de una manera genérica. Es muy importante porque, aunque el origen es el pensamiento griego, todo el pensamiento occidental actual se basa en lo que hay en la Edad Media, aunque sea para criticarlo (curiosamente el criticarlo ha dado a paralelismos muy curiosos…). Sin embargo, está desfasado y habría que enseñarlo más como lo que significó más que por su validez actual. Eso si, el concepto de metafísica hay que enseñarlo a toda cosa, quizás esa asignatura de religión que he comentado precisamente se podría llamar «metafísica» y ahí explayarse.
– Spinoza: Por lo que significó y para que vean los chavales que el concepto de Dios no has de ser necesariamente un viejo de barbas blancas que echa rayos por el culo. Quizás Hobbes sea también interesante por su cinismo en plan «la religión es mentira, pero es necesaria», ya que eso describe una postura bastante compartida por parte de la élite intelectual de la época. Sin embargo, si no da tiempo, es prescindible.
– Hegel: Me parece un crimen que el primer filósofo que planteo de una manera seria el concepto de alienación no se me diera y que sin embargo si se de a sus herederos.
– Filosofía de la Ciencia: Que al menos sepan quien es Lakatos, Khun, Popper y Feyeraben y los puntos básicos de sus ideas, especialmente para que sepan de que va el pensamiento científico. Es muy importante, especialmente para evitar que los que estudian ciencias acaben tratando a esta como si fuera una «puñetera» religión. Si no es porque yo la dí en una optativa de la universidad (que encima ni era filosofía, sino historia) ni huelo el concepto, oiga.
– Zambrano y Ortega: Especialmente este útlimo que es uno de los grandes y encima es español.
Lo malo de mi proposición es ¿Daría tiempo a darlo todo con las circunstancias que tenemos?
Mal de muchos, consuelo de tontos… y somos muchos los tontos. Mire Usted, Don Loiargya, – se impone tratarlo con todo rigor del comentario precedente– que la cosa es la misma en todas partes. Algo ampuloso el artículo del link que le envío, pero la temática es muy próxima a la suya.
Por doquier, el mismo clamor quejumbroso.
«A warning to college profs from a high school teacher»
http://www.washingtonpost.com/blogs/answer-sheet/wp/2013/02/09/a-warning-to-college-profs-from-a-high-school-teacher/
Sigo pensando en el comentario de Alejo… que sí hombre, que sería sorprendente, a fuer de ser un asesinato ontológico, poderle llamar simplemente Don Loi.
Hola
Qué risas con lo del «v/bastar»
Soy una estudiante italiana; creo que el método que aquì se utliza para ensenar la filosofia es bastante acertado, aunque le falta un poco de «praxis», es decir espacio para el filosofeo de los chicos mismos. Nosotros estudiamos historia de la filosofia durante trea anos, empezando con los primeros hombres de los que sabemos por distintas fuentes que se dedicaron a la busqueda de respuestas e indagacion de la realidad que es lo que la filosofia es y terminando con los filosofos del siglo pasado, como Heidegger que es uno de los ultimos que generalmente se estudia. Las clases consisten en la explicacion del profesor, explicacion a su vez guiada por el libro de texto adquirido por la escuela. Estudiamos efectivamente cuales eran los conceptos y lineas de pensamiento principales del filosofo en question, leemos ocasionalmente algun extracto de sus obras, el profesor lo comenta en clase, nos hace preguntas que intentamos contestar. Còmo la clase se desarrolla depende obviamente de còmo la conduzca el profesor y de él depende tambien mucho el interes y la participacion del alumnado. Mi profesor ademas de explicar y profundizar lo que dice el libro nos presenta ensayos (por ejemplo sobre el Faust de Goehte, que analizamos mientras estudiàbamos el idealismo: Fichte y Schelling en particular) o lee obras integrales en clase comentadolas (como «El manifiesto del partido comunista» de Marx y Engels que al ser muy cortito se presta bien al oficio). Cuando nos pregunta para darnos nota tenemos que razonar y en cierto modo filosofear, al intentar interpretar la realidad de la manera en que lo hizo Aristoteles o Kant u otros. Creo que es importante tener idea de lo que los hombres han pensado en epocas precedentes a la nuestra, desde el primer hombre que fue digno de tal nombre. Cada epoca estimula tambien ciertas ideas,asì como estas influencian el periodo y las personas que las conciben y permiten el avanzar de las historia con sus novedades y sus repeticiones. Cada uno de nosotros hombres se plantea preguntas, istintivamente como somos limitados pero de grandes aspiraciones nos lanzamos a ese mar que es la filosofia, de una manera u otra. Cada uno a su manera, aunque parecida a los demas, distinta. y cada uno en su epoca historica. En la epoca de Democrites por ejemplo la teoria de los atomos podia ser considerada posible, hoy la ciencia nos dice que algo de verdad habia en ella pero esa teoria ha sido superada por nuevas certezas. La fisica nos va explicando cosas que antes la metafisica intentaba analizar. Es como si las diferencias entre las dos se hicieran siempre mas finas, el divario entre filosofia y sofia (ciencia cierta) se va restringiendo. no creo que el hombre llegue nunca a juntar las dos orillas, pero la funcion de cada una cambia al pasar de los anios, y como dijo Cartesio cada uno de nosotros aporta algo a este sistema del saber que se va construyendo. Y para aportar algo a lo que ya se tiene, como no somos los primeros ni seremos los ultimos es sin duda importante saber lo que otros antes han contribuido. Porque saber tambien es confrontarse, discutir, comparar… La union haze la fuerza. Cada uno tiene que aprender a pensar por su cuenta, por su puesto, y empezar a pensar antes de saber nada concreto, porque mucha verdad esta en nosotros mismos; pero tambien ayuda buscar la verdad en las ideas de otros similares, en espejos de nosotros mismos, que un poco nos reflejan asì como somos y un poco de manera diferente.
(a mi me parece que podrias probar a leer a Hegel, creo que describio el sistema filosofico muy bien)
Empece` a estudiar filosofía hace un año y medio, y me queda otro año y medio de estudio de esta asignatura: de hecho en Italia el programa de filosofía cubre tres años. Lo que se estudia no es propiamente filosofía sino la historia del pensamiento filosófico. Mi profesora es algo particular y su método de enseñanza es un poco diferente respecto a lo normal. Ella no nos explica el autor en general, no nos ilustra su pensamiento de manera directa, nos da muy pocas informaciones sobre el; y nosotros estudiantes vamos conociendo y comprendiendo su filosofía a través de la lectura de partes de sus obras. De hecho las clases de filosofía consisten en leer textos filosóficos junto a la profesora, tomar apuntes ( interminables apuntes) sobre sus (interminables) explicaciones y discutir, hacer preguntas sobre ellos. De esta manera, yo creo, el estudio de la filosofía se hace mucho mas cautivador y mas profundo, porque son los alumnos mismos que directamente leen las obras de los grandes autores, pueden interpretarlas con el guía del profesor, y sobretodo hacen suyo el estudio, porque entran en un contacto mucho mas directo con el autor. Si por lo contrario el alumno recibe una explicación en abstracto sobre la vida, el pensamiento, las obras del autor: estas informaciones no se concretizan, no hacen que el alumno se acerque al filosofo que esta estudiando, sino que se quedan nociones carentes de una referencia concreta.
Como he dicho antes, estoy en mi segundo año de filosofia, hasta ahora he estudiado: leyendo la Metafísica de Aristóteles, los presocraticos( Taletes, Anassagora, Anassimandro, Anassimene, Eraclito, Pitagora y los pitagoricos, Parmenides, Zenone, Democrito, los sofistas (Gorgias), Socrates, Platón (dialogos: «Gorgia», «Eutidemo», «Fedone»,»Fedro», » Republica», «Parmenide»,»Teeteto»,»Sofista»,»Filebo»), Aristoteles ( la Metafisica, el Organon: la logica…), el Helenismo: epicureismo,, stoicismo ( la logica y la fisica tambien), en parte el escepticismo, Plotino, la astronomia helenistica, San Agustin, la filosofía medieval: Pier Damiano, Anselmo d’Aosta (Proslogion), Abelardo y la quastio de universalibus, Campiegne (nominalismo), Champeux( realismo), Santo Tomas ( De ente et essentia, summa teologica, summa contra gentiles etc.), Guillermo de Occam, Cusano, el Aristotelismo renacentista, Giordano Bruno, Coopernico, Keplero, y ahora estamos con Galileo Galilei……….uff creí que no iba a terminar en la vida!!!! Bueno,como la de filosofia es la misma profesora de historia, en historia tambien algunas veces estudiamos filosofos: por ejemplo ahora estamos estudiando Hobbes y Lock.. y justamente ahora tengo que ir a repasarlos….
Espero que mi comentario te haya sido útil
bloodykefkaEn segundo de Bachillerato, en Castilla y León, se estudian los textos de 10 autores.
Estos son los autores que se estudian.
Presocráticos y sofistas, Socrates. (como introducción a Platón)
– Platón.
– Aristóteles.
– Tomas de Aquino.
– Descartes.
– Hume.
– Kant.
– Nietzsche.
– Marx.
– Ortega
– Russell.
Occam. (se estudiaba pero ya no es estudia)
Supongo que Hegel no se da porque es muy difícil y demasiado abstracto.
(bloodykefka, no sé con qué libro estudiarías tú pero en el mío a Zeus los rayos no le salían por el sitio por el que le salían al tuyo.) 🙂
Guajiro, no me molesta que me llamen Don Loia, simplemente dije que me parecía gracioso. En otro blog me llamaban muchas veces Loia.
Aurora, Beatrice, Lo primero que quiero deciros es que escribís en castellano muy bien. Me da envidia. Ya me gustaría a mí poder escribir así en inglés, que es la lengua que estudio. Cuesta creer que seáis italianas. Parecéis españolas. Me asombra además esa explicaciones tan bien estructuradas. Creo que la educación que se da en Italia es mejor que en España. Al menos por lo maduras que parecéis vosotras dos. ¿Cuántos años tenéis? ¿16? ¿17? ¿O sois estudiantes de universidad?
Os agradezco la molestia que os habéis tomado explicando el modo de estudiar filosofía en Italia. Veo que en Italia se estudian cosas que apenas se estudian en España. Por ejemplo los idealistas alemanes. Me ha hecho mucha gracia ver los nombres de los filósofos escritos en italiano. No los conocía. Me llama la atención que Heráclito no tiene hache. En fin, es una tontería pero me ha llamado la atención. Muchas gracias por vuestros interesantes comentarios.
Lo del culo es una manera de expresarlo, poniendo enfasis en que a veces se pueden tener conceptos demasiados literales y superficiales de Dios. Creo que las chicas son estudiantes de la Universidad, si llevan un año y medio deben tener al menos unos 19 o 20 años (aunque eso lo deben decir ellas :P). Cabe decirle a las señoritas italianas que estamos discutiendo sobre como dar filosofía en bachillerato, que mirando corresponden con la Enseñanza Secundaria Superior, que van después la «scuola media» y antes de los estudios universitarios.
Por otro lado, el temario que dais es muy pareció al que yo dí, sólo que con Occam y quitando a Russell. De todos modos el libro de texto tenía a muchos más y que no se han dado por tiempo. Como dije, Spinoza, más griegos, Hegel, Heiddeger y Ortega.
Para que todo el mundo entienda el alto nivel de español de las comentaristas italianas hay que decir que tras responder me he enterado que tienen madre española.
Sobre ortografía y comprensión lectora
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/16/actualidad/1361037969_843190.html
En la asignatura de Matemáticas, uno aprende a trazar la paralela y la perpendicular a una línea, se aprende las tablas de multiplicar, a realizar una raíz cuadrada, a resolver una ecuación de segundo grado, a resolver problemas con trigonometría, a trazar una parábola, a hallar la probabilidad de un suceso… Sólo después, si acaso, y secundariamente, hay quienes se interesan por saber quién fue Euclides, o Gauss, o Riemann; y la mayoría pasarán sin saber en la vida quién descubrió la fórmula que utilizan para resolver sus ecuaciones de segundo grado («menos b, más menos raíz cuadrada de b cuadrado menos cuatro a c…»), o la del volumen de la esfera, o el área del triángulo.
En Física, aprendo a hallar la velocidad de un cuerpo que se deja caer en el vacío; en Historia aprendo por qué se desmoronó el Imperio Romano; incluso en Lengua, aprendo a formar frases correctamente. Y quizá no tenga ni idea de quiénes fueron Galileo o Planck, Menéndez Pidal o Menéndez Pelayo, García de la Concha o el mismísimo Shakespeare. Ya llegará conocerlos, si llega; mientras, me aprovecharé del conocimiento que alcanzaron. En cambio, en Filosofía…
Y sin embargo, debería ser igual: de la asignatura de Filosofía, uno tendría que salir sabiendo de qué modo se instala el hombre dentro de una sociedad; cómo la sociedad le ofrece una estructura, rígida, que rellenar con su vida, libérrima; cómo cuando uno en completa soledad habla consigo mismo, sigue siendo social, pues se habla a sí con una lengua que él no inventó; y en qué consiste esa completa soledad y qué puede esperarse de ella, y qué debe obtenerse de esa intimidad; qué es la intimidad, qué peligros la acechan, y por qué tendríamos que preocuparnos en protegerla; de qué modo la radical innovación de una creación individual alcanzada en la intimidad, llega hasta la sociedad, cómo la acoge la sociedad, y cómo la sociedad castiga al creador individual, no por maldad, sino por necesidad estructural de lo que es una sociedad; qué posición ocupan esos creadores (científicos, artistas), qué posición ocupan los regidores (políticos, jefes militares, jefes de opinión), qué posición ocupa la masa (¿todos, cualquiera, ninguno en concreto?), y qué posición ocupa un científico cuando un político le sube el precio del pan (a la masa y a él).
Y qué significa que el hombre sea histórico, por qué es histórico irremediablemente, y qué conscuencias tiene eso para su vida. Y cómo se sirve el hombre de sus saberes para ir avanzando en su vivir, cómo se sostiene sobre un cimiento de creencias, y qué ocurre cuando esas creencias se le resquebrajan. Y de qué modo hombre y mujer están orientados el uno hacia la otra, la una hacia el otro, de qué modo que es un cierto modo y no otro cualquiera, y por qué es así y de qué nos sirve que sea así.Y en dónde debemos situar el problema de nuestra relación con Dios, porque no es lo mismo pensar que es en el estadio de la peticiones rogativas, que en el de la sorpresa maravillada ante el propio hecho de estar vivo. Y por qué un inglés no tendrá reparo en publicar un «libro científico» repleto de no más que ocurrencias contradictorias, que a un alemán, pongamos por caso, le avergonzaría siquiera plantearse escribir.
Se debe salir de la asignatura de Filosofía poseyendo los saberes, los conocimientos, que la Filosofía ha alcanzado tras una historia de batallar por conseguirlos. Hay que eliminar toda tendencia a hacer de la Filosofía «una sucesión de biografías de filósofos», donde se rinde pleitesía a los más antiguos, aunque me cueste horrores encontrar qué tiene que ver eso que decían entonces con lo que me pasa a mí ahora; y en donde lo que dijeron de hecho esos filósofos es un conjunto de ideas, puede que muy chulas, pero sin raigambre ninguna, sin ninguna necesidad, donde dijeron eso como podrían haber dicho cualquier otra cosa -igual que «la Revolución Francesa ocurrió en 1789, como podía haber pasado en 1879, o en 1119, es sólo una cifra sin mayor sentido»-.
Me resulta muy penoso imaginar que un chico llegue a la Universidad sin saber quién fue Aristóteles, pero el problema es que al mundo le está resultando insostenible encontrarse con que llega sin saber cómo funciona su vida, por qué el marxismo a estas alturas no puede tomarse en serio, o cómo debe plantearse la búsqueda del amor. No puede ocurrir, como ocurre, que sienta como una revelación iluminadora sobre la verdad del mundo, la triste metáfora de que «somos hormigas», tan pobre, tan limitadora; no puede ocurrir, como ocurre, que su primer contacto con el concepto de sistema sea a través de libros de divulgación científica que le llegaron de casualidad.
Debemos equiparnos, armarnos, de las herramientas que toda una Historia de Filosfía pone a nuestro alcance. Debemos poseer, no las anécdotas de su consecución, sino la poderosa sabiduría conseguida.
¿Y cómo llevarlo a cabo? Entre todas las escuelas, tendencias, réplicas que han surgido durante siglos y surgen sin cesar a cada rato, ¿cómo elegir? ¿Qué elegir enseñar -como en EE.UU. eligen si enseñan o no a Darwin, si enseñan o no el creacionismo? Al pronto la pregunta descorazona. Pero a continuación, si somos sinceros,la respuesta se presenta cristalina; si somos veraces:
La filosofía última, aún no superada, que recoge todas las aportaciones que la han precedido en la Historia, que las asume superándolas, la única que está a la altura de su tiempo, la única que puede dar cuenta del hombre de nuestro tiempo. Esa filosofía es una y no otra: la que está implícita o explícita en los textos de Ortega, la que está sistematizada en los de Julián Marías.
Aún cuando pueda estar de acuerdo con alguno de los pasajes de tu comentario, entiendo que en el último párrafo tu argumentación se viene completamente abajo. Pensar que Ortega o Julián Marías, por mucha devoción que les profesemos, representan la cima de la filosofía me parece un completo error. En esta materia no valen las fronteras de país ni de tiempo.
José Antonio Marina persona que parece te merece gran respeto, por quien sin embargo muestra una gran admiración y quien cree que mejor expresó lo que ahora vienen a poner sobre el tapete las últimas investigaciones neurológicas y pedagógicas es Aristóteles, que ya hace 2.500 años fue capaz de formular algo parecido a lo que él, y otros muchos, ahora mismo proponen en el terreno educativo, cuando formuló en la antigua Grecia sus ideas sobre la educación del carácter, (ethos) en griego.
Mientras tanto quienes parecen empeñados en hundir la educación y no solo la educación hay que buscarlos en las filosofías relativistas y postmodernas de nuestro tiempo.
Pues a mi nadie me explicó, o yo no me enteré, por qué y para qué estudiaba filosofía. Saqué buenas notas, pero basadas en un estudio mecánico y no apasionado del tema. Soy de ciencias 100%, no se si es sirve de excusa.
No, de hecho «ser de ciencias 100%» (no lo digo por tí, es una manera de hablar) es, para mi, una de las mayores traiciones que se le puede hacer a la ciencia (y de hecho, yo diría que es virtualmente imposible).
Claro, claro. Lo que me refiero es que mi interes por la Filosofía a nivel académico era nulo y ninguno de los profes que tuve despertó otro interés.
El problema bloody es que lo que con más frecuencia se da es el de un periodista, o un abogado, o un político que ya no es que lo desconozca casí todo sobre cualquier ciencia sino que es un anumérico. La selectividad obliga a manejarse minimamente con las letras pero en absoluto con las ciencias incluso para los que luego seguirán alguna carrera de ese estilo. Debemos convencernos que tan inculto es quien lo desconoce todo sobre las letras como quien lo hace con las ciencias.
Nuestro anterior comentario no mereció respuesta, así que cambiamos de estrategia, siguiendo tres puntos:
1.- Es tema abierto a debate, así que todo lo dicho sobre Ortega como vanguardia de la Filosfía, lo borramos; quede anulado, cancelado. Como si nunca hubiera existido. Olvidémoslo. Fuera. ¿Está olvidado? Sigamos.
2.- El punto más arduo: trataremos demostrar una idea opuesta a la de loiayirga, esta: la asignatura de Filosofía debe ofrecer, NO filósofos y su historia, y SÍ herramientas intelectuales -filosóficas (como en otro sitio se ofrece la herramienta intelectual matemática de las tablas de multiplicar).
Al laboratorio: entreguemos a un alumno quién fue Sócrates, y nada de herramientas intelecutales. ¿Qué pasará?
a) Si no es muy espabilado, tendremos un comunista, un ecologista, un fascista, un antifascista… que se creerá legitimado porque sabe quién es Sócrates.
b) Si es brillante, se desenvolverá en un mundo (el nuestro) en que está vigente un conjunto difuso de ideas a cerca de la vida humana como bien («Carlberg. Si sabes cómo vivir, puedes vivirlo todo.», Derecho Universal a la vida, «Vodafone. Compartida, la vida es más», la película Cadena Perpetua: «Una elección: empeñarse en vivir, o en empeñarse en morir»… ). Sumemos sus lecturas, conversaciones, reflexiones (en las que, recordemos, no cuenta con la herramienta intelectual, p.ej., de la distinición entre Bios y Zoos, vida biográfica y vida biológica). ¿A dónde llega? Pues es muy posible que a una idea del mundo parecida a esta: «La vida como valor máximo».
¿Es atinada? Apliquémosla a Sócrates, a ver qué sale: «Lo noble, lo difícil, lo que vale la pena, es vivir. Qué facilón, qué rimbombante, dejarse matar, para quedar como un héroe durante los siglos. Menudo listo, así también muero yo. Lo grandioso hubiese sido escapar, y cubrirse de ignominia, ser denostado, caer en el olvido, pero vivir, haber vivido, que es lo único que importa. Sócrates era un farsante». (Aplíquese ahora a Jesucristo).
Por tanto, en la asignatura de Filosofía: biografías de filosófos, no; herramientas intelectuales, sí.
3.- Si se ha aceptado el punto anterior.
Ojeo el blog de loiayirga…: ¡José Antonio Marina! Perfecto, y además estimulante. Pues concretemos: en la asignatura de Filosofía, enseñemos la filosfía de Marina, su visión del mundo.
Nada de toros desde la barrera, más concreto aún: conviértanse en lecciones los capítulos de «Elogio y refutación del ingenio», y para el examen, preguntas como «¿Qué tiene de valiosa una obra de arte cuyo título, y cuya realización, es «Cuadro en blanco»?».
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(No escribo por pose: ruego refutación del punto 2).
Francisconoma, esta misma noche te contesto. Y perdona por el retraso. Se me pegó la pereza del webmaster. 😉
lo siento, tendrá que ser mañana.
No hay prisa.
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Vamos ahora por otro lado. No sé a qué velocidad se puede ir durante un curso, pero se me ocurre este programa a partir de J. A. Marina:
1ª trimestre: el núcleo básico. Debería ser «Teoría de la inteligencia creadora», pero me pareció menos estimulante y sin grandes aportaciones respecto a «Elogio y refutación del ingenio».
2ª trimestre: debería ser «Ética para náufragos», aunque me pareció algo confuso; puede servir de eje para estructurar ideas más frescas tomadas de «Teoría y práctica de la estupidez», «Por qué soy cristiano» y así.
3º trimestre: a saco, «El laberinto de la sexualidad»; que puede complementarse con alguno de sus libros sobre las emociones.
Francisconoma, estoy de acuerdo en lo principal con lo que dices. Es mucho más importante el pensamiento que los pensadores. Es mucho más importante que conozcan el argumento de Epicuro contra la importancia de la muerte que que sepan quién lo elaboró. Cuando yo hablaba de Sócrates lo más importante es entender su actitud interrogadora, su incansable búsqueda de la verdad, su negación del relativismo. Esa pregunta constante es la herramienta que tú nombras y que está claro que es lo principal.
De modo que en eso estamos de acuerdo. Son más importantes los temas y las preguntas (o las herramientas como tú prefieres llamarlas) que los filósofos.
Veo que conoces las obras de Marina. Yo no utilizo expresamente los libros que has citado pero todos ellos están asimilados y seguro que operando en mis explicaciones. El del ingenio se escapa un poco del curso de primero, porque la estética apenas se toca. Y el de la sexualidad tampoco existe como tema en ese curso. Aunque es cierto se podrían meter como temas de reflexión.
No sé si sabes que José Antonio Marina tiene publicado un libro específicamente para primero de Bachillerato. En la editorial SM. Es un buen libro. Sobre todo por las muchas actividades que plantea. Muchos textos breves de filósofos sobre un mismo tema para que los alumnos piensen y reflexionen. Es larguísimo y es imposible verlo todo pero es lo de menos. Es muy sugerente. Yo lo he usado aunque en el instituto en el que estoy no lo tenían puesto y no he querido cambiarlo. Por aquello que se ha comentado en otro post sobre la continuidad y el perjuicio que el cambio ocasiona a los padres. Por cierto, es un libro caro.
Leyendo tus comentarios todos seguidos veo que lo que tienes es una gran pasión. Como si fueras un géiser del que brotan ideas sin parar. Creo que si, por ejemplo, estuvieras como profesor en mi centro, serías un buen compañero para comentar mis distintas ideas para las clases.
Disculpa que haya tardado tanto en responder. Te pido disculpas de nuevo.
No conocía ese libro de Bachillerato, y me interesa: queda memorizado.
Ojalá mi aportación, con las de los otros comentarios, sirva para ayudarte en algo.
Gracias por contestar, y muchas gracias por la preocupación y el esfuerzo en enseñar.