Yoko Ogawa: La fórmula preferida del profesor

Hay novelas que son como sinfonías, otras son como coplas, otras son como rock. La fórmula preferida del profesor es un cuarteto de cámara.

Empecemos con los instrumentos: una madre soltera (la narradora), su hijo de diez años, y un viejo matemático que ha perdido la memoria en un accidente, al que no queda más familia que su cuñada. Ésta contrata a la narradora como asistenta para el anciano. Y ahí comienza una melodía que prefiero no tararear para no estropearla (pero pueden oirse algunos acordes en esta reseña).

Descubrí este libro en Libros y lecturas. El comentario era elogioso, pero lo que me atrajo de verdad fue la portada:

¡La fórmula de Euler! La fórmula más notable de las matemáticas para Feynman; la fórmula elegida como la más hermosa por los lectores del Mathematical Intelligencer… en fin, hay quien ha hecho láminas con esta fórmula (y las vende por £23.99 listas para enmarcar)…

…pero ¿una novela? Era intrigante.

En la librería, me enteré por la contraportada de que el libro ha sido «un fenómeno social en Japón»: millones de ejemplares vendidos, cómic, película… Con estos antecedentes es de temer un pastel sentimentaloide, pero Yoko Ogawa es japonesa, y eso significa sutileza y contención: «la belleza sencilla y verdadera de un larguísimo haiku», dice la contaportada. Cae en el tópico, pero tiene razón.

En la novela hay algunas matemáticas, muy sencillas. Según iba leyendo, me preguntaba cómo aparecería la fórmula de Euler, mucho más difícil de explicar que los conceptos sobre números primos, perfectos, amigos o triangulares que van saliendo. Finalmente aparece, y lo hace de una manera que puede resultar incongruente o absurda, pero que a mi me ha parecido uno de los rasgos de auténtico talento de la novela.

En una escena ambigua pero decisiva, el profesor, al que el accidente ha convertido en algo parecido a un idiot savant, incapaz para comunicarse salvo con las matemáticas, escribe la fórmula como protesta ante la injusticia que está presenciando. Y sin que Ogawa explique nada, sabemos lo que significa: ante la fealdad de la mentira, la fórmula, como un grito, proclamando la belleza y la verdad. La acción absurda del profesor da resultado. Y nosotros nos lo creemos: una demostración (matemática) del talento de Ogawa.

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4 respuestas a Yoko Ogawa: La fórmula preferida del profesor

  1. marta farreras dijo:

    este fin de semana lei de un tiron el libro , muy recomendable ademas para personas que terminan un bachillerato , leen y aprenden,como en toda lectura por supuesto

  2. Una madre soltera con un hijo de 10 años despierto y sensible asiste a un anciano solitario y enfermo con la memoria debilitada. Una historia con todas las papeletas para convertirse en sensiblera y pringosa que, sin embargo, es convertida sabiamente por la escritora en un homenaje convincente a la amistad, la generosidad y la preocupación por los demás.

    Lo que realmente nos hace felices está al alcance de la mano, parece decirnos, y no tiene nada que ver con las posesiones sino con descubrir al otro y darnos. Y esto se cuenta de una manera amable, sencilla y positiva.

    Pasan pocas cosas pero no aburre en ningún momento. Hay detalles de matemáticas, pero bien traídos y sin ofuscar al no especialista. El anciano tiene una autonomía de memoria de 80 minutos y se pega papeles en la chaqueta (si han visto Memento, de Christopher Nolan, pues eso), pero el amor puede traspasar hasta esa limitación, el amor de su juventud o el afecto por un niño.

    Un libro que recomiendo sin ninguna reserva.

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