Diez libros para el verano 2015

En estas fechas es frecuente que los periódicos nos recomienden libros para las vacaciones. No puedo evitar leer esas listas, aunque al final no suele interesarme ninguno. Son más sugestivas las recomendaciones de gente que ya conozco y que tiene afinidades con mis intereses. Así que, por si eso les pasa a ustedes conmigo, quizá no esté de más que yo también haga mi lista. Son precisamente diez libros que acabo de leer este mes de julio o que pienso leer en las vacaciones de agosto. Con alguna pequeña sorpresa que se encontrarán si llegan al final…

Aquí están:

  1. La hipótesis de la felicidad, de Jonathan Haidt. Un libro espléndido, del que ya he hablado aquí y aquí. No hace falta decir más.
  2. Brilla, mar del edén, de Andrés Ibáñez. Durante mucho tiempo, Andrés Ibáñez fue mi columnista favorito, y en este blog he dejado constancia de ello. En la Feria del Libro de este año le vi en una caseta y, cosa insólita en mí, me acerqué, compré su último libro y me lo llevé firmado. Un tocho de 750 pgs que podrían serían más de mil con otro formato. A primera vista es un libro de aventuras, o de ciencia ficción, pero se trata de un artefacto mucho más complejo de lo que parece, una especie de Biblia del mundo de este autor. Una obra absorbente, muy grata de leer, aunque creo que a la postre no alcanza a ser lo que Ibáñez había querido. Pero es que era imposible redondear un proyecto tan extremadamente ambicioso.
  3. De animales a Dioses, de Yuval Noah Harari. Llevo menos de la mitad, pero ya puedo decirles que esta “breve historia de la humanidad” es un shock. Imaginen a Jared Diamond escribiendo con la garra de Dawkins y la riqueza de ideas de Steven Pinker. Un libro brillante y muy bien construido, que deslumbra pero a la vez puede ser incómodo y hasta corrosivo, tanto que he llegado a pensar que quizá no fuera bueno que tuviera una lectura masiva… ¿Sería mejor no hacerle promoción aquí? Me temo que no podré evitar hablar de él a la vuelta del verano.
  4. Pensar rápido, pensar despacio, de Daniel Kahneman. Libro maravilloso que cuatro años después de su publicación ya es un clásico. Se me quedó a medias el año pasado, y este verano debería conseguir acabarlo aunque no me meta en la piscina.
  5. Abundancia roja, de Francis Spufford. Si les suena este nombre, quizá sea porque hablé del autor en Semana Santa, comentando Impenitente, su peculiar apología del cristianismo. Supe entonces por Epicureo que también había escrito este libro, un híbrido entre ensayo y novela sobre la Unión Soviética del que he leído una y otra vez críticas espléndidas. Estoy deseando que llegue ese día de agosto en el que podré por fin hincarle el diente.
  6. The Serpent and the rainbow, de Wade Davis. De los 50 libros que leí en 2012 quizá el que más me impresionó (y sin duda el más gordo de todos) fue El Río, de Wade Davis (el subtítulo era “exploraciones y descubrimientos en la selva amazónica”, pero como expliqué en su día, era mucho más que eso). La serpiente y el arcoíris es el primer libro que escribió Davis, y trata nada menos que de sus experiencias entre los zombis de Haití. (Acabo de descubrir que hay una película de terror basada en ese libro, pero aún así sigo con las mismas ganas de leerlo 🙂 … y no quiero enterarme del argumento.)
  7. Ser mortal, de Atul Gawande. También he hablado aquí varias veces de este brillante cirujano y escritor. Cualquier libro suyo me iba a interesar, pero éste, sobre la experiencia de envejecer y morir en nuestra sociedad, resulta doblemente atractivo. Casi un año después de salir en los EEUU sigue en la lista de best sellers del NYT.
  8. La dama de la furgoneta, de Alan Bennet. Son sólo 96 páginas con letra grande: calculo que me dará tiempo a leerlo en el viaje a la playa. Si es tan bueno como Una lectora nada común, el placer está garantizado.
  9. Manhattan Transfer, de John Dos Passos. Nunca es bueno que las cosas sean enteramente como uno quiere. Hay que dejar hueco al azar y las sorpresas si no queremos encerrarnos en una burbuja, por muy irisada que sea nuestra pompa de jabón. Así que a la hora de hacer la lista de mis libros para el verano, pensé que había que dejar que alguno no lo eligiera yo… o no del todo. Me ha ayudado una moneda: con cinco lanzamientos (cinco decisiones binarias), la moneda me indicó una balda… y luego yo elegí de entre esos libros el que más me apetecía (¡tampoco era cuestión de aceptar cualquier cosa!).
  10. El libro que ustedes elijan. Había muchos más libros que me atraían pero no me acababa de decidir entre ellos. Así que ¿qué mejor que pedirles consejo y abrir así otro hueco al azar y la sorpresa? Les dejo aquí una lista para que elijan. El décimo libro será el que a mediados de agosto tenga más votos (si es que a estas alturas de verano todavía alguien lee el blog):
    The Yogui and the comissar, de Arthur Koestler
    Miracles, de C.S. Lewis
    La Biblia contada con sencillez, de Pearl S. Buck
    La pierre de touche, de Jean Marc Lévy-Leblond
    Saving the appearances, de Owen Barfield
    La fe de un físico, de John Polkinghorne
    Consciencia más allá de la vida, de Pim van Lommel
    Siete días en el mundo del arte, de Sarah Thornton
    La tía Mame, de Patrick Dennis
    Caballeros de fortuna, de Luis Landero
    The quantum story, de Jim Baggott
    El pan a secas, de Mohamed Chukri
    España inteligible, de Julián Marías
    Contra la juventud, de Pablo d’Ors
    El test de la golosina, de Walter Mischel
    Civilización, de Niall Ferguson

(Sí, sé que podía haber dejado libertad total para sus recomendaciones, pero ¿y si se les ocurre confabularse para hacerme leer las memorias de Belén Esteban?).

Que pasen un feliz verano, y que no les falte una buena dosis de azar y de experiencia directa.

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45 respuestas a Diez libros para el verano 2015

  1. Dr.J dijo:

    ¡Vaya por Dios! ¡Yo también estuve en la Feria del Libro de Madrid con Andrés Ibáñez! Pero me llevé «La lluvia de los inocentes» (es más barato). Tal vez tuvimos un «near miss» por cuestión de minutos. En fin, el resto de este comentario lo puedes editar, es AUTOPROMOCIÓN: parece que a finales de año publicaré mi primer libro, título provisional «El último de Cuba» en la editorial La Huerta Grande (Madrid); sin tener que pagar ni ser amigo de los dueños (previamente, ahora ya lo soy) ni ser presentadora de televisión. Tal vez mis grandes méritos acumulados como comentarista de Pseudópodo me hayan avalado. Espero poder informar de la edición y presentación de la obra si no se considera spam.
    Yo para el verano recomiendo «El hombre sin atributos» de Robert Musil, para navidad si todo va bien recomendaré el mío, je,je. Buen Agosto. Dr.J

  2. Frenzo dijo:

    Voto por Civilización (lo compré pero no lo leí todavía, y parece interesante).

  3. Epicureo dijo:

    El único que he leído de la lista del final es «Civilización». Es brillantísimo, con ese estilo tan claro e informativo como solo un historiador inglés puede tener. Ahora bien, la tesis es demasiado parcial, para mi gusto. Una cosa es defender a Occidente y otra considerarlo moralmente superior en todo.

    También he leído «De animales a dioses». Está bien, pero Harari suele caer en algo que no me agrada: hacer una afirmación sensacionalista y luego matizarla. Al final ya ni se molesta en matizar. Desde luego es un libro que provoca crítica y controversia con motivo.

    Todo lo contrario que «La hipótesis de la felicidad», que finalmente también me lo he leído. Continuamente estaba pensando que no es posible estar en desacuerdo con la mayoría de las cosas que dice, al menos en una primera lectura. No se si es una virtud o un defecto.

    • bloodykefka dijo:

      Vaya. Y yo que me había ilusionado con esta frase:

      «Imaginen a Jared Diamond escribiendo con la garra de Dawkins y la riqueza de ideas de Steven Pinker.»

      El de Civilización ya se habló hace tiempo sobre él no?

      Yo el que tengo pendiente es el de Pensar Räpido Pensar Despacio. Es una idea que me atrae mucho y a parte de eso, Pseudópodo lo recomendó encarecidamente.

  4. Route 66 dijo:

    Yo he leído «Pensar rápido, pesar despacio» y «Abundancia roja».
    El primero me gustó mucho, sobretodo la primera mitad, luego se va haciendo más pesado y más repetitivo. No obstante, el balance final es bueno.
    Y «Abundancia roja», es más complicado de valorar. Me temo que sin estar familiarizado con los problemas económicos que se plantean, la lectura será superficial, al menos en parte del libro.
    Por ejemplo, hay un capítulos del libro donde se narra como en una fábrica, sus responsables, mediante triquiñuelas (destrozan una máquina adrede) intentan que se les envíe otra porque esa presentaba problemas. Lo que este capítulo quiere transmitir es el problema de incentivos que presentan las empresas públicas, que hacen que raramente funcionen y tengan beneficios (por ejemplo, casi todas las empresas del SEPI en España están en pérdidas, de la misma forma que casi todas las empresas expropiadas por Venezuela están en pérdidas,y de la misma forma que las empresas de la URSS lo estaban también). Pero alguien ajeno a este submundillo de la economía, ¿Ha pillado realmente que es lo que quería decir spufford en este capítulo?
    Hay otros capítulos que no tienen nada que ver con la economía, los más extensos son los dedicados al Akademgorodok, que es una ciudad de la ciencia que se construyó en siberia, si lo buscáis en google veréis su estado actual.
    Y otros dedicados al desarrollo de la informática soviética, que fue paralela a la occidental. Y la esperanza de que pudiera servir al socialismo para organizar mejor la economía.
    Además, hay pasajes del libro dedicados al mundo del hampa soviético, donde responsables de alguna fábrica contactan con contrabandistas para asegurarse un suministro porque el estado es incapaz. -El paralelismo económico entre los momentos finales de la URSS y Venezuela son palpables-

    No es que haya que ser economista para leerlo, pero se verán más sutilezas.

  5. Epicureo dijo:

    Route66, empeñarte en que «Abundancia roja» habla de Venezuela es peor que leerlo superficialmente. Hay mucha sutileza en el libro, eso es cierto, y toda esa sutileza se pierde si lo lees con mente de economista. Los éxitos (que los tuvo) y los fracasos del sistema soviético se explican como una compleja trama de motivos políticos, técnicos, sociales, culturales, incluso psicológicos, a lo largo de mucho tiempo. La economía es la consecuencia de todo lo demás, al contrario de lo que Marx creía.

    Por ejemplo, es un error decir que en el capítulo que citas Spufford se refiere a un problema de incentivos. Los directivos de la fábrica tienen tantos incentivos para producir que están dispuestos a cometer un delito, lo mismo que los que recurren a los contrabandistas. El problema era de comunicación y de asignación de recursos. El SEPI español (que por cierto en conjunto da beneficios al Estado) no tiene ese problema, sino más bien el opuesto, la toma de decisiones por motivos electoralistas y no empresariales (lo cual les hace mantener abiertas empresas mineras y de construcción naval que no producen prácticamente nada). Probablemente en Venezuela tienen ese problema exageradamente agigantado. Eso es algo que no ocurría en la URSS, donde el resultado de las elecciones no preocupaba a nadie.

    • bloodykefka dijo:

      Eso iba a decir yo. Que pesadez con lo de que las empresas públicas = caca. Más que nada porque las empresas públicas han de ser relativamente rentables, pero ante todo, ofrecer un servicio. Como bien dices, lo de la URSS no es únicamente una cuestión económica, sino muchas cosas. De hecho no entiendo eso de que la máquina se rompa y no haya incentivos, más bien es al contrario, necesitan una máquina nueva para mantener el ritmo, digo yo.

      • Route 66 dijo:

        Las empresas públicas «son caca», en un 90%. Es un hecho empírico incuestionable, ahí está si tienes ojos para verlo. Una empresa pública no debe de ser «relativamente rentable», debe de ser rentable (a secas). Cuando una empresa -cualquiera- está en pérdidas, significa que toma recursos de la sociedad (sus insumos) y los transforma en algo de menor valor. Con lo cual, esa empresa a destruido valor, ha decrecido económicamente al resto de la sociedad. En realidad ha parasitado al resto de la sociedad ya que ha tomado recursos de ella y no ha devuelto nada equivalente, y eso significa que, en correspondencia, el resto de la sociedad ha tenido que consumir menos de lo que producía, mermando su bien estar. Por eso cuando una empresa está en pérdidas, se chapa al minuto dos.

      • BloodyKefka dijo:

        Si, por eso en España se privatizaron empresas como Telefónica, porque eran deficitarias. O la energía, cosa que ni se han atrevido hacer en Francia o Alemania, cuando daban beneficios. Eran un auténtico agujero, vaya… 😉

        Cuando digo «relativablemente rentable» me refiero que antes de dar beneficios debe priorizar el dar un servicio. Por supuesto, si fuera un coladero de dinero si que tendríamos un problema y deberíamos deshacernos de ella, pero mientras se mantega, el objetivo de la empresa pública es la calidad de su servicio y no el beneficio por el beneficio. Quizás me haya confundido, pero creo que se entiende. Otra cosa es que no agarremos a lo que se dice o se deja de decir para intentar tener razón 😛

      • Epicureo dijo:

        Route 66, está claro que no hemos leído el mismo libro. Si algo bueno tiene es que, en vez de explicaciones maniqueas (y falsas) tipo «lo público es siempre malo y lo privado es perfecto, y no hay más», se dedica a analizar una sociedad compleja. Pero bueno, si no lo captas, lástima.

      • Route 66 dijo:

        Querido Epicureo, no es maniqueismo, es simplemente una regla empírica bastante robusta. Todas las televisiones públicas en pérdidas (y alguna autonómica tiene más personal que Atresmedia y Mediaset juntas, supongo que será por prestar «mejor servicio»), el 80% de los aeropuertos en pérdidas, no hay ni una sola línea de Ave que dé beneficios. Pero oye, ¡No hay que ser maniqueísta!
        No sé qué libro habrás leído tú, yo he leído un libro crítico con el comunismo y con la planificación centralizada de la economía.

      • bloodykefka dijo:

        Aunque lo que dices es cierto, me parece que obvias de manera interesada las razones por las que muchas de las teles públicas no eran rentables para insinuar que «fracasaron porque es lo intrínseco de lo público». Sin embargo, olvidas que fuera de España hay ejemplos de cadenas interesantes y rentables como la CNN.

        Muchas veces es una cuestión que haya buenos políticos y la cadena tenga independencia. Por ejemplo, en Valencia, el Canal 9 era una cadena bastante competente que envíaba corresponsales a guerras. Un buen día, el gobierno del PP externalizó servicios de la cadena (esto es contratar a empresas PRIVADAS de amiguetes para realizar funciones que hasta ahora realizaba el propio canal), los gastos se dispararon y ya sabemos lo que ocurrió. En vez de investigar cada caso, lo obvias para decirnos «cadena pública = caca y es un hecho». Oye, pues a lo mejor es un poco de maniqueísmo lo que haces.

        Y ojo, yo no defiendo todo lo público y no creo que todo se pueda (ni se deba) nacionalizar. Pero creo que pare realizar este debate más bien deberíamos preguntarnos por qué existe esa empresa pública, cuál es su función y por qué es deficitaria.

    • Route 66 dijo:

      Creo que no hemos leído el mismo libro.

      Abundancia roja no habla de Venezuela, no he dicho lo contrario. Sólo señalo lo curioso del paralelismo soviético-venezolano. Y si quieres, esto ya de mi cosecha, puedes comparar las colas para comprar productos básicos, tanto en Venezuela como en los países comunistas el este. Busca en google «queues shortage communism«.

      No es tan difícil ni tan florido como indicas, no hay ningún problemática profunda, el fracaso del comunismo es que no genera la riqueza que promete, y no hay más. Sin ir más lejos, por mucho que creamos que la Unión Soviética estuvo muy avanzada, la hiriente realidad es que nunca fue más rica que la España de Franco en términos relativos, en ningún momento (pongo el ejemplo de España, pero la diferencia con EEUU era, simplemente, abismal).

      El cuento de la fábrica, creo que alguno de los dos no lo ha entendido. Lo que se narra en el cuento (lo voy a explicar un poco más, aunque tiro de memoria), es que los encargados de la fábrica reciben una máquina defectuosa y que no produce como debiera, así que su producción es más baja de lo normal, y para tener una excusa que poner al comité por la baja producción, deciden cargarse una máquina y hacer que pareciera un accidente. Si no recuerdo mal, esto es más exactamente lo que se narra. En una economía capitalista a nadie con dos dedos de frente se le ocurre tal estupidez, y el motivo último de esto es el problema de incentivos que tienen los dos encargados de la fábrica, que en realidad no buscaban producir más, sino tener una excusa que anteponer al comité. Ya juzgará Pseudópodo quién tiene razón cuando lo lea.

      Por último, el SEPI español sólo da beneficios al estado porque tiene a Loterias y apuestas del Estado, la única empresa pública con beneficios, y sólo porque esta empresa no produce nada, sino simplemente vende boletos. Si no es por pitos es por flautas, pero todas las demás empresas públicas están en pérdidas, y sólo Dios sabe el dinero que hemos tirado en AVEs.

  6. Loiayirga dijo:

    Lei España inteligible. Me interesó. La tesis es que España es el único país que eligió ser cristiana pudiendo haber sido musulmana y q se articuló en torno a un proyecto: extender el cristianismo.

  7. Loiayirga dijo:

    Quiero leer el de la felicidad.
    De Ibañez me borré hace mucho cuando comprobé q su antifisicalismo consistía en creer en brujas y magias, en lugar de en la religión. Además me cuesta leer novelas.
    Te recomiendo Landero porque aunque no he leido esa me encantó ¿Un balcon en invierno?
    No recuerdo exactamente el título. Que la leí porque precisamente comienza diciendo q no es una novela.

  8. Borja dijo:

    Hola,

    Antes de nada felicitarle por su blog. Es transversal. Muy muy bueno. Le imagino disfrutando cual cochino jabalí leyendo el libro de Kahneman porque precisamente desarrolla el pensamiento lateral si bien es cierto que la última parte se hace algo tediosa por repetitiva.

    El libro de Harari apabulla en una primera lectura. La sensación que me dejó es que sorprende más cuanto el autor se aleja de nuestro tiempo. La explicación de base de que el drama de la humanidad radica en dejar de ser cazadores-recolectores para ser sedentarios te vuelve del revés –siempre había pensado al contrario– pero cuando se analiza me entran muchas dudas.

    Por cierto, el último libro de Pinker –sin traducción– es diferente pero muy bueno también.

    Y voto por el de Koestler –y sus memorias–. El de arte esta bien pero inflado; ando con el Gombrich que eso sí que es deslumbrante. El de Marías, como comentaban antes, esta bien escrito aunque el destino en lo universal a modo de pseudópodo autoconsciente con un propósito da risa. Si España es algo es la historia de un estado fallido. Los demás no los he leído.

    Mi libro del verano es Psicopolítica de Byung-Chul Han (http://www.herdereditorial.com/obras/5620/psicopolitica/). Y releer La comedia humana de Saroyan y El Lamento de Portnoy.

    Un cordial saludo,

    Borja

  9. Gondomar dijo:

    Borja, en este blog han realizado una extensa reseña de los cinco libros de Byung-Chul Han:
    http://medioambientesimbolico.asumearagon.es/
    Lo comento porque creo que también el Pseudópodo estaba interesado en ese autor.

  10. Borja dijo:

    Gondomar,

    Muchas gracias por el enlace. Este señor lleva dándole vueltas al desconcierto que le produce la aparición de las emociones –así tal cual, que no sentimientos– en un principio a raíz del famoso primer libro de Damasio y que luego se ha apropiado la empresa –»vive una experiencia» etc–.

    Gracias de nuevo. Un saludo,

    Borja

  11. triglifo dijo:

    Este verano me he atrevido con «La música del mundo» de A. Ibáñez, de casi 500 páginas. Ibáñez es un autor que me empezó a interesar a raíz de leer algunos artículos de opinión en su blog. Considero que tiene una gran riqueza de ideas así como cierta visión «renacentista» del mundo, lo cual me agrada. El libro en cuestión tiene pasajes que me han gustado mucho, pero en conjunto, viéndolo como una novela, considero que es una obra farragosa. Además, escribe sin mayúsculas (¿por qué?) en los encabezamientos de cada frase, lo que hace que uno se vuelva loco para seguir el ritmo. Creo que, de lo que he leído, lo que más me gusta son sus artículos de opinión o las partes del libro en las que uno de los personajes expone sus ideas filosóficas, sin más… Aún así, leeré más cosas suyas ya que es un autor que me interesa mucho.

    Interesante el apunte de @loiayirga sobre Ibáñez. Debo decir que también me chocó un poco que, después de exponer su admiración por la magia, por la espiritualidad de oriente… rechazara la religión de pleno (o al menos eso me pareció). Aunque en realidad este ideario: «magia-liberadora, religión-castradora» diría que es un pensamiento muy común a muchos autores modernos, y diría que especialmente entre los fisicalistas…

    De la lista de los libros sugeridos no leí ninguno. Algunos me suenan y en general tienen muy buena pinta. De todos ellos, tengo inclinación por «Saving the appearances», de Owen Barfield. Leí acerca de él en el libro de Gary Lachman que comentó pseudópodo hace un tiempo.

    • bloodykefka dijo:

      Pero si la espiritualidad de oriente no deja de ser una religión. Simplemente son más flexibles a la hora de establecer unas reglas (y depende). Es una religiosidad más informal. A mi me gusta, pero sigue siendo religión.

      • triglifo dijo:

        No digo que no, aunque hay que reconocer que religiones como «budismo» o «advaita» son bastante diferentes de las religiones del Libro del arco mediterráneo, por ejemplo. De hecho, algunos se refieren al budismo como una «filosofia» o un sistema de autoconocimiento. Y supongo que depende de cada escuela o «secta» dentro de cada religión en concreto.
        Eso sí, también es cierto que desde occidente se «poda» a algunas de estas religiones para que parezcan «laicas», cuando muchas tienen su propio panteón de dioses, sus templos, sus historias «milagrosas», sus rituales…

      • bloodykefka dijo:

        Es religión. Que se organizce de manera diferente (y según) no deja de serlo. Te diría que hay religiones, como el luciferismo no teísta, que podría considerarse como una filosofía humanista secular por derecho. Pero el budismo no, empezando por la aseveración de una metafísica con elementos sobrenaturales que tiene un significado moral.

  12. Loiayirga dijo:

    Gondomar agradezco mucho el enlace a las sintesis de Chul Han. Aunque sean libros de por si breves.
    Hace ya meses me deslumbró su idea de que hoy la explotación corre a cargo de uno mismo.
    Yo mismo estoy en una carrera hacia no se sabe dónde y termino extenuado para nada.

  13. Epicureo dijo:

    @ triglifo: «La música del mundo», de Ibáñez, estoy leyendo yo ahora… aún no lo he terminado, y he estado a punto de abandonarlo… la única manera que he encontrado de meterme en el libro es considerarlo una novela de ciencia-ficción, una distopía: en una realidad paralela, los grandes acontecimientos históricos del siglo XX no han ocurrido (al menos, no en las mentes del grupo de protagonistas); hacia 1990, en Europa coexisten el Imperio Austro-Húngaro y la Unión Soviética, con el resto balcanizado en países imaginarios… por esos países, entre biombos, zoótropos y glicinas, animales y sirenas, intelectuales profundos y damas misteriosas (ya lo dijo Goethe, «Das Ewig-Weibliche Zieht uns hinan»), y acabando todas las frases con puntos suspensivos, vagabundean unos cuantos jóvenes idiotizados por exceso de cultura… visto así, tiene su interés… aunque todavía me falta más de la mitad del libro…

    Sobre el asunto de la magia y la religión (a partir de ahora escribiré como las personas normales) es verdad que lo de la «magia liberadora» se ve en muchos autores modernos, especialmente entre una cierta izquierda liberal, multiétnica y «de género». Pero entre los fisicalistas, me extraña mucho.

    • bloodykefka dijo:

      Depende del autor, aunque si que estoy contigo en que lo noto más en autores «más frikis y posmodernistas». Sin embargo te olvidas de que una cosa no es incompatible con la otra y que los fisicalistas muchas veces son izquierdistas «de género» que se presentan bajo una fachada «racional y científica» XD

      También hay otra tendencia en algunas obras de presentar la magia hermética como una disciplina que cuyo estudio requiere de elementos científicos tales como la investigación y experimentación, concretamente para el desarrollo de rituales. No deja de ser sobrenatural, pero este tipos de magos, pragmáticos y cerebrales, se suelen contraponer a dogmáticos y irracionales religioso. Un ejemplo claro sería la magia azul en el juego de cartas Magic: the gathering. http://magic.wizards.com/es/articles/archive/making-magic/azul-real-revisado-2015-07-20

  14. Epicureo dijo:

    bloodykefka, claro que hay de todo. Se puede ser izquierdista y «de género» y a la vez ser racionalista, por eso puse «una cierta» izquierda y no la izquierda en general.

    Me interesa mucho, en obras de ficción, que se presente a la magia como algo afín a la ciencia en sus procedimientos. Se juega mucho con ello, humorísticamente, en los libros de Mundodisco de Terry Pratchett, y también, de forma más educativa, la serie de «La ciencia de Mundodisco». También en la serie «Laundry Files» de Charles Stross, muy recomendable. Aunque podría decirse que, en estos mundos de fantasía, la magia no es algo sobrenatural, sino la aplicación de unas leyes naturales diferentes a las que conocemos. Y también sería así en el nuestro, si existiera la magia.

    • bloodykefka dijo:

      Es algo que he pensado… si no fuera porque en algunos casos se dice explícitamente que la magia es una manera de romper las leyes físicas o que las «leyes» de la magia no es más que un concenso para manejarla mejor. La mágia sigue siendo algo sobrenatural y, a partir de ahí, yo distingo entre dos enfoques:

      – Uno que la parte «científica» no viene de entender las propiedas de la magia, sino de su interactuación con ella. Si al fin y al cabo, rituales y conjuros no dejan de ser «algoritmos» para manera la magia ¿Por qué no desarrollar unos que sean universales? Al fin y al cabo, la magia sigue siendo «modificar la realidad sólo por el hecho de que quieres y puedes hacerlo», pero muchas veces, para poder concentrarse y que el deseo sea eficiente, lo haces siguiendo unas reglas. Y eso no es muy diferente a lo que históricamente han intentado ser los rituales mágicos. Es más, muchas veces lo que te encuentras son distintas tradiciones que pueden contradecirse… y funcionan igual.

      – Otro enfoque es que la causa es sobrenatural, pero el efecto es un fenómeno sometido a las leyes físicas. Así por ejemplo, si un mago quiere lanzar un hechizo de congelación lo único que hace es desearlo mucho, pero para que este sea efectivo necesita comprender qué fenómeno está invocando. Por tanto, lo que hace es desear que los átomos del aire se enfríen o que la temperatura baje. Es un tropo que se suele llamar «magia suficientemente analizada».

      Y si, también es verdad que la mayoría de los entornos de fantasía usan un combustible (el mana) que se gasta y se transforma como una energía siguiendo las leyes de conservación, pero la base de la interacción con esta energía, en muchas historias de fantasía sigue siendo «modifico la realidad porque quiero» y su estudio «científico» no es tanto de eso sino de las posibles aplicaciones. Y no sólo eso, sino que la explicación «científica» muchas veces es «tiene causas sobrenaturales».

      A mi modo de ver, muchas veces la creación de una metafísica (si, metafísica) coherente en los libros de fantasía tiene dos motivos: los espectadores pueden entender mejor lo que está ocurriendo, y las posibles limitaciones son elementos de trama. Pero que tenga una explicación no significa que deje de ser sobrenatural, y siempre hay un resquicio que te lo recuerda: puede que la explicación no sea absoluta, puede, como he dicho que la explicación esté en aquello que influye o es influído por el fenómeno y no en el fenómeno en si, o bien puede que toda la explicación descanse en un elemento poético que te crees y ya está, y nunca explican por qué «desear crear una bola de fuego funciona a la hora de lanzarla». Y esto ocurre porque si la explicación estuviera totalmente justificada, aunque fuera con leyes y físicas inventadas, no sería fantasía, sino ciencia ficción. Es más, en la ciencia ficción queda peor, porque cuando intentas justificar demasiado una explicación, es más fácil romper la suspensión de incredulidad. Incluso hay casos en los que se ha hecho sin querer.

      Disculpa por el tocho, pero este tema, aunque es muy irreal y especulativo, es interesante. Al fin y al cabo estamos hablando de elementos narrativos.

  15. triglifo dijo:

    Caramba, @Epicureo, pues… ¡a ver si llegas al final de la novela y me puedes ayudar a entenderla!.Interesante tu interpretación. Yo había interpretado que «Países» era Madrid visto con una óptica alternativa. Aun sin vivir en Madrid, interpreto que el Parque Servadac es el Retiro, etc… Hay muchas referencias al siglo XIX, como comentas , parece que el tiempo se hubiera detenido ahí, aunque no sé si la ciudad, llamada «Países», es también una metáfora de Europa…
    Lo de «unos cuantos jóvenes idiotizados por exceso de cultura» me imagino que es tu ironía 🙂 porque desde el punto de vista del autor veo el libro precisamente como un «canto» al exceso de cultura y también al exceso de imaginación (y al exceso de los puntos suspensivos…) De hecho el propio Ibáñez reivindicaba en una entrevista el derecho al derroche desaforado de imaginación, incluyendo hadas, dragones, etc..
    Sinceramente, lo que más me gustaba es cuando se hablaba del «Efecto Montoliu» y algunas descripciones de ambiente, como la de la barca y las sirenas..
    Debo decir que también estuve a punto de dejar el libro en más de una ocasión y las pausas demasiado largas entre lecturas no me hicieron bien. Me temo que sufro de la misma enfermedad que afecta a pseudópo: «nopuedodejardeleerunlibrohastaelfinalitis aguda».

    Para clarificar las ideas que tiene Ibáñez sobre la magia, creo que vale la pena leer esta serie de tres posts:

    http://www.revistadelibros.com/blogs/del-mundo-flotante/pequeno-curso-sobre-magia-i
    http://www.revistadelibros.com/blogs/del-mundo-flotante/pequeno-curso-sobre-magia-ii
    http://www.revistadelibros.com/blogs/del-mundo-flotante/pequeno-curso-sobre-magia-iii

    Unos escritos que escribió después de leer el libro del gran autor de cómics Alan Moore: «Ángeles Fósiles» (un libro muy recomendable, por cierto). En ese libro, cuenta Ibáñez, se llega a la conclusión de que a día de hoy la magia sólo tiene sentido si se considera como arte, y el arte…como magia. Pero entonces, se pregunta Ibánez, ¿son lo mismo? Y se dedica a explicar qué es la magia en su opinión.

    Y en lo que respecta a la diferencia con la religión, escribe:

    «Todas las religiones mueren cuando pierden el contacto con la energía. Las religiones nunca son en un principio religiones: son prácticas, es decir, son magia. La idea cristiana es que magia y religión son antagónicas. Esto es absurdo. La magia es el conocimiento y la utilización de las leyes de la realidad. La religión, una serie de reglas y de rituales. Las religiones se basan en textos, en leyes, en prohibiciones, en costumbres y celebraciones. Pertenecen, por tanto, a la parte muerta de la vida.»

    Sobre la magia y su relación con ciertos sectores «de izquierda», se me ocurren dos puntualizaciones:

    -la magia hermética en Occidente, culta (que hunde sus raíces sobre todo en antiquísimas sectas gnósticas y podría rastrearse luego también en los movimientos francmasones de la Ilustración),ha servido durante siglos como canal de enfrentamiento con los sectores más poderosos de la Iglesia Cristiana.(Uno de sus mártires clásicos: «Giordano Bruno»). Por eso, lo de la alianza de la izquierda, incluso los fisicalistas, con la magia puede que sea no tanto por convicción sino para hacer frente común contra el enemigo común que sería la «religión institucionalizada».

    -hay otro uso del concepto «magia» quizá más antropológico, que se aplica al sistema de creencias de algunas tribus y pueblos indígenas. Me he encontrado con varios científicos ateos que muestran más simpatía hacia estas tribus que por las religiones institucionalizadas(aunque fuera en el marco de éstas en las que se desarrolló la ciencia), pues su concepto animista, tan próximo a la Naturaleza y sobre todo tan pragmático, creo entender, les parece más cercano al de fuerzas o energía de la ciencia…

    • Epicureo dijo:

      Disculpa que haya tardado en responder a este comentario tan interesante.

      Sí, después de acabar por fin el libro entendí que el parque Servadac es El Retiro, y que el problema de esos jóvenes, sobre todo del protagonista, es algo más grave que una simple idiotización. También comprendo que la intención del autor es hacer una apología de la fantasía y todo eso, pero, conmigo al menos, le ha salido un poco el tiro por la culata. No he podido evitar pensar que a alguno de los personajes le habría venido bien una bofetada a tiempo para despabilarle. Pero yo soy un filisteo materialista, así que no me hagáis caso.

      Me dejan una impresión algo triste esos artículos que enlazas. Se nota que es un gran erudito, ha leído y pensado una barbaridad, escribe con un hermoso estilo y muy claramente. Pero su cultura es solo «de letras». Aparentemente no sabe nada de ciencia (lo prueba entre otras cosas su mal uso del término «energía») y en ese hueco, por supuesto, cabe la magia y todo lo que quieras.

      Es digna de reflexión, no obstante, la idea de que las religiones derivan de la magia. De hecho, todas las religiones contienen todavía prácticas mágicas, aunque sea en la periferia del canon. Magia es poner perejil a San Pancracio o llevar huevos a las clarisas, por ejemplo. Lo que no se pregunta es por qué se produce esta transformación. Yo tengo una teoría. La magia tiene un poderoso atractivo (tanto que ha cautivado a una persona tan inteligente como Ibáñez). La magia es sexy, fuerte, hermosa y terrible. Solo tiene un defecto: que no funciona, especialmente cuando más falta te hace. Esto no se nota al principio porque los magos tienen mucho arte a la hora de disimular sus pequeños errores y exagerar sus pequeños aciertos; es su talento más destacado. Pero cuando el fallo es demasiado gordo para disimularlo… pues se echa la culpa al cliente. Es porque te has portado mal, dirán, Dios, o el karma, te ha castigado. Y si es innegable que te has portado bien dirán, esto es una prueba, Dios, o el karma, te compensará en la siguiente vida. Leyendo la Biblia uno puede detectar varias etapas de este proceso.

      En cuanto a la apreciación de la magia de los llamados pueblos indígenas por parte de la izquierda, yo tiendo a pensar que es producto del complejo de culpabilidad por el colonialismo y sus terribles genocidios. Es un complejo de culpabilidad muy justificado, sin duda. Pero a través del relativismo posmoderno, y gracias al extendido analfabetismo científico, ha pasado de la condescendencia a la credulidad.

      • bloodykefka dijo:

        Yo estoy de acuerdo con Epicúreo, y añadiría que también es cierta visión romántica (tampoco entiendo que haya que tener «condescencencia», como si nosotros los occidentales fuéramos más sabios que esas tribus ;)). También hay que tener en cuenta que el extracto del libro puede ser una reflexión que ni siquiera realmente piense él, sino que lanza para hacer pensar. Personamente, para mi religión y magia son la misma irracionalidad, pero el supuesto antagonismo tiene un trasfondo más interesante.

        ¿Recordais hace unos meses un experimento que en la prensa titulaban como «El pensamiento racional te hace menos religioso»? La verdad es que es un titular sensacionalista, incluso en el paper se advertía de que instrumentalizaciones de este tipo ocurriría. En realidad si hay una relación entre religiosidad y pensamiento racional, pero el experimento concluía con la idea de que hay distintos grados de religiosidad y que más bien esta «se vuelve más sofisticada», lo cual es normal cuando no has desarrollado unas normas para consensuar las explicaciones y tiras de tus intuiciones para todo. Y el conflicto entre paganismo y cristianismo refleja muy bien eso, siendo este último una reacción ante una religiosidad que ya «no servía o no era suficiente» y cambiándola por algo más sofisticado y acorde con la época (no de manera pacífica, desgracidamente). Y es curioso que ese mismo paralelismo se de entre los religiosos y los nuevos ateos, preguntándose uno si realmente el ateísmo naturalista occidental es realmente «la religiosidad 0 o -1»

        De hecho, muchas veces, esas prácticas «mágicas» en el cristianismo más bien parecen agregados o en la Biblia las «varias etapas» (tendría que ver con que te refieres con esto) posiblemente reflejen esa evolución… empezando por el Libro de Job como crítica directa al concepto sufrimiento = castigo de Dios. De hecho, si nos fijamos en los libros sagrados, se notan que son relativamente hijos de su tiempo, a medida de que son más recientes respecto a nuestra época, sus ideas son mucho más alimilables por nosotros. Al final resultará que aceptamos algo porque simplemente no somos capaces de digerir, al no tener los mismos sesgos cognitivos de nuestros padres… o que los hayamos cambiados por otros XD

      • bloodykefka dijo:

        Shit, quería decir que los rituales «mágicos» de la religión tienden a ser o bien agregados o con un significado diferente. Me he comido palabras, disculpad.

      • triglifo dijo:

        Gracias por responder, Epicureo.

        Hombre. que algunos de esos personajes prefieran «irse de juerga» leyendo libros de mapas del siglo XVIII, escuchar una sinfonía completa de Mahler o comer elaborados dulces de cardamomo y alhlelí, en vez de pasar la tarde bebiendo cervezas y escuchando a U2, pues algo rarillo sí puede parecer. Pero no me parece mal… 🙂

        Sobre el final del libro (atención ,contiene spoiler):

        ¿Era Block un espía de la Región Confabulada después de todo? Reconozco que me dejó bastante confundido el final con aquello de los mundos paralelos y gente que «desaparece» en la biblioteca.
        No sé, al final creo que te doy la razón: empacho de fantasía. Quizás en vez de una novela, con todo el material que hay ahí podrían haberse hecho varios cuentos independientes,

        Lo de que la magia funcione o no, creo que es más discutible. Si uno entiende la magia solamente como un proceso por el cual se pueden materializar relojes de la nada o levitar, pues me temo que no pasa el escrutinio de la ciencia, efectivamente. Ahora bien, creo que el objetivo último de la magia es afectar al estado de conciencia de alguien a través de modificaciones en las formas. En este sentido sí estaría de acuerdo con Ibáñez. (Aunque sí, creo que no es necesario sacar a relucir el concepto «energía»).Él pone el ejemplo de clavar agujas en la foto de un ser querido,( desde un punto de vista material sólo es materia frotándose entre sí), cosa que provoca un estado de crispación en quien lo ve. Alan Moore, uno de los grandes magos contemporáneos, cuyo libro es el motivo del artículo ibañesco, va más lejos y afirma que en el mundo de hoy sólo tiene sentido la magia si la asimilamos al arte. De esta manera, sería mago un músico que hace vibrar de emoción a todo un auditorio, un actor de teatro, un escritor, un pintor… En realidad, cualquier creador.

        También supongo que el fenómeno es demasiado amplio y se me escapa. La magia de la que hablan Ibáñez, y sobretodo Moore, es una magia «ilustrada», muy a la europea. Muy diferente, supongo. a la que encontraríamos en una tribu de Borneo o entre los jíbaros del Amazonas. Sin embargo, no me parece tan alejada del concepto de la magia como arte. Creo que está fuera de duda la semejanza que puede haber entre la «magia» de un chamán en pleno éxtasis místico y la que provocan ciertas estrellas de rock…

        En cuanto la actitud de los europeos para con los pueblos «primitivos», supongo que está el complejo de culpabilidad y también la proyección romántica del buen salvaje que aún no ha estado contaminado por las destructivas religiones occidentales.

  16. Epicureo dijo:

    Ah, bloody, veo que me contestaste… Yo de magia no entiendo, pero me parece que las reglas de la magia y lo sobrenatural en la ficción suelen cumplir dos condiciones: una, ser coherentes con la «mitología» de la obra, y dos, la necesidad narrativa, o sea, explicar por qué el héroe pasa por una serie de dificultades (por eso nunca se limitan a «X puede conseguir lo que quiera con solo desearlo). A veces, incluso, es la necesidad narrativa la que condiciona la mitología.

    Y, ahora que lo pienso, me parece también que las reglas de la magia en el «mundo real» (quiero decir la magia en la que la gente cree de verdad) cumplen también esas mismas condiciones. El principal problema es el hecho de que en nuestro mundo la magia no parece que funcione muy bien, por lo que sus practicantes han creado complejas mitologías llenas de seres sobrenaturales caprichosos y poco fiables, que requieren todo tipo de complicados sacrificios y ritos para que te hagan caso, y aún así… También acostumbran a manipular los «historiales» de sus casos, de manera que la historia sea más entretenida de narrar y parezca que han tenido más éxito.

    • bloodykefka dijo:

      Por supuesto, yo estoy hablando del tratamiento de la magia en la ficción, concretamente esa necesidad narrativa y, en mi opinión, el delicado equilibrio entre en ayudar al espectador a entender la otra y mantener el sentido de misterio e inefabilidad. De ahí que las soluciones pasen no por explicar en detalle «por qué funciona la magia» sino «cómo funciona la interacción de los personajes con esta». Así, se consigue el efecto de «explicación poética o sobrenatural», evitando que suene demasiado pseudocientífico.

      Pero vamos es mi opinión.

  17. pseudópodo dijo:

    Ya se ha pasado «mediados de agosto», pero hoy es el primer día que tengo una conexión medianamente decente… en una biblioteca y sólo por un rato, así que seré muy breve.

    Gracias a todos por los comentarios (y especialmente a Borja: bienvenido).

    And the winner is..:
    Civilización, con 2 votos. Queda añadido a la lista del verano.
    España Inteligible ha tenido, digamos, uno y medio, y con un voto han quedado Luis Landero , Arthur Koestler y Owen Barfield. Por cierto, triglifo, he visto que Atalanta ha publicado traducido «Salvar las apariencias».

    ¿Cómo van mis lecturas? Pues Manhattan Transfer fue un dolor (es lo que tiene abrise a la experiencia directa, y más cuando se intenta leer desde el asiento de copiloto), y aún no he retomado a Kahneman ni he empezado Abundancia Roja porque se han cruzado los libros de la biblioteca, que tendré que devolver antes del fin de agosto: El mundo hasta ayer, de Jared Diamond, el LIbro del desasoiego de, de Pessoa, y El número omega, de Gregory Chaitin.

    Tengo que hacer horas extras 🙂 En septiembre me uno a la discusión. Feliz verano.

  18. Frenzo dijo:

    Acabo de terminar Civilización, de Niall Ferguson. Muy poco recomendable. Es algo así como la historia vista con los ojos de Donald Trump, y contada con una sensibilidad comparable.

    • Epicureo dijo:

      Je, je, sí, si Donald Trump fuera inglés y culto. Es un libro muy documentado, pero de propaganda liberal-capitalista. Evidentemente Occidente triunfó porque somos más listos y más buenos, y nada más. Lo de conquistar, exterminar, someter o explotar a los demás países no tuvo nada que ver.

      • Frenzo dijo:

        Sí, el libro está muy bien documentado y Ferguson evidentemente es inteligente. Creo que lo que más me molestó es esa idea de Ferguson de que lo mejor de Occidente se concentra casi con exclusividad en Gran Bretaña y EE.UU. Lo del Reino Unido como imperio civilizador (aún con toda su beligerancia asociada) tiene cierta lógica, pero extender esa misma idea para EE.UU. me parece ridículo o un chiste de humor negro. Pero no tengo mucho conocimiento de historia. ¿Alguien saba de casos en los que EE.UU. haya trasladado su cultura civilizadora a alguna de sus colonias o territorios conquistados? Por lo que yo sé, las ex colonias de EE.UU. (Filipinas, Puerto Rico) no tuvieron el mismo desarrollo posterior que las ex colonias británicas (como Canadá o Australia, por no mencionar a los mismos EE.UU.).

  19. Epicureo dijo:

    Aunque sea tarde, comento porque ha caído en mis manos «Consciencia más allá de la vida», de Pim van Lommel. Y en seguida se me cayó de las manos.

    No es un estudio científico de las ECM, ni siquiera la típica colección de anécdotas seleccionadas y embellecidas. Ya desde el principio da por hecho que la ECM no tiene nada que ver con el cerebro (quizá porque de eso trató en un libro anterior) y enseguida se lanza a desarrollar una «nueva» teoría de la consciencia (en realidad el dualismo cartesiano de toda la vida) apoyándose en un profundo desconocimiento de la física cuántica (no podía faltar), de la neurología y de todo.

    Si queréis algo bueno sobre las ECM, recomiendo la novela «Tránsito» de Connie Willis. Es ficción, pero al menos es buena ficción, y la autora sabe de ciencia.

    He descubierto otro autor muy interesante: el neurólogo V. S. Ramachandran. Para mí, es el sucesor del recientemente fallecido Oliver Sacks. No es tan buen escritor ni tan profundo, pero a cambio es más didáctico y amable para el lector.

    • bloodykefka dijo:

      Vaya que pena. No veo mal que se hagan elumcubraciones, pero se debería ser lo suficientemente honesto como para decir lo que son, y no venderlas como ciencia XD

      • Ana Márquez dijo:

        Bloody, si los científicos fueran lo suficientemente honestos como para declarar que lo que están proclamando son elucubraciones personales y no ciencia, las editoriales perderían a la mitad de su plantilla XD. Y no sólo estoy pensando en Hawking y Dawkins, que en el bando no fisicalista también hay cada prenda… 😀 Pero, al menos, estos últimos no son tan conocidos, por lo que la broma no llega tan lejos. ¡Saludos!

    • Ana Márquez dijo:

      Para Epicureo, no quiero anidar.

      ¿Quieres decir que el libro de Lommel se te cayó de las manos antes de acabarlo?

      «Pero yo soy un filisteo materialista, así que no me hagáis caso». Dices más arriba.

      En esta ocasión te haré caso y no te haré caso 🙂 Epi, ese es el problema, que todo lo verás desde detrás de ese filtro fisicalista que te autoimpones «a priori» y todo lo que no quepa holgadamente en el «zapatito de Cenicienta» que es el actual paradigma -«camisa de fuerza», que diría M. Moore-, te parecerá fruto de la «ignorancia», «pseudocientífico» y lo rechazarás de plano. Supongo que John Eccles, por citar uno del otro «bando», también se te caerá de las manos. Si Sacks no se hubiera declarado públicamente ateo, por ejemplo, ¿te habría gustado tanto? ¿Incluso aunque su creencia no hubiera afectado para nada a sus investigaciones? Si Heisenberg se hubiera declarado públicamente ateo, ¿tendrías tan presente que colaboró con los nazis? (Hay un interesante tratado del físico F. Rañada que echa por tierra algunos mitos sobre Heisenberg y que quizás conoces) … Si Bertrand Russell no fuera el gurú del ateísmo más radical de este principio de siglo, ¿lo verías tan «cortés» como dices verle en otro comentario? (que yo sepa, no era más «cortés» que Flew o Planck 🙂 -perdona, sólo te estoy siguiendo el juego-) Sé que eres honesto, Epi, pero también sé que a estas preguntas no te/me contestarás honestamente: tu materialismo filisteo no puede permitírtelo. Si te lo permitiera, parafraseando a House, no serías un materialista filisteo :-), porque, como dijo Platón, es mucho más mórbido y forzado tener miedo a la luz que tenerlo a la oscuridad. El miedo a la oscuridad es natural, no hay que darle más vueltas, el miedo a la luz procede, y esto es de perogrullo, de algo mucho más oscuro que la oscuridad misma. Y en ese espacio oscuro ya puedes meter lo que tú quieras, porque cabe cualquier cosa, desde el cura que te daba pescozones en el colegio hasta el lejano miedo de la infancia al infierno, los demonios o los aparecidos, pasando por el resentimiento legítimo hacia los abusos de las religiones organizadas. Lo que quieras, pero la ciencia, y esto es lo que ningún ateo es capaz de reconocer, es sólo su fachada.

      Saludos, sabes que te aprecio bien, y si no lo sabes, te lo digo ahora 🙂

  20. loiayirga dijo:

    Esta entrada se publicó el treinta de julio. Dentro de unos días se cumplirán tres meses.
    ¿Será capaz Pseudópodo de tenernos en ayunas tres meses? ¿Será capaz en los días que quedan de octubre de escribir un post sustancioso antes de que se cumpla la exagerada cantidad de tres meses? En caso de que publique la anhelada entrada en unos días… ¿nos esperan otros tres meses de barbecho hasta que publique la siguiente?

    Vamos a tener que decir lo que en los entierros… siempre se van los mejores.

    Paro, corrupción, descrédito de las instituciones… ya ni Pseudópodo publica. ¿Se irá este país al garete? 🙂

  21. pseudópodo dijo:

    ¡No puedo permitir que el país se vaya al garete! Tendré que salir de mi letargo si la regeneración democrática lo exige, aunque eso de pedir posts susanciosos me produce miedo escénico…

  22. Ana Márquez dijo:

    Al final he anidado… «Mardita» sea, no me acabo de enterar cómo van los comentarios en este sitio XD ¡Mil perdones!

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