Libros del verano 2010

He estado estos días remoloneando con el blog, como un niño que está muy a gusto en la cama y tiene pereza para levantarse (aunque sabe, claro, que cuando se levante va a comerse el mundo :-)) Pero como hay algún lector que me ha echado de menos (y elquebusca está ya pasando lista), voy a tener que salir del letargo. Empezamos con unos ejercicios de estiramiento: el tradicional repaso a los libros del verano.

Todo empezó con un largo viaje en avión, tan largo que metí unos cuantos libros en la maleta pensando que el Airbus me iba  a servir de Parador virtual. Mientras todos miraban la pantallita de enfrente (entertainment center, creo que lo llaman), yo devoraba mi libro, feliz de tener horas por delante. Al final, los transbordos, los controles y el jet-lag de la vuelta bajaron mucho mi rendimiento, pero le dí un buen bocado a la biografía de Wittgenstein. El libro se lee bien, y fue muy práctico para guardar las tarjetas de embarque, pero otra cosa es que haya entendido al genial Ludwig. Ray Monk se esfuerza en mezclar vida y filosofía, pero necesitaría un repaso para sacarle el jugo.

Quizá la prueba del mérito del libro de Monk es que me he quedado con ganas de más Wittgenstein. Cuando pasé por la biblioteca, quince días después, saqué dos libros suyos: Ocasiones filosóficas y Lecciones y conversaciones sobre estética, psicología y creencia religiosa. No los acabé, ni falta que hace: no es lectura para devorar sino para rumiar.

Tras el avión vinieron varios miles de kilómetros de carretera por España. En coche no es tan fácil leer, ni siquiera yendo de copiloto como iba yo, pero también le dí un bocado a un breve libro de Jared Diamond que había comprado de recuerdo en el viaje: ¿Porqué es divertido el sexo? En otro post reseñaré el libro, aquí basta decir que Diamond me enganchó y me ha pasado algo muy inusual: estoy leyendo sus obras completas. Parece que con los años estoy cambiando, porque cuando encontraba un autor que me gustaba mi reacción era siempre de prudencia: no lanzarme a leer el resto de sus libros, sino atesorarlos como un placer para el futuro.  Quizá ahora siento en el fondo que no me queda tanto futuro y mejor disfrutar ahora de lo que me gusta.

El caso es que cuando por fin dejamos de hacer kilómetros, con quince días de biblioteca a la puerta de casa por delante, saqué Colapso (o “porqué unas sociedades peduran y otras desaparecen») y me leí sus más de setecientas páginas. Y al llegar a casa de vuelta de las vacaciones, he desempolvado El tercer chimpancé, que ya va a buen ritmo. Lo compré de ocasión (tres euros) hace siete años: realmente leer buenos libros no cuesta nada.

Lo malo de esta fiebre del Diamante (sí, Armas, Gérmenes y Acero ya lo he sacado de otra biblioteca) es que me ha dado tiempo a leer poco más: Colapso ha colapsado mi capacidad lectora, porque tenía que devolverlo antes del fin de mes y son 314 kilopalabras… De modo que el resto de libros sólo he podido hojearlos o leer fragmentos:

* Simetría de Marcus du Sautoy me pareció decepcionante: el tema es muy interesante y Sautoy es muy ameno, pero el libro tiene acentuados los defectos de La música de los números primos sin tener sus virtudes. Se entiende que quiera evitar las ecuaciones y la jerga técnica, pero ¿realmente se puede escribir un libro sobre la simetría sin decir lo que es un grupo? Tanto dumbing down hace inninteligibles las cosas y 29€ son una pasta. Tengo que echar un vistazo al libro de Ian Stewart sobre el mismo tema, y, definitivamente, comprarme el clásico de Weyl.

* El economista naturalista, de Robert Frank tiene un planteamiento interesante: enseñar economía a partir de las preguntas curiosas que le hacen sus alumnos (se las exige como trabajo en el curso). El resultado es muy… resultón: muchas ideas curiosas para contar en la hora del café, y quizá sea más eficaz para enseñar a pensar económicamente a los ignorantes como yo que otros enfoques más académicos. Pero se echa de menos un razonamiento más sistemático, y tengo la impresión de que muchas de la explicaciones son ocurrencias de Frank con poco respaldo científico. Si lo veo en bolsillo me lo compro para acabar de leerlo.

* A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales: por desgracia sólo pude leer el prólogo, pero parece mentira que algo así se escribiera en 1937, cuando todo el mundo estaba cegado por el odio en la Guerra Civil. Tengo que leerlo.

* * *

Hablaré más despacio de los libros que sí he leído, y procuraré contestar a los comentarios que se han acumulado en agosto (¡gracias por escribir!). Disculpad si no lo hago pronto: es que todavía tengo algún viaje estos días…

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18 respuestas a Libros del verano 2010

  1. Dr.J dijo:

    Hola, pseudo, menudas vaciones de funcionario las tuyas, sois la vergüenza del mundo!
    Bueno, el libro de Monk es antiquísimo pero está muy bien comparado con el de este verano «La familia Wittgenstein» de A. Waugh (nieto de Evelyn el de Retonno a Brideshead). Otro interesante es «The rest is noise» de A. Ross sobre la música del siglo XX y estoy con «The children´s book» de A.S. Byatt. Por cierto que en mi biblioteca municipal se puede uno llevar a casa (sin devolver) La sociedad abierta de Popper en dos volúmenes de letra pequeñísima o tempora, o mores!
    No es por acumular listas, solamente quería anunciar que si queréis hostigarme en venganza por mis comentarios he colgado algunos textos en: doctorjota.posterous.com ¿conocéis posterous, conocéis preposterous universe? Os espero allí
    P.S. Vaya tela con Hawking ¿la ELA afecta al coco o son los años? he leído que se refieren a Dawkins como biólogo ateo, yuxtaposición tan poco significativa como encargado de finca urbana teósofo o soplador de vidrio librepensador. En fin, se creen que todo es soplar y hacer botellas, soplagaitas¡! Vale, welcome back baguette

  2. Hace algunos post, hablabas de Chaves Nogales, que para mí es un escritor fundamental, del que sólo ahora empezamos a vislumbrar su calidad e importancia.
    Yo me compré «A sangre y fuego» hace algunos años. Lo leí con voracidad y desde entonces no he parado de recomendarlo, y de releerlo alguna vez. Es, posiblemente, el libro más clarividente que se ha escrito sobre la Guerra Civil, el más ecuánime. Otro gran libro sobre el conflicto, «Guerra y vicisitudes de los españoles», de Zugazagoitia, carece de la calidad literaria, suprema, de Chaves Nogales.
    En ese post comentabas que Primo Levi es de lectura obligatoria en el Bachillerato italiano, lo que significa que pese a Berlusconi, en Italia todavía quedan sensatez y esperanza. En el Bachillerato español también debería ser de lectura obligatoria Primo Levi, al menos «Si esto es un hombre», y desde luego debería ser una lectura obligadísima, para todos los bachilleres españoles, «A sangre y fuego». Sobre todo ahora que la (des)memoria histórica pretende reescribir la historia es necesario Chaves Nogales para que tengamos claro, independientemente del argumentario ético de uno y otro bando, buenos y malos, héroes y villanos, asesinos y ángeles, los hubo en los dos bandos, y que uno no es bueno por ser republicano ni malo por ser nacional, sino que se es bueno por haberse compadecido del sufrimiento y la vida ajena, y que se es un criminal tanto si se asesinó en nombre de España y de Cristo Rey como si se hizo en nombre de la Revolución o la Clase Obrera.
    Te hemos echado de menos este verano. Deberíamos escribirle a tu jefe para que reduzca tus vacaciones o, al menos, para que te las condicione a la publicación periódica en el blog. 🙂
    Un saludo.

  3. Clodoveo11 dijo:

    Vaya capacidad de concentración la tuya, leyendo en terminales, coches, etc. Admirable, sobre todo si te enteras de algo. Yo no podría ni de coña.

    Comparto lo de que llega un momento en que sin dilación hay que leer lo que a uno le gusta. A partir de los 40 aparece una sensación (por lo que ves, oyes, te pasa o pasa) de extraña incertidumbre que obliga a disfrutar ya de las cosas. Como en la adolescencia, pero con un toque más realista (pesimista).

  4. pseudópodo dijo:

    ¡Vaya, estabáis unos cuantos ahí agazapados! Tuve que colgar el post un poco a la carrera porque tengo que irme hasta el domingo, pero quería por lo menos agradecer vuestros comentarios. Ya responderé luego, pero tengo que decirle una cosa al Dr.J: ¡que mis vacaciones han sido de un mes!¡31 días exactos!

    P.S: Creo que lo de Hawking son los años (y la avidez por el dinero).

  5. Javier dijo:

    Con tanto entusiasmo por tus lecturas, mi wish-list de Amazon ha vuelto a crecer en este rato. Ya me dirás qué tal Ian Stewart. Me leí un libro suyo el año pasado y no podía creerme que alguien que ha escrito tanto sea capaz de escribir tan mal y de tener un ideario tan primitivo. Igual era ese libro en particular (Letters to a young Mathematician). Decidí no volver a probarlo hasta tener más evidencias. Las espero.

    P.S. Así que tú eres de esos copilotos que o duermen o leen. Yo soy de esos pilotos que odian a esos copilotos.

    P.S.2. Para el avión/aeropuerto (aunque no se puede utilizar en el despegue ni atterizaje), yo he descubierto las bondades de los libros electrónicos. Te puedes llevar un montón de literatura en nada de espacio. (Con sus desventajas, claro.) Yo termino llevando un libro en papel (para leer en los momentos no electrónicos del avión y para guardar las tarjetas de embarque) y el iPad. Y termino viendo las pelis del entertainment center, ya que es el único cine que veo.

  6. Carlos Y. dijo:

    La obra de Ray Monk que comentas (si no me equivoco es ‘Wittgenstein, el deber de un genio’), efectivamente, es apasionante. Sucede, sin embargo, con este autor, que su vida es tan intrigante y su obra tan compleja (en cuanto al lenguaje y al lógica, pero también en lo relativo a aquel terreno que él mismo denominaba ‘das Mystiche’), que uno corre el riesgo de desatender su obra filosófica.

    Su Tractatus, está considerado como una de las obra capitales del s.XX y, habiéndolo estudiado en la Universidad puedo garantizar que es absolutamente fascinante, tanto que puede estar rumiándose (tomo prestada tu expresión ;)) toda una vida. Es un libro imposible [(en el sentido de que culmina en una contradicción performativa (la célebre imagen de la escalera), atravesado por el reconocimiento y el desmantelamiento consciente de una estructura conceptual inherentemente inestable. Un libro-denuncia, y como señala Isidoro Reguera (uno de los pesos pesados en cuanto a este autor), «“una obra de arte, un artificio estético, literatura refinada sobre lógica y metafísica, todo un lenguaje del silencio, un poema filosófico”, una maniobra deconstructiva de calidad sublime.

    Ý qué decir de sus Untersuchungen y la honestidad intelectual que su escritura delata (pues Wittgenstein es consciente de que la readacción de las Investigaciones Filosóficas es en gran parte una enmienda a su Tractatus, con la cual él creía haber puesto fin a todos los problemas filosóficos).

    En definitiva, distinciones como la de decir/mostrar, conceptos como el de ‘sentido’, o ‘juegos del lenguaje’ y argumentos como el postulado contra la existencia del lenguaje privado (¡en contra de Tammet!) o acerca de seguir una regla , imágenes como la de arrojar la escalera y epígrafes como el 7 (de lo que no se puede hablar es mejor callarse), han marcado toda una época en el pensamiento contemporáneo. De filósofo a físico, recomendado queda.

  7. edulcorado dijo:

    Para mi hubo un antes y un después en «Gérmenes, armas y acero.»
    Desde entonces siempre que me he topado con Jared Diamond acabo devorando sus «ligeritos» libros, pero de uno en uno y de primavera en primavera, para no sufrir indigestión.
    Me falta el libro del sexo, que no sé si será tan interesante como el resto, pero si promete ser el más divertido…

  8. Yamil dijo:

    Vengo leyendo tus entradas hace unos días, y solo puedo darte halagos por tu postura teista-científica y por la profusión de ideas que desarrollás. Cuando se preste la temática de la entrada prometo extenderme más sobre este punto, en otra entrada, mucho más antigua, argumenté sobre algunas cuestiones respecto de Thomas Kuhn, el «saganismo», y algunas consecuencias concomitantes.
    De los libros que describiste sucintamente, el que más despertó recuerdos y curiosidad fue la biografía del filósofo Ludwig Wittgenstein. Su Tratado Lógico-Filósofico fue el primer libro que leí sobre él. Como aficionado a la lingüística, prometo escribir una entrada dedicada a su pensamiento, sus divergencias con el matemático Bertrand Russell y, sobre todo, la refutación sistemática que la lingüística moderna hace de muchas de las proposiciones del admirado filósofo austríaco. Un abrazo desde Argentina. P.D. : A ver si pasás por mi blog y me dejás algún comentario.

  9. panta dijo:

    Tanto ‘el tercer chimpancé’ como ‘gérmenes, armas y acero’, los tengo durmiendo en los estantes, espero tus comentarios sobre ellos.

    El de Simetría no lo he comprado precisamente por su precio, lo tengo pedido en la desiderata de la biblioteca donde suelo acudir, el anterior me gustó bastante.(El de weyl es todo lo contrario me temo, casi puramente técnico, por lo poco que recuerdo de hojearlo)

    Coincido contigo respecto al economista naturalista, un libro salido al hilo del éxito de los libros tipo freakonomiks, que no tiene una idea de fondo clara ni hilo conductor.
    Espero esas reseñas con interés.

    Saludos

    P.D.: De Wittgenstein no hablo porque ya se sabe lo que dijo sobre hablar 😉

  10. pseudópodo dijo:

    Dr.J, no conocía el libro del nieto del gran Evelyn Waugh, pero te agradezco el comentario porque creo que me voy a ahorrar unos eurillos. Buscando en Google me encontré con la crítica de El País, que titulaba “Decadencia de un gran apellido” y pensé que iba por Waugh (pero no). Como casi siempre, la crítica de El País no dice gran cosa (¿les pagan por no criticar?), mucho mejor esta otra.

    Ya me he suscrito a doctorjota.posterous.com (ahora me falta leerlo 🙂 )pero tengo dos preguntas (que no tienes por qué contestar): ¿por qué escribes en inglés? y ¿que tiene de especial posterous comparado con wordpress o blogger?

    Manuel, no sé si sigue siendo lectura obligatoria Primo Levi en Italia: lo mismo Berlusconi lo ha quitado. Sé que lo ha sido muchos años porque en la edición que tengo venía un apéndice con respuestas de Levi a preguntas de los alumnos que lo habían leído. Y es verdad que no sería mala idea que se leyera aquí (Ah: no te creas, con más vacaciones seguro que escribiría más: es cuando se incuban muchas ideas que luego van saliendo en el curso).

    Clodoveo, lo que me pasa es que acostumbrado a leer en el Cercanías (me paso ahí casi tres horas al día) un avión me parece mejor que la Biblioteca Británica. Lo de enterarse tiene su truco y creo que algún día lo contaré. Lo principal es leer con un lápiz en la mano.

    Javier, ya contaré algo sobre Stewart cuando saque el libro. No me sonaba tan entusiasta el comentario, supongo que es por lo de la fiebre del Diamond, pero también es muy bueno el libro de Monk sobre Wittgenstein.

    Tomo nota de lo que me cuentas, Carlos Y., y te agradezco tu opinión experta. Me encontré con lo de la “imposibilidad del lenguaje privado” hace unos años en un libro de Roger Scruton y me intrigó; estuve intentando descifrar las Investigaciones Filosóficas (en inglés), y era frustrante y a la vez estimulante: un lenguaje muy sencillo pero que te dejaba perplejo y no sabías adonde iba a parar. Luego compré el libro en español y me encontré con que la traducción era a veces bastante distinta. En concreto, el párrafo sobre el lenguaje privado creía entenderlo en inglés pero no en español. En fin, después de leer del libro de Monk a lo mejor me animo a retomarlo. Se admiten más sugerencias y explicaciones.

    Esto va también por tí, Yamil, si te animas a escribir esa entrada. No he podido responder tus comentarios (por ahora) pero te los agradezco mucho, por lo pensados y oportunos. De momento, también estoy suscrito al racionalismofantastico

    edulcorado: Yo había oído hablar muy bien de Genes, armas y acero, pero no lo había leído porque la edición de bolsillo tenía una letra microscópica (así de tonta era la cosa: es que con esa letra se lee muy mal en el tren). Ahora sé que no me lo puedo perder, y el tomo de la biblioteca es tapa dura y formato grande. Panta No sé si haré una reseña de El tercer chimpancé, pero ya puedo decirte que lo rescates del estante. Tiene sus cosas discutibles, y muchas cosas que cuenta las había leído en otros sitios, pero hacía tiempo que no leía un libro tan estimulante.

  11. pseudópodo dijo:

    Ah, Javier: de copiloto generalmente hago de GPS, intento poner paz entre los niños o darles agua, etc. Sólo leo en el tiempo libre. Y nunca he sido capaz de dormirme…

  12. Dr.J dijo:

    Gracias por la suscripción y por lo del inglés, yo digo que es completely, but not quite unlike English. El motivo es una apuesta con una amiga virtual (y virtuosa americana) marissabidilla.blogspot.com y la necesidad de practicar porque estoy totalmente rusty. Posterous me gusta como palabro y porque es menos conocido ¿parece una parajoda? pero es que ellos se ofrecieron y como yo apenas sé colgar otra cosa que textos cortos…Acabo de sacar en préstamo de mi Biblioteca Municipal la nueva reedición de «Las armas y las letras» de Trapiello, santo de mi escasa devoción y he solicitado que compren Memorias de Ultratumba que parece publica Cátedra en un solo tomo. Os dejo una cita dl prócer colombiano Nicolás Gómez Dávila:»cada día resulta más fácil saber lo que debemos despreciar, lo que el moderno aprecia y el periodista elogia». Vale

  13. pseudópodo dijo:

    Como palabro Posterous es muy ingenioso: entre otras cosas, porque sugiere que antes de Posterous los blogs eran preposterous 🙂

    Dávila da en el clavo: yo lo he dicho también, pero menos bien.

  14. Asturchale dijo:

    «Una Temporada de Machetes», del periodista francés Jean Hatzfeld. Este hombre se pasó no se cuántos meses haciendo entrevistas en una cárcel ruandesa hasta que consiguió que una pandilla de amigotes, asesinos en el genocidio ruandés, le contasen todas sus andanzas. Lo he devorado y sin embargo no sé qué comentar. Me ha dejado sin palabras. Aquí viene una reseña muy buena, no obstante:
    http://www.letraslibres.com/index.php?art=10114

    «Matalavilla, memoria de una aldea leonesa» de Adolfo Fernández Pérez y Ovidio García Fernández. Describe la cultura tradicional de esta aldea en Palacios del Sil, entre el Bierzo y L.laciana (o Laciana) hacia mediados del siglo XX, cuando su mundo empezó a desmoronarse y el pantano anegó las mejores tierras de cultivo del pueblo. Está muy bien escrito y me está encantando por dos razones: primera, porque aquella gente llevaba una vida que apenas había cambiado desde la época medieval y está llena de detalles que ahora nos suenan increibles. Segunda, porque el libro documenta cómo la industrialización ha arrasado los ecosistemas y la cultura de los pueblos indígenas europeos igualito que los de la Cuenca Amazónica.

    También he ojeado «Watching the English: the hidden rules of English behaviour» de Kate Fox, una antropologa inglesa que decidio estudiar sistematicamente el comportamiento de sus compatriotas. Es un libro bastante divertido y que sirvio a un par de conocidos mios para comprender e integrarse en Inglaterra. Aqui lo ponen verde:
    http://www.newstatesman.com/200405100045

  15. elquebusca dijo:

    A mi me interesa mucho el libro del que habla Arturchale: “Watching the English. Porque estoy estudiando inglés.
    Por cierto dicen que tiene un resumen al final de cada capítulo que puede servir para evitar leer el libro y enterarse de lo principal.
    Aunque parece que lo divertido es leerlo entero, a un «hombre ocupado» como yo le vendría estupendamente un resumen.

    En esta página hablan bien de él.
    http://93bcn.blogspot.com/2009/02/watching-english-de-kate-fox.html

  16. pseudópodo dijo:

    Asturchale, magnífica idea lo de comentarnos tus lecturas: a ver si alguien más se anima, que eso es lo que le da gracia al blog, más que lo que yo cuente. No conocía ninguno de esos libros, pero el de Hatzfeld me lo apunto. Eso de ver el genocidio desde la perspectiva de los verdugos me parece muy interesante. Lo de la aldea leonesa no se me habría ocurrido leerlo pero también me ha llamado la atención. Leemos a Lévi-Strauss y no nos damos cuenta de que aquí tenemos nuestros “tristes trópicos”, a un paso…

    elquebusca, ¿tu no estarás suscrito al Selecciones del Reader’s Digest?

  17. Carlos Y. dijo:

    He estado leyendo algo más acerca de Wittgenstein y su argumento contra el lenguaje privado. Daniel Tammet, el famoso savant, afirma que Wittgenstein estaba equivocado y que la mejor prueba de ello es que él mismo ha desarrollado un lenguaje privado: Mänti. Mänti es un idioma que ha creado Daniel Tammet a partir de vocabulario y gramática escandinavos. No obstante, no veo en qué medida esto podría refutar el argumento de Wittgenstein, pues él afirmaba que no exsite un lenguaje privado en la medida en que todo lenguaje parte de una cultura, una práctica colectiva. Tal es el caso del escandinavo. Entonces, en último término, Tammet no hace sino modificar a su antojo reglas gramaticales y vocabulario que pertenecen al ámbito de lo público, a diferentes prácticas sociales. En conclusión Tammet no está creando, como él cree estar haciendo, un lengauje privado a partri de sí mismo, sino que está haciendo propio un lenguaje público.

  18. pseudópodo dijo:

    Carlos, perdona que no haya contestado antes. Creo que tienes toda la razón en lo que dices sobre Tammet. Te agradezco el comentario además, porque probablemente la interpretación más directa de lo que entendía Witgenstein por «lenguaje privado» es la que das aquí, y no se me había ocurrido.

    Cualquier intento como el de Tammet se haría a partir de lenguajes ya conocidos, incluso aunque se intentara evitar recurrir a gramáticas o palabras ya conocidas, porque pensamos en un lenguaje… El único lenguaje auténticamente privado sería el de un niño selvático, pero ya sabemos que precisamente no son capaces de desarrollar un lenguaje si no es en sociedad.

    De todos modos no sé si Wittgenstein se refería a esto; leyéndole es difícil decidir en qué plano se está moviendo; no parece que se refiera a un argumento «ontogénico» de este tipo… pero a lo mejor no lo desaprobaría.

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