La pequeña Tierra y el gran universo

En un post anterior explicaba que de un hecho físico como el tamaño de la Tierra no se pueden sacar conclusiones morales, como pretende hacer Carl Sagan. Pero, aún concediendo que la pequeñez de la Tierra no nos permite deducir una moral, ¿no estimula al menos nuestra imaginación en la dirección de la humildad y la fraternidad? ¿No nos hace ver que todos vamos en un mismo barco?

Admito que la visión de la Tierra desde el espacio es una imagen de una fuerza extraordinaria. Y que nos lleva casi necesariamente a sentir que todos vivimos en el mismo mundo, un mundo en el que no se ven fronteras, nuestro hogar común. Pero este mensaje deriva su impacto de ver la Tierra como una esfera preciosa y frágil, con sus mares, sus continentes y sus nubes, como una joya a la deriva en la negra noche. No tiene que ver con su insignificancia, sino, al contrario, con su hermosura. No es la Tierra-punto-azul que mostraba Sagan, sino la Tierra-esfera-esmeralda (la Tierra-Gaia, la podríamos llamar), la que nos estimula así.

La imagen de la Tierra-Gaia es uno de los mayores regalos que nos ha hecho la exploración espacial. Pero la Tierra-punto es muy anterior. Para apreciar su verdadero impacto imaginativo, tenemos que remontarnos a su origen: el siglo XVII, cuando pasamos de ocupar el centro del mundo cerrado de Aristóteles a vivir en un punto del universo infinito de Newton.

¿Cuál fue el efecto de este cambio sobre la imaginación de los hombres? Se ha dicho miles de veces que quitar a la Tierra del centro del universo fue un duro golpe para nuestro orgullo (la última vez que lo he leído ha sido aquí). De ser esto cierto, respaldaría a Sagan para extraer un mensaje de humildad de la Tierra-punto. Pero este «relato estándar» no está tan claro.

Para empezar, en el modelo medieval el centro no era el lugar privilegiado, sino al contrario, el lugar más bajo. En contraste con los cielos inmutables, ese centro era el lugar de la corrupción y la decadencia. Y en el centro del centro estaba el peor lugar: el infierno. Por decirlo brevemente: el mundo medieval era geocéntrico, pero no era antropocéntrico sino teocéntrico. El hombre sólo estaba en el centro geométricamente, pero no conceptualmente. Y no hay nada incongruente en ello, porque una cosa es la geometría y otra la teología…

Pero es que, además, nuestra idea de que el universo medieval era muy pequeño es falsa. Tolomeo sabía, con muy sólidas razones astronómicas, que el universo es enorme. Y ese conocimiento estaba muy extendido. Como explica C.S. Lewis, en el South English Legendary (una colección popular de vidas de santos, fechada en 1265) se cuenta que si un hombre pudiera viajar hacia arriba a razón de “cuarenta millas y algo más” al día, en 8000 años aún no habría alcanzado la esfera de las estrellas fijas…

De modo que quitar a la Tierra del centro no fue ningún un golpe al orgullo humano. El hombre medieval difícilmente podía ser más humilde de lo que ya lo era. Lo que ocurrió, y es bien evidente (basta leer a Francis Bacon), no fue que el hombre se hiciera más humilde sino todo lo contrario.

Todo el «relato estándar» sobre Copérnico y la revolución científica es un conjunto de tópicos y mitos elaborados en el siglo XIX por aquellos barbudos victorianos paladines del «progreso», y repetidos hasta la saciedad por sus herederos los Carlsagans. Si queremos entender lo que ocurrió debemos ir a las fuentes. Hay muchos documentos de la época que describen como se entendieron aquellos cambios. Y en general, no infundieron humildad sino confusión.

Lo característico del universo medieval no es que fuera pequeño, sino que se trataba de un cosmos: todo estaba perfectamente ordenado, cada cosa tenía un objeto y función. Y lo que afectó a los hombres del siglo XVII fue que toda esa preciosa catedral saltara por los aires. Hay un célebre poema de John Donne en 1611 que lo expresa muy bien:

And new Philosophy calls all in doubt
the element of fire is quite put out
the Sun is lost, and the earth
and no mans wit can well direct him where to look for it
.

Para Donne en el nuevo universo “todo está en pedazos, toda coherencia perdida”. Otra expresión aún más famosa del impacto en la imaginación del nuevo universo es la de Pascal hacia 1650: Me espanta el silencio eterno de estos espacios infinitos. La coherencia perdida, la música de las esferas acallada: eso fue lo que impactó a aquellos hombres.

***

En resumen: no se pueden sacar consecuencias morales de un hecho físico, y por tanto la Tierra-punto es moralmente ambigua. Pero eso no impide que ese hecho empuje a nuestra imaginación en una cierta dirección. Sagan dice que es la humildad. Pero quienes se encontraron por primera vez con la Tierra-punto, gente como Donne y Pascal, nos enseñan cual es la dirección natural: no la humildad sino el espanto.

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29 respuestas a La pequeña Tierra y el gran universo

  1. JuanPablo dijo:

    pero… dónde se ha visto, pedazo de hereje!? ¿cuestionar a Sagan? Estás atravesando un límite del cual no se vuelve! Se puede descreer, desconfiar, dudar y cuestionar todo, menos sus santas palabras…

  2. .Marfil. dijo:

    Es algo poco frecuente hablar de este tipo de tópicos que se dan invariablemente en la divulgación científica, o al menos en gran parte de ella. Al igual que Pseudópodo, tuve espacio para reflexionar en este tema gracias a unos videos que fueron subidos a Yuotube, y me entere de ello vía Historias de la Ciencia.

    En general está mal visto hablar de esto; aunque diría que también es gran parte de un secreto a voces, posiblemente Sagan lo sabía, y a su vez podemos encontrar semejanzas en otros divulgadores, se me viene a la mente de momento Dawkins, Asimov, Gould, Hawkings, etc. Una cosa es su labor realmente académica, pero otra es la labor de divulgación, en la que cada quien hace un poco de retórica para vender la imagen de la ciencia, y ¿cuál es esa imagen?. Una imagen de sacrificio, de humildad, etc. que se queda en ello: Sólo una imagen.

    La «historia verdadera» no es menos bella y emotiva, y a su vez llama a la reflexión; pero es siempre, mucho menos simple, está llena de puntualizaciones y matices. Y lo que llamamos «divulgación científica», no es otra cosa que parte de retórica para obviar ello, si no lo fuera, le llamaríamos simplemente «ciencia»: Historia, física, biología, etc. Y lo que sucede con la divulgación científica es que impera la narrativa, hasta cierto punto y según los autores, y tal vez lo que si se pueda aplicar como norma general es la sobresimplificación de la ética (tal vez por dar una alternativa a la religión), sin querer reconocer que es más complicada, no por ello imposible, pero que exige una profundización mayor que la que puede ofrecer la mera divulgación.

  3. pseudopodo dijo:

    Pues sí, JuanPablo, ya vengo viendo que cuestionar a Sagan es una herejía. Hay toda una secta de Saganianos. Hace poco se celebró el décimo aniversario de su muerte y estuve a punto de poner un post que se iba a titular “Contra Sagan”, pero, para que veas, soy respetuoso con todas las religiones y no lo hice.
    .Marfil., coincido en que este es un tema que está un poco mal visto entre los aficionados a la ciencia. Te conviertes en el aguafiestas, pero lo que decimos ¿no es al fin y al cabo que el emperador va desnudo?
    Me han gustado mucho algunas de las cosas que dices en los comentarios al post de Historias de la ciencia. Me permito copiar aquí dos párrafos tuyos que creo que dan en el clavo:
    “El científico en sociedad puede decir un discurso, pero no puede transmitir el hecho de que detrás de esos conocimientos ha habido un trabajo inmenso, tanto de su persona, como de muchas otras en la historia; una vida de reflexiones, dudas, preguntas, etc. que simplemente son ajenas a la sociedad y no pueden comunicarseles. Es tal el punto, que hay una «clase intelectual» de la sociedad cuyo conocimiento se debe exclusivamente a la divulgación, y ha empezado a creer que la ciencia es un relato, y no que la ciencia es un método. El científico que quiere hacer divulgación, no puede más que usar una retórica, que en su persona tiene una base sólida, pero que en un programa, en un video, etc. queda en el aire, y solamente puede optar por sostenerse de la emotividad: «la ciencia es divertida», «la ciencia es víctima», «la ciencia es reivindicadora», etc., según se prefiera, lo que es difícil de tragar es «la ciencia es ciencia», «el arte por el arte», lo que es simple y llanamente sin excusas, y esto es algo mucho más complicado y con bastante más fondo que el que puede alcanzar la divulgación.”
    “En cierto modo el que hace divulgación científica tiene una contradicción interior: Ha visto valor en algo que los demás no ven, y no sólo eso, ofrece ese valor que ha costado trabajo (días investigando, reflexionando, etc.), de forma gratuita. Y la sociedad se ha ido acostumbrando a ello, a la falta de compromiso con el conocimiento, a tener un conocimiento superficial de los átomos que rebasa por mucho el de Newton, sin ningún esfuerzo, sin haber recorrido caminos errados, etc. Y todo esto no es una moralina del «esfuerzo», que bien podría serlo, lo realmente importante es que no existe «preparación», un camino a través del cuál se llegue al conocimiento y una vez en posesión de él se tengan herramientas y experiencia para asumir cuestionamientos políticos, éticos, cosmogónicos, etc.”

  4. omalaled dijo:

    No es una cuestión de «secta saganiana». No es que lo que diga Sagan sea siempre verdad y los demás nos equivoquemos. Sucede que, en las cosas que dice, algunos pensamos que tiene razón y lo que hacemos es defender esa postura.

    Y no, pseudópodo, eso no es ser aguafiestas. Eso es tener una opinión y defenderla, cosa que me parece perfecta.

    En una cosa que dice Marfil no estoy muy de acuerdo. En la parte pero otra es la labor de divulgación, en la que cada quien hace un poco de retórica para vender la imagen de la ciencia, y ¿cuál es esa imagen?. Una imagen de sacrificio, de humildad, etc. que se queda en ello: Sólo una imagen.

    Bien, la ciencia no vnde imagen. Es la que es. Hay a quien le gusta y hay a quien no. No es una imagen: es un método de intentar saber cómo es el Universo. ¿No gusta? OK, proponedme otro 🙂

    Salud!

  5. pseudopodo dijo:

    Hola, Omalaled, me alegro de leerte por aquí

    Quizá mi alusión a la secta saganiana era equívoca, así que lo aclaro: no me refería a ti sino a gente como la que escribe aquí. Me llama la atención que con Sagan hay una especie de culto, lo que no pasa, por ejemplo, con Asimov (que, dicho sea de paso, era un divulgador mucho mejor).

    Creo que Sagan despierta esas filias (y estas fobias, a la vista está 🙂 ) porque pretendía vender la ciencia como una pseudorreligión. Y a la vez eso suele ir acompañado con presentar la religión como una pseudociencia.

    En mi opinión eso es un gran error, y, además, conduce al enfrenamiento cuando no lo tenía que haber. Con matices, mi postura es la de S. J. Gould.

    Por otra parte, la ciencia no vende imagen, pero sí lo hacen muchos divulgadores (no todos, pero Sagan, por ejemplo, sí). A mí me apasiona la ciencia (la prueba es que no tengo bastante con mi trabajo como científico: en este blog el “tag” ciencia es el más frecuente). Así que claro que la ciencia me gusta. Pero la ciencia no basta (lee esto sobre la red de Eddington). Si me pides otro método para saber como es el universo, te puedo decir uno a bote pronto: toda la gran literatura es una disciplina que intenta saber como es el mundo. Lee «Guerra y Paz», por ejemplo, y me darás la razón.

    Un saludo…

  6. omalaled dijo:

    Y más veces que me leerás por aquí 🙂

    Creo que a Sagan se le rinde una especie de culto porque fue la primera persona (al menos que yo recuerde) que hizo una serie por TV donde hablaba de estrellas, de supernovas, planetas, etc. Y lo hacía de forma tan apasionada como podía hacerlo Félix Rodríguez de la Fuente con los animales o Cousteau con el mar. A esos tres les debo muchas agradables horas de TV.

    Por otro lado, debes situar a Sagan en su tiempo. Fue la primera persona en plantear por TV (al menos que yo sepa) la posibilidad de poder explicar un Universo sin que haga falta un Dios para explicarlo todo. Hoy día es muy fácil. No sé qué edad tienes (y no tienes por qué decirlo), pero yo todavía recuerdo en clases de EGB, BUP y COU que la existencia de Dios era un hecho consumado y el que no creía era reprendido fuertemente. He tenido profesores que me lo pusieron a parir y que era poco menos que el demonio. Y el problema es que no sabían por dónde atacarle y sus argumentos siempre eran muy rebuscados.

    Es una muy clara imagen del escepticismo científico, famoso, astrónomo, que ha trabajado en la NASA. Todo eso hace un cóctel en situarlo como un héroe científico, lo que no quiere decir que sea infalible. Y de ahí lo que dices del culto.

    No trata la ciencia como una religión o pseudorreligión. No recuerdo en qué capítulo, afirma que el método científico es la mejor forma que tenemos de conocer la Naturaleza. Que quizás no sea el mejor, pero que si hay otro que lo mejore, adelante.

    El artículo de la red de Edington no es malo pero la analogía no es del todo correcta. La ciencia, en este caso, no niega la posibilidad de existencia de algo; pero necesita observaciones. Si nadie ha visto jamás un pez pequeño, nadie puede dar una evidencia de su existencia. Eso no es malo: es ser escéptico. También podría hacer la misma argumentación con peces del tamaño de una ciudad. Tenemos otras herramientas: la lógica y las matemáticas. Si esos peces de 2 cm existen, ¿de dónde salieron? ¿cómo fueron creados? ¿directamente? ¿eran más pequeños y crecieron? Todas esas preguntas se deben hacer, aunque Edington no diga nada de ellas. LAs cosas que no se pueden observar no se descartan, pero tienen que cuadrar con lo conocido … o habrá una revolución científica (caso de la cuéntica y la relatividad).

    ¿Guerra y Paz? He visto la película (Audrey Hepburn y Mel Ferrer) ¿no basta? 🙂 Mas bien se ve la degrdación humana, las historias de guerra y sufrimiento … pero yo quiero saber de dónde ha salido todo esto incluido nosotros 🙂

    Salud!

  7. JuanPablo dijo:

    omalaled, voy a dejar de lado la parte religiosa de tu comentario: creo que no se debe atacar a nadie por lo que crea o deje de creer, porque eso no lo hace más grande ni más pequeño a nadie (podría citarte muchos divulgadores que admiro, no creyentes, para ver si te convence que por lo menos en mi caso no pasa por ahí el problema: Russell, Laplace, Gould, Asimov,….), es más, si se trata de una cuestión pro o contra la religión, directamente ni me interesa perder tiempo discutiendo. Una sola cosa voy a decirte: lamento cómo te hayan tratado por creer una u otra cosa.

    Pero yendo a Sagan, está lleno de sitios por donde atacarlo por sus textos de divulgación: errores de lógica, falacias, invenciones, anacronismos,… y no dejemos de lado sus circos mediáticos. Por ejemplo, la confusión de media y promedio, la ecuación de Drake, la primera guerra del Golfo, la historia de Hypatía,… si buscas entre los bloggers escépticos vas a ver una cosa muy extraña: algunos señalan estos errores, pero sin atribuírselos a él! Suelen ser vagos: «algunos creen que…», «alguien dijo…», y el nombre de Sagan se omite casi sin excepciones.

    Y de sus textos más clásicos, uno que seguramente te parecerá maravilloso es la historia del dragón en el garage… Estoy seguro de que pocos científicos (y ojo: científicos) pueden disfrutar con una historia tan absurda, porque saben que la ciencia no se trata de eso. Todo lo contrario, históricamente se han perseguido dragones imaginarios, y se ha actuado como si existiesen, hasta que con el tiempo se logró cazarlos o demostrar que no los había:

    -Semmelweiss y la fiebre del parto, acá el dragón era microscópico. Un Sagan escéptico al extremo como el de su historia se opondría a semejante teoría de contagio ante un ser invisible, habiendo tantas otras aceptables (miasmas, pestilencia del aire, desechos cloacales,…). De hecho, eso fue lo que le sucedió: fueron sus propios colegas quienes rechazaban sus ideas, con fundamentos muy correctos para la época. Pasteur mediante, se lo vio.

    -El movimiento terrestre: la discusión venía desde Aristarco, defendido entre otros (en orden cronológico) por Nicolás de Cusa, Copérnico, Digges, Kepler, Galileo… Y todavía faltaban 200 años para que el movimiento fuese comprobado vía el paralaje de las estrellas fijas

    -El eter. ¿Qué físico dudaba antes de Michelson & Morley? Sin embargo, no había pruebas de tal cosa, ni las habría. Ese sí era un dragón imaginario. Bueno…

    Dos más actuales:

    -La materia oscura: lleva casi 80 años dando vueltas el tema, y no se la logra hallar (aunque el año pasado se cree que se vio algo que puede ser que tal vez…). Un dragón que se resiste, o un pez que nuestras redes todavía no logran detectar. Por supuesto, también vale para los mond, que creen que el problema está en las ecuaciones.

    -Las cuerdas / supercuerdas / branes: más jóvenes, apenas 30 añitos, pero estamos como el primer día. No pasa de ser un modelo teórico que absorbe hoy día a los mejores físicos del mundo (y a varios matemáticos), sin que ningún experimento logre confirmar nada al respecto. Bah, los que saben dice que ni siquiera se logran imaginar un experimento que llevado a la práctica confirme algo. Como teoría matemática es espectacular, pero la contraparte experimental sigue ausente.

    Estoy seguro de que vos podrías dar más ejemplos de dragones en los cuales los científicos han creído, y tendrás que aceptar que la falta de evidencia momentánea (aunque momentánea puede equivaler a varios siglos) no ha sido motivo para descartar ciertas hipótesis, que posteriormente sí fueron confirmadas o rechazadas.

  8. .Marfil. dijo:

    Tal vez una de las diferencias radique entre la inspiración que produce un personaje, y la identificación que se tiene con él; es esto último lo que se crítica de algunas posiciones respecto a Sagan y otros divulgadores.

    Tal vez los términos no sean los más adecuados, pero me servirán para transmitir la idea. La inspiración consiste en considerar a un personaje falible, multifacético e histórico. (sic.) Sagan era una gran divulgador científico, tal como lo expone Omalaled, en su tiempo un programa como Cosmos era simplemente un gran reto, la opinión pública era reacia a esta familiarización con la ciencia y algunas de sus implicaciones; hoy en día no vemos muchos programas de este tipo, salvo en programación dedicada, lo cuál es una solución de compromiso, ya que no se considera que la ciencia sea una parte integral de los medios de comunicación, sino simplemente un sector de preferencia, «Discovery» «The history channel», «National Geographic», etc. conforman un paquete de canales, al igual que hay otros paquetes como Cocina, o Motos vs Autos en llamas, etc. Y la evolución en el medio sigue apuntando a lo mismo, contenidos múltiples y que el usuario elija lo que quiera (ver y pagar), dónde hay todo, y simplemente la ciencia cabe como uno de estos paquetes más. En este contexto queda mucho más claro lo que supuso Sagan en la tv. en su tiempo.
    Otro punto, Sagan era un personaje multifacético, como cualquier persona, y por más coherente y honesta que sea una persona, se ve obligada a cambiar sus formas, sus mensajes, sus prioridades, etc. cuando decide comunicarselo a otra persona. Cuando se hace divulgación lo usual es hablar de cosas bastante generales, y si comparamos los contenidos de «Cosmos» (Sagan), de «Historia del tiempo» (Hawking), e incluso de «La desilusión de Dios»(Dawkins), nos encontramos con temas bastante básicos que no forman parte del vivir diario de estos divulgadores, que han decidido expresar por considerarlo de importancia, como un acercamiento, y en el que han hecho uso de ayudas que les son impropias, como cuando Hawking reconoce la razón de su editor en que su libro no se vendería si tuviera ecuaciones físicas, o Dawkins con sus metáforas y patáforas 😀 , y Sagan con su emotividad y carisma. Pero todos ellos siempre dejan un mensaje para el que quiere ir más, suele ser muy breve y por algún lado quieren decir la verdadera belleza está en ese trabajo de fondo, en ecuaciones y problemas complejos, en días de observación del comportamiento animal, en observaciones astronómicas, etc. Ese es el día a día de esos divulgadores, el cual no queda registrado, si acaso o por una impresión o por unas breves líneas, a las cuales sólo les presta atención una minoría de sus lectores, oyentes, etc. En el caso concreto de Sagan, quiere llamar la atención sobre las pseudociencias, sobre la belleza de la ciencia, y sobre política; y lo intenta de la manera que puede, mintiendo en el particular sentido de «no ocultar la verdad, pero no mencionar la incomoda», y esto como he dicho, es que todo es mucho más complejo de fondo: la historia de la ciencia, de las religiones, el método científico, la construcción política y social, etc.

    Tercer punto (He mencionado 1.histórico. 2. multifacético) 3. Sagan era falible, Popper decía que «la ciencia era el arte de la sobresimplificación», pues bien, la divulgación es el arte de la sobresimplifación de la sobresimplificación, por ejemplo como ya se ha expuesto en este tema, el del método científico y la historia científica, que el posiblemente manejara mejor pero que es complicado de exponer en un libro o programa de televisión, y creo que sus explicaciones más que «fallar», lo que exigen es un alto grado de interpretación, también están lo que son errores sin más dilación que merecen ser criticados. Algunos son fallos, en el sentido de no ser a propósito, y otros son del tipo de falacias conscientes, los saltos que se critican de partir de unas premisas y llegar a unas conclusiones que simplemente no se siguen directamente; en este caso ¿quién no estará de acuerdo en que la tierra es pequeña (premisa) y que sería buena idea no matarnos (conclusión)?, pero lo que queda en el camino es el vacío que se critíca, y con fuerza, porque llevar adelante un planeta se traduce en ese tránsito, cada pequeña decisión juridica, política, económica, etc. necesita ese sustento, no una mera impresión como la que traduce Sagan. No es criticable eso de Sagan, sino más bien de la sociedad, porque da la falsa impresión de «estamos de acuerdo», cuando en el fondo la mitad no lo esta, y gran parte no tiene idea de en que esta pensando.

    Me quede sin saber como finalizar este tocho… 😀

  9. .Marfil. dijo:

    Lo que se me había quedado:

    … Expuesto ello, se puede entender la diferencia entre la identificación y la inspiración que produce un personaje, toda inspiración es para bien y lleva en últimas a superar al «maestro», a saber ver sus errores y corregirlos, a reconstruir sus otras facetas, a comprenderlo en un diálogo con la época en que vivimos de la cuál aún tiene cosas que decir, y como un testimonio de su época en la que intento con esfuerzo decir lo que creyó debía decir. Sagan, como científico no fue especialmente grande ni notorio, sino como divulgador, y lo que plantea como inspiración y dilema es ¿cómo hacer que el conocimiento de la ciencia llegue a todos?, hay también otras preguntas secundarias como ¿cómo hacer mejor ciencia, cómo avanzar más rápido, cómo ejercer la política?, pero la principal es esa, como superar el amplio desconocimiento que existe de la ciencia en la sociedad, lo que nosotros ahora vemos es ésta pregunta ¿cómo hacer que ese método de explicar la ciencia como un relato, sea sólo una atracción, un primer paso para empezar a hacer Ciencia con mayúsculas?; porque al menos de lo que nos estamos dando cuenta, es que está funcionando muy poco.

    La identificación son Sagan, es todo lo contrario; es obvio que debe existir una indentificación en el sentido empático del término, de saberse ver a uno en otro hombre; pero si ello no viene acompañado de retrospectiva, es cuando sucede el sentido negativo que he dado a la palabra, porque el método de Sagan, muchas de sus posturas, y incluso creencias, estaban equivocadas. Cuál es el derrotero de la divulgación ¿crear una base mínima de conocimiento en la sociedad, para superar éste estadio y empezar a construir un mundo en el que generación tras generación el compromiso sea mayor con el conocimiento?, o ¿resignación de que la divulgación acompañe toda la historia en adelante, siendo siempre una minoría: una minoría de acceso a la población, una minoría del conocimiento que se transmite?. Ya puestos con Sagan, por qué no reflexionar lo que comente antes del papel de la ciencia en la televisión, la ciencia hoy en día cuenta con una mucho mayor divulgación que antes, pero tiene casi perdida la batalla de acceso por televisión y otros medios, no es más que una categoría no una parte integral… y ello trae aún más discusiones, la libertad de ser ignorante (aunque filosóficamente no pueda existir). Porque al menos acá nos quejamos, o yo me quejo, del poco espacio de la ciencia; pero socialmente ¿por qué tenemos que pagar por un plan de televisión que trae canales científicos que no se quieren ver?, qué acaso no se tiene ya el conocimiento definitivo de Sagan de que sólo somos un punto azul pálido, ¿qué más hay que conocer?; por más que parezcan retorcidas estás palabras, son en realidad el pensamiento de muchos, y de una gran cantidad de los que aplaudieron el vídeo de Sagan (y obviamente ni de lejos esa era su intención, no recuerdo si en este blog o en historias de la ciencia, fue dónde dije que el soporte filósofico de Sagan era una especie de bios teorikos).

  10. omalaled dijo:

    Juan Pablo: nunca atacaré a una persona por tener una creencia. Uno puede creer en el cielo, el infierno o que el universo no es más grande que una cáscara de nuez. Ahora bien, muchas de esas personas y las instituciones a las que representan ejercen poder económico y político e intentan imponer sus creencias como hechos consumados a personas que nada tienen que ver con esas creencias. Y eso es harina de otro costal.

    Respecto Sagan y sus equivocaciones; pues es muy posible que se haya equivocado o exagerado. Errores de lógica me parecen más extraños. ¿Quién no se ha equivocado nunca? ¿quién no ha cometido un error? ¿quién no ha exagerado alguna vez?

    Lo del dragón en el garage me parece, vamos, maravilloso. Cambia el dragón por los ovnis, por la astrología, por la pseudociencia y ya tienes la línea de argumentación que sigue la ciencia. Claro que alguna vez se han perseguido dragones, claro que se han hecho hipótesis que luego se han visto falsas. Así avanza la ciencia: se presiguen dragones y si se demuestra que no están se abandona la hipótesis. El método científico logra que se abandone la persecución. Dime qué otra rama del saber humano tiene este tipo de auto-corrección. Creo que no hay otra. Creo que eres demasiado exigente con los científicos. Es imposible acertar a la primera. Con ese método hemos logrado tener teléfonos móviles, visitar otros planetas y poder tener este debate por Internet.

    La materia oscura, pues es una hipótesis. Lo único que está claro es que no se cumplen las ecuaciones en el movimiento de las galaxias; a partir de aquí se persiguen dragones (como muy bien afirmas) y se buscan esas huellas que deben dejar según pasan. Se persigue la materia oscura en este caso. No sé cuánto tiempo pasará, pero un día aparecerá una prueba, un detalle que confirmará o desmentirá su existencia. De momento es una hipítesis.

    Fíjate que en tu último párrafo, lo dices así tú mismo: Estoy seguro de que vos podrías dar más ejemplos de dragones en los cuales los científicos han creído, y tendrás que aceptar que la falta de evidencia momentánea (aunque momentánea puede equivaler a varios siglos) no ha sido motivo para descartar ciertas hipótesis, que posteriormente sí fueron confirmadas o rechazadas.

    Hablas de la palábra mágica: momentánea. La ciencia avanza de esa manera. Se tardaron milenios en desbancar la física aristotélica, por ejemplo; pero acabó sucumbiendo. Y Sagan, aparte de ser una persona con equiviocaciones, muestra de forma muy sencilla esos razonamientos con ejemplos como el del dragón.

    Me declaro admirador de Sagan, pero también afirmo que pudo cometer errores. Creo que lo del dragón en el garage no es un error y lo de la foto que abría este post tampoco. Supongo, sin embargo, que no lo ves igual que yo 🙂

    Salud!

  11. JuanPablo dijo:

    Uf, este último comment de .Marfil. me recuerda otro de los grandes problemas con Sagan, uno que llegó a advertir sobre el final de su vida pero que no hizo mucho por corregir. Y de hecho, es el tema de fondo que está detrás del post inicial de pseudópodo, ese ‘no somos nada’ y nuestra pequeñez: su influencia en los viajes tripulados y en la exploración humana del espacio (lo terriblemente caros, difíciles e inútiles que son). El propio Asimov señaló algunas de las falacias en esa discusión, pero ganó Sagan… y así estamos hoy, donde hay quienes son escépticos respecto al viaje a la luna!

  12. pseudopodo dijo:

    Bueno, entiendo que puede que haya quien tenga a Sagan por un héroe por razones más válidas que las que yo decía. De todas maneras, coincido con JuanPablo en que como divulgador y científico dejaba mucho que desear. Eso sí, yo me vi Cosmos con auténtica devoción, en blanco y negro en la única televisión que había en España entonces. Pero ha llovido mucho desde entonces y yo soy mucho menos ingenuo….

    Pero paso a lo que creo que es más sustancial aquí, que no tengo mucho tiempo. Omalaled, está claro que un científico sensato no debe descartar que existan peces de menos de 2 pulgadas sólo porque no los pesque su red. Eddington no está describiendo la ciencia sino caricaturizando la actitud cientifista de algunos científicos (y divulgadores).

    Estamos de acuerdo en que (cito tus palabras) “las cosas que no se pueden observar no se descartan, pero tienen que cuadrar con lo conocido”.

    Donde yo creo que discrepamos es en qué instrumentos pueden usarse para explorar el lago. Aquí la red representa los métodos de las ciencias físicas. Un ictiólogo menos cerril que el que caricaturiza Eddington seguro que estaría de acuerdo en que puede probarse con una red más tupida. Pero seguramente no estará de acuerdo en que puede haber peces que no sean capturados por ninguna red, peces que sólo puedan ser estudiados con instrumentos totalmente distintos. ¡Al fin y al cabo, si el pez es muy pequeño siempre habrá una red suficientemente tupida! Y sin embargo, puede haber un pez que tenga suficiente inteligencia para esquivar cualquier red, y sin embargo pueda capturarse pescando con un anzuelo.

    Es decir, a lo mejor hay cosas que sólo podemos ver si abandonamos el paradigma de la red y adoptamos el del anzuelo. Precisamente eso ha pasado muchas veces en ciencia, y por ahí iban algunos de los ejemplos que podía JuanPablo. Sagan, con su cuento del dragón en el garaje, sólo admite los métodos y las pruebas de las ciencias físico naturales.. Pero a lo mejor esos dragones son capaces de esquivar esas redes y picarían en un anzuelo. A lo mejor si intentara adoptar la mentalidad, la manera de mirar de los que ven a esos dragones, podría verlos (esa es la idea de este post)

    Pero eso no lo puede concebir Sagan, y por eso concluye que la existencia del dragón “es extremadamente improbable”, lo cual, en la práctica, es una forma educada de decir que no existe (porque Sagan no es tan burro como el ictiólogo de Eddington).

    Lo que Sagan y los saganianos que habitan en las webs “escépticas” no son capaces de entender es que no somos capaces de mirar la realidad más que desde dentro de un paradigma. Piensan, como los positivistas del SXIX, que hay “hechos” incontaminados por nuestros modelos, presunciones y cosmovisión previas. No han leído a Kuhn ni nada de antropología. Pero lo cierto es que eso es imposible. El paradigma científico está muy bien, pero no es el único válido. Tenemos a nuestra disposición el arte, la literatura, el derecho, la psicología popular, la religión, incluso el misticismo. Y todo esto, en muchas versiones según las distintas culturas (occidental, india, china, etc) Todas esta riqueza de paradigmas está muy bien, porque nos permite acercarnos a una realidad que es multidimensional y contemplarla desde distintos ángulos. Como cuando para visualizar un objeto sólido vemos sus tres proyecciones. Querer quedarse con un solo ángulo, sea el que sea, es empobrecedor. Por eso lo de Guerra y Paz (Audrey Hepburn era encantadora, pero te recomiendo el tocho. Es que estoy a punto de conseguir acabarlo)

    A ver si en otro rato contesto a Marfil, que es comparable a Tolstoi por su torrencial escritura 😉

  13. pseudopodo dijo:

    .Marfil., muy oportuna tu distinción entre inspiración e identificación, y tu análisis de las contradicciones y los compromisos de la divulgación. Llevo tiempo rumiando la cuestión de qué ciencia sería deseable que conocieran los ciudadanos. No es nada sencilla la cuestión, como tú apuntas.
    En este blog me he referido a ello varias veces y de hecho tengo abierta una serie de posts que se titula «pensar como un científico» con la que quiero seguir analizando esto…(capítulo I y capítulo II de la serie).

  14. Asturchale dijo:

    ¿Puedo recomendar otra vez al Arcdruid? Tiene un post muy interesante sobre este tema, «How Not to Save Science».
    http://thearchdruidreport.blogspot.com/2006/07/how-not-to-save-science.html
    En pocas palabras viene a decir que la divulgacion cientifica no deberia enseñar teorías ni descubrimientos, sino más bien mostrar el modo en que avanza el conocimiento.
    Cito un parrafo:
    «A book of scientific doctrines would also ensure that the most important dimension of science itself would be lost. Science, it’s crucial to remember, is not a set of doctrines about the universe. At its core, science is a system of practical logic, a set of working rules that allow hypotheses to be tested against experience so that they can be discarded if they’re false. That set of rules isn’t perfect or flawless, but it’s arguably the best method of investigating nature our species has invented so far, and it’s worth far more to the future than any compendium of currently accepted scientific opinions.»
    Sagan y Asimov, con su «divulgación», presentaban una ciencia pulida, limpita y envasada al vacío donde cada dato encajaba como un guante, sin teorías alternativas, sin dudas ni incertidumbres en la recogida o la interpretación de los datos. Eso no es ciencia, eso es doctrina. Asimov, por ejemplo, que escribió tantos libros sobre historia, se enorgullecía de escribir «de memoria», sin consultar ningún dato. Como historiador estaba, pues, a la altura de Herodoto (un tanto desfasado, en otras palabras).

    La grandeza de la ciencia está, precisamente, en su humildad. Es grande porque siempre está dispuesta a reconocer que se ha equivocado: a renunciar a una idea preconcebida cuando aparecen datos que la contradicen. El cientifismo de Sagan, Asimov y Dawkins no es más que otra religión, fundada sobre el dogma del progreso perpetuo.

  15. pseudopodo dijo:

    El archidruida, como siempre, tiene razón. Por cierto, lo que dices de la ciencia envasada al vacío de Sagan y Asimov se aplica todavía más a los libros de texto. Aunque ahí puede estar más justificado en ocasiones…

  16. omalaled dijo:

    psudopodo: en la historia del dragón, se pone de maifiesto que alguien intenta hacerte creer algo sin aportar ni una sola prueba. Que lo creas porque él lo dice. Y como siempre, he de recordar que el método científico se basa en pruebas, observaciones; y no dragones imaginarios sin una sola prueba. Sagan no dice que sea improbable, sino que plantea (y quizás es el punto más interesante) la diferencia entre un dragón del que no tenemos ni una sola evidencia y de la no existencia del mismo. La diferencia es la misma. Y aquí entra tu forma de pensar. Puedes decir que el dragón existe pero no podemos verlo ni observar nada de él o simplemente no existe. Cambia el dragón por «Dios» y tienes creyentes y agnósticos. El científico (por definición) es agnóstico; cosa que no quita que pueda haber científicos creyentes. Al fin y al cabo, el resultado es el mismo 🙂

    No es lo mismo el conocimiento científico que el resto del saber. No puedes comparar la ciencia con (palabras tuyas) «el arte, la literatura, el derecho, la psicología popular, la religión, incluso el misticismo». No tienen nada que ver. Ninguno de ellos aplica el método científico (la psicología popular, depende de lo que entiendas por ella, pero el resto no tiene nada que ver). Ninguna de ellas nos habrá puesto en coche, en avión o en la era de las telecomunicaciones o llevar al hombre a la Luna. Es otro tipo de conocimiento. Hay quien le gusta más y hay quien no. La realidad no es multidimensional. Mandan las observaciones. Así interpretamos la realidad: lo que podemos medir. Si, como afirmas, la realidad es multidimensional, deberías explicar alguna otra dimensión que no sea la de las observaciones (la primera parte del método científico); si no, no entiendo qué quieres decir con ello. La realidad es una, ¿no? El Sol luce, la Tierra se mueve … ¿qué otra realidad hay?

    Asturchale: discrepo de ti cuando dices que Sagan y Asimov explican la ciencia «envasada al vacío» o «como una doctrina». Tras esas doctrinas hay evidencias experimentales que cualquiera de nosotros puede repetir en un laboratorio. Lo que sucede es que la explican de forma agradable y poco pesada. El cientifismo de Sagan, Asimov y otros (a Dawkins no lo he leído todavía) no tiene nada que ver con la religión. Es lo mismo que cuando te explican historia, literatura o religión un profesor malo y uno bueno. Sé de profesores malísimos de ciencia; pero lo que tienen estos dos como divulgadores es que lo hacen fácilmente comprensible para personas que no se hayan dedicado a ella. Y es difícil porque el lenguaje de la naturaleza es las matemáticas y hay que entenderlas.

    No Sagan ni Asimov hablan de «dogma del progreso perpetuo» ni nada por el estilo. La ciencia es la mejor manera que tenemos (por ahora) de conocer y profundizar en las cosas que observamos (o medimos); ni más ni menos.

    La ciencia es humilde y acepta equivocaciones. Pero también es escéptica y exige pruebas. Si hay alguna contradicción entre lo predicho y lo observado hay que dar constancia de esa contradicción; y no sólo eso: se premia a los que encuentran contradicciones. Pero hay que encontrarlas. No vale decir «eso no es así» o «es una doctrina» y quedarse tan ancho.

    En fin …

    Salud!

  17. pseudopodo dijo:

    Omalaled, como verás, te he respondido en este post:

    Una realidad multidimensional

  18. Asturchale dijo:

    >>Tras esas doctrinas hay evidencias experimentales que cualquiera de nosotros puede repetir en un laboratorio.

    Por supuesto, pero si el divulgador las derrama sobre su audiencia de profanos, sin más, en la práctica tendrán tanta validez como si esgrime, a modo de fuente, una visión o un libro sagrado. Todos sabemos que la luz viaja a 300.000 km/s, pero la mayoría no tenemos ni idea de la forma en que se midió esa velocidad. Para el profano moderno, el científico tiene la misma autoridad que tenía el chamán para sus lejanos antepasados.

    >>No Sagan ni Asimov hablan de “dogma del progreso perpetuo” ni nada por el estilo.

    El mito del progreso, como la mayoría de los mitos, rara vez se expresa explícitamente, pero subyace a todo el discurso de los pensadores cientifistas. La idea es que el espíritu humano, la curiosidad y el afán de superación, llevan desarrollándose desde hace milenios. Partimos de un pasado lleno de nieblas e ignorancia y caminamos, dirigidos por nuestra razón y nuestra sed de conocimiento, hacia un futuro cada vez mejor. Incluso he oído alguna vez que la ciencia «terminará por librarnos de la vejez y de la muerte». Todo ello trufado de ideas inspiradoras, como esa de que «estamos hechos de polvo de estrellas» o «viajamos juntos en este diminuto globo azul, perdido en el silencio perpetuo del cosmos».
    Una cosa son las ecuaciones y los experimentos, y otra muy distinta una ideología que algunos quieren colar en el paquete.

  19. .Marfil. dijo:

    A vueltas de nuevo del tamaño, he encontrado unos versos también bastante nobles (a mi francamente el vídeo en homenaje al pequeño punto azul pálido y Sagan, me gusto bastante, y me pareció un noble punto de partida para la reflexión), de Isaac Watts en el poema «False Greatness».

    «If I could reach from pole to pole
    Or grasp the ocean with a span,
    I would be measured by the soul;
    The mind´s the standard of the man.»

    «Si yo fuera tan alto
    que pudiese alcanzar el polo
    o abarcar el océano con mis brazos,
    pediría que se me midiese por mi alma,
    porque la verdadera medida del hombre es su mente.»

    Me reafirmo en lo dicho, creo que Sagan y la divulgación en general son un buen punto de partida, no un todo absoluto. Más que criticarles a ellos, porque realmente hacen una labor de gran valor, hay que volver la vista a la sociedad y al individuo, y ver qué anda mal allí…

    ¿Por qué necesariamente la humildad?, ¿Qué acaso no se puede apostar por un orgullo estoico y luchar por ello?, en vez del interludio de Sagan

    «Tuvimos éxito en tomar esta fotografía, y al verla, ves un punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. Sobre él, todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada «superestrella», cada «líder supremo», cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.»

    Apostar por la reivindicación (a futuro, no histórica):

    «Hay que cumplir nuestro plan. Ese que hace millones de años viene celosamente cumpliendo la adormecida humanidad. Pero entre tanta gente inerte existieron espíritus graves, hombres que buscaron La Verdad y estuvieron tan cerca que fueron quemados por idiotas e ignorantes, o encerrados en manicomios…” (Emilio Fatuzzo)

    No conformarse en la nadería, la paz será un logro de la especie humana, pero jamás un mérito el simplemente dejar de matarse o “librarnos de la vejez y de la muerte”, si no llega a vivirse para algo, tanto da igual la la inmortalidad producto de la técnica, como «la serie sucesiva de individuos relacionados entre sí como un solo individuo que realiza el misterio de engendrarse a sí mismo generación tras generación» que es la humanidad inerme atrapada en la inercia de la historia. Importa más merecer que obtener. «Obra de modo que merezcas a tu propio juicio y a juicio de los demás la eternidad, que te hagas insustituible, que no merezcas morir.» Unamuno.

  20. JuanPablo dijo:

    omalaled, hay algo que no me estás entendiendo, tal vez porque se mezclan los comments y aparecen posturas que por su similitud se pueden confundir con las mías. Yo no te estoy proponiendo ningún otro método, ni te propongo «otra rama del saber humano» con «este tipo de auto-corrección.» Te quería mostrar que esa creencia en dragones invisibles es habitual en la ciencia, y la burla de Sagan resulta chocante, es como si él lo ignorase al hacer un comentario semejante. Cambiá tus referencias a la pseudociencia -que no pretendo ni pretendí nunca defender- y poné Semmelweiss: vas a obtener a una persona que sin pruebas, ni experimentos, ni autoridad científica, ni evidencias, estaba haciendo una afirmación (correcta) que sus colegas científicos -tipo Sagan- se negaron siquiera a considerar. O poné Galileo… otro que no podía proporcionar pruebas de lo que afirmaba (y la única, el tema de las mareas, era errónea!) Como decís: «en la historia del dragón [o de ellos], se pone de maifiesto que alguien intenta hacerte creer algo sin aportar ni una sola prueba. Que lo creas porque él lo dice.»

    Por otra parte, ese ‘momentáneamente’ que te parece tan clave, es por el “dogma del progreso perpetuo”. Por lo general, estos dragones evolucionan, y cuando por fin se encuentran rastros de alguno, éste ya mutó y los científicos de la época están considerando una nueva especie desconocida. Otras veces algunos dragones no desaparecen del todo, sólo quedan ahí y se van olvidando porque nadie los menciona, pero sin que se llegue a establecer qué pasó al respecto.

    Sobre los errores de lógica de Sagan, hay varios. Hacé un día una lectura crítica (o escéptica, ya que te gusta el término) de sus cosas, y los vas a ver. Preguntate si las afirmaciones que hace se deducen realmente de los hechos, cuánto exagera, cuanto es falso (y ni hablar de los temas históricos). No amplío la lista que hice antes para dejarte el placer de descubrirlos 🙂

  21. .Marfil. dijo:

    Pseudopodo, en Historias de la ciencia comentabas:»Por seguir con el ejemplo que ponía, un Stalin no compartiría la primera humildad, pero se sentiría muy a gusto con la segunda: la vida de un hombre no vale más que la de una polilla, te diría.»

    Me ha recordado éste excelente vídeo, no digo cuál es para aguar la sorpresa:

  22. qbit dijo:

    Los «errores» de Sagan son mayúsculos. He notado que algunos que tratan de defenderle o disculparle, lo hacen por politiqueo, pues en más de una ocasión han mencionado lo mala malísima que es la Iglesia «tratando de imponer sus creencias» y tal.

    En fin, a lo mejor no se han enterado que en el mundo actual ninguna religión nos impone nada (hablo de Occidente). Los que nos lo imponen son los del pensamiento único, que no puede dejar de lado ni la ciencia, con personajes como Sagan, el apoyado Sagan, el venerado Sagan. Que si lo está así no es por casualidad, sino porque sirvió un interés, un interés progre.

  23. elyzabeth dijo:

    k oondass..!!!

  24. oscar dijo:

    la tierra es la mejor

  25. Alonso dijo:

    Para complementar mi comentario insulso y bobo puse una gran y bonita respuesta… pero se perdió D:

    Así que la resumiré: La ciencia no necesita héroes y los predicadores del «pensamiento crítico» todavía no pueden aplicar tal cosa en sí mismos. Vean como Sagan les metió esta idea tan ilógica: basta ponerle mucha azúcar y chocolate y tienes una lección ética venida desde la ciencia. Y si se ponen a pensarlo: ciencia y pensamiento crítico ni se parecen. Es casi como decir que usar un cedazo para el té y criticar el color o el filtrado que permite este son la misma cosa.
    A mi juicio era un post bonito, con mucha azúcar saganiana irónicamente, pero en fin. A ver si más rato, o cuando alguien conteste, desarrollo más las ideas.

    Saludos

  26. Yamil dijo:

    1) Muchas veces en este tópico se habló del tipo de conocimiento que proporciona el dibujo, la literatura, la religión, sobre el mundo. Es difícil dar un definiendum preciso de conocimiento, pero, siguiendo a Howard Gardner, podemos conjeturar que la mente tiene muchas competencias, y que, hoy en día, si bien conviven muchas perspectivas, el conocimiento científico, es una pericia lógica dificil de alcanzar, con sus pruebas y falibilidad. Sin embargo, Sagan escribe muy bien. Plantea metáforas muy elocuentes y literarias, algo que es de extrañar que Pseudópodo no resalte. Ése, y no solo ese, es un mérito de Sagan de llevar el conocimiento científico al lego. No concuerdo con la afirmación de que no pueden deducirse juicios morales de eventos físicos. Al contrario, creo que una comprensión del mundo, la posición el hombre en él, nuestro lugar en el cosmos, es un evento de imaginación, que libra al hombre de dogmas y que, interpretado correctamente, conduce a una autoevaluación de las acciones del hombre. Sagan escribía con pasión, y la belleza literaria de su prosa, asi como su capacidad divulgativa, no pueden reducirse a una serie de errores lógicos, injustamente evaluados por la incomprensión de la tarea de la divulgación científica. Es cierto que existen autores que propalan muchos juicios y resultan irrevocablemente portadores de ideología, pero no comparto su análisis de la intencion divulgativa de Carl Sagan.
    2)Nadie ha demostrado que se pueda echar a andar un auto sin ingeniería o que la ciencia sea un conocimiento más. Yo soy aficionado a las artes y al conocimiento. Creo que diversos sistemas de símbolos proveen una óptica diferente de la realidad. Pero, que cada uno da consecuencias que no se siguen de los otros sistemas de simbolos distintos del usado, no me quepa la menor duda. Sin duda, si yo quiero expresar mi mundo interior utilizaré simbolos abiertos y no delimitados en su semántica ni en su sintaxis, como en el caso del dinbujo y la pintura. Si quiere predecir la órbita de marte, usaré física newtoniana, y no un cuadro de Picasso.
    3) Pseudopodo dice que los fanáticos cientificistas no han leído a Kuhn y la antropología. Tambien dice que Sagan comete errores lógicos. Ante todo, Kuhn tiene un error garrafal, a nivel de perogrullada, en su teoría, y es que para él, la historia de la ciencia evidencia que existe un paradigma que sigue se enmarca dentro de una práctica social y a partir del cual luego vendra otro que lo romperá. Si esto es cierto, y como afirma su teoría, entonces, es absurda, porque a) su teoría, tambien es un paradigma, y por lo tanto, tienen contradiccion por autoreferencia. b) incluso obviando esta dificultad, Kuhn tambien dice que «los paradigmas son inconmensurables». Si esto es cierto, nuevamente, contradicción por autoreferencia. El hecho de absurdo lógico tan garrafal se puede ignorar y seguir buscando falacias. La falacia fundamental, por supuesto, es que la teoría de newton no es inconmensurable con la gravitacion de Einstein, pues esta última recoge y corrige muchas de las proposiciones de la de Newton. Respecto a los errores lógicos de Sagan, no se puede dar crédito de máximo rigor a una obra de divulgación, que es un ejercicio de ensayo científico más laxo, abocado a suministrar el conocimiento a quienes lo miran fuera de la vidriera. Como dijo Einstein, si el mundo se acaba, lo peor es que se acabe por los actos de unos pocos. La divulgación científica tiene muchas facetas, pero Pseudópodo solo resalta las negativas, y las negativas en un escritor muy elegante y de belleza literaria, que hizo aportes a la ciencia, que Pseudópodo no cita. Cae, por tanto, en «fanatismo religioso», que con tanto anhico quiere dar a saber en los «cientificistas».
    4) Estoy de acuerdo, empero, con muchas de las conclusiones de Pseudópodo, pese a no darse cuenta de las falacias y contradicciones de la obra de Kuhn. Concuerdo con la conclusión de que, por ejemplo, existe un cientificismo cuasi religioso, pero eso me parece, a mí, la negación del autentico camino de la ciencia, y no una faceta veraz de lo que debería ser.

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