La epidemia del SP

Traduzco y resumo un artículo reciente de The New York Chronicle:

El último informe del NYISR (New York Institute for Social Research) ha hecho sonar las alarmas sobre el SP [pronúnciese es-pii] en barrios como Harlem o el Bronx, en los que el consumo de esta sustancia se ha disparado y alcanza una prevalencia que supera el 90%. Pese a que el SP era desconocido hace sólo diez años, una amplia mayoría de los encuestados lo consideran un elemento “imprescindible” en sus vidas, hasta el punto de que un 40% de los encuestados en Harlem reconoce estar casi continuamente bajo sus efectos, y otro 40% consumirlo varias veces al día. Esta dependencia está produciendo disfuncionalidades importantes. Casi el 70% de los consumidores reconoce que se ha deteriorado la comunicación con sus padres o hijos, y el 52% admite que el SP es una causa frecuente de conflictos en la familia. (…)

Quizá lo más preocupante del informe del NYISR son sus hallazgos relativos a niños y adolescentes. Coincidiendo con el auge del consumo de SP, la edad de iniciación se ha reducido drásticamente: en muchas áreas de la ciudad la media está en los 12 años, mientras que a los 16 la prevalencia del consumo es virtualmente del 100%. Las consecuencias del abuso continuado desde edades tan tempranas son una incógnita, pero ya es observable un aumento acentuado de los trastornos por déficit de atención. “La inmensa mayoría de nuestros problemas de disciplina están ligados directamente al SP”, afirma Selma Velasquez, directora de la Lincoln High School de East Harlem. “El SP está estrictamente prohibido en las aulas, pero nos vemos impotentes para atajarlo. Los alumnos lo consumen incluso delante de los profesores. Lo que es peor, hemos tenido casos de profesores que lo consumen delante de los alumnos”.

Hay que aclarar, para los lectores españoles, que el SP es legal en los EEUU. Más aún, se pueden encontrar tiendas que venden SP casi en cada esquina, y muchos economistas consideran que el boom del SP está siendo un factor clave para la recuperación de la economía norteamericana. El presidente Obama ha lanzado recientemente la iniciativa SP iS Prosperity para aumentar la penetración del SP en todos los ámbitos de la administración pública.

* * *

A estas alturas ya lo habrán entendido ustedes, pero creo que no está de más aclarar que el malévolo SP [pronúnciese es-pii] es un acrónimo de SmartPhone (¿qué mismo da una sustancia que un dispositivo?). El New York Chronicle no existe y me he inventado el artículo de cabo a rabo. Me he inventado el artículo, pero no los datos, que no se refieren a Harlem sino a España. Los he sacado del último barómetro del CIS (preguntas 16, 17 y 41) y de alguna otra referencia en la web. Lo de Selma Velasquez se lo he oído a más de un amigo profesor de instituto.  Y en cuanto a la iniciativa del presidente Obama, es totalmente imaginaria… pero algo por el estilo habrá hecho, seguro.

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125 respuestas a La epidemia del SP

  1. loiayirga dijo:

    🙂 De momento me ha hecho mucha gracia. Pero voy pensar un poco antes de hacer mi segundo comentario.

  2. Ana dijo:

    Mi sobrina de doce años dice que soy una «friki». Entre las cualidades raras que me «adornan», según ella, destacan dos: «hablo de Dios» y casi nunca uso el Wasap. Ella asegura que ninguna de las dos cosas son «normales». Como veis, no sé ni cómo se escribe wasap (porque así no se escribe, ¿no? y no tengo ganas de buscarlo ahora). Os dejo fotitos para que os preocupéis un poco más, por si no lo estábais ya bastante.

    http://roflhome.com/entertainment/this-may-look-innocent-but-it-s-very-wrong-in-fact-780

    Me gustó/asustó su noticia imaginaria, don Pseudo… ¿imaginaria?
    Un abrazo de pantalla a pantalla… qué le vamos a hacer.

  3. Alejo Urzass dijo:

    Mientras piensa Don Loia su segundo comentario, digo que yo, más que como un problema o peligro lo veo como un fenómeno interesante aunque lógicamente traerá consecuencias inevitables e inesperadas. Algo perderemos pero será más lo que ya ganamos, creo y espero.
    A pesar de que la gran cantidad de basura que emite la TV, porque hay gente mirando eso, ¿podríamos ya decir si la TV ha traído mayor cantidad de males que de bienes? ¿Sabe alguien si las guerras de la/s última/s década/s son, en tanto que televisadas, más o menos crueles que las anteriores? No tengo datos pero lanzo la hipótesis de que son menos crueles por el mero hecho de que cualquier pequeña dosis de crueldad no pasa desapercibida en TV, por eso de que hay mucha gente mirando.
    En tanto que tecnologías de la comunicación creo que algún paralelismo podría haber entre las consecuencias de la TV en la sociedad y la de los SP. ¿No hay gente enganchada a la TV, que no puede vivir sin ella y no hay un grado de penetración en los hogares de, virtualmente, un 100%? Es significativo que los jóvenes estén sustituyendo la TV por las tecnologías basadas en internet de forma drástica.

  4. Epicureo dijo:

    Pseudópodo, me has pillado completamente. Solo cuando leí lo de Obama empecé a sospechar algo raro. Si no se te ocurre esa frase todavía estaría buscando en Google qué es eso del SP.

    En fin, todas las novedades tienen una etapa en la que se consideran adictivas, disruptivas, entontecedoras y todo lo que quieras. En muchos casos porque sustutuyen a otras aficiones que en su momento también se consideró que eran novedades desastrosas. Como bien dice Alejo Urzass, mucho del tiempo empleado en usar esos chismes se quita de ver la tele.

  5. Ana dijo:

    Alejo, Epi, en ese chisme también se ve la tele 🙂 Que ya he oído yo a alguna decir que ve a «María Teresa» en su móvil… Al menos en el sofá de casa no hay peligro de estamparte con una farola o de que te atropellen.

  6. Sergio dijo:

    jajaja. Muy bueno Pseudópodo, brillante. Estoy con Epicureo en lo de cómo irrumpen las novedades a nivel social; al hilo de esto, una frase del artículo que pongo más abajo: La imprenta fue considerada como una tecnología que empobrecía la memoria y debilitaba la mente.
    A mí particularmente me preocupa algo más específico y que se deriva de esto: el exceso de información (o la infoxicación). Aquí el artículo: http://elpais.com/elpais/2014/10/31/opinion/1414751280_682185.html

    • pseudópodo dijo:

      Vaya, Sergio, se me pasó responderte. Leí el enlace y empieza bien, pero luego creo que desenfoca un poco el problema… y no está a la altura del título. Por lo menos, cada vez se va hablando más de esto.

  7. joantarrasso dijo:

    Depende… A mis alumnos del primer ciclo de la ESO no les dejo ni calculadora (excepto en el tercer trimestre a los de 2º pues cursan los temas correspondientes a estadística y geometría). A los más mayores y dependiendo del contenido de estudio (prohibida calculadora para racionalizar denominadores o hallar raíces de polinomios) sí, gracias a los SP he podido rescatar la mítica Hewlett-Packard 42S así como el uso de programas como Maxima en un dispositivo cómodo y manejable.

    Como todas las cosas los SP pueden ser una maravilla o todo lo contrario, depende del uso que se haga.

  8. Epicureo dijo:

    joantarrasso, ya que sacas el tema, y disculpa el atrevimiento siendo tú profesor y yo solamente padre…

    ¿Qué motivos tienes para prohibir el uso de la calculadora? No puedo comprender que hagan perder horas a mi hija practicando la división por números de dos o más cifras, algo que olvidará de inmediato en cuanto pueda hacerlo con una máquina, como yo lo olvidé. Y quizá acabe la secundaria sin haber usado una hoja de cálculo en serio. En mi poco válida opinión, es casi como si en las autoescuelas se dedicaran a enseñarte a montar a caballo y te prohibieran acercarte a un coche.

    Y si tenemos en cuenta que nuestros jóvenes suelen ser sumamente torpes en la resolución de problemas, en especial de problemas con planteamiento deficiente o incompleto, sin solución o con solución solo estimativa (o sea, los que se encuentra uno en la vida), pues yo me plantearía las prioridades.

  9. joantarrasso dijo:

    Epicúreo, sólo prohíbo el uso de la calculadora en los primeros cursos. Te sorprendería la cantidad de chicos que no tienen memorizadas las tablas de multiplicar o que tienen que sumar cinco veces siete para responderte que 5*7=35. Por tanto, el primer motivo de esta prohibición es para forzarles a aprender de memoria las tablas (haz la prueba con tu hija); el segundo, es que el dominio de las tablas conduce a que aprendan eficientemente el algoritmo de la división entera y de problemas de divisibilidad que es la base de la Teoría de Números; pero aquí no acaba la cosa, pues el mismo algoritmo nos permite dividir polinomios y entrar en problemas algebraicos y de lenguajes de programación; esto a su vez, se da por sabido para tratar las cuestiones del Análisis Matemático; y de aquí a la Física. Conclusión: los pequeños deben memorizar la tablas de multiplicar.

    En cuanto a aprender conducir un coche o montar a caballo… nada tiene que ver con esto. El razonamiento por analogía de entrada es falso, puede ser pedagógico y captar el interés del alumno, pero debe de manejarse como el que manipula nitroglicerina.

    Resolver problemas requiere mucho esfuerzo, estudio y entrenamiento. La enseñanza de cualquier disciplina es lenta y dolorosa pero debes de empezar por memorizar la tabla de multiplicar.

  10. Alejo Urzass dijo:

    Ana, en la tele se ve cine pero la tele no es cine, es más. En internet se ve tele pero no es tele, es más. El esmárfono es internet todo el tiempo y en cualquier sitio. El peligro no es ser atropellado por un tranvía (para eso basta con las musarañas). El peligro es que la gestión de nuestra atención se vuelve tarea complicada. Esto implica que determinados rasgos del carácter de las personas que anteriormente no eran una virtud de primer orden, ahora se vuelvan más necesarios, y lo contrario, que determinadas virtudes, que lo eran hasta hoy, en el futuro se conviertan en desventajas.
    Con respecto a los niños y jóvenes lo que más me preocupa, más que lo de la gestión atención (y la impaciencia como reacción a la falta de inmediatez que se pide) es la falta de espacio (tiempo) para el aburrimiento. Creo que el «aburrimiento», como el instante de calma que precede una tormenta, es uno de los impulsos principales del desarrollo de la curiosidad, la creatividad y la inteligencia porque nos impulsa a la acción. El aburrimiento nos impulsa a la acción. Si los niños no tienen hueco para aburrirse veo difícil que tomen conciencia de que el motor está en ellos.

  11. Epicureo dijo:

    joantarrasso, aunque acepto tu argumentación en principio, los chicos que en los 6 años de primaria no se han aprendido las tablas nunca van a dedicarse a dividir polinomios o hacer integrales (ni tampoco el 90 % de los demás). Para ellos la ESO no son los primeros años, sino los últimos de su formación matemática. Me entristece que dediquen la mitad de esos años a dominar un algoritmo que una calculadora hace mil veces más rápido y mejor.

    E incluso para los demás… No estoy seguro de que aprender de memoria y ejecutar mecánicamente un algoritmo sea lo mismo que comprenderlo. Si fuera así las calculadoras serían los mejores matemáticos del mundo. Y no.

    Pero bueno, tú eres el profesional. Si te parece que ese es el mejor sistema para que la gente acabe la enseñanza obligatoria sabiendo lo que hay que saber de matemáticas, será que lo has comprobado.

  12. joantarrasso dijo:

    Epicúreo, si a mí la enseñanza obligatoria hasta los 16 años (¡incluso 18 años!) y todos juntos me parece una aberración. Creo que tendría que haber itinerarios u otras soluciones que dieran satisfacción a las capacidades e intereses de los alumnos.

    Por otra parte, tengo comprobado que los alumnos se equivocan más en las operaciones aritméticas o, mejor dicho, con una sucesión de ellas, con la calculadora que si operan a mano. T

    Era más eficiente el dueño de la papelería de mi calle, con lápiz y papel, que la chica que tiene empleada, con su calculadora, a la hora de sumar 2,70 y 3,15.

    • BloodyKefka dijo:

      Yo creo que la enseñanza obligatoria hasta los 16 está bien, el problema viene más bien de que están «todos juntos» y la falta de medios. No digo que haya que segregar entre más y menos aventajados (porque no es tan sencillo) pero era imposible aplicar los términos de la LOGSE, por ejemplo, con clases de 31 personas y sin medios para realizar una atención personalizada. En vez de eso, recortamos en educación y la elitizamos aun más XD

      • joantarrasso dijo:

        Bloody, sé más por viejo (27 años de servicio) que por diablo. Cuanto dices lo vengo oyendo desde el principio de los tiempos pero la realidad es tozuda. Por muchos paños calientes que se pongan y por mucho que se fuerce la máquina siempre habrá trabajadores y menos trabajadores, inteligentes y menos inteligentes, guapos y menos guapos, ricos y menos ricos… siempre habrá una élite y gente del montón con todas las matizaciones que quieras. Quizá un encauzamiento sensato y riguroso es el menor de los males, pero… ¿quién le pondrá el cascabel al gato? ¿Los políticos? ¿Los «expertos»? ¡Ah, el profesor! Pues nada, a matar al mensajero con la anuencia de los demás.

      • bloodykefka dijo:

        Me estoy emepezando a hartar un poco del argumento de «la experiencia». Aquí todos tenemos una. No niego que usted sepa más que yo, pero por favor, ahórrese el argumento «yo se más que tú porque llevo muchos años», eso no es definitivo porque otro con los mismo años podría decir otra cosa, y lo hace. Lo siento, no tiene nada que ver con usted, pero me hace sentir contrariado que se recurrar a la falacia de autoridad (yo soy experto) cuando podría haber argumentos mejores.

        Para empezar, es normal que la realidad sea tozuda cuando básicamente nunca ha sido «como lleva oyendo durante muchos años». No creo que se puedan hablar de «por muchos paños calientes que se ponga…» cuando es muy probable que no se hayan puesto lo suficientes y los que se han puesto, no ha sido donde corresponde (ya sabe, los políticos creen que invertir educación es poner ordenadores y poco más XD). Y eso, con la LOGSE, es un hecho.

        Por otro lado, no creo en las fórmulas mágicas y tengo muy claro que un aumento de medios no va a solucionar esto de la noche a la mañana, y está claro que no todos los chavales sirven para lo mismo, pero no es lo mismo controlar a las manzanas podridas (esos que ya no tienen solución, o no están motivados) con otras 31 personas que con 20 o menos. Ya no es una cuestión de «motivar a los alumnos», sino de aliviarles cargas al profesor que los tiene que aguantar ¿no cree?

        Aquí hay datos de lo que ocurre cuando se realiza una enseñanza comprensiva «de verdad» y no la pantomima que hemos tenido aquí y que yo he sufrido.

        http://politikon.es/2015/04/23/segregacion-escolar-o-el-dilema-de-las-clases-medias/

      • bloodykefka dijo:

        Disculpe, releyendo mi respuesta he visto que puede dar la impresión de que puede sonar muy «tosca». Espero que de lugar a malentendidos y perdóneme por si le ha parecido algo «borde». No era mi intención.

      • Weno dijo:

        Muy interesante el enlace que aportas, Bloody. Un saludo.

  13. triglifo dijo:

    Debo decir que psudópodo también me ha metido un gol en toda la escuadra. Creo que ha sido leer «the New York» y «Research» y se me ha generado un micro estado alterado de consciencia que me ha puesto en situación de creerme todo lo que venía a continuación. Incluso he imaginado colores, textura,olor, presentación en pastillas, etc.. de la posible substancia. 🙂
    Sin duda se puede extraer una buena lección de esto…

    Creo que @Alejo da en la clave cuando habla del problema de la gestión de la atención. Si pudiéramos hacer un análisis del contenido que ve un joven (en realidad, cualquier internauta, y me incluyo) a lo largo de un día y del tiempo que destina a cada uno de los contenidos, seguramente el resultado pondría los pelos de punta. Estoy seguro de que, sin contar los chats, un tanto por ciento elevado serían los famosos memes o páginas del tipo: «10 cosas que debes saber sobre…», y eso en el mejor de los casos. La mayor parte de estos contenidos bien poco le habrían aportado.

    Y respecto al tema docente, creo sinceramente que no hay más solución que crear una especie de escudo electrónico que aisle los institutos, colegios, universidades…de las redes wifi y las conexiones móviles, al menos dentro del aula. No sé si es posible ni si ya se ha hecho. Porque la solución «fácil», (es decir, apagar el móvil), la veo casi imposible, sólo al alcance de algunos carácteres hercúleos.

  14. Gondomar dijo:

    Los «smartphones» son los terminales desde los que nos conectamos a la mente colmena.

  15. BloodyKefka dijo:

    Con estas cosas siempre me acuerdo de este meme: https://i.imgflip.com/52nv8.jpg

    • pseudópodo dijo:

      Bloody, no lo conocía, pero es el aspecto del cercanías hace ¿quince años? cuando apareció el 20 minutos, el primer diario gratuito. Hoy todo el mundo mira el móvil. Lo cierto es que en el cercanías el móvil no tiene la culpa de que la gente no hable, claro. Pero en los restaurantes sí 🙂

  16. Miguel Pasquau dijo:

    Yo también he caído.
    Magnífico recurso, pseudópodo.
    En cuanto a la segregación/separación/distinción en la educación obligatoria, no os situéis sólo en la perspectiva del profesor, o en la de los padres de los alumnos aventajados. Situaos también en la óptica de los padres de quien puede pero con más esfuerzo; o de los padres de niños que pueden pero «les cuesta esforzarse» (son vaguillos, pero porque no les han enseñado a no serlo); o de quienes maduran más tarde y hacen clic cuando ya apenas se esperaba.
    Si la educación (obligatoria) se mira desde la óptica de la excelencia (de arriba abajo), podemos perder importantes matices.

  17. Alejo Urzass dijo:

    Con esta frase «Pese a que el SP era desconocido hace sólo diez años, una amplia mayoría de los encuestados lo consideran un elemento “imprescindible” en sus vidas» yo ya he sospechado, aunque el personaje «harlem» ha hecho su efecto adecuado, efecto que leído a posteriori se vuelve ingenuo al instante, pero bueno, la corrección de estilo no era necesaria. Lo curioso es buscar NYChronicles he encontrado esta impagable foto (de un interesante blog fotográfico) sobre el uso del esmárfono:

  18. Alejo Urzass dijo:

    ¿Podría ser Don pseudo en el cercanías? 😉

  19. pseudópodo dijo:

    Bueno, mi idea era que llamándolo SP (y diciendo que suena casi como speed, y que se consume en Harlem, etc…) iba a colar con más facilidad presentarlo como una droga… ya veo que ha funcionado 🙂 (me he hecho mucha gracia la descripción de triglifo, por cierto). A mí lo que me parece interesante es que todos los datos que doy son reales, y suenan muy preocupantes, pero en el momento en el que caemos en que se trata de “un simple móvil” lo desdramatizamos automáticamente. En realidad, el post es ambiguo deliberadamente: la interpretación más inmediata es que hago que las maldades de una droga se contagien al móvil… pero puede verse al revés: si desdramatizamos al móvil, deberíamos desdramatizar a una droga que tuviera esos efectos…

    Cuando decís que lo mismo ha pasado con otras tecnologías, que todo depende del uso que se le dé, etc… (como Epicureo o joantarraso) tenéis razón, claro, pero el problema está en que toda tecnología tiene una dinámica propia, un sesgo interno que la lleva a que se impongan casi necesariamente unos usos y no otros, y a que nos cambie de una manera determinada (acordaos de las “cinco ideas sobre el cambio tecnológico” de Neil Postman), que no tiene por qué ser la que nosotros queremos. En el caso de los SP el gran problema, para mí, está en que son una máquina casi perfecta de distraer. Y la atención es nuestro recurso cognitivo más escaso y más valioso.

    Eso es clave en la educación, y los detalles que da joantarraso son interesantes porque precisamente demuestran lo difícil que es dar con el uso apropiado de una tecnología: el móvil (o la calculadora, ya puestos) puede ser muy bueno usado de una manera muy particular, para tal parte del temario sí y para tal otra no, en tal curso sí y en tal otro no… Así habla quien entiende, ha pensado sobre el problema y tiene experiencia. Pero ¿quién tiene tiempo para adquirir la experiencia –que sólo se consigue pagando una buena cuota de errores- cuando los cambios son tan vertiginosos, y cuando hay tanta presión para introducir “las nuevas tecnologías” (ese fetiche de nuestro tiempo) en el aula, como algo intrínsecamente bueno?

    Yo por mi parte soy bastante extremista con los móviles: en un centro educativo haría lo que dice triglifo: pondría un inhibidor de frecuencias y muerto el perro se acabó la rabia (por lo que he visto no son tan caros). Cuando encontremos una aplicación docente de los móviles que merezca la pena, lo quitamos. ¿Para qué exigirnos esfuerzos heroicos?

    Creo que Alejo en su segundo comentario ha señalado una clave del problema: «determinados rasgos del carácter de las personas que anteriormente no eran una virtud de primer orden, ahora se vuelven más necesarios, y lo contrario, determinadas virtudes, que lo eran hasta hoy, en el futuro se conviertan en desventajas». That is the question. Y lo malo es que el esmárfono es muy exigente en cuanto a virtudes. Me he acordado de una frase de triglifo en una serie de posts que trataban precisamente de estas ideas: «hay que ser un auténtico samurai del intelecto y las emociones para navegar por internet sin perder la dirección y no acabar dándole a cientos de “me gusta” o dejándote llevar por miles de slogans demagógicos». Pero muy poquita gente ve esto.

    Y no me da tiempo a más: gracias también a Miguel Pasquau, Gondomar (¿queremos tener la mente de la colmena?), Ana (yo ni siquiera tengo guasap –vamos a escribirlo así- y mi mujer tampoco, y ya estoy viendo que eso nos convierte en unos marginados informacionales, pero de momento estamos más tranquilos así) y loiayirga (seguimos esperando tu segundo comentario, aunque al menos tenemos un post relacionado en tu blog).

    • Gondomar dijo:

      Aclaro que mi comentario pretendía ser una crítica a la mente colmena que, en mi opinión, ya se está preconfigurando con el uso masivo de los «smartphones». Otro peligro es el espionaje –sobre todo con fines comerciales, pero también de control político– y la distracción continua que conllevan, como expones en tu entrada. Por esas razones no uso el móvil, aunque me supone quedarme un poco marginado de la pandilla y algún otro inconveniente.

      Me ha parecido excelente tu reflexión sobre los móviles y en general toda tu bitácora, por lo que llevo leído. Tu enfoque crítico de la tecnología es raro en estos tiempos y por ello muy de agradecer. Si te interesa este aspecto de los móviles como paso previo a la formación de una «mente colmena» o de una «sociedad celular», te recomiendo este ensayo que forma parte de un libro:

      We are the Borg! Human assimilation into cellular society
      https://www.academia.edu/6169698/We_are_the_Borg_Human_assimilation_into_cellular_society

  20. Epicureo dijo:

    Ese señor del tren me recuerda a mí. Pero yo no necesito libro y listófono (por qué no traducir del todo). El listófono es mi libro, hay aplicaciones que permiten descargarlos y leerlos, aunque no sea tan cómodo como el kindle. Y también se pueden leer periódicos y la wikipedia.

    El listófono también es una cámara de fotos y video, a veces de cierta calidad. Todos podemos fijar algo en imágenes y publicarlo en cualquier momento. Desastroso para el concepto convencional de intimidad, pero también con ventajas. Recordad el chico que grabó a un policía matando a un negro, hace muy poco. Y, curioso: desde que existen los listófonos, parece que se ven muchos menos ovnis y cosas raras.

    Y no lo olvidemos, es un potente ordenador con sofisticados sensores. Yo lo utilizo para afinar un ukelele, como instrumento topográfico para trazar mapas y medir cosas, para tomarme el pulso… Buscar aplicaciones que te sirvan de algo es otra terrible fuente de distracción.

    En realidad, el listófono es el ÚNICO avance tecnológico en lo que llevamos de siglo que ha superado las fantasías de los escritores de ciencia ficción. En todo lo demás nos han decepcionado. No hay aviones supersónicos, ni vacaciones en el espacio, no tenemos más ocio (salvo los parados) ni, en general, parece que vivamos en el futuro 🙂

    Por lo demás, el problema que se comenta es cierto. Efectivamente, la capacidad de ser selectivo y concentrado en tu atención se convierte en una gran virtud. En cambio, la paciencia deja en buena medida de ser necesaria, porque tienes todo literalmente en la palma de la mano. Repasando esas cinco ideas de Neil Postman, aunque la mayoría son bastante obvias, me llama la atención lo de la «idea-fuerza». En este caso, la más clara es: «siempre conectado, siempre comunicado». Aunque también sirve para aislarte de tu entorno inmediato.

    • BloodyKefka dijo:

      Lo de la ciencia ficción me chirría un poco pero no tengo argumentos suficientes, aunque si es verdad que a mi, ese futuro que se planteaba a veces, con edificios tan ultratecnificadas que eran estéticametne horteras siempre me espantó y creo que ahora entiendo el por qué: estéticamente hablando, a grandes rasgos no se ha cambiado taaaaanto desde la segunda guerra mundial, porque lo que ha ido cambiando «de verdad» han sido los cachibaches que usamos, especialmente sus tripas, que era lo importante. Esos futuros tan diferentes no tenían una báse sólida en la que justificarse, sino que eran «futuristas porque sí». No se si me explico.

      Respecto a los de los ovnis y eso, bueno yo diría que más bien es que eso ya pasó de moda hace más de 20 años, y más con lo que se ha dihco del Área 51 (que si es reciente). Los smarthphones simplemente ya entraron en algo que estaba abandonado XD

  21. Alejo Urzass dijo:

    Recientemente, tras quizá unos 20 años, revisité «Blade Runner» (1982), ambientada en un próximo 2019, para verla con mis hijos. Lo cierto es que el argumento principal de la película tiene aciertos atemporales (no he leído la novela en la que está basada y desconozco si coinciden del todo en cuál es esa idea principal), y pensaba que su ambientación seguramente habría envejecido bien, no en vano ha venido siendo inagotable fuente de inspiración para cierto tipo de historias distópicas en las últimas décadas del cine (lo que se debe casi totalmente a aquél genio del cómic llamado Moebius). Mi sorpresa fue la de ver una película llena de pantallas de ordenador anticuadísimas y ausencia total de algo que pudiera parecerse a un esmárfono, mucho menos a una red social virtual.
    Algunos edificios y gran parte de la estructura de la vieja ciudad de LA sigue no diferenciándose mucho de los de la II.WW, como apunta @bloodyK. (ver el apartameneto de J.F. Sebastian, por ejemplo), pero evidentemente acierta @epicureo con el detalle de que los SP han escapado de las fantasías de los más audaces escritores SF.
    A mis hijos (10 y 13 años) les gustó la película, pero el ambiente les pareció, en sus palabras, «antiguo».
    (No obstante sigue siendo una película enorme, que trata con una belleza poética indiscutible el tema de la vida y la conciencia, materializada desde unos recuerdos quién sabe si reales).

    • BloodyKefka dijo:

      La ciencia ficción siempre se basa en lo que hay cuando no encuentra otro tipo de inspiración, por eso parece tan «ireal» a veces. Lo curioso es que la realidad ha acabado siendo así (partes futuristas y partes que no lo son) pero a la inversa de cómo suelen ponerlo en las películas.

      Sin embargo, también leí una vez en un artículo que el cyberpunk (en donde se encuadraría blade runner, a su modo) no es «el futuro», sino más bien «el presente, pero muy cambiando» y aparentemente, algunas ambientación de ese género como Ghost in the Shell, Akira y Shadowrun (que si tienen smarthphone) si que se parecen más a lo que tenemos ahora (porque no tienen un cambio de estética radical con la estetica actual y pasada). Incluso Robocop con sus «rollo ochentero con robots» al final ha atinado más que «Regreso al futuro» XD. O el videojuego Final Fantasy VII (donde si hay pantallas antiguas jaja), aunque nunca llega a ser cyberpunk del todo y, evidentemente, va bajando en pos de la fantasía propia de la saga XD. Y luego está Willian Gibson, cuya novela Neuromante es el epítome del género y que dice que se inspiró en sus visitas a Tokio para su ambientación (dice textualmente «Shibuya ya era cyperpunk»)

  22. Epicureo dijo:

    Alejo Urzass, estoy muy de acuerdo con tu valoración de la película. La verdad es que el argumento no tiene mucho que ver con la novela (una pequeña parte, si acaso) pero sí el tono y ciertas cuestiones filosóficas sutilmente esbozadas: la naturaleza humana, la mortalidad, la misma realidad… Si ambientación sigue siendo creíble, no ya como un futuro posible, sino como un presente «alternativo» en el que las cosas fueron de otra manera; donde nunca se inventó el teléfono móvil ni la pantalla plana, pero hay androides, órganos cultivados y escáneres milagrosos que a partir de cualquier foto amplían nítidamente el reflejo en una pupila. También sigue siendo creíble el limpio 2001 de Kubrick, a su manera.

    Ya no se hacen películas así. Por ejemplo, «Interstellar», que se presentó como una película de ciencia ficción filosófica (y lo triste es que, comparada con otras, lo es), se resume en la simpleza «el amor todo lo puede» declamada por personajes propios de un culebrón venezolano. Eso sí, buenos efectos especiales.

    Una rara excepción es «Predestination» (2014), película australiana de bajo presupuesto que adapta con notable habilidad y atrevimiento un relato de Robert A. Heinlein.

  23. triglifo dijo:

    Recientemente revisité también «Blade Runner» y «2001» y debo decir que con ambas me decepcioné un poco y coincido bastante en las apreciaciones de @Alejo y @Epicureo.

    Blade Runner me pareció que había envejecido peor de lo que me esperaba. Quizá la culpa es de ciertos críticos que ensalzan la ambientación futurista de la ciudad cuando, a mi entender, lo mejor de la película está en los momentos introspectivos y confusos de Deckard, en su romance con la Replicante, en esos interiores ambientados con la música ambiental y delicada (y super ochentera) de Vangelis. Eso sí, no pude evitar que el monólogo final de Roy Batty me pareciera un pelín cursi, paloma incluída… ¡Ah!, y reconozco que leí la novela de P.K. Dick de adolescente y… ¡no entendí nada! A raíz de eso no me he atrevido con ninguna otra novela de P.K.Dick, pero creo que ya va siendo hora de darle otra oportunidad 🙂

    Con «2001» tengo un problemilla de ritmo. La factura técnica es impecable, como no podía ser menos teniendo al perfecccionista Kubrick de director, pero me falta algo de vida humana (lo que no le falta a Blade Runner) y quizá me sobra algo de «estética de la astronáutica». Quizá la factura es excesivamente aséptica, fría. Posiblemente acertó más «Allien» al retratar a unos astronautas sudorosos que dicen tacos en una nave algo sucia y llena de cables por todas partes…También, decir que si no fuera por haber leído el libro de A.C. Clarke, no habría entendido el trasfonodo filosófico de «2001»…

    Dicho esto, decir que ambas películas me parecen obras maestras del cine de ciencia ficción.
    Al menos es cine de ciencia ficción, cine de ideas, valiente en sus planteos y resolución. Coincido con la decepción de @Epicureo con «Interestellar». A mí me gustó bastante como entretenimiento pero reconozco que no tiene perdón que después de que te hablen de agujeros de gusano, paradojas espacio temporales… te vengan con un mensaje tan new age. Casi que encuentro más honesta «Gravity», ya que no tiene pretensiones filosóficas, es una película de sensaciones, es como ir a Port Aventura sin salir del cine.

    Y bueno, ahora mismo no me viene a la cabeza ninguna gran película de ciencia ficción reciente (seguro que las hay) desde los primeros 40 minutos de «Matrix»… (Me apunto la de «Predestination»).

    • BloodyKefka dijo:

      Hay que tener en cuenta que el cine de estados unidos ha perdido en detrimento de las series, quizás estais buscando donde ya no hay.

  24. mitsukeru dijo:

    Cogiendo el hilo de películas de ciencia ficción, realmente en las últimas décadas estamos escasos de verdaderos films futuristas, quizás porque por un lado la exigencia del público frente a estas (en su mayoría adaptaciones) cintas es muy elevado. Ya no nos tragamos sin más argumentos futuristas que en el pasado nos podrían parecer creíbles o incluso normales (como películas míticas a lo Regreso al Futuro o Tron). O porque se a convertido en un género «soft» para atraer al gran público (como pueda ser Yo, Robot) que se basan más en la acción y los efectos especiales que el trasfondo del argumento.

    En este caso diría que Predestination es una buena película, me enganchó desde el primer momento (como toda buena película), pero a la mitad ya me estaba oliendo el desenlace (para mí bastante obvio), a lo 12 monos, película para mí inolvidable.

    Por otro lado, me gustaría recomendar cierto film de escasísimo presupuesto y que apenas se dio a conocer a pesar de ganar multiples certámenes, Primer. Es una historia de ciencia ficción ubicada en el presente, pero tan enrevesada y con datos técnicos tan complicados que yo tuve que verla más de dos veces para realmente entenderla. El actor principal es a la vez director, guionista y compositor de la obra…y aún así merece la pena.

    Y como apunte, decir que aún salen de vez en cuando alguna que otra película de CF pero que llevados los productores por llegar al máximo público se trastoca mucho para desgracia de sus seguidores. Me refiero a la adaptación del célebre libro El juego de Ender. Aunque llega a ser bastante fiel al libro, no me acabó de convencer su puesta en pantalla…

    PD: He estado apunto de dejar a medias el post para buscar rápidamente qué era el SP jejeje…

    • BloodyKefka dijo:

      No recordaba el nombre, pero cuando la has descrito me he imaginado que es esa película de viajes en el tiempo que, curiosamente, la tengo pendiente. Y eso que a mi los viajes en el tiempo me escaman cada vez más.

      • mitsukeru dijo:

        Pssssssssss…jejeje

        Precisamente no quería desvelar de qué iba la película, yo la vi así y es curioso como acaba pasando todo. A mí también me «escaman» las películas de viajes en el tiempo, sobre todo porque acaban cayendo en paradojas irresolubles, pero que les viene genial al guión para dar giros inesperados. Aún así, creo que te gustará.

  25. pseudópodo dijo:

    Sobre las películas de sci-fi en las que se han enredado Alejo, Epicureo, Bloody, triglifo y mitsukeru: da la casualidad de que mi hijo (14 años) lleva como un mes insistiendo en que veamos Blade Runner, y yo estoy dándole largas porque pensaba que no era muy apropiado para su hermana (10 años)… pero en vista de lo que dice Alejo, voy a ceder un día de estos (la ví en el cine en la era remota en la que la estrenaron y naturalmente me encantó, pero era inevitable con todo el halo que la rodeaba y siendo yo el que era entonces… ya veremos que me parece ahora).

    Leyendoos me doy cuenta de que he perdido el interés por la ciencia ficción, que me apasionó en una época muy concreta. Las películas que han salido últimamente no me han llamado la atención, y por lo que contáis, no merecen mucho la pena, pero me apunto “Predestination” y “Primer”.

    Pero volviendo a los SP: a mí lo que me llama la atención es que los datos del CIS que cito (por ejemplo: “Casi el 70% de los consumidores reconoce que se ha deteriorado la comunicación con sus padres o hijos, y el 52% admite que el SP es una causa frecuente de conflictos en la familia” ) revelan problemas importantes, pero aceptamos el esmárfono (me gusta más que listófono) como si fuera una fuerza de la naturaleza contra la que no cabe ninguna actitud más que la aceptación. Es lo que decía Postman de que la tecnología se hace mítica. Por cierto, Epicureo, puede que algunas de las ideas de Postman sean bastante obvias… pero lo cierto es que no forman parte para nada de la visión del público sobre este tema. Gondomar dice (gracias por la aclaración y el enlace) que mi “enfoque crítico de la tecnología es raro en estos tiempos”. Yo creo que sí; acertado o no, un enfoque crítico es raro.

    La visión que predomina sobre la tecnología es muy ingenua. Por todas partes se cree en lo que Nicholas Carr llama “el mito de la sustitución”: pensar que al introducir un dispositivo nuevo todo queda como antes, salvo que ese dispositivo hace mejor el trabajo del anterior. Por ejemplo: el esmárfono es un teléfono que además hace lo que una cámara y un PC con conexión a internet. Falso. Al tener todo junto y llevarlo encima constantemente lo que tenemos es otra cosa completamente distinta, que cambia nuestra vida de una manera que nadie había previsto (¿son menos violentas las guerras, por ser televisadas? No lo sé, pero no me cabe duda de que antes de los esmárfonos era mucho más raro que se dieran palizas a los mendigos para grabarlas o que se acosara a las adolescentes amenazándolas con fotos comprometidas).

    Y ese es el problema: no controlamos la tecnología, desde hace tiempo es una fuerza autónoma y su principal resultado son las consecuencias no previstas, siempre muchas más y más radicales que las que nos llevaron a adoptar la innovación en un principio.

  26. loiayirga dijo:

    ¿Habéis leido Atrapados de N. Carr? Muy interesante, yo solo hasta la mitad. Hay un capítulo muy interesante sobre la influencia del ordenador en la atención médica.

    El artículo de Savulescu que Pseudópodo ha tenido la gentileza de enlazar más arriba utiliza la misma técnica que Pseudópodo pero en dirección contraria. Pseudopodo lo hacía para que pareciera peligroso algo que consideramos inofensivo y S. para lo contrario. Él, que es partidario de usar drogas para mejorarnos, nos explica que ya hay mejoradores cognitivos inofensivos y que habremos de incorporar otros, cuando los encontremos.
    Como Pseudópodo yo también creo que hay una idea de Postman que nos saca de la ingenuidad en la que se vive cuando se piensa en la tecnología. Incluso los profesores de tecnología en los institutos se creen que las “herramientas” son neutrales, depende del uso que cada uno les de. Sin advertir que cada una tiene su propia dinámica y que unos usos se hacen muchísimo más fáciles que otros y son los que se imponen socialmente. “Hace falta ser un samurai del espíritu…”

    No es que nosotros tengamos un móvil. Es que el móvil nos tiene a nosotros y nos lleva a vivir a su ritmo y con su dinámica.

    Yo lo que he observado es que el móvil individualiza. Podemos estar todos en la misma habitación, en el salón de casa, por ejemplo, pero cada uno está conectado a lo suyo y los otros no es que no estén conectados a lo del otro, sino que ni siquiera saben qué es. Mis hijos están con sus amigos, estando a mi lado, del mismo modo que yo estoy debatiendo con vosotros. Y ninguno sabemos dónde está el otro. Esto no pasaba con la TV, por ejemplo. Al menos con la TV del salón.

    Por cierto, alguno de esos filósociólogos franceses que tanto desprecia pseudópodo ya predijo que un día estaríamos cada uno en nuestra casa conectados a otros por medio de pantallas. Hacia eso parece que caminamos.

    En mi instituto está prohibido traerlo al centro, por los pasillos se transige, pero en clase, hasta ahora se consigue que los alumnos no lo usen. Pero ya hay una fisura por la que se quiere colar. Algunos profesores dicen que sería bueno poder usarlo con finalidad académica como buscador de determinados datos en la red. Ahora mismo le veo muchos mas peligros que beneficios, pero quizás yo soy un poco mayor y ya no aprenderé a dar clase usando el móvil.
    En todo caso, a mí me parece que ha venido para quedarse y habrá que aprender a vivir con él. Por ejemplo, la educación. ¿cuando uno está con otros puede a la vez estar mirando el móvil?
    Por un lado sé todo esto, pero por otro no entiendo por qué me rebela tanto el que ve siempre en lo nuevo algo peligroso. Después de haberse tragado todas las novedades que a él ya le llegaron viejas. La agricultura y el sedentarismo, por ejemplo. Las ciudades donde todos somos seres anónimos. La imprenta, la luz eléctrica, los anticonceptivos, la incubadora, los antibióticos, la radio, la prensa, el cine. La música grabada, en lugar de interpretada en directo por cada uno con sus instrumentos y su propia voz. Todos esos inventos nos cambiaron y nos han hecho ser los que somos hoy. No es que yo esté muy contento de como somos, pero tampoco es tan malo. El móvil nos cambiará, (Pseudópodo, no le veo remedio) pero sobreviviremos. Seguiremos siendo seres humanos (de aquella manera, pero seres humanos) y dentro de unos años alguien verá otra vez peligro en lo nuevo, aunque considerará parte de nosotros mismos absolutamente asimilada la conexión del smartfono.

  27. loiayirga dijo:

    Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
    Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

  28. loiayirga dijo:

    El texto anterior es de Cortazar. Quizás ya se haga colgado aquí hablando de lo mismo. A mi me parece muy expresivo. Aunque haya cosas que están pasadas de moda, la perspicacia de Cortazar para darse cuenta de que las cosas nos tienen a nosotros tanto al menos como nosotros a ellas es asombrosa. Ahora habría que escribir un texto parecido con el móvil.

  29. Alejo Urzass dijo:

    Muy oportuno, Don Loia, cuánto me ha gustado releer este texto de JC.

  30. triglifo dijo:

    Sobre lo de que la opinión popular no es crítica con la tecnología lo matizaría. Se da un fenómeno curioso: toda la gente que se desvive por tener el último modelo de smartófono es la misma muchas veces que acude en masa a ver la última película de ciencia ficción/fantasía. Y casi todas estas películas siguen el patrón pesimista-frankensteiniano. Esto es: un científico inventa algo que podría ser muy beneficioso para la humanidad pero al final el invento se vuelve contra su creador, ya sea por las ansias de poder de la humanidad, por los mandos militares, los imprevistos… La moraleja resultante suele ser: «no juguéis a ser dioses o terribles consecuencias caerán sobre vosotros». O sea, la enésima versión del mito de Prometeo. También es verdad que estoy pensando en el típico blockbuster americano. En fin, atracción y desconfianza a la vez respecto a la tecnología.

    Puede que en otras culturas se vea de forma diferente. Pienso en Japón y su tecnolofilia. Recuerdo haber visto una película de «Doraemon» cuyo argumento me pareció inconcebible para un occidental: En un planeta vivían felizmente y en paz unos robots. Entonces, vinieron unos hombres malos y ¡les robaron el alma a los robots! (sic), y los esclavizaron. Hasta que el bueno de Doraemon y su grupo restablecieron el equilibrio. (Doraemon mismo, la quintaesencia de la bonhomía y la integridad moral para los niños…¡es un robot!).
    El robot visto como el buen salvaje, un ser todavía puro… no crrompido por la humanidad. O quizá sea un ejemplo exagerado de mitificación de la tecnología a la que aludía antes @pseudópodo.

    • BloodyKefka dijo:

      ¿El alma? Que raro. Conozco historias de robots con alma, lo cual no es malo cuando se presenta al principio para que actives la suspensión de incredulidad, pero con Doraemon me parece un elemento algo ajeno, aunque a veces haya fantasía más que «ciencia ficción»

      En las ambientaciones de robots o IA con alma que conozco, como Shadowrun, suele partirse del hecho de que también existe (o puede existir) lo sobrenatural y de que las máquinas no sólo tengan conciencia sino alma o espíritu esté relacionado con eso. Pero Doraemon nunca me ha parecido de ese estilo XD

      • triglifo dijo:

        Es cierto que suele haber ahí más fantasía que ciencia ficción, sobretodo en las películas y no sabría decir en cual lo vi… En cualquier caso me sorprendió la «amabilidad» con la que se trataba lo robótico.
        Por algo el «tamagotchi» es un invento japonés 🙂

      • BloodyKefka dijo:

        Ya, pero Doraemon nunca he visto llegar al nivel de robots con alma. Generalmente no justifican ni siquieran la ciencia ficción del gato cósmico, pero lo de robots con alma me parece super raro en esos dibujos XD. Es algo que nunca me había parecido que mentasen XD

  31. Epicureo dijo:

    No creo que pueda decirse que la tecnología «es una fuerza autónoma». Sin personas no hay tecnología. Para que un avance tecnológico llegue a la gente es preciso que alguien investigue y sobre todo que alguien pague al investigador. Lo que mueve a una determinada tecnología es, además de la posibilidad teórica, la posibilidad de ganar dinero. Qué le vamos a hacer si vivimos en un sistema económico donde la codicia es una virtud cardinal.

  32. Alejo Urzass dijo:

    No soy muy aficionado a la ciencia-ficción, creo que lo que diferencia las historias Sci-Fi de otras historias es precisamente aquello que las estropea. Blade Runner no se diferencia tantísimo de un western por ejemplo, también los pieles rojas se nos mostraban como personajes sin conciencia a quienes había que tener bajo control o ser exterminados.
    Por otro lado una historia distópica lo aguanta todo: quizá en Blade runner no hay SPs porque se acabó un mineral necesario para fabricarlos, o porque las tormentas solares malograron aquella tecnología, o porque el «gran hermano» los prohíbe como los libros en Farenheit.
    Sí me hace gracia esa parodia de la ciencia ficción (con curiosa estética de los años 30-40) que es «Brazil», con sus ordenadores de ridículas pantallitas aumentadas con lupas, etc. En esta parodia tampoco hay esmárfonos, pero sí se muestra incomunicación, bajo las habituales sombras de tipo orweliano.

    A propósito del texto de Cortázar. Cortázar es el mayor entendido en la ciencia de la perplejidad, y así ese texto nos muestra bien la manera misteriosa por la que los objetos (y la tecnología) nos poseen en vez de nosotros a ellos. Por eso es tan importante la poesía: después de leer a Cortazar podemos aprender a desactivar esos mecanismos que no están en los objetos sino en nosotros.

    Y ya enfilo la salida de este ladrillo: a propósito de la insistencia de Don Pseudo en que “Casi el 70% de los consumidores reconoce que se ha deteriorado la comunicación con sus padres o hijos» pues que a mí no me lo parece. Yo tengo un contacto más fluido con amigos que hace pocos años, y que gracias a los SP organizamos muy ágilmente ocasiones en las que comer juntos, ocasiones que se habían vuelto escasísimas años atrás. Lo mismo con mi familia. Incluso mis padres (¡octogenarios!) mantienen vía whatsapp mayor contacto con parientes que viven lejos, más que solo la llamada telefónica en navidades por costumbre.

    Todos tenemos anecdotario así que no quiero aburrir más. Sólo me queda suponer que aquellas familias que ven deteriorada la comunicación por culpa de estos cacharros quizá simplemente antes no querían verlo. En mi casa nunca ha habido más de un aparato de TV (en el salón, y durante muchos años ni siquiera ése) pero parece ser que no es tan raro el hogar con un aparato de TV en cada dormitorio.

    Una pareja como la de la foto siguiente nos parece una pareja culta, con afinidad y con saber vivir (además de jardín). Si tal como se nos representan en esa foto les cambiáramos el libro por un SP ¿automáticamente nos ha de parecer una pareja con problemas de comunicación? Me niego a verlo.

  33. loiayirga dijo:

    El argumento de la foto tiene mucha fuerza, Don Alejo.

  34. Cristina dijo:

    Mi proceso mental fue: es imposible que Pseudópodo, que es un hombre serio y riguroso, use unas siglas que no son de uso común sin haberlas definido previamente, así que tiene que ser un juego. Y efectivamente 🙂

  35. Cristina dijo:

    He encontrado en internet esta ilustración que dicen que es de los años 30. Lo han clavado.

  36. pseudópodo dijo:

    triglifo, acepto el matiz sobre la imagen de la tecnología en la cultura popular. Pero yo creo que hay esas historia frankesteinianas no se ven como algo realista, vienen a ser como las historias de zombis, que no hacen que a nadie le dé miedo pasear por un cementerio… No se asocian con el teléfono móvil, que es uno más de la familia. Aunque no deja de ser curiosa esa disonancia cognitiva.

    Epicureo, en sentido estricto la tecnología no es una fuerza autónoma, pero a lo que me refiero es a que la tecnología tiene una dinámica propia, igual que la tiene el capitalismo al que aludes, que hace que funcione (“for all practical purposes”) como si tuviera sus propios objetivos y evolucionara al margen de lo que hace tal o cual persona, incluso de los gurús más notorios de la industria. Lo puedes ver por todas partes: loiayirga comparte mi análisis (que es el de Postman), pero es muy reveladora la manera como dice algunas cosas: “[el esmartófono] ha venido para quedarse y habrá que aprender a vivir con él (…) El móvil nos cambiará, pero sobreviviremos”. Así se habla de una fuerza de la naturaleza: “subirá la marea, pero aprenderemos a nadar”. Pero yo no pedí que subiera la marea, ni nadie lo pidió (no, nadie pidió el esmartófono, en realidad todo el mundo estaba contento con los viejos móviles -¿dumbófonos?- y en todo caso, nadie pidió todo lo que está trayendo, nadie ni siquiera se lo imaginó).

    Don Alejo, por una vez discrepo y e incluso tengo censurarle cierta falta de rigor: el dato que cito en el post no me lo invento, está sacado del barómetro del CIS que se supone que es la encuesta más rigurosa que se hace en España. Contra eso no vale decir “pues yo no tengo esa impresión”. Además, ese deterioro de la comunicación no se refiere a los abuelos sino a la relación entre padres e hijos (casi con seguridad) adolescentes o jóvenes. Yo al menos, cuando voy a un restaurante rara es la vez que, si hay una mesa con una comida familiar, no veo a los adolescentes ensimismados en sus pantallas, indiferentes a la conversación de los mayores e incluso sin hablar entre ellos. La foto es efectista, pero no se aplica a este tipo de situaciones.

    loiyirga, muy buena la idea de traer las “instrucciones” de Cortázar. Se aplican mejor aún a un móvil que a un reloj, mutatis mutandis… Y espero no incurrir en tu irritación contra los luditas que siempre encuentran mal todo cambio. No soy nada tecnófobo, pero hace tiempo veo que tenemos que adaptarnos a la tecnología en lugar de que esta se adapte a nosotros, y creo que hay que estar en guardia contra esa fuerza que no controlamos sino que nos controla (insisto).

    Cristina, un placer leerte. Lo tuyo es esprit de finesse: efectivamente, yo nunca haría eso :-). Muy bueno el dibujo (veo que sí que hubo algún futurista que acertó, pero ¿quién fue?)

  37. Alejo Urzass dijo:

    Lo que pasa es que ese dato del CIS solo responde a una cuestión meramente subjetiva que depende también de cómo esté construida la pregunta, etc. De hecho las respuestas son bastante contradictorias (me lo parece) si las comparamos con las de la pregunta nº 38 de la encuesta.

    Una cosa es cómo son las cosas y otra cómo las percibimos en relación a nosotros. Por recurrir a un ejemplo típico: los accidentes de circulación causan objetivamente más muertos que los de aviación sin embargo el número de personas con miedo a volar parece que sea muy superior (no tengo datos, lo reconozco) al de personas con miedo a subirse a un coche. 100 muertos en accidente aéreo son mucho más sensibles a la percepción que 100 muertos en carretera. Si nos pregunta el CIS diremos lo que percibimos, no lo que es, alguna vez puede que coincida.

    La queja respecto a la forma en que se comportan los jóvenes en los escenarios de adultos no es nueva precisamente.

    Respecto de la pregunta (41) (El hacer cosas juntos -en familia o pareja, se entiende- ha aumentado:7,2% – ha disminuido 50,1%). Tengo la convicción de que esa pareja de la foto sí están haciendo cosas juntos (leer en el jardín, cada uno su libro) mientras que si cambiásemos el libro por un SP entonces creería que el fotógrafo nos está queriendo avisar “eh, míralos, están cada uno a lo suyo sin hacer nada juntos”.

    Estamos de acuerdo en que la marea sube y aprenderemos a nadar, pero siempre ha subido la marea y siempre hubo gente diciendo que “antes no subía”.

    De todas formas soy precavido porque también me acuerdo del pavo de Russell.

  38. Tintín dijo:

    No, hombre, no. El SP no es la droga. La droga es Internet.

    Lo siento, pero estoy en total desacuerdo con la tesis del post. La droga de hoy, como lo es la tele se otra generación, es claramente Internet

    ¿Cuántos «viciados» a la PSP has visto? ¿Y a la Nintendo DS? ¿Cuantos has visto mirando su SP en una conferencia en el extranjero? Ninguno. Sin embargo, ¿cuantos no ves preguntando la clave del Wifi, o arremolinados alrededor del único router de la sala? ¿Acaso los aeropuertos te dan SP? No, te dan Wifi.

    La droga de nuestra generación es, evidentemente, internet. Si el SP es popular es porque, sobre todo, te da droga en vena, internet fácil. Luego además el SP es también consola, tele… Pero todo eso fracasaría sin conexión a Internet

  39. Tintín dijo:

    Acabo de leer un poco los comentarios. Una apostilla sobre la la tecnología y su aparente vida propia. Me sorprende la sorpresa y la manera de tratarlo. Es un tema tan viejo como el hombre.

    La tecnología se va descubriendo y su lógica interna está escrita antes de que nosotros llegásemos, como todo saber. El conflicto que aparece es tan viejos como el hombre: «Creced y multiplicaos y dominad la tierra «. El hombre está llamado a dominar toda la realidad, también la tecnología. Pero tan viejo como el hombre es que, dependiendo cómo se acerque a ella, él domeña el mundo o el mundo le esclaviza a él. Buena parte del Historia Sagrada hasta la llegada a Canáan es el proceso de cómo el Dios enseña a Israel cómo debe poseer la tierra, para que tierra no les posea a ellos. Y este no es asunto baladí: viene bien desde el principio, y tiene graves consecuencias. El asesinato de Caín a su hermano Abel tiene su raíz en el rechazo de Dios a la ofrenda de Caín. ¿Por qué Dios rechaza su ofrenda? El autor sagrado no lo dice, pero la exégesis, a la luz del resto de la HS, ha visto en Caín, agricultor, quien ha tomado posesión de la tierra. Pero su posesión ha olvidado a Dios, es perversa, le posee a él y tuerce su corazón.

    Lo hermoso de la tecnología es que es como descubrir tierra nueva, con todo lo maravilloso que eso conlleva. Pero de igual forma, con la misma pregunta sobre cómo poseerla. Ya lo hemos visto ¿La revolución industrial? la distribución justa de la riqueza o la explotación, ¿la medicina? la salud o la eutanasia y el aborto. Hay tantos ejemplos actuales… Por poner algo bien evidente. Cualquiera que haya paseado por oriente ve que la sexualidad esclaviza a occidente mucho más que a ellos. ¿Internet? Llevamos mal camino en Occidente, la verdad. Y estar distraídos no me parece lo peor que se hace con una conexión de banda ancha…

    Y llegará nueva tierra, no cabe duda. Yo ya vaticino una en la que nos la vamos a pegar pero bien que no sé yo si llegaré a ver. Cuando seamos capaces de manipular un poco más el genoma y de criar bebes in vitro es evidente el mundo poseerá ese saber de aquella manera y el Papa y algún otro lunático irracional y absurdo seguirá dando a luz a energúmenos alérgicos y sojuzgando a las mujeres a parir. Y para verlo, cada uno no tiene más que ver lo que le están entrando ganas contestarme para darse cuenta de lo bien abonado que ya está ese terreno 😉

  40. Epicureo dijo:

    Entiendo mejor ahora lo de la «dinámica propia» de Pseudópodo, pero ¿no es todo así? A los fenómenos sociales, por ejemplo, qué a menudo parecen tener vida propia e independiente y hasta contradictoria con la racionalidad individual. Tomemos la moda. Nadie sensato llevaría diariamente unos pantalones de trabajo de lona azul, feos, incómodos, frescos en invierno y abrigados en verano, y encima carísimos. Pero fíjate, durante décadas…

    Cierto, la tecnología es menos inocua que la moda (que tampoco es inocua), porque está para quedarse. Acepto la metáfora de Tintin (no así su exégesis bíblica ni su moral sexual, pero no es el tema): estamos en «terra incognita». Históricamente, ninguna cultura se ha extinguido por pasarse de innovadora. Al revés, lo fatal ha sido ser demasiado conservadores.

  41. loiayirga dijo:

    Estoy con Tintin. Lo adictivo es internet. Pero el movil ha hecho posible que llevemos la droga a todas partes.

  42. pseudópodo dijo:

    Brevemente, porque he dejado pasar tanto tiempo que no sé si quedará alguien leyendo los comentarios (y habrá ocasión de seguir en otro post). Para don Alejo: estoy de acuerdo en que “una cosa es cómo las cosas son y otra como las percibimos en relación a nosotros”… pero yo lo interpreto al revés: creo que somos demasiado poco alarmistas con respecto al SP. Tenemos la actitud del drogadicto que está enganchado a la coca pero se empeña en decir que “yo controlo”. En cualquier caso, ya que citas el pavo de Russell, ya lo iremos viendo (a todo pavo le llega el día de Acción de Gracias 🙂 )

    Y ya que decía lo de la droga: sólo estoy de acuerdo en parte con Tintín y loiayirga. ¿La droga es internet? Estrictamente, sí, pero cualquier sustancia con potencial adictivo sólo se convierte en droga cuando no la hemos integrado socialmente y no la sabemos gestionar. Las sociedades tradicionales tenían sustancias que se usaban ritualmente o dentro de unos límites establecidos por la tradición y así eran inofensivas o hasta beneficiosas (el vino en la orilla norte del Mediterráneo, el hachís en la orilla sur…) El problema es cuando una droga nueva llega a una sociedad que no sabe qué hacer con ella. Es como los gérmenes, los peligrosos son los aquellos a los que no estamos adaptados; todo es una cuestión ecológica (si bien es cierto que igual que hay animales que no se pueden domesticar, hay drogas que dudo que puedan integrarse en una sociedad, pienso en la heroína, por ejemplo).

    El problema del SP es que es el equivalente a lleva una petaca con licor siempre en el bolsillo, en vez de tomarse un chupito antes de la siesta…

    Sobre la exégesis de Tintín, puede ser discutible la interpretación del asesinato de Caín, pero comparto su pesimismo a largo plazo sobre la tecnología. Yo creo que vamos hacia el mundo feliz de Huxley. Pero no quiero ponerme apocalíptico a estas alturas de los comentarios…

    Y lo último: Epicureo, no comparto tu interpretación sobre la innovación en la sociedad. Es malo que sea demasiado conservadora, cierto, pero porque no tiene capacidad de reacción ante las amenazas y los cambios del status quo. Pero lo que tenemos ahora es otra cosa, es un cambio continuo y endógeno, que no obedece más que a esa dinámica propia de la que hablo. Yo creo que es un factor continuo de desestabilización porque no somos capaces como sociedad de metabolizar los cambios (ejemplo: lo que decía un párrafo más arriba de las drogas).

  43. Tintín dijo:

    Soy del gremio que se muere por saber si la flecha va a la izquierda o a la derecha: Las pequeñas distinciones son la clave 😉 Y aquí no lo es menos. El problema está internet, como lo está el alcohol y no en la petaca. Y las distinción no es pequeña ni baladí. ¿Prohibir los SP? Claro que no, inhibirlos has recomendado, lo mismo que nadie prohibiría las petacas en las excursiones de adolescentes sino que prohibiría su contenido. Pero entonces, ¿les vamos a dar wifi en el instituto? Hombre, claro que no Pensaría uno ya con esta idea. Una cosa es que les dejemos o no traer su propia petaca llena o no y otra muy distinta que el instituto ofrezca barra libre. Pues mira por ejemplo aquí o aquí. No, señalar internet como la droga no es un distinción somera. Me parece crucial, porque hoy día hay una connivencia con ella, e incluso una ilusa idolatría, como la había con el tabaco hace 80 años o como lo tenemos hoy con otros vicios sociales poco asimilados como la bebida excesiva. La diferencia es que este lo estamos cogiendo ahora . Mis abuelos no lo tuvieron, mis padres les tienta pero no enganchan, mis coetáneos caen por docenas y en la generación de mis hijos va a ser plaga.

    Veamos una seríe de esperpentos que he presenciado: hace poco fui a una biblioteca pública y un tipo se había llevado su portatil para aprovechar la banda ancha y bajarse pornografía que previsualizaba para ver si todo iba correctamente. Cada vez que bajo a la biblioteca de la facultad puedo ver alumnos chequeando sus apuestas de bwin, o probando el último mmorpg flash gratuito de baja calidad.

    No, tomar conciencia de que Internet igual que puede ser la mejor y más basta biblitoeca/cine/auditorio/café de tertulias es ya de facto también casa de apuestas/prostíbulo/todamalacompañíaimaginable no es baladí. Y la prueba está en que no se ha hecho. Como dices el SP es la petaca, es decir el último eslabón de la cadena. Y con él simplemente vemos hasta donde ya ha llegado la situación. La petaca no es el problema, el problema es media población adicta a su contenido. Y eso ya se lleva gestando un par de lustros.

    Y la que a mi me parece la piedra de toque. Internet puede ser droga, sí. Sin embargo, casi todo lo bueno de Internet no consume datos ni necesita una buena tasa de respuesta: wikipedia, mails, blogs, música, foros, libros, ensayos… Todo eso te lo da la tarifa mínima de tu operador móvil. Sin embargo, juegos, pornografía, apuestas, póker online, perder el tiempo con vídeos o saltando de una web a otra… todo ello necesita muchas datos y buen ping. Por tanto, si no lo necesitas para nada ¿por qué tener wifi en casa? Pensad en quitarlo de la vuestra e imaginad la resistencia que encontraréis, en vosotros y en otros. Ahí sabréis hasta dónde ha penetrado el vício de Internet en vuestro ambiente más cercano 🙂

    NB: Por cierto, yo no soy nada pesimista con Internet, me encanta. Me entusiasma tener la mejor de las bibliotecas en mi bolsillo, y tantas otras cosas. Pero me da pena ver que, como sociedad, nos estamos dejando caer en esto. Sé que saldremos como del tabaco, pero me da lástima entrar por todos a los que se lleva(rá) por delante.

  44. Epicureo dijo:

    Mientras, como buenos pavos, esperamos alegres la Nochebuena (Nochemala), al menos un poco de humor.

  45. Epicureo dijo:

    Más en serio, aunque lamentablemente dejan víctimas, al final las novedades generan sus propios anticuerpos, incluso antes de lo que uno pudiera esperar. El otro día, oí a mi hija de 11 años explicar el Facebook a su primo de 10: «Si te mandan una solicitud de amistad y sabes quien es, puedes aceptar, pero si es alguien que no conoces la tienes que rechazar». Y en caso necesario puedes instalar la paradójica app que te hace usar menos el móvil:
    http://www.programadesconecta.com/#!faceup/cws5

  46. Cvbn dijo:

    Como sé que a Pseudopodo le interesa el tema de la privacidad, y ya que esto va de móviles, aprovecho para plantear otra cuestión: el problema no es sólo la dependencia personal de los móviles, sino también que toda la información que pasamos a través de ellos esta normalmente sometida a una estructura política (bajo el poder de otras personas, los proveedores de los servicios que usamos, que la pueden utilizar a su antojo). Esa es otra forma en la que los móviles, en ciertas circunstancias, pueden esclavizarnos.

    Y aprovecho para recomendar una app que, si no la conoce, interesará a Pseudopodo: un whatsapp pero con un cifrado serio, serio de verdad, no como el de Telegram. Textsecure para Android y Signal para ios (desde el 8). Creadas por https://whispersystems.org/ Son de código abierto, y funcionan bien. Para que os hagáis una idea, está aplaudida y recomendada por Snowden. Vamos, que para la comunicación normal del día a día, es suficiente. El único problema que tienen es que normalmente tus contactos no la usan, pero eso tiene fácil solución! 😉

  47. Cvbn dijo:

    *»El unico problema que tiene es que»…. no vaya a ser que me termine conviertiendo en campeón del anacoluto… 😳

  48. isidro dijo:

    Buenas tardes.
    Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, dilación que ahora lamento, pues, como de costumbre, encuentro las ponderadas razones del autor del blog y de sus asiduos comentaristas.
    Antes de seguir, creo de razón advertir que soy pesimista; es decir, facha. O reaccionario, que viene a ser más o menos lo mismo. O mala persona, al cabo. Hasta hace muy poco, ingenuo de mí, todavía me defendía de quien me apostrofaba con uno de esos términos, pero ya no, qué tontería. Creo y defiendo la familia natural, estoy en contra del aborto, abomino del feminismo de “género”, me empavorece la escuela actual y, para rematar la faena, el uso generalizado del SP poco menos que me aterra. Así soy de asustadizo y melindroso. No hará falta añadir más perlas sobre mi persona. Con estas bastarán para que lo de facha me siente como un guante (a mi medida). Y lo de pesimista. Leo en un blog amigo un apotegma de Chersteston: “el optimista cree en los demás y el pesimista sólo en sí mismo”. Tal vez tenga un problema de vanidad, pero no lo creo. Ni pienso que peque de excesiva desconfianza hacia los demás. Al fin y al cabo son los demás, y no yo, quienes han creado el mundo de prodigios que muchos disfrutamos. ¿Entonces? Bueno, yo creo que la apabullante degeneración de nuestras sociedades (o la degeneración que yo percibo en mi calidad de pesimista/reaccionario) está generada por una serie de factores o causas que impiden o dificultan el desarrollo o la expresión de la parte más racional de las personas. Digamos que todo o casi todo incita a la mera diversión o distracción y pocas cosas invitan a la reflexión profunda. Malos tiempos para la lírica, por así decir. El SP debería estar prohibido, en mi opinión, para los menores de edad, pues es obvio que sus mentes no están preparadas para afrontar sus riesgos. Yo tengo wasap (españolizo su grafía), pero al cabo del día mando uno o dos mensajes por pura necesidad. Dicen los psicólogos que las depresiones son peores en edades tempranas porque las personas jóvenes, comparadas con las de más edad, tienen menos recursos mentales y emocionales para vérselas con la depresión. La lotería, si te toca, puede ser una bendición si sabes hacer buen uso del dinero, pero lo cierto es rara vez se hace tal uso. Parece ser que la mayoría de las personas agraciadas con un premio gordo de lotería vuelven a sus antiguas vidas al cabo de ocho años, de media, tras haberse gastado todo neciamente en ese corto espacio tiempo. Picasso, o Claudio Bravo (otro pintor acaudalado) fueron artistas de gran éxito económico, pero tenían aficiones o vocaciones bien desarrolladas y sanas que los apartó de la tentación de la vida fácil, regalada o disoluta. El SP, o Internet, son instrumentos de trabajo e información magníficos en las manos adecuadas, pero fatales para quienes no tienen los suficientes recursos intelectuales, culturales o emocionales para impedir caer en la adicción. Simplemente, no nos hemos dado cuenta de que los niños y los jóvenes (y muchos adultos, me temo) no están preparados para usar el SP. A poco que lo usen, tenderán a abusar de él. El uso del SP y de otros dispositivos similares no es peligroso en personas maduras y cultas que ya han desarrollado la inteligencia crítica y unos hábitos mentales salutíferos, como será el caso de muchos de los comentaristas de este blog o de su autor. Todos podemos sentirnos tentados a dejarnos arrastrar por la estupidez de las distracciones fútiles, pero quienes estamos afectados por el “hambre de minuto” de que hablaba Quevedo (si la memoria no me falla), antes o después el hábito de la lectura, la pintura, la buena música, del juego del ajedrez o cosas similares reclaman a gritos la atención que merecen. El joven, por carecer por lo general de sólidos asideros intelectuales y culturales, periclita sin remedio por las vertiginosas montañas rusas del SP.
    ¿Por qué soy pesimista y casi casi apocalíptico? No porque desconfíe de los demás, sino porque el mundo se mueve sin remedio por inercias de una potencia telúrica: porque hay ya creados unos fabulosos intereses que abortarán, casi con total seguridad, cualquier intento de devolver el norte a nuestras erráticas sociedades.
    No es lo mismo –lo sé- pesimismo que sentido crítico, pero me temo que no hay sentido crítico que no esté informado por un cierto pesimismo, siquiera moderado. La felicidad y la crítica son un tanto incompatibles. Quizá por eso mismo algunos deseen un mundo feliz (de Huxley), aunque creo más en el oportunista de cálculos cortos y seguros que en el conspirador de largo alcance. Pensar es notar el defecto de una cosa, echar en falta la perfección (lógica, ética o estética) de algo. No hay progreso sin la percepción de un cierto regusto amargo en el objeto de pensamiento. La confianza –dice el refrán- mata al hombre. Es verdad. Y nosotros, nuestra sociedad, cree que el progreso es automático, que la ciencia es un árbol que da sus frutos periódicamente, que la tecnología pare sus retoños por sistema. Son excesos de prosopopeya. Quizá sea una instancia de nuestra mente creer que somos inmunes al peligro, que otros padecerán el cáncer o el accidente de tráfico pero no nosotros. Las hecatombes y las decadencias solo pueden acontecer en sociedades confiadas y desprevenidas, en poblaciones que, como las nuestras, bendicen todos los cambios sociales, en la creencia de que todo cambio es progreso, cuando lo cierto es que solo unos pocos cambios (mutaciones) lo procuran. Ni podemos cerrarnos al cambio por sistema (porque eso sería impedir toda posibilidad de progreso) ni podemos dar nuestra anuencia a todos los cambios (porque eso nos hará degenerar). Nuestra misión es ponderar con sumo tiento qué cambios sociales son realmente buenos y cuáles nocivos. Mi pesimismo se funda en un hecho incontrovertible: vivimos en un tiempo de muchas mutaciones (permítaseme usar términos darwinistas para hacerme entender mejor) y sabemos que la mayoría de las mutaciones son deletéreas. Y carecemos de mecanismos para neutralizar las mutaciones perniciosas y los criterios necesarios para seleccionar las buenas mutaciones. Es decir, sufrimos una avalancha de cambios y carecemos de filtros que obstaculicen el desarrollo y expansión de los cambios deletéreos. Vamos, por así decirlo, corriendo a ciegas. Y la probabilidad de correr a ciegas sin caerse y romperse la crisma es muy baja.

    Isidro

  49. Epicureo dijo:

    Amigo Isidro, bienvenido.

    No seré yo quien le llame facha; para eso hacen falta otras ideas que usted no expresa y no le voy a atribuir.

    Sí diré que su idea de que vivimos en una sociedad degenerada es discutible. Es verdad (necio sería negarlo) que la nuestra es una sociedad desmoralizada, desesperanzada, hedonista e irreflexiva, donde la principal actividad (y principal negocio) consiste en la distracción permanente. Pero no es una sociedad degenerada, porque eso implica que la sociedad de la que procede era mejor, y yo ese pasado mejor no lo veo ni en mi generación, ni en la de mis padres o mis abuelos, que son las que conozco al menos de oídas. Baste decir que todos esos corruptos que están aflorando tan oportunamente son personas maduras y cultas, esmeradamente educadas en colegios privados y familias católicas, mucho antes de la LOGSE y del SP. Y si retrocedemos un par de generaciones más, veremos un montón de gente dispuesta a matar a la gente con la que no está de acuerdo, con un entusiasmo que hoy solo se ve en Oriente Medio. Tampoco consideraría yo decadente una sociedad a la que todo el mundo quiere incorporarse. China es el ejemplo de más éxito, pero todos van detrás. El otro día hablé con una amiga que estuvo en Namibia hace poco, y volvió sorprendida porque aquello no parecía África: autopistas, centros comerciales, edificios modernos, SP por todas partes…

    También estoy de acuerdo con usted en ser pesimista. Temo que este siglo traerá catástrofes, hasta el punto de que a veces me siento culpable por traer una hija a este mundo. Pero serán más bien catástrofes por exceso de éxito que por ineficacia. El agotamiento de los recursos naturales y el (mal) reparto de lo que vaya quedando están en los primeros puestos. Una población entontecida no ayudará, pero es más consecuencia que causa. Ya que el barco va a chocar con el iceberg hagas lo que hagas, que la orquesta siga tocando mientras pueda.

    • bloodykefka dijo:

      Una de las cosas que más interesantes me han parecido. Sin embargo voy yo a darle la vuelta a la tortilla. ¿Al fin y al cabo todos los cambios no tienen algo de catastróficos? Recordemos las revoluciones en Europa: una turba enfurecida e histérica dirigida por gente que quería aspirar a ser una élite y que, tiempo después, alumbro un gobierno de fanáticos, un emperador, y la fusión de la «nueva» élite con la antigua. Y sin embargo, hay que reconocer que muchos de nuestros avances derechos y libertades no se pueden entender sin esos acontecimientos. Ojo para mi esos acontecimientos no serían la causa, sino la señal del fracaso del sistema anterior y de un tiempo de transición. ¿No sería esto lo mismo?

      Si en China «que vivas tiempos interesantes» se considera una expresión de mala baba es por algo.

      Por último, yo a tu descripción de la sociedad occidental actual añadiría «autocomplaciente». Hasta la llegada de la crisis no hemos mirado más allá de nuestro ombligo y cuando le hemos empezado a ver las orejas al lobo, y la mierda por fin a llegado a nuestra puerta, corremos histéricos perdidos y desesperados (con razón) porque algo arregle las cosas, como si esto se solucionase en dos días. Y como no olvidar a los cínicos, que intentan asumir que «no hay solución». No dejan de ser ingenuos a su modo, pensando que poniéndose en lo peor y quejándose de todo son más realistas o aceptan mejor lo que puede venir, JA.

    • isidro dijo:

      Estimado Epicuro, muchas gracias por su recibimiento.

      Unas cuantas notas sobre mi pesimismo.
      – No sería aventurado sospechar que yo sería pesimista en cualquier época pasada (o futura), de lo cual se desprende que es el género humano en sí (incluyéndome a mí, por supuesto) quien me inspira cierto temor. La condición humana me produce una mezcla de piedad, admiración y repugnancia, pues, como es sabido, somos capaces de lo mejor y de lo peor. Tal vez mi pesimismo nazca del dolor que me produce los episodios de sinrazón humana; pero, en cualquier caso, creo que es mi deber no arrojar la toalla, y mi obligación moral tratar de mejorar las cosas (si acaso acertase en saber en qué consiste mejorar las cosas).
      – No obstante mi posible y parcial misantropía, no soy ciego a los avances que ha experimentado la humanidad (o parte de ella) en muchos sentidos (derechos humanos y calidad de vida), de modo que creo tener algún criterio válido para juzgar si ciertas cosas tienden a empeorar o a mejorar (o si están estancadas). Soy consciente de que entrar en comparaciones de diferentes épocas nos llevaría a discutir un problema extremadamente complejo. Estamos, sin duda, ante problemas mal definidos y resbaladizos donde abundan las impresiones subjetivas. ¿Qué criterios tenemos para saber si vamos por buen o mal camino? ¿Compartimos esos criterios? ¿Hasta qué punto? Irremediablemente, no todos coincidiremos en los conceptos de progreso, retroceso o decadencia.
      – Y otra cuestión de importancia es si la discusión social de algún asunto más o menos concreto puede generar algún cambio en el rumbo de los acontecimientos. ¿Qué efecto práctico podría tener, por ejemplo, que las personas más cultas e inteligentes de un país concluyeran que es nocivo para los niños y jóvenes el uso (incontrolado al menos) del SP? ¿Qué poder tiene hoy el dictamen de la razón (o de lo más razonable) para cambiar el curso de las cosas? ¿En qué medida se dejan aconsejar los gobiernos y los ciudadanos por los dictámenes más ilustrados e inteligentes?
      – Pseudópodo ha planteado un problema concreto: el uso y abuso del SP. Yo he acabado derivando esta cuestión a una más general: la decadencia, real o imaginada, de nuestras sociedades. Tal vez sea una discusión demasiado compleja. ¿Pero qué podemos decir del SP en concreto? ¿Es bueno, malo o inocuo? Una conclusión, ya esbozada por otros, es que siempre ha habido cambios que algunos han percibido nocivos, pero que, al cabo, han resultado buenos. Esto, sin duda, es cierto, pero la verdad es que no nos sirve para estar seguros de qué nos deparará los cambios que hoy experimenta la sociedad. El hecho de que haya habido reluctancia en muchos respecto de algunos cambios que a la postre han sido claramente beneficiosos para la humanidad no constituye una razón suficiente para quedarse tranquilo ante la llegada de cualquier cambio.
      – Así que si me he de pronunciar sobre el concreto asunto del SP mi opinión es la que he dicho: su uso debería estar prohibido o seriamente limitado en los niños y jóvenes. Es lo que creo. Y si vale generalizar esta opinión, añadiré que el uso inmoderado de las calculadoras o del ordenador en la educación de los niños es más nocivo que beneficioso. Sin entrar en detalles: porque el cálculo mental o la búsqueda a mano de una palabra en el diccionario estimulan la inteligencia y ayudan a forjar el carácter de la persona. A mi juicio, el carácter, la personalidad y la inteligencia se desarrollan en la dificultad, en cierta dificultad. La facilidad extrema origina espíritus perezosos y demasiado renuentes a la frustración. Los psicólogos (algunos al menos) saben que el incremento de los suicidios en los jóvenes es debido a la baja tolerancia a la frustración que han desarrollado en su vida por culpa de una educación demasiado permisiva y consentidora. La fuerza de la persona (en un sentido lato) es el resultado de vérselas contra una resistencia. Sin resistencia no hay fuerza.
      – A colación de esto le diré que yo sí encuentro un franco retroceso en nuestros jóvenes (no por culpa de ellos sino de la educación recibida) con relación a nuestros padres o abuelos. Tenían cosas que hoy cualquiera juzgaría como malas, pero también algunas virtudes hoy casi extintas. Me refiero a su capacidad de sacrificio. Mis ancianos padres tenían una capacidad de sacrificio infinitamente mayor que yo: subsistían con lo imprescindible, jamás derrochaban recursos (algo que a usted, como a mí, le preocupa), crecieron plantando cara a la adversidad, toleraban las frustraciones con una entereza magnífica y trabajaron duro, durísimo. Y el resultado de todo esa capacidad de sacrificio la puede usted observar por doquier: es a ellos a quienes debemos la buena vida de hoy, ¿no le parece? Nuestros jóvenes (en esto estaremos de acuerdo), por el contrario, no soportan ni el esfuerzo ni el sacrificio, excepciones aparte. Y no les hable usted de moderación en el consumo: han sido criados en el dispendio. Lo siento, Epicúreo, pero me temo que de esto no puede salir nada bueno. Por desgracia, abundan los ninis, los Fumis, las chonis y los canis.
      – Por último, amigo Epicúreo, le diré que si la buena educación formal que han recibido nuestros políticos (si bien yo creo que la indecencia que padecemos es general) no ha impedido que infrinjan gravemente la ley, la pésima educación que hoy reciben los chavales no hará sino agravar la cosa cuando a ellos les toque gobernar. Sé que es difícil, pero no imposible. Nuevamente, esto es solo uno de mis barruntos: no tengo pruebas de que haya de ser así.

      Un cordial saludo a todos.

    • isidro dijo:

      Una cosa más que se me quedó en el tintero (qué anacrónica suena ya esta expresión):
      en mis tiempos mozos abundaba la envidia al rico, el pudiente o a quien había medrado más que la mayoría. Envidia mezquina, sin duda. Muy extendida a causa de la pobreza endémica. Puedo imaginar que esa envidia fue todavía mucho más grande en los tiempos juveniles de mis padres y mis abuelos, en aquellas sociedades de duro campesinado (obviamente, el rico también despreciaba al pobre). Yo, aunque me crié en la austeridad, incluso en la escasez, sufrí un tanto esa envidia: mi padre había prosperado algo más que la mayoría de sus convecinos. Los más pobres eran solidarios entre sí, aunque hostiles demasiadas veces a los no tan pobres. Hoy también existe envida, por supuesto, pero el panorama ha cambiado y el tipo de tirrias también. Yo trabajo de basurero nocturno. Pues bien, cada vez que llega el verano recibimos, mis compañeros y yo, los insultos de los jóvenes que se concentran en los solares diáfanos para celebrar sus botellones. No nos tienen envidia, desde luego. Es nuestra condición de currantes pestilentes lo que les incomoda y enfurece. Y la cosa va en aumento, lo puedo asegurar. En épocas de escasez, impera la envidia por el rico. En épocas de riqueza, reina el desprecio clasista hacia el pobre o el currante menos agraciado. Se diría que la mezquindad humana, como la energía, se trasforma, pero no desaparece.

  50. Alejo Urzass dijo:

    Escribe usted muy bien @Isidro, pero la visión me resulta chata, usted perdone. Ni bueno o malo ni inocuo. ¿Hemos aprendido algo de los Amish, por ejemplo? ¿En qué han contribuido a la sociedad?
    Cambio de tercio. No deja de sorprenderme la buena prensa que tiene el deporte. No cuestiono que sea cierto que la práctica del deporte favorezca la salud, por más que veo a mi alrededor que las personas más longevas no lo han practicado nunca. Lo que quiero señalar es que el deporte en todo caso es un mal menor (sublimación de la guerra, etc.) y que es quizá la única práctica humana en la que nuestras cualidades más animales cobran tanta o mayor importancia que las propiamente humanas. Vamos, que me río de las pruebas de atletismo si pudieran competir contra nosotros los perros o los caballos. Sin embargo, y a pesar de que las ballenas, o determinados insectos también, empleen sofisticados medios para comunicarse entre ellos, en eso, en comunicarnos somos los mejores. Gracias a comunicarnos hemos desarrollado nuestra inteligencia y todo lo demás. Así que resumo en que un invento que sirve para comunicarse, pero a lo bestia, como nunca antes en la historia de la humanidad, es un invento que deben usar los jóvenes y que nos hará más inteligentes sin duda ninguna, como ya sucedió con la imprenta.
    Y si alguna solución tiene nuestro planeta (los problemas que nos afectan: recursos, sostenibilidad, energía, riqueza…) sin duda vendrá de mano de quienes hoy son jóvenes con acceso a la información e interconectados. Difícilmente llegará una solución de jóvenes educados en la corrección política (sumisión, en realidad) que solo perpetuarían el modelo actual de infravalores y corruptelas.

    • isidro dijo:

      Hola, Alejo. Gracias por lo de que escribo bien, y no hay nada que perdonar. Está usted en su derecho a discrepar de mis opiniones, como yo de las suyas, claro. Yo creo que la comunicación y la posibilidad de comunicarse no nos hacen necesariamente más inteligentes. Leer un libro, gracias a la invención de la imprenta, exige un esfuerzo mental notable (al menos si el libro tiene algo bueno y singular que decir), mientras que el SP, además de no exigir particular esfuerzo, no es otra cosa, en demasiados casos, que un patio de luces muy apto para la cháchara, el chiste y tráfico de tonterías sin cuento. ¿Puede utilizarse con buenos y nobles fines? Por supuesto, pero no es lo más corriente. Su tesis (cuanta mayor comunicación interpersonal, mayor inteligencia) es cierta en un sentido antropológico, quizá mirando el ser humano a vista de pájaro y haciendo una comparación filogenética. Sin embargo, no parece ser adecuada para explicar la conducta inteligente de un Einstein más o menos solitario o de cualquier otro genio poco o nada locuaz. Porque, ¿son más inteligentes las personas que más hablan y se comunican con los demás? ¿No será, más bien, que necesitaríamos, por lo general, hablar menos y pensar más? La comunicación interpersonal buena es, en mi opinión, aquella que nos ayuda a pensar mejor. Esto lo consigue bien la comunicación que se establece entre el lector y el autor del libro (si el libro es bueno, claro), pero no la comunicación que circula por el SP, hablando en términos generales. Dicho de otra manera: yo confiaría mucho más en la inteligencia de un chico que leyese muchos libros de ciencia, novela, filosofía, arte, etc., que en un chico que ande todo el día enganchado al tráfico de naderías del SP.
      Si fuera cierta su tesis, las mujeres, que hablan en general el doble que los hombres, serían el doble de inteligentes que estos. La corrección política dirá que así es, pero yo no participo mucho de lo que ella diga.

      Saludos.

  51. Epicureo dijo:

    isidro, empezando por el final, en eso del desprecio a los pobres sí que he notado degeneración en los últimos tiempos. Y si se trata de pobres con un color de piel más oscuro de lo habitual, peor todavía. No hay más que ver la indiferencia con que se ha visto últimamente la muerte de miles de africanos o asiáticos, en contraste con el dolor mostrado por unos pocos excursionistas blancos y ricos.

    Es cierto que en la generación de nuestros padres y abuelos abundaban más las virtudes de la frugalidad y la laboriosidad. Claro que era más «fácil» adquirirlas cuando faltaba de casi todo, mientras que ahora casi lo único que escasea es el trabajo. Creo que una de las pocas cosas que podemos hacer todos para mejorar el futuro es intentar, como padres, inculcar esas virtudes. No es imposible; con mi hija, de momento, he tenido suerte. No le importa acostarse una hora más tarde si con ello saca un 10 en vez de un 9, y es hasta dolorosamente consciente de lo que cuesta cada cosa que pide.

    Sobre su idea de prohibir el SP a niños y jóvenes, no creo que funcionara en el mundo real. Ni siquiera si lo proponen las personas más cultas e inteligentes, porque la verdad es que las personas cultas e inteligentes, en el aspecto moral y político, se equivocan por lo menos tanto como los ignorantes. El problema es que solo se ha empezado a notar el problema cuando la tecnología ha tenido una penetración bastante grande, y entonces es demasiado tarde para prohibir nada. ¿Ponemos a la policia a confiscar móviles a los chavales? No es práctico.

    Aunque concuerdo en que para forjar el carácter y las capacidades hace falta cierta dificultad, no creo en la dificultad artificial. Sería mucho mejor que las dificultades se adecuen a los medios. Aumentar la dificultad de un típico problema de trenes obligando a hacer los cálculos con lápiz y papel no causa más que fastidio estéril. Mucho mejor sería, ya que tenemos calculadoras, que el tiempo que ya no pierden en hacer los cálculos lo tengan que utilizar en otras tareas: hacer estimaciones, ver si faltan o sobran datos, tratar de encontrar los que faltan…

    • isidro dijo:

      Bueno, yo tampoco creo que ya se pueda prohibir nada, pero, sobre todo, porque los padres no tienen mucha autoridad sobre sus hijos. Otra cosa es que fuera conveniente, y es a eso a lo que yo me refiero.
      Entiendo lo que usted quiere decir cuando habla de “dificultad artificial”. Pero tenga en cuenta que me refiero a los niños que no dominan ni los cálculos ni la búsqueda de palabras en el diccionario. En ellos no se trata de una dificultad artificial. En este punto me acojo a los autorizados argumentos dados por el comentarista Juantarrasso. También hay propuestas docentes que aconsejan dejar de enseñar a los niños a escribir a la manera tradicional o caligráfica y pasar a enseñar a escribir en un teclado, pero hay estudios que advierten que tomar apuntes a mano es más eficaz que tomarlos con un teclado.
      La facilidad pasmosa con que hoy pueden los chicos buscar la información que se les pide ha abonado la idea nefasta de que no es necesario memorizar nada o casi nada: parece absurdo tener que memorizar datos que están disponibles en cuestión de segundos. ¿Para qué molestarnos en memorizar nada (o casi nada) si accedemos con enorme facilidad a la información que nos interese? ¿No será también esto de memorizar cosas un esfuerzo artificial? La respuesta (o mi respuesta) es un no rotundo. Aprender algo exige dos cosas de nuestra mente: comprender y memorizar. Si comprendemos algo pero no lo memorizamos, no lo hemos aprendido. Si lo memorizamos y no lo comprendemos, tampoco. ¿Por qué necesitamos memorizar cierta información (no poca)? Muy sencillo: para poder pensar sobre ello. Solo cuando asimilamos bien cierta información (cuando la aprendemos) podemos criticarla o someterla al examen del juicio. Un genio en física jamás podría refutar una teoría física sin tenerla en la cabeza, ni un filósofo o una teoría filosófica compleja que no haya memorizado y comprendido (aprendido), etc.

      • Epicureo dijo:

        Estoy de acuerdo en que hay que ejercitar y utilizar la memoria. También el cálculo mental, en especial las aproximaciones y estimaciones (para detectar errores de bulto). Pero todo con juicio, y pensando en la utilidad que va a tener luego. No solo porque es lo que siempre se ha hecho.

  52. Epicureo dijo:

    Alejo Urzass:

    Leo ahora su comentario, y como usted también me sorprende lo que pasa con el deporte. Es más que buena prensa: en mi opinión, es la verdadera religión de nuestros días. Copépodo debería escribir un artículo sobre ello. Lo que en la Edad Media eran las catedrales, ahora son los estadios. Es impensable decir que el deporte profesional es un despilfarro de dinero y esfuerzo. Y se llega a lo absurdo con los Juegos Paralímpicos, en los que se pone a minusválidos a competir en lo que están en desventaja. No puedo verlos sin pensar en este sketch:

  53. Tenía este comentario escrito desde ayer y no quiero esperar más para enviarlo.
    Leo ahora el primer comentario de Isidro y me parece muy interesante pero no tengo tiempo de leer esa polémica. Prometo leerla mañana.

    La visión ingenua dice: la herramienta es neutral. Depende de para qué la uses. Todo depende del uso que quiera darle la persona. En una palabra, si una persona de verdad quiere matar a otra lo hará, aunque no tenga un machete, y tenga que hacerlo con las manos; si una persona no quiere matar a otra no lo hará, aunque tenga un machete.
    Todo parece muy sencillo y verdadero en esta explicación. Pero es falsa.
    Si es cierto que las personas hacen lo que quieren hacer, observemos el siguiente experimento mental: Entréguese una navaja a cada uno de los alumnos de un instituto, con el sano objetivo de que pelen sus manzanas (entréguenseles también las manzanas, porque si no preferirán los donuts del bar de enfrente). Déjese transcurrir un tiempo (un mes, dos, tres…) e investíguese cuántas heridas de arma blanca hay entre los alumnos. ¿Más a menos que antes que se entregaran las navajas? Lo que hace la gente ¿depende de lo que quiere o depende de las facilidades que tiene para hacerlo?
    Una tecnología es un conjunto facilidades. Una tecnología hace posibles y fáciles muchos usos. Y unos usos más fáciles que otros.
    La gran mentira es pensar que la gente hace lo que quiere. La gente hace lo que es fácil hacer. El gas natural llega a nuestras casas por un conducto. Lo único que tenemos que hacer es abrir la espoleta para consumirlo (y pagarlo, claro). ¿Qué pasaría si, como en el caso del gas, existiera una tecnología que permitiera acceder en nuestras casas a todo tipo de drogas también por un conducto, de modo anónimo, y con el único requisito que pagarlo? ¿Crecería o se mantendría igual el consumo de drogas? Doy por hecho que crecería. ¿Hace la gente lo que quiere hacer o su voluntad está a merced del viento de las tecnologías?
    ¿Es internet la droga o es el móvil? No es demasiado relevante la discusión. ¿Es el alcohol o la petaca? El símil de la petaca engaña. ¿Una simple e inocente botellita va a ser la causante del alcoholismo?
    Lo que es adictivo es tener a todas horas la atención distraída, dispersa, ocupada en vanalidades, atenta a lo nuevo, en conexión con nuestros amigos, nuestros afectos, nuestros intereses. Nuestra atención, centrada y descentrada a un tiempo. Esto es lo que engancha. Huir del aburrimiento y lo prosaico de la vida es lo que engancha. Pero está claro que el móvil no es inocente. El móvil permite hacerlo en todo lo lugar y a todas horas. El móvil es el conducto del gas que nos hace fácil la droga y la navaja que hace posible las peleas con heridas entre alumnos.

    …………………………………….
    BOBADA FINAL. Antes de existir los móviles y los guasap ¿Cuánta gente quería mandar fotos de la paella que se iba a comer? Seguro que algunos querían, alguno habría, pero se han mandado bastante más paellas por guasap de las que la gente quería mandar previamente.

  54. loiayirga dijo:

    Por un error de mi hija y mio, el comentario que aparece firmado con su firma debia aparecer con la mía. Alo mejor el webmaster lo puede solucionar. Pero si lleva mucho tiempo, déjalo. I know you are very busy.

  55. Alejo Urzass dijo:

    @Isidro: «Mirando el ser humano a vista de pájaro» Esta vista es la que vale, por eso dije que su visión me resultaba chata. Podríamos considerar a Einstein un caso aislado, por concedérselo, pero no resulta factible pensar que los avances científicos a finales del XIX y comienzos del XX se hubieran conseguido de forma parecida sin que unos siglos antes se hubiera inventado la imprenta.
    Es que no se trata de hablar más sino de interconectar más información.
    El otro día leí acerca de un estudio (lamento no recordar dónde) que parecía demostrar que un grupo de personas de inteligencia mediana pero de competencias diversas (un ingeniero, un panadero, una dentista, un mecánico, una diseñadora… etc.) resultaba, como grupo a la hora de resolver problemas de tipo diverso, más inteligente que otro cuyos componentes poseyeran individualmente mayores cocientes de inteligencia pero siendo todos de la misma competencia (una reunión de ajedrecistas, por ejemplo).

    Comete además un error, que es el de pensar que por el hecho de que el 80% de la comunicación esmarfónica se componga de «tonterías sin cuento», el otro 20% no deje de ser importante. Hace cinco siglos proliferaban con éxito unas novelas, conocidas como novelas de caballerías, que son el equivalente, en tecnología de la época, a ese cupo popular de las «tonterías sin cuento» que hoy prolifera en internet y otros medios. Pero ya sabe usted que sirvieron de punto de partida para que Cervantes escribiera El Quijote. Lo que importa de las novelas (o lo que sea) raramente estará en la mayoría de las novelas que se editen.

  56. loiayirga dijo:

    Jajajajajaja. Es que no puedo evitar pensar q está emparentado etimologicamente con VANO.

    Sirva como excusa. Y si cuela, cuela.

  57. Alejo Urzass dijo:

    Don Loia, totalmente de acuerdo con que la herramienta no es neutral, eso es lo interesante. Cuando se inventó la imprenta con el objeto de reproducir biblias, no se podía prever todo lo bueno que surgió de ahí. Tampoco cuando se inventó el cinematógrafo se podía suponer que se desarrollaría toda una «fábrica de sueños». No sabemos qué surgirá del uso de los SP, o bien, del estar-siempre-conectados, pero será interesante averiguarlo, y creo que hay razones para ser optimista ya que se trata de una herramienta de comunicación. Otro tema es lo de la adicción, que es la idea central de este post. Yo no dramatizaría por ese lado tampoco. Los tiempos están cambiando. Hace medio siglo que lo cantaba Dylan y siguen cambiando.

  58. Gondomar dijo:

    Alejo, no está muy claro que internet dé lugar a una sociedad mejor comunicada. ¿Ha mejorado la la comunicación con nuestros vecinos o es peor que hace dos décadas? ¿Los niños de ahora que se pasan la tarde con el ordenador están mejor comunicados que los que antes jugaban en el patio? ¿Los padres y los hijos tienen ahora una comunicación más fluida? ¿Hemos forjado amistades más sólidas gracias a Facebook? Con Internet quizá estamos mejor comunicados con personas en la otra punta del globo a las que no conocemos de nada; pero no veo que haya mejorado nuestra comunicación con la sociedad que nos rodea, que es la que importa a la hora de la verdad. Me pregunto si guardan relación ambos fenómenos. ¿El deterioro de la comunicación con nuestros más cercanos es el peaje a pagar por estar mejor comunicados con un chalado de Oklahoma?

    Es un placer leer los artículos de este blog y los comentarios que suscita tampoco se quedan atrás. Se ve que cada bloguero tiene los comentaristas que merece y, en este caso, la excelencia del Pseudópodo atrae a comentaristas del más alto nivel. Sin embargo, me preocupa que isidro –el comentarista más reacio a las novedades– y Epicureo –el más abierto– parezcan estar de acuerdo en lo fundamental: no se puede prohibir nada en relación con la tecnología y no se puede volver atrás ni para tomar impulso.

    • isidro dijo:

      Estimado Gondomar, no se preocupe en cuanto a mí respecta. Yo estoy completamente de acuerdo en que se prohíba el SP a los niños y jóvenes, como ya he dicho varias veces (o que se limite de manera drástica su uso). Me importa poco o nada que haya quien me considere facha por ello. Cuando he escrito que “yo tampoco creo que ya se pueda prohibir nada, pero, sobre todo, porque los padres no tienen mucha autoridad sobre sus hijos”, no he querido dar a entender que esté mal la prohibición, sino que si ésta ha de depender en gran medida de la colaboración de los padres, la cosa pinta muy pero que muy mal, dado que la autoridad de los padres sobre los hijos es hoy, en general, escasa o nula. También he dicho que si de mí dependiera impediría el uso de la calculadora y el diccionario digital a niños que todavía no dominan el cálculo o el abecedario.
      Otro matiz, si me permite: no soy reacio a las novedades en sí, sino a todas aquellas que, bajo la falsa bandera del progreso, o no aportan nada o son claramente nocivas, como es el caso del SP. Digamos que soy contrario y muy crítico con la idolatría de lo nuevo.
      Espero haberme explicado bien ahora, Gondomar. Por lo demás, comparto plenamente su certero comentario sobre el deterioro de la comunicación interpersonal que el SP nos ha traído.

      Saludos.

  59. Alejo Urzass dijo:

    @Gondomar, en su segundo párrafo me da usted el mejor argumento para rebatirle el primero. En este blog todos somos el “chalado de Oklahoma”. ¿De verdad usted atendía conversaciones como las de aquí con sus vecinos antes de la era internet?

  60. isidro dijo:

    Hola a todos. En lo sucesivo, para evitar el mareo de los comentarios anidados, voy a evitarlos. Encabezaré los comentarios con el nombre del participante a que me dirija para evitar confusiones.

    Estimado Alejo, me temo que está usted confundido. No podemos comparar el SP con el invento de la imprenta y el libro. Todos los que estamos aquí (y, desde luego, nuestro anfitrión) hemos pasado por la escuela, seguramente tenemos estudios superiores y somos asiduos lectores librescos, o grandes lectores, y eso, entre otras cosas, nos permite emplear el ordenador como una herramienta de información y argumentación útil. Por el contrario, la inmensa mayoría de los mensajes que se mandan los chicos por el SP o por el ordenador de casa adolecen de vacuidad y futilidad: son meras distracciones carentes de fundamento (que podrían tener su justificación se circularan en número mesurado, pero que no es así). No sé de dónde se saca usted el dato de que el 20% de los mensajes que navegan por los SP son importantes. Si se pudiera apostar, yo apostaría que el 99,9999999, decimal arriba o abajo, del material volante tiene menos molla que la pata de una gamba. ¿Cuántos lo utilizan para argumentar cosas con rigor? ¿Confía usted en que en el futuro nuestros chavales discutan asuntos filosóficos o científicos por el SP?
    El SP (en concreto el SP) no tiene el formato adecuado para trasportar otra cosa que tonterías, chistes, fotos inanes, vídeos sexuales o violentos, chismes, vulgaridades y ocurrencias de chascarrillo. El formato adecuado para comunicar material intelectual y cultural de calado es el libro, pues reúne las condiciones necesarias para contener información compleja y argumentación extensa y sutil. El libro es la unidad básica de formación e información de cualquier cultura que se precie, y no, desde luego, unos aparatitos que no están preparados para razonar o argumentar con ellos. Los ordenadores de casa son otra cosa, pero, son igualmente inútiles si quienes los usan no tiene una formación superior o no ha leído libros adecuados. Los libros también se pueden leer en la pantalla, pero no dejan de ser libros. ¿Cómo podrían los aparatos digitales superar la formación que los libros y revistas culturales procuran? No pueden de ninguna manera: o bien los ordenadores nos remiten a libros (y por tanto el libro no queda superado como fuente de formación intelectual y cultural) o bien remiten a la información fragmentada que proporciona la ocurrencia y la mera opinión. No se pueden superar las virtudes del libro en materia de transmisión cultural y como medio de cultivar las mentes.

  61. isidro dijo:

    Perdón, quise decir el 99,9999999%.

  62. Alejo Urzass dijo:

    “El SP (en concreto el SP) no tiene el formato adecuado para trasportar otra cosa que tonterías, chistes, fotos inanes, vídeos sexuales o violentos, chismes, vulgaridades y ocurrencias de chascarrillo. El formato adecuado para comunicar material intelectual y cultural de calado es el libro, pues reúne las condiciones necesarias para contener información compleja y argumentación extensa y sutil.”

    Las tonterías, los chistes, la pornografía, la violencia, etc., son cosas que existen con anterioridad al SP y a la imprenta. Que la violencia en el mundo en la primera mitad del siglo XX, sin SPs, no tiene parangón ni antes ni después, y ya existían los libros, Cervantes y Einstein. Parece que no quiere ver usted que por cada ejemplar de El Quijote se publicaron docenas de novelas malísimas. Que la wikipedia (por poner un ejemplo) contiene menos errores que la Enciclopedia Británica y que es tan extensa que sería del todo imposible publicarla en formato papel.

    Pero me sorprende más esto:
    ”El libro es la unidad básica de formación e información de cualquier cultura que se precie, y no, desde luego, unos aparatitos que no están preparados para razonar o argumentar con ellos.»
    No se si quiere decir que usted dialoga con los libros o qué. Lo que está claro es que esta conversación, este blog, no son posibles en formato libro. Le diré aún más, yo descubrí este blog navegando en un ipod touch (un aparato para escuchar música, con pantalla de 4 pulgadas y conexión wi-fi) alrededor de 2009, la época de los primeros iPhone, es decir en el minuto uno de la cultura SP., descansando en un hotel, probando mi juguete nuevo. Recuerdo que era un artículo sobre la muerte de Ayala y el chauvinismo francés.

    ¿De dónde saco mis cifras?: http://es.wikipedia.org/wiki/Principio_de_Pareto

  63. isidro dijo:

    No sé si en los días sucesivos dispondré de tiempo para intervenir en esta discusión. Voy a aprovechar que ahora sí tengo tiempo para dar una visión más rigurosa de qué pienso acerca de todo esto. Lamento no poder dosificar los mensajes o hacerlos sintéticos.
    Una cuestión me preocupa sobremanera, y creo que a todos nos debería preocupar: ¿vamos por buen camino o por mal camino? Hay muchas respuestas a una pregunta tan abierta, lo sé, pero espero que al final de mi exposición tenga el lector una idea mucho menos vaga de a qué me estoy refiriendo. Si he de adelantar mi respuesta, ya la conocen: vamos por muy mal camino. Para fundamentar esta mera opinión desarrollaré mis argumentos a través de varios pasos. Voy allá:

    1. Pensemos en qué probabilidad tiene un organismo de nacer con una mutación genética beneficiosa para él. Una probabilidad muy baja. Las mutaciones genéticas son ciegas, carecen de inteligencia, de modo que la mayoría son deletéreas o nocivas para la supervivencia del mutante. Solo unas pocas son buenas. O pensemos qué probabilidad tendríamos de mejorar la calidad artística de Las Meninas si cualquiera de nosotros le diera unas cuantas pinceladas al óleo. Ya lo sabemos: una probabilidad remotamente pequeña, por no decir nula. O qué probabilidades de mejorar la precisión del mejor reloj suizo introduciendo en su mecanismo interno un cambio al azar. Nuevamente, bajísimas. Moraleja: lo que funciona bien, mejor no tocarlo. Y, si se toca, que sea con mucho tiento y prudencia.
    2. Si nos metemos en el avispero consistente en comparar unas épocas con otras (el presente con el pasado) es muy posible que no lleguemos a ninguna conclusión satisfactoria para la mayoría. Pero yo creo que tal vez nos aclaremos un tanto si nos preguntamos lo siguiente: ¿Hay algo en nuestra actual cultura que debamos considerar bueno? La respuesta es obvia: sí. ¿A qué bien incontrovertible me refiero? A la ciencia y a sus frutos. Otros bienes indudables existen, pero para no complicar la cosa me ceñiré a la ciencia. ¿Quién en su sano juicio podría renegar de la ciencia y la tecnología? Sí, ya sé que existe la tecnología militar y que también la ciencia tiene su lado oscuro e inquietante. De acuerdo, ¿pero sería razonable renunciar a la ciencia y a los beneficios que nos aporta por culpa de ese lado oscuro? ¿Deberíamos parar la maquinaria científica solo para prevenirnos de posibles malos usos? Pienso que no.
    3. Bien, ya tenemos algo que, seguramente, nos acerque a un consenso o acuerdo mayoritario muy robusto: la ciencia es un bien inestimable de nuestra cultura. Nos proporciona conocimientos sobre la realidad y, de paso, alumbra ingenios tecnológicos, ingenieriles y medicinales de incalculable valor.
    4. Pensemos ahora en una persona de avanzada edad que goce de excelente salud. Es evidente que si tiene una edad avanzada y disfruta de buena salud es que estamos ante una persona que, a lo largo de su vida, ha mantenido hábitos de vida saludable: ha comido bien, no ha abusado del alcohol, no ha fumado, ha hecho ejercicio moderado, etc. Nadie creerá, supongo, que se puede estar muy sano a cierta edad llevando una intensa vida de crápula. Es decir: el presente de esa persona tiene mucho que ver con su pasado, con toda su biografía. Su salud actual tiene su causa en el presente, pero no menos en su pasado.
    5. Análogamente, si algo nos gusta de nuestra sociedad en la actualidad, si algo de nuestro presente nos parece indubitablemente bueno (la ciencia, según hemos dicho), tendremos que ver si eso que nos parece bueno es un fruto espontáneo del presente o, más bien, una herencia del pasado. No hay duda: la ciencia es un árbol de luengas y gruesas raíces. No ha aparecido entre nosotros como por generación espontánea. Es decir, incluso quienes acostumbran a renegar del pasado por ver en él la antítesis del progreso y un oscuro pozo de ominosos peligros, han de reconocer que algo de bueno, de muy bueno, tenía ese pasado. Si se empeñan en ningunearlo y detestarlo en bloque y por sistema, deberán, por simple coherencia, renegar también de los frutos de la ciencia.
    6. ¿Pero cómo ha llegado la ciencia hasta nosotros? Por vía de la cultura, claro. Más en concreto: por medio de la escuela, los maestros, la universidad y los libros. Más en concreto todavía: por medio de la escuela tradicional. Sí, señores, ni más ni menos que gracias a la escuela tradicional (insisto en lo de tradicional).
    7. Nadie, absolutamente nadie con un mínimo de sentido de la veracidad, tiene derecho a criticar acerbamente la escuela tradicional o a espetar la enormidad de que “no funciona”. Los inventos y prodigios que nos rodean se cuentan por miles y miles y la mayoría han sido alumbrados por mentes formadas en la escuela y la universidad tradicionales. Miles y miles (o millones) de profesionales rigurosos han recibido en ESE tipo de escuela la formación necesaria para construir la civilización tal y como la conocemos: las carreteras, los vehículos, los aviones, los teléfonos, las medicinas, etc., etc., etc., son el fruto dulce que la escuela y la ciencia nos han dejado. No tenemos ningún derecho a renegar de ellas mientras hacemos uso de sus prodigios. Ningún derecho. Y no estoy diciendo que la escuela tradicional sea (o fuera) perfecta. No. Pero es evidente de todo punto que, si bien mejorable en ciertos aspectos importantes, la escuela tradicional ha probado su eficacia hasta la saciedad. No verlo constituye, a mi juicio, un formidable acto de ceguera o de ingratitud. No es perfecta, pero sí eficaz en grado sumo.
    8. Por todo esto, la escuela tradicional no debería someterse a cambios copernicanos: corremos el riesgo de malograrla, como corremos el riesgo de malograr un reloj de precisión si metemos mano a su mecanismo sin el necesario talento, conocimiento, tiento y cuidado.
    9. Hoy día estamos reformando la escuela tradicional (una institución sumamente eficaz) hasta dejarla irreconocible. De hecho, hasta desbaratar completamente su eficacia. Ha ocurrido lo que era de prever: no es fácil mejorar Las Meninas y no es fácil introducir cambios revolucionarios en la escuela sin aniquilarla. Estamos haciendo todo lo contrario a lo que se hizo para conseguir una escuela eficaz, justo lo contrario. Hemos recusado el esfuerzo, la disciplina, la autoridad del padre y del maestro, la memoria, los dictados, el estudio concienzudo, el premio al mérito, la reprobación de la vagancia, el libro como fuente esencial de la cultura… Todo ha quedado patas arriba.
    10. La mitología de lo nuevo ha parido un engendro espantoso, refugio de vagos y sinvergüenzas. Los mitólogos de lo nuevo se empeñan en declamar contra la escuela tradicional, alegando que “ya no funciona”, que si alguna vez funcionó, “ya no funciona”. ¿Y por qué? ¿Acaso los niños de hoy nacen diferentes a los de ayer? ¿Se ha operado en ellos alguna misteriosa mutación genética que les impida aprender de la misma manera que aprendieron las generaciones pasadas? Lo único que se les ocurre decir es que “los tiempos han cambiado”, expresión tan vacía y fútil que no acierta a explicar absolutamente nada.

    Conclusión:
    Si los niños son el futuro, nuestro futuro es tan incierto como pésima es la escuela a la que asisten y como pésima es la educación que la mayoría recibe en sus casas. Estamos empeñados en convertir la escuela en un laboratorio de estrambóticos experimentos, cuando el sentido común nos aconseja no tocar (o tocar con sumo tiento) aquello que funciona bien o muy bien, como lo prueba la existencia de todas las maravillas científicas y tecnológicas que nos rodean. ¿Qué nos jugamos con todos estos experimentos que la ingratitud pergeña? Solo la ciencia. Podemos dormir tranquilos.

  64. isidro dijo:

    Amigo Alejo,
    Sí, es verdad, las tonterías y los chismes siempre han existido. No creo haberlo negado o cuestionado. Pero jamás ha existido, como hoy, medios tan eficaces (tan adictivos) para difundirlos, porque, como argumentaba La Tinta, a nadie antes se le ocurría inmortalizar con una foto la paella que se iba a comer.

    La violencia también ha existido siempre, pero nunca como hoy se ha difundido en cantidades tan apabullantes. Ya es muy sólito que el portador de un SP se dedique a grabar escenas violentas con perfecta insensibilidad y hasta excitación malsana. La publicación masiva de la violencia nos hace insensibles a ella.
    Libros malos hay a mansalva. La cuestión es que por los SP no puede circular nada remotamente parecido al resultado intelectual que se obtiene de leer buenos libros. En el SP no hay cabida más para lo malo o, en el mejor de los casos, para lo gracioso o inocuo. Para poco más.

    La Wikipedia no supera el concepto formativo del libro, pues es, en sí, un libro.

    No converso con los libros, pero los libros me ayudan a conversar con más racionalidad. Esta conversación, es verdad, y este blog son imposibles en formato libro, y la existencia del ordenador en que escribo es igualmente imposible sin la existencia de libros: de los libros en que los científicos y los ingenieros han estudiado para saber cómo construirlo. Le diré una cosa: en cuanto desaparezca el libro (y lo mismo da que sea material o digital), desaparecerá por completo la civilización tal como la conocemos.

    Por último: el enlace sobre Pareto no prueba ni por asomo que el 20% de los mensajes que circulan por los SP sean importantes. Animo al lector a consultar el enlace para que él mismo razone si de ahí se puede concluir lo que el amigo Alejo concluye.

  65. Alejo Urzass dijo:

    «Pero jamás ha existido, como hoy, medios tan eficaces para difundirlos»
    Esto se aplica también al conocimiento, no veo cómo no se da cuenta.
    Creo que donde usted ve una botella casi vacía, yo veo un dedo de agua. Luego usted argumenta que si multiplicamos esa botella por mil, al obtener un vacío mil veces mayor estamos obteniendo mil veces menos agua que en la botella inicial.
    Fíjese con lo complicado que era ser fotógrafo hace lustros, la de gente que andaba fotografiando paellas:

  66. isidro dijo:

    Alejo,
    Me parece que, de nuevo, yerra usted el tiro.
    1. La información y los conocimientos son hoy tan esotéricos (de difícil acceso para la mente) como siempre, por no decir más. Casi ningún joven de esos que vemos lamentablemente enganchados al móvil podría entender por sí solo, sin la ayuda de un maestro (profesional o no) la filosofía griega, la de Kant o Sartre, por poner algún ejemplo. Como tampoco casi ninguno se enterará de en qué consiste la teoría de la relatividad o la cuántica si alguien bien formado en esas materias no se lo explica. Si usted cree que el ordenador puede sustituir al maestro de carne y hueso, le diré que se equivoca. Solo las mentes muy bien formadas en la escuela tradicional y adultas alcanzarán a hacerse una idea aproximada de diversos temas cuando los consulten en Internet. Solo esas mentes.
    2. La disponibilidad de información importante no significa que sea apetecible para la persona, en especial si carece de una formación sólida previa. No ocurre lo mismo con la información irrelevante y chistosa, pues no requiere ningún esfuerzo para entenderla y engancha la atención con sorprendente facilidad. ¿O es que cree usted que porque la filosofía Leibniz esté incorporada en los SP los jóvenes se aprestan a consultarla y a conversar sobre ella?
    3. Hasta la fecha, el resultado más notorio que ha conseguido la información digital en la formación de nuestros chavales es que sus mentes se han hecho perezosas, pues es dominante la creencia de que es absurdo memorizar la información que puede encontrarse con extrema facilidad.

  67. pseudópodo dijo:

    Pues he conseguido leer los comentarios, por fin (Isidro, eres un estajanovista del teclado 🙂 ) lo malo es que, con todo lo interesante que habéis dicho, es imposible contestar más que alguna cosa suelta.

    Tintín, me ha gustado esto: casi todo lo bueno de Internet no consume datos ni necesita una buena tasa de respuesta: wikipedia, mails, blogs, música, foros, libros, ensayos…: efectivamente, y todo lo malo es lo que necesita mucho ancho de banda. Por mi parte, yo no tengo wifi en casa. Hace unos meses tuvimos una avería del teléfono, me cambiaron el router y venía con la wifi por defecto. Me di cuenta a tiempo y conseguí que el técnico me explicara como desactivarla. Resultado: sólo se puede ver internet en el salón. Se pueden conectar dos PCs pero por cable, y como es engorroso y la mesa suele estar atestada de libros casi nunca lo hago. Resultado: con cierta frecuencia no puedo conectarme porque está mi hijo. Me aguanto (y me educo en la virtud de la templanza) o le digo que se quite (y se va educando él).

    Son pequeñas dificultades de esas que, como decía Isidro son necesarias para forjar el carácter. Epicureo apostillaba que “no cree en la dificultad artificial” y eso parece sensato, pero no siempre lo es. Igualmente podrías decir: “la actividad física es necesaria para la salud, pero no creo en la actividad física artificial”. Pero para muchos eso significaría no hacer ninguna actividad física, así que no es raro que haya gimnasios, etc (no entremos ahora en los excesos de la religión del deporte –muy bueno lo de los monty phyton, por cierto). Yo creo que en las circunstancias actuales no hay más remedio que poner dificultades artificiales al uso de internet y sobre todo del SP. Por mi parte, tengo el mismo desde hace 4 años y suelo tener desconectada la conexión de red, entre otras cosas porque me quedo sin batería en unas horas. Prefiero no comprarme otro mejor.

    Poner dificultades no significa prohibir, primero porque es imposible (podemos prohibir una droga minoritaria, pero no una a la que está enganchada más de la mitad de la población) y segundo porque, como defiende con ingenio don Alejo, internet tiene muchas virtudes. Por eso me gustaba la idea de Tintin: no se trata de no comer sino de hacer una dieta saludable.

    loiayirga, muy acertado tu comentario sobre la no-neutralidad de la herramienta. Yo no lo podría haber dicho mejor y suscribo hasta la última coma. Me gusta mucho esto: La gran mentira es pensar que la gente hace lo que quiere. La gente hace lo que es fácil hacer..

    Alejo, a pesar de la aguda finta dialéctica de que aquí todos somos “el chalado de Oklahoma”, creo que Gondomar (¡gracias por los elogios!) tiene razón en lo esencial. Lo que importa es la calidad de la comunicación y en qué medida nos sirve para formar vínculos significativos. En este terreno concreto, internet ha mejorado algunas cosas y ha empeorado otras. No tengo claro cuál es el balance. Pero el del esmárfono sí estoy convencido de que es negativo (repito: en el de la comunicación de calidad). Aunque permita descubrir artículos tan buenos como éste 😉

    Ah, como Isidro, también discrepo en la aplicación del principio de Pareto. Yo soy más partidario de la Ley de Sturgeon

    Isidro, siento no tener más tiempo para contestar: me parecen interesantes varios de tus argumentos (aunque has tirado por elevación y ampliado el campo de batalla, como diría Houellebecq, tanto que sería tema para otro post). Pero me voy a desconectar, que hay que predicar con el ejemplo.

  68. Por favor, un respeto. Que por el SP me entero en segida de que hablan de mi.

  69. Loiayirga dijo:

    Debo estar mu chalado para escribir: la g sin la u en seguida.

  70. Loiayirga dijo:

    Y escribirlo separado.

  71. Isidro dijo:

    Bueno, Pseudópodo, es verdad que he hablado (escrito) muchísimo, que me he comunicado y que he conversando más que nadie: con ello he probado ser muy inteligente (¿eh, don Alejo?) 🙂

  72. Cristina dijo:

    Mi madre tiene una amiga que critica que la gente salga a comer fuera porque, dice, no hay necesidad ninguna, es una frivolidad y un gasto absurdo de dinero. Lo gracioso es que todo esto lo cuenta, precisamente, cuando sale a comer fuera con las amigas. «Pareces Evelia» se convirtió en un chiste privado que en la familia usamos para señalar contradicciones como la de Evelia, que es como se llama la amiga de mi madre.

    Cuando leo encendidos comentarios en internet criticando internet no puedo evitar pensar: parecen Evelia 🙂

  73. Weno dijo:

    Buenas.
    Antes de nada quiero decir que ha sido un placer leer tanto la entrada como los comentarios posteriores de este blog. Con respecto a si vamos por buen o mal camino en la actualidad, tengo verdadera curiosidad por comprobar en qué situación estaremos dentro de 20 años, para saber si la espléndida argumentación de Isidro se confirma (o no). Yo sólo quiero aportar un par de notas a este debate, y pido disculpas si repito alguna idea ya reflejada antes.

    1. Los SP y los jóvenes. Creo que estaremos de acuerdo en que no es igual el uso que puede dar un niño a un SP que un adulto formado. Para ser más ilustrativo: Para un bebé un SP servirá para llevárselo a la boca y llenarlo de babas, para un niño será una consola de juegos, para un adolescente un medio de hacer amigos, y para un adulto una herramienta de múltiples usos, incluyendo el ocio, el trabajo y/o la cultura. En nuestra época, cuando el SP no existía, el tiempo del que disponíamos los jóvenes se distribuía en diversos ámbitos que se complementaban y ayudaban a formarnos como personas: el familiar, el escolar, el de las amistades, el de las aficiones (que a menudo se podían desarrollar de forma individual)… Pero entonces legó el SP, que permitió que el aspecto de la vida al que habitualmente, y por naturaleza, los adolescentes dan más importancia (el de las amistades) pudiera estar omnipresente, independientemente del ámbito físico en el que se pudieran encontrar. Porque para un chaval (salvo contadas excepciones) llevar un SP en el bolsillo es como llevar a los colegas contigo, a todas partes, para compartir risas, cotilleos, música y lo que se tercie. Y así una herramienta que, como comentáis algunos, permite el acceso al mundo global, a las grandes obras culturales, a bibliotecas infinitas y a los mejores artículos científicos de las mejores universidades, en manos de los jóvenes se convierte en una herramienta que los encierra en un mundo local, más local que nunca, porque a fin de cuentas el uso que hacen de ella se limita fundamentalmente a comentar los cotilleos del día relacionados con su entorno social más próximo. En la casa. En la calle. En las aulas. Da igual.

    2. La tecnología y los jóvenes. Cuando entraron los ordenadores en los hogares se habló mucho de que las nuevas generaciones serían unos expertos tecnológicos, capaces de comunicarse con las máquinas de manera asombrosa. Los jóvenes tendrían más conocimientos en este terreno, al estar más en contacto con los nuevos dispositivos electrónicos. Y hubo un tiempo en el que algo de eso hubo. Recuerdo que los primeros ordenadores tenían sistemas operativos primitivos, y era necesario hacer un esfuerzo para poder comunicarte con ellos, y dabas algunos pasos en el mundo de la programación para sacar el máximo partido al Spectrum ZX-81 o al VIC-20 que te habían regalado por navidad… Pero todo eso pasó. Porque los productos de la tecnología de consumo están diseñados para eso, para ser consumidos (cuanto más mejor), y su facilidad de uso los hace más apetecibles para el gran público. Y con el paso del tiempo las máquinas, que sin duda son un logro de la impresionante ciencia y técnica actuales, fueron cada vez más amigables en su diseño y uso, y para ello los fabricantes camuflaron al máximo sus tripas electrónicas, sus fundamentos científicos, sus chips de silicio, sus líneas de código. Un SP actual tiene una superficie lisa y un botón. Basta tocarlo y hace lo que quieres. ¿Y qué quiere hacer un joven? Volvemos a lo de antes: Charlar con sus amigos, o jugar. Sin ningún conocimiento informático lo puede hacer. No hace mucho me comentaba una profesora de tecnología que sus alumnos cada vez se mostraban más torpes a la hora de manejar herramientas informáticas, porque la única cosa de tipo informático que hacían habitualmente era conectarse a una red social y/o a chatear. Sin embargo, los jóvenes se creen unos verdaderos expertos en tecnología, porque saben USAR los dispositivos que sus padres no manejan con soltura, y conocen toda la gama de marcas y modelos imaginables. Pero en el mundo de la técnica del saber USAR al saber HACER hay un trecho muy largo…

    En fin, espero no haberme alargado demasiado. Saludos y enhorabuena por el blog.

  74. isidro dijo:

    Estimado Weno:
    Gracias por sus generosas palabras. Me parece muy juicioso su comentario. Lleva mucha razón cuando dice que, en contra de lo que previeron muchos, los jóvenes (y no tan jóvenes) utilizan el SP no para ensanchar su mundo sino para hacerlo más local.
    Una de las cuestiones principales de todo esto es, a mi juicio, que no reparamos en un hecho de enorme importancia: que la vida es conservadora, aunque también innovadora. Guarda la vida un fino equilibrio entre la conservación y la innovación. Es lo que ocurre con la evolución de las especies (filogenia) y es lo que ocurre con nuestros cuerpos (ontogenia). Nuestro sistema inmunológico es eficaz porque reacciona contra lo desconocido, porque ataca de inmediato a los cuerpos extraños. Imagine qué destino le esperaría a un cuerpo cuyo sistema inmunológico franqueara la entrada a cuantos agentes extraños se infiltraran en él. Tanto la filogenia como la ontogenia tienen potentes mecanismos contra la irrupción de lo nuevo. Pues bien, por alguna extraña razón (o no tan extraña) nosotros creemos que nuestra vida será mejor si eliminamos las fuerzas conservadoras y damos la bienvenida a las fuerzas innovadoras. Mi tesis es que las sociedades que realmente progresan son aquellas que guardan un razonable equilibrio entre la conservación y la innovación. El exceso de conservación no permite a las sociedades adaptarse a cambios inevitables y el exceso de innovación termina esterilizándolas por quedar sometidas a experimentos inicuos. Nuestra situación social actual es la de un organismo cuyo sistema inmunológico no responde a la presencia de cuerpos extraños. Es lo que creo.
    Saludos.

  75. Alejo Urzass dijo:

    Don Pseudo: la ley de Sturgeon solo es la versión punk de la de Pareto, y se aplica igualmente. O sea, que el 20% del uso que damos a los SPs es muy eficaz mientras que el 80 % de ese tráfico es basura. Isidro da mucha importancia a ese 80 % de basura que para mi es invisible, porque desaparece sola. Ese otro 20 % resulta es sumamente eficaz. O bien 90 contra 10, qué más da.

    Don Isi, le veo acogotado por su extremo conservadurismo que no le deja ver. El conservadurismo es miedo, y con miedo no se puede vivir.

    Y ahora, ¿cree usted que la sociedad occidental (que podríamos decir que comienza con la calzada Romana, o sea, la primera red social de la historia de la humanidad), es más o es menos conservadora que el resto de sociedades? ¿Cree usted que la inteligencia del homo sapiens es mayor que la del resto de los homínidos (y mamíferos, y resto de seres vivos conocidos) por ser más conservador? ¿O no son más conservadoras las abejas, o las hormigas, que son excelentes ejemplos de sociedad?

    @Weno, bienvenido, ¿usted no cree que es más importante conducir que saber de mecánica de automóviles? ¿Es más importante (para la música, nuestro disfrute), el imprescindible y sabio lutier o un Paco de Lucía? ¿De verdad para usted es más importante hacer una guitarra que tocarla?

  76. Weno dijo:

    ¡Buenas!

    Estimado isidro: Después de haber disfrutado de sus comentarios. Después de leer en concreto «Yo trabajo de basurero nocturno» (si se trata de una metáfora y no de una afirmación que debe entenderse al pie de la letra, le agradecería la aclaración). Y después de escuchar los banales comentarios habituales entre los docentes de un centro escolar (con honrosas excepciones, entre las que no me incluyo). Debo decirle que, efectivamente, todo parece indicar que vamos por mal camino.

    Estimado Alejo (gracias por su bienvenida): Entiendo su comentario. Voy a intentar explicarme mejor. Tocar una guitarra (que puede decirse USAR una guitarra) no es cosa fácil. Requiere años de estudio. Muchos, si se quiere dominar bien el asunto. Yo, al utilizar la palabra USAR, me refería a USAR productos de consumo para el gran público, que no es exactamente lo mismo. Porque los productos del consumo se diseñan para que su utilización sea lo más sencilla posible (y es lógico que sea así, porque eso los hace accesibles a un mayor número de usuarios, con el consiguiente beneficio para la empresa que los produce). Tocar un instrumento, para mí, entra en la categoría de las cosas que no sé HACER. Por el contrario, la ciencia que puede haber en tocar unos botones para chatear, navegar por internet o subir videos a Youtube es mínima (o nula). HACER la guitarra es difícil y fundamental para poder tocarla. Y HACER música tampoco es cosa baladí. Es cierto que hoy en día existen herramientas que permiten crear composiciones musicales apretando tan solo unos pocos botones. Yo mismo he elaborado videos con diversas herramientas informáticas que quedaban muy coquetos e impresionaban a mis vecinos. Pero también tengo claro que esos logros se debían más al trabajo de expertos que habían puesto a mi disposición ese conjunto de herramientas avanzadas que a mi propia pericia. Y el problema, volviendo a la perspectiva que tienen los jóvenes, reside ahí: Que ellos, por falta de madurez, no se dan cuenta de que sus fantásticos videos subidos a Youtube, su dominio de las app y de cómo hacer uso de ellas, su conocimiento (superficial) de las características técnicas de un dispositivo electrónico, no aportan NADA al progreso de la ciencia o la tecnología, y que en el fondo gran parte de sus producciones NO se deben a ellos, sino a OTROS. Y esta inconsciencia les hace sentirse más poderosos, desde el punto de vista tecnológico, de lo que realmente son.

    Saludos.

    PS: Isidro, no me diga usted de verdad que es un facha, que no me lo creo 🙂

  77. isidro dijo:

    Buenas tardes.
    Estimada Cristina, francamente, no sé si darme por aludido por sus palabras. Por si acaso sí lo debiera, permítame la siguiente aclaración. Como a su amiga, a mí me encanta salir a cenar con los amigos (tal vez porque salgo poco). Pero si uno de mis amigos se empeñara en decir con total seriedad que salir de cenas nos hace ser mejores persona, cuando no santos, es seguro que yo tendría alguna objeción que oponerle. Análogamente, me encanta usar el ordenador, pero me rebelo contra las ingenuas creencias que lo rodean y que lo hacen subir a los altares, como por ejemplo, que vale para sustituir, o casi, al maestro de toda la vida. Hay pedagogos que así lo creen. Es solo un ejemplo, amiga Cristina. Los podría multiplicar.
    Saludos.

    • Cristina dijo:

      Quizás el mío no fue el mejor de los comentarios pero no trataba de ofender a nadie. En realidad la actitud que describía es comprensible, a mí también me pasa. Me refiero al hecho de sentir cierto remordimiento al actuar de una determinada manera porque reconocemos implícitamente su faceta negativa. Las palabras de Evelia están más bien dirigidas a ella misma: de manera torpe reflexiona sobre las implicaciones de gastar dinero en una actividad de ocio con la que disfruta. Lo de internet es parecido: soy capaz de reconocer que pierdo mucho tiempo en las redes pero disfruto leyendo y escribiendo comentarios (sobre todo en blogs amigos como este :-)) lo que me ha llevado muchas veces a reflexionar en voz alta y hacer comentarios tipo «la gente está enganchada a internet» y cosas así.
      En fin, nada que no se haya comentado ya. Supongo que la historia me pareció más graciosa de lo que en realidad es.

  78. isidro dijo:

    Hola, Alejo.
    Que sí, que soy algo timorato. Ya lo dije. No obstante, le diré que distingo entre novedades buenas y novedades malas (y novedades inocuas). Y son las novedades malas las que, a qué negarlo, me inquietan, me asustan y, a veces, me escandalizan. Pero no se confunda nuevamente. Soy un gran entusiasta de la ciencia (y de los científicos, claro), un gran admirador de los prodigios y NOVEDADES que la ciencia genera a mansalva, y ya he expresado mi temor por el hecho de que ese gran productor de novedades magníficas y beneficiosas se vaya a pique en un futuro no muy lejano. Ningún entusiasta de la ciencia puede ser llamado conservador en el sentido que usted me llama a mí. (Digo ciencia como podría decir arte, literatura, filosofía, religión (aunque yo no soy creyente: una falla en mi condición de facha)).
    El otro día el telediario nos informó de una novedad de esas que a mí me escandalizan como el buen timorato que soy: en China ya se han dado casos de funerales que se celebran con chicas semidesnudas bailando obscenamente alrededor del féretro. Tal vez a usted esta novedad le parezca buena, graciosa o inocua, no lo sé. A mí me da asco. A mí me repugna. ¿Y a usted?

  79. isidro dijo:

    Amigo Weno: no es ninguna metáfora: trabajo como basurero. Si tiene interés en conocer algo más de mi persona, con mucho gusto le informaré por correo electrónico. Es este: agallaisidrob@yahoo.es
    Sí, Weno, por muy mal camino. Aquí no voy a exponer más razones de por qué creo que vamos derechos al abismo como civilización. Tengo pensado abrir un blog para poder escribir sobre ello, pero no me decido porque el poco tiempo que me queda lo quiero dedicar a la pintura al óleo, que es mi gran pasión. Ya veremos.
    En cuanto a lo de facha le diré que si usted no cree que yo sea un facha es porque usted no es un progre. Infinidad de progres me han dicho o insinuado que soy facha. (No sé qué opinará usted de esto, estimado Alejo ). Yo (si acaso vale lo que uno piensa de sí en estas cosas) no me considero facha: hablé jocosamente. Creo en el libre mercado, es verdad, pero también es muy cierto que me escandaliza la injusticia de que unos tengan tantísimo y otros tan poquísimo (aquí sí estoy con Pareto, amigo Alejo). Me escandaliza, por poner un ejemplo, que los futbolistas ganen más, muchísimo más, que los buenos científicos. Son cosas de la oferta y la demanda, lo sé, pero no puedo evitar sentirlas como aberraciones morales, como bárbaras injusticias. Esperemos que los SP, que contienen tanta buena información, arreglen esta anomalía y acabemos usándolos, principalmente, para hablar de Platón, Kant, Gauss, etc., ¿eh, Don Alejo?
    Sí puedo afirmar, estimado Weno, que no me importa nada que algunos (pero muchos) me tachen de facha.

    Saludos.

  80. Alejo Urzass dijo:

    A ver si consigo ir al grano.
    @Weno, veo distorsiones en su apreciación de la realidad; dice «su dominio de las app y de cómo hacer uso de ellas, su conocimiento (superficial) de las características técnicas de un dispositivo electrónico, no aportan NADA al progreso de la ciencia o la tecnología».
    Pues verá, los esmárfonos (y resto de aparatos tecnológicos) no se usan para aportar algo al progreso de la ciencia y la tecnología. Eso sería una especie de comportamiento tautológico más propio de un robot que de una persona. Es exactamente lo contrario: es el progreso de la ciencia y la tecnología la que debe aportarnos a nosotros (lo que sea mediante: un túnel de resonancia, un SP…) para nuestro beneficio (curar una enfermedad, comunicarnos con otros, disfrutar del ocio, saciar apetitos, etc.)
    Otra distorsión parecida comete al emplear los verbos hacer y usar. El lutier hace la guitarra y Paco de Lucía la toca (la usa), pero tal como emplea usted el verbo usar, parece que el usarla es un fin en sí mismo. Como si el objetivo de usar un SP fuera solo usarlo, es decir ver como funciona, operar sin más. Se olvida usted de lo más importante: «usar» es «usar para». La guitarra se toca «para» satisfacer nuestro deleite por la música. Un profesor de guitarra sabe «usar» la guitarra (en el sentido que usted da) quizá mejor que Paco de Lucía, pero no tanto como Paco el «usarla para» hacer música. Y esto que sabía hacer Paco es lo que da valor a toda la cadena que va del lutier a sí mismo y trasciende al oyente.
    Igualmente, el «hacer» tecnología es loable (como ser lutier), usarla (saber operar con ella) requiere un aprendizaje y quizá un tutelaje, pero usarla es usarla para comunicarse. Eso es lo importante, porque un 10 % ó un 20 % (Pareto, Sturgeon) de esa comunicación enriquecerá a los usuarios. Como hacemos nosotros en este blog que, por cierto, muchas veces leo en mi SP.

    • Weno dijo:

      Buenas noches, Alejo. Sólo dos cosas. La primera: Nada que objetar a sus argumentos, que son muy razonables. La segunda: Creo que el mensaje principal que quería transmitirle se refiere a otra cosa. Cuando dice que «distorsiono la realidad» y me cita (“su dominio de las app y de cómo hacer uso de ellas…»), olvida una frase anterior en la que digo «Y el problema, volviendo a la perspectiva que tienen los jóvenes, reside ahí:». Porque, efectivamente, quería expresar que los jóvenes (y por jóvenes estoy entendiendo adolescentes) distorsionan la realidad (no porque quieran hacerlo, sino porque les falta la madurez suficiente para evitarlo), y se creen expertos tecnológicos cuando tan sólo, en la mayoría de las ocasiones, saben apretar unos botones y mencionar una lista de especificaciones técnicas de diversos modelos para saber cuál es el próximo SP que van a adquirir (conocimientos superficiales, en mi opinión). Y esto les lleva a veces, por ejemplo, a espetar a su profesor de Tecnología que no se entera de nada, que ellos sí que saben. Utilicé la expresión SABER HACER para expresar una especie de grado superior de conocimiento (más creativo, más complejo) que SABER USAR, Y tengo la sensación de que muchos de nuestros jóvenes se quedan satisfechos con ese SABER USAR y renuncian a SABER HACER.

      Si, estimado Alejo, me contesta ahora diciéndome que tiene 14 años, tendré que replantearme totalmente estas ideas, porque está claro que mi razonamiento no se le aplica, ya que SABE HACER comentarios de mucho nivel desde su SP 🙂

  81. Alejo Urzass dijo:

    No me responde @Isidro a mis preguntas (no hace falta, sabemos las respuestas) sobre cómo ordenar en grado de conservadurismo un homo sapiens, un chimpancé y un dragón de komodo.

    Me pregunta si creo que es facha. Creo que no, o bien es un facha tímido. Creo que el facha no es solo una persona conservadora. Creo que es una persona que se cree superior moralmente y desea imponérsela a los demás sin el menor sesgo de empatía. Solo hay dos formas de facha, el facha estúpido (que venera a otros fachas y desprecia al resto del mundo) y el facha psicopático.

    Me sorprende que le sorprenda eso del funeral que cuenta. Seguro que en la historia de la humanidad se habrán producido cosas similares. Como también me sorprende no recordar eso que al parece usted recuerda, un pasado anterior a la existencia de esmárfonos, cuando los jóvenes aprovechaban cualquier momento libre para ir corriendo a comprar libros de Leibniz.
    Por último, los SP no «contienen» nada, igual que unas gafas tampoco «contienen» la vista.

    Espero que a Don Pseudo no le moleste que sigamos erre que erre. Aún tengo cosas en el tintero de mi wi-fi; no sé si les daré forma en el post de las devociones. A ver si saco tiempo mañana. Y hacer un resumen de cuánto y cómo he sacado de estos 15 años (o por ahí) usando internet. Echo la mirada hacia atrás y veo que mucho de lo que ahora soy (yo y mis circunstancias) ha salido de internet.

  82. isidro dijo:

    Alejo,
    Si no le he respondido a esa pregunta es porque, de tan obvia, no aporta absolutamente nada. Cree usted conocer la respuesta. Pues no, no da muestras de conocerla. La especie que más capacidad tiene de conservar información (del tipo que sea) es la del hombre. Las demás especies (incluida la de nuestros primos filogenéticos) no pueden hacer nada parecido porque no tienen desarrolladas las capacidades necesarias para transmitir información (o no al nivel del hombre). La cultura tiene la función, entre otras, de conservar conocimientos. Transmitimos conocimientos entre personas y de generación a generación. Se conservan ciertos conocimientos para poder transmitirlos cuando se crea oportuno y, al revés, se transmiten como medio de conservarlos. Los seres humanos conservan ideas y creencias religiosas a través de siglos y siglos, por ejemplo. Y lo hacen de una manera consciente. ¿Sabe usted de alguna especia animal que haga lo propio? Pero no solo ideas religiosas: también relativas a la ciencia, la filosofía, las artes, la lógica, la matemática… Aquella cultura humana (valga el pleonasmo) que no sepa conservar y transmitir ciertos conocimientos y ciertas conductas transmisoras, acaba decayendo. Imagine el caso de una sociedad que, por la razón que sea, no enseñara a sus retoños las cuatro reglas, a escribir, el solfeo, etc., etc.
    Y si me preguntara cuál es la especie más innovadora, la respuesta también es obvia: la humana. Si usted lo encuentra un contrasentido es porque no entiende que la innovación a cierto nivel solo es posible porque existen mecanismos potentes (culturales) para la conservación. Pero no se trata de conservar lo que sea, sino lo importante y necesario para poder producir novedades beneficiosas. Y de eso sí soy y me declaro conservador.
    ¿Cuál es nuestra situación actual? La de una sociedad que está destruyendo los mecanismos más eficaces de conservación del conocimiento.

    El párrafo suyo que más me ha gustado es este:
    “Creo que el facha no es solo una persona conservadora. Creo que es una persona que se cree superior moralmente y desea imponérsela a los demás sin el menor sesgo de empatía. Solo hay dos formas de facha, el facha estúpido (que venera a otros fachas y desprecia al resto del mundo) y el facha psicopático.”

    No tiene precio. Según usted, el facha desea imponer a los demás (a los que no son fachas) su moral por creerla superior, y lo hace sin ninguna empatía. ¿Y qué hace usted con respecto de las personas que no comulgan con su moral o sus ideas (léase, los fachas)? Exactamente lo mismo que según usted hace el facha respecto de los que no son fachas: ¡los trata con tanta empatía que no duda en llamarles “estúpidos” o “psicópatas”! Caramba, caballero, no es concebible mayor empatía que la suya para con quienes no son de su agrado.
    ¿Y acaso no se siente usted moralmente superior a los fachas? ¡Por supuesto! ¡Cómo no va a ser usted superior a los “estúpidos” y los “psicópatas”! Realmente, es muy fácil ser moralmente superior a los estúpidos y los psicópatas de este mundo. Se ha lucido usted, Alejo. Le felicito: al describir a los fachas ha mostrado tener los mismos defectos que usted les imputa.

    Dice usted:
    “Me sorprende que le sorprenda eso del funeral que cuenta. Seguro que en la historia de la humanidad se habrán producido cosas similares. Como también me sorprende no recordar eso que al parece usted recuerda, un pasado anterior a la existencia de esmárfonos, cuando los jóvenes aprovechaban cualquier momento libre para ir corriendo a comprar libros de Leibniz.”

    ¿Cuándo he dicho yo que me sorprenda? He dicho que me escandaliza, que me repugna, que me da asco que unas señoritas semidesnudas bailoteen obscenas alrededor de un féretro. La comisión de barbaridades no me sorprende en el humano. Por algo soy pesimista. Pero que no me sorprendan no significa que no me escandalicen. Pobre de espíritu es la persona o la cultura que no se escandaliza de las injusticias por ser estas muy numerosas y frecuentes. Le diré algo más, y es de suma importancia. La progresía de nuestras sociedades (yo a usted sí lo considero progre) muestra un enorme conformismo y tolerancia respecto de determinadas aberraciones morales actuales, temerosa de que si las condena moralmente ello se interprete como que ahora estamos peor que en tiempos pasados. Siempre he encontrado la misma reluctancia en los progres a la hora de condenar ciertos vicios o barbaridades de la actualidad. Como quiera que siempre hay algo en el pasado que iguala o supera en maldad a las maldades de hoy, el progre muestra una inaceptable tolerancia ante cosas que son inaceptables. Pues no, señor mío. No es esa la actitud. Justificar los males de hoy con los males de ayer no es el camino. Ni viceversa. Hay que mostrar la mejor disposición para condenar cualquier mal, sin hallarles justificación en otros males. Eso o convivir sonriente con el error y el horror.
    Y conteste usted lo que le he preguntado sin tergiversar mis palabras. Se la vuelvo a hacer. Bailar obscenamente delante de un féretro me repugna. ¿Y a usted? Yo lo condeno moralmente, ¿y usted?

    La otra cuestión: no, señor, jamás los jóvenes de ninguna época han corrido a comprar los libros de Leibniz. ¿Y sabe por qué? Porque leer a Leibniz es difícil y menos divertido para la inmensa mayoría de los jóvenes que consultar la última tontería que circula por las pantallas del SP. O menos divertido que jugar al fútbol. O a la comba. Pero esto no significa que los jóvenes del SP y los jóvenes de ayer estén empate respecto de su atención a Lebniz, ni mucho menos. La predisposición natural a estudiar es escasa en el joven, salvo excepciones, pero hoy lo es menos que ayer, mucho menos que la de ayer, por la sencilla razón, que usted no entiende, de que los jóvenes de hoy están atrapados en distracciones, literalmente atrapados: son adictos a las distracciones del SP porque el SP es un mecanismo fácilmente adictivo. De modo que hoy, señor mío, a los jóvenes esmarfonodependientes no se les puede pedir ni un cuarto de hora de concentración en Leibniz. Tienen la atención enferma, solo disponible para su droga. La forma con que usted despacha el gravísimo hecho de que haya tanta gente enferma de la atención (adicta al SP), que tantos jóvenes y no tan jóvenes pierdan su tiempo en chorradas, es de un frivolidad mayúscula. En todos esos chavales adictos al SP se cuece un drama familiar y biográfico mucho mayor del que usted alcanza a comprender, y no es un drama que se pueda justificar, como usted acostumbra, con otros dramas del pasado.

  83. pseudópodo dijo:

    Isidro, creo que has malinterpretado la alusión al “facha” de Alejo: yo entiendo que quería decir que, precisamente, él no te puede considerar un facha porque no tienes esos rasgos tan detestables.

    Lo de las chinas que hacen strip-tease en los funerales mejor dejarlo, porque creo que no tiene nada que ver con el tema. Seguro que rebuscando en los libros de antropología podemos encontrar alguna cosa parecida en los buri-buri de Filipinas o los dung-oi del Kalahari (me estoy inventando los nombres) pero no viene al caso…

    Y en relación a los adolescentes que corren a comprar libros de Leibinz… cierto que nunca ha ocurrido, pero también es cierto que la capacidad de concentración de los alumnos ha disminuido. Por lo menos es lo que he notado yo en veintipico años dando clase. Y sobre todo ha caído en los últimos cinco o seis años. Yo sospecho que tener esmárfono con los apasionantes guasaps de los amigos al alcance de la mano no ayuda a concentrarse en el concepto de entropía (lo que están haciendo es vivirlo 🙂 ).

    No se me alteren que voy a estar sin conexión el puente… Ah, y bienvenido, Weno, creo que son muy oportunos tus dos comentarios.

    • pseudópodo dijo:

      Postdata: 119 comentarios son muuuchos. Recomiendo seguir en el siguiente post, por legibilidad, a no ser que sea imprescindible ajustar cuentas aquí (siempre en el mejor sentido de la palabra)

      • Weno dijo:

        pseudópodo: Este número desorbitado de comentarios demuestra que, verdaderamente, nos encontramos frente a una epidemia grave… 😉
        (Gracias por la bienvenida; deberías pensar en una entrada que nos permita continuar erre que erre con nuestro rollo, porque como sigamos así no va a haber SP con la suficiente memoria para mostrar esta entrada en pantalla…)

      • pseudópodo dijo:

        De nada Weno: yo creo que podéis seguir erre que erre en Slow Tech, por ejemplo…

    • isidro dijo:

      Pseudópodo, no lo he malinterpretado. Es decir, se´que no me ha llamado facha. Lo que yo he dicho es que si él llama a los fachas estúpidos o psicopáticos y los acusa de creerse moralmente superiores y de carecer de empatía al juzgar a los demás, él, entonces, está incurriendo en los mismos defectos que imputa a los fachas.

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